La parada del Autobús (4)

Como tuve día libre te quise complacer...

“Con el tiempo todas las cosas caen en su lugar. Mientras tanto ríete de la confusión, vive los momentos y entiende que todo sucede por una razón.”

Y como no puedo decir, no, para complacer  va otro capítulo… Y como de verdad le faltaba algo... Bueno, espero que les guste

La parada del autobús (4)

Mónica

Llego a una nueva ciudad, un nuevo empleo y solo conozco a mi tío que me brindó la oportunidad, de trabajar en unos de sus hoteles, soy administradora hotelera pero llegue a complementar mis estudios de gastronomía e independizarme.

No pensé que mediera tan duro el estar sola, al llegar uno de los empleados de mi tío me explico el puesto y que me daría la oportunidad de estudiar, me presento a los empleados y al día siguiente comencé a desempeñar mi labor de supervisora de servicios.

Esa semana todo fue bien, me acople  al grupo era muy bueno y tenían tiempo trabajando así que el trabajo se me hizo más fácil de lo que creí pero, los empleados a pesar del buen acogida solo me hablan lo necesario no sé si era por lo que era sobrina de uno de los dueños.

Al llegar cada mañana encontraba sobre el escritorio un informe de producción del turno nocturno con su respectivo inventario. Era muy completo y claro, así que no hice muchas preguntas y me dijeron que se encontraba a cargo de una tal, Tahara, que era una auxiliar, pero que manejaba muy bien esa parte y se encontraba desempeñándola desde que se  retiró el antiguo jefe de almacén de producción.

Pasaron los días y se enfermó una de las auxiliares y como teníamos un evento en esos días necesitaba una persona con la experiencia para reemplazarla  y no recargar de trabajo al personal uno de los Chefs me recordó a Tahara así que ella la llamaron para que no fuera a trabajar esa noche sino al día siguiente en reemplazo de su compañera.

Así que por fin la conocería, al llegar en la mañana pregunte que si había venido a una de las auxiliares y le dije que llegara a la oficina, al llegar me senté y me recogía el cabello en una cola cuando sentí que tocaron la puerta, dije adelante y entro una mujer alta, con cabello negro, trigueña, de ojos cafés con cara de cansancio, en el uniforme de la empresa y delantal.

Le dije que siguiera y se sentara y me presente como la nueva supervisora de servicio ella me dijo que era Tahara que auxiliar de cocina  pero, que se encontraba en el almacén en turno de la noche.

Estuvimos hablando  su trabajo y al final le pregunte que labor le gustaría seguir desempeñando y me dijo que la del almacén porque no tenía los afanes del día.

Ella se incorporó a su trabajo y en la semana solo pude observar y ver que apenas hablaba con sus compañeros pero realizaba bien su trabajo se le veía cara de cansancio y una mirada triste pero no me atreví a preguntar más.

Las semanas pasaban y Tahara se regresó a su turno de noche y no la vi más solo los informes que al final de cada uno estaba firmado con un saludo y un ¡Buen día!

Por una extraña razón no la podía sacar de mi mente y esa mirada triste me cautivada.

Conseguí apartamento, lo decore a mi gusto empecé a asistir a clases, a conocer gente pero, ella no Salía de mi mente así que decidí no cancelar unas horas con la excusa que se había pasado pasarlas así que me dejo una nota con el informe recordando las horas, yo le deje otra diciendo que no recordaba y que viniera a verme para aclarar el asunto en las horas de la tarde.

Ese día me arregle con esmero pero, discretamente, ella llego en la tarde como acordamos al verla me sentí nerviosa iba con unos jeans y una blusa verde y tenis se veía jovial y resaltaba su buen cuerpo no se veía tan cansada como los otros días pero al hablarle yo no deja de sonreír  y le comente que si no era así no se deja ver y ella creo que apenas me prestaba atención así que le dije que al final de mes se le cancelarían las horas.

Salió de la oficina y la vi hablando con unos compañeros, después se fue , recogí mis cosas y deje dicho que salía para clases.

Me la encontré en la parada del autobús la salude de nuevo a lo que ella solo respondió con un -Hola de nuevo-  y se alejó me acerque a ella y le pregunte que ruta tomaba creo que la sorprendí se voltio me regalo una pequeña sonrisa y me dijo que la ruta 9, yo también tomaba esa,  y le dije que vivía en el sector de las colina y me dijo que ella también y reímos de la coincidencia.

Llego el autobús no subimos y sentamos juntas, íbamos hablando de lo sola que me sentía lejos de mi familia y en el trabajo que todavía no me aceptaba lo suficiente ella me dijo que no me preocupara que cuando me tomaran confianza vería todo diferente.

Llegamos a la parada nos bajamos y de pronto me pregunto que si quería comer algo si tenía tiempo le dije que sí y que se me había adelantado y que hoy no quería comer sola

Me invito a una cafetería y charlamos de nuestras vidas me pregunto que si tenía novio y porque estaba tan solita, siendo tan linda, y así seguimos hablando de nuestras vidas ella me conto de la suya que se había casado muy joven de su separación y de la muerte de su hijo cuando vimos la hora era tarde y ella se ofreció a acompañarme al apartamento.

Que coincidencia que vivíamos en el mismo edificio, llegamos y la invite a seguir y a tomar algo me dijo que- no, que tal vez otro día- pero,  le insistí y acepto observo el apartamento y me alabo lo buen decorado que lo tenía le serví jugo y seguimos hablando

Cuando llego la media noche,  yo solo hablaba y ella soltó un pequeño bostezo así que pensé que la aburría, di por terminada la visita y me pare a la cocina donde me sentí como una idiota y solté un largo suspiro cuando siento que está a mi espalda y me pregunta que me pasa yo solo le digo que no quería estar sola esa noche ella se me acerca y me abraza y me dice que no me dejara sola sino quiero, sollozo,  y ella al oírme lleva su  mano a mi  mentón  levanta mi cara y limpia las pocas lagrimas que recorren mis mejillas se me acerca y me da un pequeño besos en los labios… se aleja un poco yo solo cierro los ojos y me acerco más ella siento que sonríe y me vuelve a besar…

Después fui yo quien tome su rostro con mis manos, y le di el beso más dulce y tierno.

Los besos suaves pronto se transformaron en intensos y profundos, mis manos ya se habían recuperado de su quietud  momentánea y  acariciaba su espalda de poco fuimos caminando hasta la habitación entre besos y mimos, ella solo me preguntaba si estaba segura, yo solo le decía que si entre gemidos masajeaban sus pechos por encima de su ropa, que ya sentía que nos estorbaba , tratando de abarcarlos por completo, pronto comenzamos  desvestirnos de a poco, mi lengua empezó un  lamiendo y succionando sus pezones hasta que se pusieron tan duros que parecían piedras,  ella gemía y presionaba mi cabeza hacia ella.  Mi mano comenzó a acariciar su vientre dirigiéndose hacia el centro, Dios estaba tan húmeda, necesitaba sentirla, lleve mi cabeza a entre sus  piernas y empecé a lamer primero despacio y después cada vez  más rápido,  sentí como tiraba de mi cabello para levantar mi cabeza, la mire confundida. -Yo también quiero sentirte, por  favor- Me dijo.

Nos acomodamos, yo no  quería perder ni un segundo, sentir sus labios en mi vagina fue lo más maravilloso que sentí en mi vida,  comenzamos a disfrutarnos, y no aguantamos más, las dos nos vinimos casi al mismo tiempo, nuestros gemidos se escucharon en todo el apartamento, y despacio, sin dejar de acariciarnos, nos fuimos acercando y con besos suaves nos quedamos dormidas abrazadas.

Después de esa noche llegaron muchas otras, y ya no me sentía sola, actualmente tenemos un noviazgo, Tahara todos los días me dice que llegue a su vida a aliviar su soledad pero, yo le digo que ella alivio la mía…

Gracias por su lectura,

Hasta otra oportunidad