La pajillera (parte 3)

Las hormonas de mi hijastra, al igual que las mías últimamente, no descansan por la semana. Aunque nos masturbábamos en solitario, pronto nos dimos cuenta que necesitábamos el uno del otro.

La mesa de la cocina nunca seria la misma después de lo que paso sobre ella. El fin de semana de los mas intensos que recuerdo llego a su fin con una apacible tarde de domingo donde nos comportamos de una manera mas normal a lo que suelen hacer un padrastro y una hijastra. Por supuesto es difícil no sacar el tema y hubo muchas referencias a las cosas que pasaron los días anteriores. Especialmente con respecto a la mesa de la cocina.

La semana comenzó con mucho trabajo por parte de ambos y deseando llegar al fin de semana. Ahora teníamos una razón mas para desear que llegase el fin de semana, que era la de tener mas tiempo para tener sexo juntos. Sin embargo, las hormonas de Merce, al igual que las mías últimamente, no descansan por la semana. Aunque nos masturbábamos en solitario, pronto nos dimos cuenta que necesitábamos el uno del otro. Era martes y me fui a tomar un par de cervezas con mis compañeros de trabajo. Llegue un poco tarde a casa y Merce ya había llegado.

  • Hola… ya estoy en casa -digo al llegar -

  • Hola, estoy en el baño, ¿Que tal todo?

  • Bien, ¿que tal t… ? -digo al pasar por la puerta del baño abierta de par en par -

Merce estaba peinándose en el espejo tal cual vino al mundo. Era la primera vez que la veía desnuda de espaldas. Últimamente iba muy ligera de ropa, incluso en topless algunas veces pero nunca la había visto de espaldas. Todavía estaba en cierta forma conociendo sus tetas, cuando descubro otra parte importante de su cuerpo, su culo. Su culo es algo voluminoso, prieto, con la caída redondeada y puente muy sexy. Verlo alimenta mas aun mis deseos sexuales con ella.

  • Que, ya no te queda nada por conocer de mi, ¿eh? -dice al pillar mi mirada a su culo -

  • Jajaja, tienes razón ..

  • Yo no puedo decir lo mismo… -dice ella -

  • ¿A que te refieres? -digo haciéndome el tonto -

  • Sabes de sobra lo que me refiero. Ahora en serio, ¿cuando me la vas a enseñar?

  • ¿Le estas pidiendo a tu padrastro que te enseñe la polla? -digo burlándome – eres una degenerada!

  • Jajaja. ¿Degenerada? Pues si te contara todo lo que haría con ella… - bromea mordiendo su labio inferior -

  • Pero espera, me acabo de acordar, ¿tu no eras lesbiana?

  • Jajaja bueno digamos que me gustan las mujeres pero los hombres tampoco me disgustan.

  • Vamos, que lo que tienes tu es vicio puro – digo riéndome -

  • Exacto jajaja, y suerte que tienes de que sea así, si no no te ibas a comer un rosco conmigo.

  • Tonta… Una cosa ¿Te apetece dormir conmigo hoy?

  • Umm…. No se, ¿me la vas a enseñar? -dice sonriendo -

  • Jajaja no se, igual si no te quedas dormida…

  • jajaja que cabrón eres, solo me ha pasado dos veces. Y si, me apetece dormir contigo. Pero antes acercate y dame un beso.

El tiempo hasta la noche paso apaciblemente, cada uno haciendo sus cosas y dedicándonos miradas y sonrisas cada vez que nos cruzábamos. Estábamos los dos muy excitados y esperando con deseo que llegase la noche. Se hacia un poco extraño pues realmente no teníamos porque esperar, podríamos hacerlo en cualquier momento, pero digamos que los dos entendíamos que no debíamos obsesionarnos y dejar de hacer nuestra vida.

La cena transcurrió rápido, y Mercedes ya comenzaba a caldear el ambiente con un top minúsculo que dejaba sus pechos visibles por escote y por los lados. Sus pezones quedaron a la vista en varias ocasiones pero ella ni se inmutaba.

La cena quedo sin recoger y tras asearme me metí solo en bóxer en mi cama. Merce no tardo en llegar, vestida con el top de antes y braguitas. Se metió en mi cama con una sonrisa y nos besamos. Su lengua comenzó a jugar con la mía rápidamente, sin perder tiempo. Me deshice de su top para comenzar a manosearle las tetas, duras y tersas. Se las chupe ambas mientras metía mi mano en su entrepierna, bajo la braguita. Mercedes comenzó a mojarse de una manera increíble. De pronto, quita mi mano:

  • Espera, ya sabes que tienes que hacer antes de seguir – me dice excitada -

  • ¿Lo que? - pregunto con curiosidad -

  • Quiero verte la polla – dice con una sonrisa muy sexy -

Me separo ligeramente y deslizo las sabanas poco a poco, mostrando mi torso sin vello. Merce se acomoda y toma control de su chocho para seguir masturbándose. Retiro las sabanas hasta dejarlas por las rodillas, mostrando mi bulto bajo el bóxer. Merce reacciona al verlo mordiéndose el labio inferior. Tomo su mano libre y la coloco sobre mi pecho, acariciándome con ella. Deslizo su mano poco a poco para que pase sobre mi estomago, ombligo y después sobre la tela de bóxer. Instintivamente sus pequeños dedos se cierran rodeando mi verga, fuerte. Merce acelera su paja mientras lo hace. Sigo manejando su mano, y la muevo arriba y abajo haciendo que me masturbe por encima del bóxer. Me excita una barbaridad sentir la mano de mi hijastra sobre mi polla. Paso mi mano libre por su hombro para que se acerque mas ami. Apoya su barbilla sobre mi pecho y yo acaricio su espalda desnuda. Uno de sus pezones se me clava en mi costado, ofreciéndome una agradable sensación. Coloco la mano de Merce sobre mi estomago momentáneamente, mientras despacio deslizo la tela de bóxer hasta dejarlo por las rodillas. Mi polla sale como un resorte bajo la atenta mirada de Merce.

  • Uff… me gusta… no esperaba que creciese tanto ..

  • ¿A que te refieres? Ya me la habías visto antes o que?

  • Bueno, jajaja digamos que alguna vez he curioseado un poco….pero nunca te la había visto dura del todo.

  • Eres una hijastra muy pervertida, mira que espiar a tu padrastro… ¿te parecerá bonito? - le digo mientras vuelvo a coger su mano y la coloco ahora sobre mi polla desnuda -

  • Oh que bien se siente… tan caliente y suave… uff que dura está.. - dice tomándola ahora entre sus manos y comenzando a pajearme despacio -

Merce retira las sabanas de su lado y nos quedamos los dos desnudos, ella con una mano masturbándose a si misma y con la otra masturbándome a mi. Yo manoseo sus tetas disfrutando del tacto de su mano y de ver sus dedos entrar una y otra vez en su raja. Ella gime cada vez mas fuerte, centrada mas en su masturbación y solo apretando mi polla de vez en cuando. La beso intensamente y sus gemidos se ahogan en mi boca.

  • Correte así, Merce, sigue hasta el final – le digo mirándola a sus ojos entrecerrados -

  • Si… si… ya casi estoy… no dejes de tocarme… si… - dice mientras su cuerpo se va poniendo en tensión… -

Merce convulsiona fuerte entre mis brazos, apretándome la polla y gimiendo en mi cara mientras se da una corrida bestial. Sus gritos resuenan en la habitación, y se queda jadeando en mi oído.

  • Ahora te toca a ti, - dice mientras comienza a pajearme ahora solo centrada en mi -

  • Si, no me falta mucho… - digo cerrando los ojos y disfrutando de su mano -

Su técnica no es buena, se nota que no ha tenido muchas pollas en su mano antes, pero esa inexperiencia me produce mucho morbo y sobretodo al saber que es mi hijastra quien lo hace. Se me pasa por la cabeza el pedirle que me la chupe, pero estoy tan excitado que me correría en cuanto la metiese en la boca y no se si Merce estaría preparada para eso. Se me ocurre una idea y tomo el control de mi paja, incorporándome.

  • Merce siéntate, quiero hacer algo – digo colocándome de rodillas delante de ella -

  • Eh.., ¿que quieres hacer? - dice algo nerviosa mirando para mi polla-

  • Me apetece correrme en tus tetas, ¿puedo? - digo comenzando a pajearme apuntando a ellas -

  • Me vas a dejar perdida, ¿lo sabes? -dice burlona -

  • De eso se trata… - digo acelerando cada vez mas la paja -

  • Pues adelante, son tuyas… - dice mientras las junta con sus manos a modo de sujetador

  • ¿Te gusta mi polla entonces? - digo mostrándosela a un palmo de su cara -

  • Si.. menuda que te tenias guardada, me encanta -

Ver a Merce ofreciéndome así sus peras hace que me comience a correr casi al momento. Los primeros chorros fuertes golpean sus tetas y rebotan cayendo sobre sus muslos. Ella quita sus manos para ofrecerme toda su piel mientras yo reparto los chorros entre ambos pechos, cubriéndolos de blanco rápidamente. La corrida es monumental y espesa, dejando un panorama de lo mas morboso…

  • Joder… normal que necesitaras cuatro kleenex el otro día.. esto es una barbaridad.. -dice sonriendo y viendo para sus pechos incrédula -

Aun muy excitado de la corrida, utilizo mi glande para recoger un poco de semen de sus pezones y lo acerco a su boca.

  • Ehm..esto mejor no, ¿vale? -dice ella algo nerviosa al ver mis intenciones -

  • Perdona, es la excitación del momento – digo muy avergonzado -

Merce se fue a limpiarse al baño y ya no recuerdo mas de esa noche. A la mañana siguiente me despierto y no la encuentro a mi lado. Comienzo a recordar la intensa escena de anoche, y pienso que igual cometí un error con el gesto que hice al final. Me quedo preocupado por si eso haya podido estropear lo mio con Merce.

Ese mismo día a la tarde coincido con Merce en la merienda.

  • Hola Merce, ¿que tal el día? - digo sirviéndome una cerveza -

  • Bien, mucho trabajo, ¿que tal tu?

  • Bien también gracias. Oye.. me quede un poco rallado ayer… - digo preocupado -

  • ¿Te refieres a lo que hicimos en cama? ¿No te gusto?

  • Si, me refiero a eso, pero si que me gustó, y mucho.

  • ¿Entonces?

  • Me refiero a lo que te pedí que hicieras al final… espero que no te pareciese mal...

  • Ah.. vale, entiendo. No te preocupes, es que el semen no es algo de mi devoción. - dice sincera-

  • Lo entiendo, no es un manjar precisamente jajaja.

  • Sinceramente no se ni a que sabe, nunca lo he probado. Algunas amigas me dicen que tampoco es para tanto y otras que incluso les gusta, pero nunca me he sentido con confianza para probarlo.

  • Está bien, no te preocupes, me gusta que seas clara. Además, me gusta que tengas la confianza para decirme lo que no te gusta. No me gustan las mujeres que hacen las cosas solo para complacer.

  • Gracias por entenderlo. Esto no significa que no lo vaya a hacer nunca, pero al menos por ahora no le veo la gracia.

  • Aclarado entonces y si algún día te apetece probar me dices y podemos ver de hacerlo de manera que sea mas fácil para ti.

  • Eh, ahí me he perdido, ¿a que te refieres con mas fácil para mi? - pregunta con curiosidad -

  • Bueno, la primera vez podríamos intentarlo cuando sepa que no va a salir mucha cantidad.

  • Interesante, ¿y cómo sabes tu eso? - dice pensando que la vacilo -

  • Pues no sé, en la segunda o tercera del día suele salir menos.

  • Vaya, no sabía eso, pero está bien saberlo. Porque chico, ayer me dejaste perdida, jajaja – dice riéndose -

  • Y bien guapa que estabas – digo mientras le guiño un ojo -

  • Vaya, solo hablar del tema ya me estoy calentando, esto es buena señal, ¿no? - dice mordiéndose el labio inferior -

  • ¿Será que es la hora de la merienda y tienes hambre? - digo burlón -

  • No sé, ¿que tienes para ofrecer a tu hijastra?… -dice acercándose y colocando su mano sobre mi paquete-

Merce acerca su cuerpo al mio y me besa intensamente, mientras me acaricia con su mano la entrepierna, que reacciona poniéndose dura rápidamente.

  • Joder Merce… esto es la leche – digo excitado -

  • Ven, ponte cómodo – dice llevándome de la mano al sofá -

Me siento en el sofá y Merce acerca la alfombra para arrodillarse entre mis piernas. Ver a mi hijastra así entre mis piernas, desabrochando con deseo mi pantalón me produce un morbo indescriptible. Todo sucede muy rápido. Merce me baja el pantalón y bóxer al mismo tiempo hasta la rodillas y me agarra la polla firme con la mano. Pasa su lengua desde el tallo hasta el glande y luego la engulle hasta donde puede. Gimo de placer al sentir el calor de su boca. Retiro el pelo de su cara para poder ver como sus ojos verdes me observan fijamente. Su técnica no es perfecta, pero no importa, recibo mas placer visual que físico, y hace que me acerque rápidamente al orgasmo.

  • ¿Te gusta? - dice Merce haciendo una pausa corta -

  • Mucho… ¿y a ti te gusta? -

  • ¿Tu polla? Me encanta… es estupenda – dice ayudándose también de su mano -

  • Pues no pares… me encanta como lo haces…

  • Seguro que te gustaría llenarme la boca de tu leche, eh cabrón? - dice metiéndose conmigo -

  • Uff sí… pero no hace falta que sea hoy..

  • ¿Mi madre te lo hacia hasta el final?

  • Eh… - digo cortado por la pregunta - .. al principio de estar juntos sí…

  • ¿Hace cuanto que no te lo hacen entonces? -dice acelerando la mamada -

  • Mucho… bastantes años.. .

  • Joder que dura y gorda está… quiero sentir esto dentro… ¿puedo follarte ahora?

  • Sí, hazlo – contesto sin pensármelo dos veces -

Merce se pone de pie y se quita con habilidad los pantalones shorts y las braguitas de una vez. Se coloca sobre mí y dirige mi polla a su entrada.

  • ¿Vamos a hacerlo así, sin condón? -digo algo extrañado pero excitado -

  • Sí.. tomo la píldora desde hace mucho tiempo jajaja

Mi hijastra deja caer su cuerpo y se inserta en mi polla. Su chocho esta ardiendo y con lo mojado que está no hace apenas fricción.

  • Oh si… que morbo – dice Merce comenzando a botar escandalosamente -

Coloco las manos en su voluminoso culo y descubro lo agradable y suave de su tacto. Lo aprieto contra mí cada vez que cae para que me sienta mas dentro. Busco su boca y nos besamos muy cerdo, movidos por el morbo y deseo. Quien nos iba a decir que tras lo mal que nos llevábamos hace un tiempo que íbamos a terminar follando así como locos. Mi hijastra gime como una perra en el salón, y yo aprovecho para retirarle su ultima prenda, su camiseta, dejando a la vista sus bonitas tetas que me apuntan duras como dos pistolas. Las manoseo, las abofeteo, las pellizco, las chupo y las muerdo.

  • Ah.. ah… sí… sí… me voy a correr… que gusto joder… me corro! Me corro! -dice Merce a mi oído -

Sus palabras desencadenan mi orgasmo y comienzo a correrme dentro de ella con fuerza, notando el calor de mi propio semen en mi glande. Merce convulsiona encima de mi cuerpo..

  • Como lo siento… sí… ahhhhhhhh

Tras varios gritos que resuenan en toda la casa, mi hijastra se corre y deja caer su cuerpo sobre mi pecho, extasiada. Nos quedamos así un buen rato, sin saber que hacer o decir. Tras unos minutos, Merce levanta su cabeza y con una sonrisa de oreja a oreja me mira.

  • Que pasada jajaja noto como todo se me sale – dice incorporándose - Mira…

Se levanta y separa los labios de su chocho mostrándome como mi leche se va deslizando fuera, una vista para enmarcar.

Otro día muy intenso con mi hijastra termina, oficialmente me la había follado, o mas bien me había follado ella según se mire.