La panocha mas cremosa

Este es el relato de como, mi dulce novia me cuenta como la desfloraron mientras la penetró hasta el fondo...

La panocha más cremosa

Durante cuatro años habíamos dejado de vernos, después de haber mantenido una calida relación de 4 años de noviazgo formal e inocente en donde habíamos tenido la oportunidad de descubrir poco a poco los misterios y las diferencias que existentes entre los hombres y las mujeres. Nos conocimos a los 16 años y terminamos creciendo juntos en el marco de una relación sincera y profunda que acabo cuando ella se fue a estudiar a otra ciudad.

A lo largo de este periodo cada uno de nosotros se preocupo por organizar su vida, Yo en la universidad; Ella concluyendo sus practicas profesionales. Cada uno con su trabajo, las nuevas responsabilidades y toda una vida por delante, entre amigos, pretendientes, y la sana diversión de la juventud que parecía no tener fin. Sin saber absolutamente nada uno del otro.

Joana tenia 20 años cuando deje de verla, una mujer alegre, divertida, con unos pechos deliciosos, unas piernas espectaculares, y el triangulo mas negro y perfecto que he visto en mi vida. Con una panochita apretadita y protegiendo su virginidad como su don mas preciado. Ella se encendía con demasiada facilidad; solo bastaba con besarle lentamente su cuello para empezar a disfrutar de cada uno de sus encantos, pasando por los pechos, su vientre, su monte de Venus, sus maravillosas piernas y por supuesto su apretadita panocha virginal y cremosa que me había comido en muchas ocasiones pero sin poder penetrarla.

Siempre supe que ella seria la mujer de mi vida, el primer amor que nunca se olvida y que deja onda huella en tu existencia. También sabía que su virginidad tenía sus días contados debido a lo arrebatado de su temperamento y a la extrema sensibilidad de su cuello. Siempre he sido un hombre respetuoso de las damas, gracias a esto siempre he gozado de la confianza de ellas y porque no decirlo de sus exquisitos favores y encantos que me han dado la oportunidad de hacer grandes amigas para toda la vida.

Después de 4 años de no verla y sin poder olvidarla, nuestros caminos se atravesaron sin proponerlo ninguno de los dos. Fue un encuentro accidental sin muchas palabras, un largo abrazo y una charla casual en donde terminamos descubriendo la emoción de compartir situaciones ya olvidadas. Con los días, algunas llamadas, una invitación a comer, algún café, una ida al cine en donde el titulo de la película no importaba. Ella con 24 años por cumplir, Yo con el ímpetu de las 25 primaveras, Ella más hermosa y madura que nunca; sin los miedos y tabú de su juventud temprana. Permitiéndome libertades nunca imaginadas. Con su cabellera negra brillante y su cuerpo fuerte, joven, suave, sus pechos desafiantes, sus piernas exquisitas y su lengua inquieta buscando la mía, no es muy difícil imaginar. Terminamos en un motel después de ir al cine a ver algo sin importancia.

Esa calida noche de verano pude hacer realidad todas mis fantasías, al lado de la mujer que mas he amado en la vida, la comencé a desnudar despacio, sin prisas, primero su blusa ligera y blanca con pocos botones, su sostén de encajes con gancho al frente, su short de mezclilla corto y su panty de encajes blanco empapado de enfrente. Ella excitada me abrió sus piernas y yo me comí con cuidado su cremosa panocha, mientras se revolcaba en la cama de placer y gusto. Ella acariciaba mi nuca mientras me decía que nadie mamaba como yo, que era el único hombre que sabia tratar con delicadeza esa parte tan sensible de su cuerpo. Yo extasiado por sus palabras me bebía sus abundantes jugos que salían de su vagina, tan espesos y calientes como yo los recordaba.

Ahí mientras le introducía un dedo en su ardiente vagina me confeso que en esa habitación, sobre esa misma cama, hacia 2 años había perdido su virginidad. Yo no podía creer lo que escuchaba, mientras una mezcal de excitación e incertidumbre invadía mi mente. No entendía el porque; mi hasta ahora decente novia me confesaba en ese momento todo aquello. Yo por supuesto moría de ganas por saber más. Metí el segundo dedo mientras cariñosamente le preguntaba a mí chica como se lo habían hecho.

Ella entre pucheros y gemidos me explico que fue llevada al motel, debido a que había perdido una apuesta con Carlos un amigo del trabajo. Un chico alto, 1.90 de estatura, un año menor que ella, estrella del equipo de béisbol de su trabajo, simpático, y muy dispuesto a ayudar en todo lo necesario. Ella tenía que mamarle la verga a Carlos y tomarse toda la leche. Según me explico Joana, eso lo iba hacer en el carro de el después de ir juntos a beber unos tragos. Cuando ella se dio cuenta ya habían entrado al lugar y acomodaba el auto.

El caballerosamente le abrió la puerta y le aseguro que solo quería que ella cumpliera su apuesta sin ningún sobresalto y que después de terminar se retirarían sin más. Carlos se sentó en un sofá frente a la cama y Joana le abrió su pantalón y le saco el instrumento mientras el observaba. Yo enterré el tercer dedo mientras ella llorando describió la sorpresa de ver un pene de 24 cm., gordo y lleno de venas rematado por una cabeza brillante. "Hay papi no me cabía en la boca," " se lo chupe y se lo chupe" "Me comí sus bolas peludas y grandes muchas veces" "hasta que el grito y me lleno la boca de leche caliente y espesa" confeso mi novia mientras me pedía que le chupara las tetas.

Que te hizo después le pregunte; "Me beso, metió su lengua en mi boca y empezó a saborear sus propios jugos, eso me calentó y permití que besara mi cuello y que bajara por mis pechos y se los comiera deliciosamente, me quito el pantalón junto con mis pantys y no volví a verlos asta otro día. Me dio una mamada como la que tu me estas dando ahorita." "Cuando me iba a introducir los dedos le confesé que yo nunca, que era virgen mientras se le iluminaban sus ojos. Carlos me la mamo hasta que provoco un largo orgasmo, el primero de muchos esa noche en donde me lleno con su leche todos mis huequitos. Me la metió de todas las formas que quiso. Me ensarto como nunca imagine y me convirtió en la puta mas grande de la familia. Salí afónica de tanto gritar y llorar esa noche de mi estreno, a pero eso si feliz de haber perdido esa apuesta"

Yo para entonces tenia mi verga metida en su panocha, entrando y saliendo de su vagina empapada de sudor y sus propios jugos, mientras me la cogia ella me pedía perdón por todo aquello… "Hay papi perdóname por no haberte guardado mi tesoro, perdóname por dejarme coger por otros hombres, perdón por ser una puta caliente. Hay papi desde entonces no puedo vivir sin verga, dame mas" me gritaba mientras arañaba mi espalda y mis nalgas.

Esa noche cogimos muchas horas, lloro y grito hasta quedar ronca, felices por habernos reencontrado. Esa noche decidimos casarnos y vivir juntos para siempre. Después Joana me platico de todos los hombres y mujeres que habían disfrutado de sus tesoros, después le confesé de todas las mujeres con las que había compartido la cama y de todas las noches que pase masturbándome pensando en su cremosa y caliente panocha. Mientras ella se las entregaba a otros. Han pasado mas de 10 años desde entonces y nuestra relación como todas a tenido sus bajas y sus altas, seguimos enamorados y disfrutando de nuestras escapadas, cada uno por su lado, gozando con responsabilidad del sexo y compartiéndolo prácticamente todo.

Después les contare