La parada del auto bus

Yo no sé escribir muy bien pero como un ejercicio de liberación me recomendaron hacerlo así que me anime a contar una pequeña historia de mi imaginación que si es reflejo de la realidad es una coincidencia.

La parada del auto bus

Yo no sé escribir muy bien pero como un ejercicio de liberación me recomendaron hacerlo así que me anime a contar una pequeña historia de mi imaginación que si es reflejo de la realidad es una coincidencia.

Una mañana del mes marzo me levante de cama con un ligero dolor de cabeza, señal de que no había podido dormir bien y que necesitaba más descanso pero, como pobre y asalariada debo ir a trabajar. Todas las mañanas la misma rutina levantarme, me baño, a veces desayuno y para ahorrar un bus camino 5 cuadras para tomar la  que más me acerque a mi trabajo.

Esa mañana caminaba sin ganas metida en pensamientos, tomando un café bien caliente que prepara el señor de la esquina, cuando de pronto  mis pensamientos me llevan al instante que te vi por primera vez y el por qué  no me anime a hablarte ese día.

Pensaba en que ese día, iba bien atrasada y tropezamos en la parada me dijiste - ¡buenos días! A lo que yo respondí con - ¡Un buen día! (nunca digo buenos días) y me contabas que hacia un bonito día y que la mañana estaba fresca; yo ni me había fijado a lo que te respondí si a todo,  me imagino que pensaste que no te prestaba atención pero, en la realidad era que estaba exhorta en lo bonita que te veías ese día.

Al llegar la ruta  me deseaste  un  feliz día y que nos veríamos al día siguiente ya que tú tomabas una ruta diferente a la mía.

A los pocos minutos llego mi ruta y me subí, me senté y al reaccionar solo me decía lo bruta que era y lo estúpida que soy por no seguirte la conversación ya que no era la primera vez que no encontrábamos en la parada y tú intentabas buscar algo de conversación.

La verdad era que siempre me quedaba contemplándote y solo podía asentir y negar con la cabeza esos pocos minutos que nos veíamos en esa parada, yo creo que tu pensarías que era una boba o algo así al no poder seguirte en la conversación.

Ya de esos encuentros era de un par de meses  y siempre era lo mismo de lunes a sábado, pero un día me contaste que tenías entradas para espectáculo y la persona que te acompañaría no podía ir así  que me invitaste a ir contigo, ya que, aunque no nos conocíamos muy bien el hablar todos los días un poco de nuestras vidas nos habíamos tomado confianza.

El día del espectáculo que era un sábado por la tarde, me encontraba en la misma parada del auto bus esperándote para ir como habíamos quedado pero, nunca llegaste…

Me recrimine  lo tonta que fui por no pedir tu numero así que me regrese a la casa  hecha una furia y echando por lo estúpida que había sido porque yo una persona forever alone creer que me pudieran alguien ofrecer su amistad tan fácil.

Pase un domingo en casa ocupando mi mente en familiares  para no pensar en ti y llego el lunes con su rutina me encamine a la parada en espera que llegaras con alguna excusa pero, nunca llegaste tome mi ruta y así paso varias semanas.

Una mañana después de varios meses me encontré con una familiar tuya con la que alguna vez espero contigo el bus, no me aguante y pregunte por ti porque por más que lo intente no te podía sacar de mi mente.

Ella me vio rara al preguntar y entonces le conté que tú siempre esperabas la ruta conmigo y siempre hablamos pero que tenía rato de no verte así que ella se le aguaron los ojos y entre sollozos me conto que tu habías fallecido en accidente que un carro te había atropellado al ir a comprar un vestido y nos zapatos para asistir a un espectáculo con alguien que la hacía sentir especial invite a tu prima a tomar un café para que se tranquilizará un poco y me terminara de contar.

Me conto cosas sobre ti y tu vida y me invito a su casa para devolverme el café y seguir hablado ya que yo tenía que trabajar

Ese día al tomar la ruta me sentí culpable y me torture en pensamientos por no haberte preguntando donde vivías y tu número de celular como había hecho con tu prima.

Ese sábado llegue a tu casa conocí a tu mama y demás familiares que me contaron sobre ti y tu prima al recordar me  saco aparte y me dijo –ah, si tú eres la muchacha que nunca sonríes pero, mi prima te hablo y me dijo que le respondiste con una sonrisa, que siempre hablaban y quería saber el motivo de tu tristeza. Al decirle que tú me habías invitado a un espectáculo es día y que  de algún modo me sentía culpable  me dijo que no me preocupara que esos días a su prima fue feliz. Me despedí y comencé a caminar hasta la casa pensando en todo y nada y sobre todo en ti y en lo que podíamos haber sido…