La Paraguaya
La invitada perfecta para ver un partido de futbol.
La Paraguaya
“¿Adonde vamos ahora?, ¡falta poco para que empiece el partido deberíamos estar en la casa en este momento!” se queja Sergio con su madre mientras van en la camioneta y a cada rato mira la hora, “vamos a buscar a una amiga de la familia que esta en el país y que además es fanática del fútbol”, “¿y por que no se va en taxi a la casa?, nos vamos a perder el partido” insiste él y su madre le lanza una fría mirada, “por que ella no conoce bien la ciudad, además es una amiga nuestra y te aseguro que no llegaremos tarde al partido”.
Se detienen frente a un hotel y Sergio se queda en la camioneta, mira la hora con insistencia y murmura que ya debería estar en la casa comiendo y esperando el match entre Paraguay y Chile que ya esta por comenzar. Al poco rato Sergio escucha unas voces pero se queda en la camioneta, “¡ven acá muchacho mal educado!” lo llama su madre, “ven a saludar a Lidia que no te ha visto desde que eras un bebe” agrega ella. De malos modos Sergio se baja y con la cabeza agachada y murmurando se acerca, “¡pero levanta la cabeza niño, como esperas saludarme así!” le dice Lidia que de improviso lo abraza y le da un beso en la frente, en ese momento Sergio levanta la mirada y lo primero que ve es un escote, un enorme escote y unos pechos de impresionante tamaño con su piel morena. Luego de unos instantes levanta la cabeza completamente y ve el rostro de Lidia, morena de cabello negro bien rizado, rostro redondeado y radiante sonrisa. De manera espontánea Sergio la mira de arriba abajo impresionado por su físico ya que Lidia es una mujer de cuarenta y tantos años como su madre aunque mucho más “llamativa y exuberante”, en realidad demasiado llamativa y exuberante. Caderas anchas y un culo muy sugerente resaltado por sus ajustados jeans así como su busto. Lidia luce orgullosa la camiseta de la Selección Paraguaya de fútbol. “¡Pero vamonos ya que va a empezar el partido!” dice ella y rápidamente se suben al vehículo quedando Sergio entre ambas.
En el trayecto ambas conversan amigablemente, Lidia se muestra alegre y extrovertida mientras habla demostrando tener una gran personalidad. Sergio atrapado entre ambas, no deja de mirarla, esta impresionado con la belleza y voluptuosidad de Lidia, solo en revistas había visto una mujer así y él siempre ha sentido cierta debilidad por las mujeres maduras y Lidia es su fantasía hecha realidad. Ocasionalmente se empina discretamente para mirarle el escote de reojo hasta que Lidia lo sorprende, pero se lo toma con humor y le sonríe, “atrevido” le susurra al oído.
Ya en la casa todos se instalan en el patio donde además del televisor y el resto de la familia esta la parrilla. Lidia tras saludar a todos se instala a comer y se sienta junto a Sergio a quien abraza y le conversa de todo, en especial acerca de su país mostrándose orgullosa de él, también le recuerda que lo conoció cuando era solo un bebe, algo que él detesta que le recuerden, y le hace preguntas acerca de si tiene novia o algo así, “no” es la seca respuesta que Sergio le da más por vergüenza que otra cosa.. Lidia sin embargo esta más interesada en el partido y desestima cualquier chance de victoria de la Roja en Asunción, “¡ja, si ustedes llegan a ganarnos en casa me quito la ropa aquí mismo!” bromea ella y de inmediato salen varios a cobrarle la palabra, Sergio sobre todo, pero su madre le advierte con pasarse de listo, “¡no lo retes mujer si era en broma!” lo defiende.
El referee da el pitazo inicial y comienza el match y además el espectáculo de Lidia que no para de alentar a su equipo. Se conoce a todos los jugadores y a la madre de Sergio no deja de contarle lo que le gustaría hacer con algunos de ellos en el camarín haciéndola sonrojarse, “son muy jóvenes para ti” le dice avergonzada por el lenguaje usado por su amiga, “y que, entre más jóvenes mejor” responde Lidia en voz baja y Sergio, que se hace el sordo, de inmediato se pasa ideas por su cabeza.
En ningún momento Lidia se queda quieta, salta baila y mueve sus brazos, sus caderas se mueven de un lado para otro y Sergio tiene serios problemas para concentrarse, no sabe si mirar el partido o ese pedazo culo que se mueve de manera tan desinhibida, solo cuando alguien le habla o se escucha alguna reacción de parte de los comentaristas del partido se concentra en el, aunque no le dura mucho tiempo.
De pronto se escucha el grito de Lidia y Sergio vuelve corriendo ya que estaba en la cocina preparándose un sándwich, gol de Paraguay y ella lo celebra de la manera efusiva, al ver a Sergio le da un tremendo abrazo casi ahogándolo entre sus senos, “¡ves, que te dije, no tienen por donde ganarnos!” le dice mientras ella sigue celebrando el gol de su selección, todos la miran de forma poco amigable, es una sensación amarga que un invitado te celebre en tu propia casa, pero que se le va a hacer, todos aun apuestan por el triunfo de la Roja.
Un nuevo pitazo del arbitro y termina el primer tiempo con un triunfo parcial de Paraguay que Lidia sigue celebrando. Sergio esta con una erección enorme que trata desesperadamente de ocultar, Lidia lo tiene hirviendo y por un momento piensa en escabullirse al baño y hacerse una paja, pero hay tanta gente que se le hace imposible. Lidia aparece en la cocina a buscar más cervezas cuando lo ve, “te dije que les íbamos a ganar hoy” le dice con una sonrisa y en ese momento se inclina frente al refrigerador mostrando su trasero de forma notable. Sergio se queda hipnotizado viéndola, es perfecto, su tamaño, su forma, todo. “¿Disfrutado la vista?” le pregunta Lidia que lo sorprenden in fraganti, Sergio se sonroja como un tomate y se retira de inmediato, pero ella lo alcanza, “oh no te pongas así, no me enojo y estoy acostumbrada a que me estén mirando el culo o los pechos a cada rato” le dice poniéndose ante él dejándole su escote en la cara, “ven vamos a ver el partido” y ambos regresan al patio.
Comienza el segundo tiempo y Lidia sigue con su espectáculo alentando a su selección y de reojo mira a Sergio que de nuevo tiene su vista clavada en ella. En ese momento se produce una gran combinación de pases entre los jugadores chilenos y gol de la Roja, todos saltan de alegría pero Lidia se queda sentada en su silla cruzada de brazos y piernas, “¡bah, pura suerte, nada mas que suerte de principiantes!” alega ella. Tras ese gol el partido se vuelve cada vez más intenso con llegadas en ambos arcos.
El resto del partido fue de lo más estresante para todos. Oportunidades perdidas, tiros en los palos, errores arbítrales acompañados de sus correspondientes epítetos con el arbitro e incluso un penal perdido por Chile que Lidia celebra muy entusiasta para frustración de todos. Al final fue un empate, justo para unos e injusto para otros. “Lamentable van a tener que quedarse con las ganas de verme sin ropa” dice Lidia picaramente mirando a los presentes y notando cierta expresión de decepción en algunos, en especial en Sergio.
Hasta bien entrada la noche siguieron compartiendo las ultimas botellas de cerveza y licor que iban quedando. Algunos ya se fueron y otros están demasiado ebrios para irse, la misma Lidia ha bebido bastante y se siente algo mareada, “deberías quedarte aquí esta noche, tenemos una habitación de huéspedes que puedes usar” dice la madre de Sergio y él escucha todo atentamente, “tienes razón, mañana debo viajar y estoy muy cansada, me quedo aquí y mañana voy al hotel a retirar mis cosas”.
Sergio subió al segundo piso con la intención de espiar a Lidia en la habitación, por desgracia lo llamaron y debió ayudar a ordenar el patio antes de irse a dormir, pero a esa hora pudo ver que Lidia ya había apagado la luz de su dormitorio, “una paja será entonces” murmura algo decepcionado. Tras pasar al baño entra a su habitación y se tira en su cama bajándose los pantalones, su verga ya no da más y se muere de ganas por hacerse una paja pensando en Lidia que hoy lo dejo al rojo vivo. “Vaya, vaya, vaya pero que tenemos aquí” escucha una voz muy familiar, Sergio abre los ojos justo cuando estaba en plena faena y ve a Lidia a su lado.
De inmediato se trata de subir sus pantalones, pero su erección y la intervención de Lidia se lo impiden. “Relájate o nos van a escuchar tus padres” le susurra, con sus hábiles manos Lidia atrapa su miembro y se lo frota con delicadeza, ella lo mira a los ojos y nota de inmediato el efecto que estas tiene en Sergio que se va relajando cada vez más hasta que Lidia queda en pleno control. “Como fue un empate lo más justo es que ambos nos quitemos la ropa, ¿no lo crees?”. Lidia se pone de pie y deja sus zapatillas aun lado, de manera calmada y con sensuales movimientos se va quitando su ajustada polera descubriendo sus pechos, el sostén parece que se va a reventar en cualquier momento. “¿Me abres mis pantalones?” le pide a Sergio y a él le tiemblan las manos cuando le abre el botón y el cierre. Lidia se media vuelta y se baja sus ajustados jeans lentamente, Sergio esta con la boca abierta observando como esas generosas nalgas comienza a aparecer. El calzón de Lidia se pierde entre las mismas y ella se pasa sus manos sobre su culo.
“¿Y bien?, te estoy esperando” dice Lidia y Sergio capta el mensaje. Rápidamente comienza a sacarse la ropa tirandola en todas direcciones, esta tan nervioso y ansioso que se cae de la cama mientras pelea por quitarse sus zapatos cuyos cordones se enredaron por completo, al final lo consigue y se sienta en la cama de nuevo mientras Lidia lo observa con una sonrisa. En ese momento ella se abre sus sostén y Sergio nota de inmediato como sus pechos lo empujan hasta quedar al descubierto con sus pezones oscuros y erectos luciéndose. “¿Te gustan?” y Sergio es incapaz de hilvanar dos palabras seguidas por lo que solo mueve la cabeza. Nuevamente ella se da media vuelta y se va quitando su calzón, se inclina ligeramente y Sergio ve como esta va saliendo de entre sus nalgas y aprecia el coño de Lidia cubierto por una pequeña mata de vello oscuro. Ella se separa sus nalgas y le enseña su estrecho agujero.
Lidia se endereza y avanza sobre Sergio recostándolo sobre la cama y apoyando su cuerpo sobre él presionando sus pechos y su entrepierna con fuerza. “Que bien, se siente tan bien el cuerpo de un chico guapo y bien dotado” susurra ella que usa a Sergio para frotarse. Deliberadamente roza su coño con el miembro de Sergio y siente los espasmos que esto le provoca. Lidia se mueve sobre Sergio, baja por su cuerpo hasta frotar su miembro entre sus pechos y luego sube nuevamente hasta ponérselos en la cara, Sergio de forma instintiva los toma con sus manos y se los masajea y aprieta ligeramente, “no seas tímido, usa tu boca en ellos” le dice Lidia y Sergio se los empieza a chupar igual que cuando era un bebe. El tamaño, la forma y la firmeza de los pechos de Lidia lo enloquece y ella comienza a gozar con las caricias de su joven y precoz amante.
Mientras Sergio se deleita con los pechos de Lidia, ella mete su mano bajo su cuerpo hasta que atrapa el miembro de Sergio. Delicadamente lo frota y lo guía hasta su coño que esta completamente mojado por la calentura que tiene, en ese instante Lidia presiona sobre el hasta recibirlo dentro de su cuerpo. Sergio reacciona con sorpresa ante la movida de Lidia, pero ella lo calma, “¿cómo se siente mi coño?” le pregunta al oído al tiempo al tiempo que se mueve ligeramente haciéndolo que su miembro la recorra por dentro, “increíble” le responde él y Lidia empieza a moverse con más fuerza a cada momento haciendo que sus pechos se agiten ante los ojos de un extasiado Sergio.
Ambos se besan, Sergio se va dejando llevar por la experimentada Lidia que ahora ya le cabalga con bastante fuerza, pero ambos deben controlarse para no ser descubiertos, es difícil para los dos ya que Lidia es increíblemente fogosa en la cama y Sergio inexperto aun, pero aprende rápido la abraza presionando su cuerpo mientras la penetra. Sergio hunde su rostro entre los pechos de Lidia buscando ansiosamente sus pezones para chuparlos y lamerlos, ella lo alienta y lo incita, le gusta que saboreen sus senos y Sergio esta fascinado con los mismos.
Sobre la cama Lidia cambia de posición y se monta sobre él de tal forma que hacen un 69, pone su coño casi en la cara de Sergio y con sus dedos separa los labios de su vagina, “y bien que esperas, tu lengua debe estar metida aquí” indica ella metiendose un dedo. Sin esperar la reacción de Sergio Lidia comienza a pasar su lengua sobre la verga de su joven amante, la desliza de arriba abajo y la saborea para luego meterla en su boca donde la chupa y la frota con sus labios y su lengua. En ese momento Lidia siente una descarga recorriendo su cuerpo y debe esforzarse por no dejar escapar un fuerte gemido, ella cierra sus ojos y siente la lengua de Sergio hundiéndose en lo más profundo de su coño, “siii, así se hace muévela más fuerte, más rápido” le dice al tiempo que sigue chupandosela con más ganas aun. El silencio de la noche solo es roto por los suspiros de ambos mientras se hacen sexo oral mutuamente.
“Tranquilo, tranquilo, tenemos tiempo de sobra” le dice Lidia a Sergio controlando sus ímpetus cuando este se pone sobre ella ansioso por penetrarla de nuevo. Lidia separa ampliamente sus piernas y juega con su sexo metiendose los dedos en el y se acaricia su clítoris, “que miras tanto, deberías estarme follando ahora” le dice y rápidamente Sergio se pone manos a la obra abalanzándose sobre Lidia y hundiendo su miembro de una sola vez en su coño haciéndola liberar un fuerte gemido que resonó por toda la habitación, “¡así, así me encantan los jovencitos apasionados!” dice en voz alta mientras Sergio se la coge. Lidia le enseña como besar a una mujer y Sergio pronto le toma el ritmo al tiempo que empuja con todo sobre ella que casi no puede controlar sus gemidos.
“Sergio, ¿hijo esta todo bien?” en ese momento se oye la voz de su madre que golpea la puerta de su habitación, “si, si esta todo bien” responde él nervioso mientras Lidia presiona su boca con sus manos, “¿que es ese ruido, necesitas algo?”, “eh, es que estaba jugando en el computador” contesta él mientras sigue moviéndose sobre Lidia, “vete a dormir mejor será” le responde ella y se escuchan los pasos indicando que se aleja. “Rayos estuvo cerca” dice aliviado y le da un beso a Lidia, “¿te imaginas nos hubiera sorprendido así?”, “me mata” dice él, “quien sabe, tal vez se nos hubiera unido” dice Lidia con una sonrisa llena de lujuria.
Con las espléndidas piernas de Lidia apoyadas en sus hombros Sergio sigue con su faena, ella se retuerce en la cama, se masajea sus pechos y desliza sus dedos sobre su clítoris mientras su joven amante la penetra hasta el fondo. Ella accede de inmediato cuando Sergio le pide que le haga una nueva mamada y pronto tiene su verga perdiéndose entre esos apetecibles labios, Sergio no puede evitar el sentir enviada por aquellos que lo antecedieron y por lo que dice Lidia, han sido bastantes.
Lidia se pone en cuatro sobre la cama y Sergio la toma de las caderas bombeándola con toda su fuerza, se moría de ganas por cogerla de esta manera, el fuerte sonido de sus cuerpos golpeando entre si es lo único que delata la intensidad con la que cogen. Sergio saca todo su miembro del coño de Lidia pero antes que la penetre de nuevo ella lo detiene, “aquí mejor” dice ella mostrándole su culo y separando sus nalgas. “Se que te mueres por hundir tu verga aquí, pero antes deberás hacerme sexo oral”, tras esa invitación Lidia levanta su trasero y Sergio finalmente cumple su deseo y hunde su rostro entre las espléndidas nalgas de Lidia que se estremece al sentir su lengua subiendo y bajando, partiendo desde su coño y llegando hasta su estrecho agujero donde Sergio presiona con aun más fuerza para el deleite de Lidia.
De manera intensa y moviendo sus dedos con rapidez la hace gemir, Lidia se mueve rítmicamente hacia él y Sergio luego le hace lo mismo en su trasero masturbándola por ambos agujeros a la vez. En ese instante Sergio pone su miembro entre las nalgas de Lidia y presiona con fuerza, ella se controla para no dejar escapar un fuerte quejido que podría delatarlos a ambos. Él esta asombrado de lo estrecho que es el culo de Lidia y lo siente como este aprieta su miembro, pero aun así sigue presionando con fuerza sobre ella hasta hundirlo todo.
Durante unos momentos ambos se quedan quietos sin decir nada, Sergio trata de acostumbrarse al sentir el estrecho culo de Lidia literalmente estrujando su miembro, “siempre he sido así” confiesa Lidia, “por eso me encanta el sexo anal, por que puedo sentir esos miembros palpitar dentro de mi, los siento como se mueven en mi culo” agrega. Antes que ella diga una palabra más Sergio comienza a bombearla, lento al comienzo pero poco a poco va tomando confianza y se lo hace más rápido. Lidia aprieta sus puños mientras la cogen, le encanta, le enloquece que se lo hagan por el culo. Sergio la abraza con toda su fuerza y se mueve vigorosamente, esta extasiado, por fin puede cumplir su fantasía de cogerse a una mujer madura y a una tan guapa como Lidia que lo estuvo calentando desde el primer minuto que la vio.
Sobre la cama los ruedan de un lado para otro, Lidia se recuesta de costado y Sergio se pone detrás penetrándola fuertemente y tomándole sus pechos, ambos intercambian ardientes lamidas y besos mientras follan. Lidia se muestra insaciable y Sergio le sigue el paso lo mejor que puede tratando de satisfacer a tan ardiente dama se le hace difícil considerando que es su primera vez, pero Lidia no deja de susurrarle lo mucho que lo esta gozando en este momento, “cuando quieras me llenas el culo” y pronto sucede cuando tras una serie de fuertes acometidas Sergio se corre dentro de ella, “uy así es damelo todo”.
Para ambos fue una larga noche dando rienda suelta a toda su calentura y follando como animales, Lidia lo hizo acabar sobre sus pechos con los cuales le hizo una tremenda paja y Sergio la hizo montarse sobre su verga follandola de nuevo por el culo mientras ella se mete sus dedos en su coño, para un simple chico como él, fue la mejor noche de su vida.
En la mañana Sergio se despierta y se encuentra solo, por un instante se pregunta si lo de anoche fue solo un sueño, pero el aroma de Lidia esta impregnado en su cama. Se pone su pijama y baja a la cocina haciéndose el leso, pero se decepciona al saber que Lidia se fue muy temprano a su país, “tenia pasajes reservados” le dice su madre. Sin embargo cuando Sergio vuelve a su habitación encuentra un papel bajo su almohada, “¡estuviste maravilloso!” escrito con lápiz labial de un vivo color rojo, “prepárate” dice mas abajo, “mira que para la próxima los invitare a mi país y nos divertiremos como nunca” dice la nota que finaliza con una figura de un corazón. “¿De casualidad ella dijo algo acerca de invitarnos a Paraguay?” le pregunta a su madre, “pues si algo menciono, pero eso será para las vacaciones en el verano” responde, “demonios será una larga espera” piensa él mirando el calendario.