La pandemia y sus estragos
Esto que les cuento es parte de un encuentro quizá no casual pero si algo que no me esperaba. Hay momentos para todo y creo que este fue el mejor momento. Espero les guste mi relato de hoy.
Hola a todos los que me leen en esta ocasión, ya he tenido la oportunidad de presentarme en anteriores relatos, pero para que los que no me han leído me describo soy una mujer de 1.63 de estatura, cuerpo regular, cabello largo castaño,tez clara, ojos grandes, labios apetecibles, piernas torneadas, me gusta hacer ejercicio, aunque por el momento lo he dejado por la pandemia y unos glúteos que he moldeado con el ejercicio. Pasando a lo que he de contarles creo muchos han pasado por esto que les narrare, por la situación que estamos viviendo en la actualidad, la sana distancia, los contagios y por el momento es mejor no tener mucho acercamiento ni con familiares.
Por tal motivo han sido meses, hablemos de casi un año sin tener pareja o por lo menos un encuentro sexual. Con todo esto hasta llegue a pensar que he perdido el apetito sexual. A principio de año tuve la oportunidad de conocer a un hombre más joven que yo, llegamos a vernos en varias ocasiones para ver si podíamos llegar a algo.. Hubo besos y quizá el cachondeo de una pareja que se va conociendo, pero para ser sincera mi mente no logro adaptarse y no acepte continuar conociendo a alguien que no me hacia sentir bien o por lo menos no me hacia sentir ese deseo de pasar a un terreno sexual.
No puedo negar que sus besos me encantaban, pero no hubo mucho en común. Mi resistencia a tener sexo me empezó a preocupar, antes me consideraba una mujer muy pasional, con una fogosidad, que creo llegó a espantar a más de 1, por lo regular he vivido mi sexualidad sin miedo y con responsabilidad.
Pero he tenido la fortuna de que me busquen hombres jóvenes y muy guapos y en esta ocasión no fue diferente, hay un chico que es esposo de una conocida de la familia que por lo regular es con quien me llevo muy bien, este chico es joven y atractivo y muy servicial, cuando tengo algún desperfecto en casa, acudo a él para que me auxilie en cuestiones eléctricas o cosas parecidas. Desde hace unos meses se dio de forma repentina un encuentro donde solo nos besamos y hasta ahí quedó todo, hablamos y quedamos que eso no volvería a pasar. Que mejor quedaríamos como amigos, como lo hemos sido por la unión de nuestras familias.
Todo seguía igual el encierro, los cuidados, el tener una vida totalmente monótona y así los días iban transcurriendo hasta hace unos días que le pedí que me ayudara con una lámpara que andaba fallandoy este chico aceptó, de verdad que no lo había pensado, me encontraba sola, ya que mi hija había salido y yo no sabía en que momento regresaría. Entonces ya había quedado que ese día Alfredo llegaría y yo estaba haciendo mis labores de la casa, cuando me mando mensaje que ya estaba por llegar a mi casa. Rápido me arregle un poco el cabello y no voy a negar que me vestí de una forma un poco provocativa leggins que dejaban ver perfectamente mis piernas, mis glúteos y lo que más se puedan imaginar, no me puse sostén.
Le abrí la puerta y nos saludamos de beso en la mejilla,yo estaba algo nerviosa, no sabía cómo actuar, por qué no quería ni siquiera provocarlo. Pero creo que en mi forma de vestir ya estaba implícita la invitación a que no dejara de mirarme. Le dije que si se le ofrecía un vaso con agua y desde ahí lo note también nervioso. Avanzó con su trabajo y me pidió cable le dije donde lo encontraría y fue en ese momento que se me acercó mucho y nuestros labios se encontraron, comenzamos a besarnos con desesperación y comenzó el roce de nuestros cuerpos, como pude me aparte y le dije que mejor siguiera con el trabajo. Como donde vivo hay otros departamentos y en uno de ellos vive la familia de mi hermano, no me pareció adecuado que nos vieran, la lampara que arreglaba era del patio.
Terminó el trabajo y me aviso que ya había quedado, le dije que estaba bien, pero lo invite a pasar a mi casa para que tomará un refresco y no pudimos evitar entrelazarnos en otro beso largo donde ya dentro de mi casa nos olvidamos de todo, comenzó acariciarme los pechos y yo mientras tocaba su miembro que con los besos y el deseo que sentíamos los dos iba aumentando de tamaño, sentir su paquete en mi mano era grandioso, le dije que mi hija llegaría en cualquier momento y eso pasó a segundo termino. Por que continuamos con los besos y caricias, intentó bajarme mis leggins y le pedí que no lo hiciera. En mi mente estaba claro que no pasaría nada más que un cachondeo.
La temperatura fue subiendo y la excitacion era ya mucha, que tomé su pene en mis manos y comencé a besarlo a recorrer con mi lengua todo. No me detuve, era algo excitante y más por los meses que no había tocado otro cuerpo que no fuera el mío. Podia ver como lo disfrutaba Alfredo y para corresponder él, me comenzó a dar sexo oral, lo cual disfrute mucho, lo hacía de una manera estupenda, me hizo sentir en el cielo. Esto estaba que ardía y después de no querer o no contemplar tener sexo, terminó penetrandome, fue algo tan placentero, la adrenalina de que en cualquier momento llegara mi hija, más el deseo que ambos teníamos nos hizo vivir algo realmente explosivo. Todo sucedió muy rapido, tan rápido que ya lo estaba buscando su esposa y lo que más me gustó que Alfredo no contestó hasta terminar lo que hacía conmigo. No hubo palabras pero lo que hubo fue un momento que nos hizo olvidarnos de todo, la pandemia me ha regalado esto que fue una espera muy larga pero algo que de manera inesperada me hizo revivir mi sexualidad que creía ya no existía.
No se que pasara con Alfredo, si esto se vuelva repetir o no, mientras ya lo disfrute y no siento arrepiento alguno, creo ahora los momentos hay que vivirlos, porque la vida es muy corta. Espero les haya entretenido mi relato, les mando muchos besos y ya saben no desperdicien las oportunidades 😘😘😘😘