La pajillera (parte 2)

El día que mi hijastra y yo nos masturbamos juntos fue un punto de inflexión en nuestra relación, en muchos aspectos.

El día que Merce y yo nos masturbamos juntos fue un punto de inflexión en nuestra relación, en muchos aspectos. Por la semana, cada uno hacia su vida, ella comenzó a trabajar en un súper mercado y entre mi trabajo y proyectos apenas hacíamos vida en común. Era con la llegada del fin de semana cuando intimábamos algo mas. Mi actividad intima se intensifico en los días posteriores a nuestro encuentro. Me masturbaba en la ducha pensando en sus gemidos, en sus pechos, y en como me miraba mientras se corría. Ella también hacia lo suyo, pero nunca coincidíamos con tiempo para ayudarnos.

Sin embargo, el fin de semana era diferente. Era viernes y llego a casa temprano. Entro y saludo, aunque Merce no me contesta. Todo esta tranquilo y me voy para mi habitación para dejar las cosas. Se que Merce esta en casa ya que le habían dado la tarde libre. Al pasar por su habitación, puerta entre abierta, y gemidos usuales en el interior. Toco ligeramente a la puerta y entro. Merce esta como de costumbre, tapada con las sabanas hasta el cuello y masturbándose enérgicamente.

  • Hola Merce – digo sonriendo ante la bonita vista -

  • Ah, hola… no te escuche entrar – dice bajando el ritmo pero sin dejar de tocarse -

  • ¿Te molesto? - digo dejando mis cosas en el suelo -

  • No, al contrario, llegas justo a tiempo… - me dice mirándome de una forma muy sexy – ¿me ayudas?

No contesto y me siento a su lado, muy excitado de verla otra vez así. Merce me hace un hueco y me observa a los ojos sin dejar de masturbarse. Después, desliza la sabana por su cuerpo dejando su torso desnudo a la vista. A través de la ventana una cálida luz amarilla ilumina sus pechos, con sus pezones hinchados. Su piel tiene aspecto de ser muy suave.

  • Tocalas ahora, estoy a punto -me dice ella mirándose al pecho -

No sin algo de nerviosismo, acerco una mano despacio a uno de ellos, abarcándolo entero en mi mano. En la palma, se nota todavía mas grande. Su tacto es extremadamente suave y contrasta con la dureza del pezón. Merce reacciona a mi mano y se retuerce acelerando su dedo. Aprieto su teta, manoseándola cada vez con mas deseo. Me paso a la otra y hago lo mismo, para luego intentar abarcar ambas con una mano. Mi polla parece que va a reventar mi pantalón pero no quiero dejar de tocarla ni un instante. Uso ahora mis dos manos, tocando un pecho con cada una. Merce gime cada vez mas fuerte y me da confianza para coger sus pezones con mis dedos y pellizcaros varias veces. Las sabanas se van enrollando en sus piernas y finalmente decide bajarlas por completo, dándome una vista de todo su cuerpo desnudo. Sus dedos juegan rápidamente con su clítoris, visiblemente empapado. Su chocho esta parcialmente depilado y su olor es intenso incluso desde mi posición. Separa mas sus piernas, pasando una por encima de las mías. Bajo una de mis manos y acaricio la parte interior de su muslo. Deslizo mis dedos por su piel buscando su entrepierna. Merce tiembla de placer, cada vez mas entregada y expuesta a mi. Con una mano sigo tocando sus pechos, alternándome, y con la otra acaricio la parte inferior de su chocho mientras ella me sonríe excitada. Retira su mano y me deja hacer. Paso mi mano por su raja, de abajo a arriba, tocándola entera. Es increíble lo mojado y caliente que esta. Paso mis dedos entre sus labios, desde el clítoris hasta su agujero. Lo hago varias veces, presionando suave cada rincón de sus pliegues. Merce se agita.

  • Ah.. joder…. Ya … me corro – dice ella mientras sus ojos se abre como platos -

  • Ya?

Rápidamente meto dos dedos en su interior, tan empapado que casi no tengo que empujar. Los doblo dentro haciendo presión hacia arriba. Eleva sus caderas y su vientre convulsiona en el aire, al tiempo que Merce gime como nunca la había sentido. Cuando termina de correrse se deja caer sobre la cama, extasiada. Al poco tiempo noto como se queda dormida boca arriba. Todavía estoy muy excitado y me quedo contemplando su bonito cuerpo “curvy”. Tan excitado estoy, que decido aliviarme allí mismo. Me saco la polla y comienzo a masturbarme, observando sus suaves pechos y su coño todavía empapado. Por suerte, mis dedos están todavía húmedos y no dudo en llevármelos a la boca para saborear los restos de sus jugos. Me siento muy cerdo y pervertido haciendo eso, pero en ese momento solo buscaba correrme lo antes posible. Se me pasa por la cabeza correrme sobre ella, pero finalmente pienso que ese día todo ya había ido muy lejos. Noto que estoy a punto y busco rápidamente kleenex en su mesilla. Enrollo mi glande con ellos y comienzo a correrme de una manera muy bestia. Necesito varios kleenex para contener todo lo que sale y finalmente decido irme al baño a terminar de limpiarme. Tan aparatoso fue que termino dándome una ducha.

  • Hola, uff menuda siesta que me he dado – dice Merce entrando en el salón -

  • Ya veo ya, ya casi es la hora de cenar -

  • Siento mucho lo de antes -me dice -

  • ¿Que lo sientes?¿A que te refieres? -digo extrañado -

  • A esto – me dice mostrándome los cuatro kleenex que deje olvidados en su cuarto -

  • Oh… vaya… me olvide de tirar eso – respondo algo cortado -

  • Siento que te hayas tenido que aliviar solo … ahora ya tenemos mas confianza, no? - dice sonriendo -

  • Oye Merce, creo que deberíamos hablar de esto, ¿ no crees?

  • ¿Hablar de que? - dice haciéndose la tonta -

  • De nosotros, no se si te acuerdas que hemos tenido sexo hoy….

  • Si.. claro que me acuerdo… como para olvidarse… pero ¿cual es el problema? Tu no eres mi padre y estas soltero. Ademas, viendo como has dejado estos kleenex parece que no lo has pasado nada mal…

  • A ver, tienes razón… pero aun así… no se, te conozco desde que eras una cría..

  • No te ralles, nadie va a saber de esto, si es eso lo que te preocupa… es solo un juego, no le des tanta importancia. A mi también me da morbo esto, asique es mutuo…

Ese día termino de forma normal, cena película y luego ella se fue de marcha como cada viernes. Yo sin embargo me acosté temprano para dedicarme una buena sesión intima. Aprovechando que Merce no estaba, me cole en su habitación y me metí en su cama. Como buena adolescente dejo su cama sin hacer. Comencé a masturbarme recordando lo que había pasado esa misma tarde en esa misma cama. Su cuerpo iluminado, la suavidad de sus tetas, la dureza de sus pezones, lo húmedo de su chocho. Me calentérápidamente y mi mente se iba liberando y pensando en toda clase de situaciones sexuales con Merce. Imaginaba sus labios abarcando toda mi verga, succionando mientras me masturbaba con la mano. La imaginaba cabalgando mi polla, con sus tersas tetas saltando delante de mi cara. Me excitaba mucho todo eso porque sabia que tras lo de esa tarde era posible que se llegase a hacer realidad. Especialmente porque a la tarde me había expresado su deseo de ayudar a complacerme. Tuve una corrida bestial y otra vez necesite varios kleenex para poder contenerlo todo. Cuando me iba a deshacer del estropicio, lo pensé mejor y deje los pañuelos sobre su cama para que supiese lo que había hecho. Tras darme una nueva ducha, me metí en mi cama y deje la puerta entre abierta para quizás despertarme con sus gemidos. En ese momento me di cuenta de que estaba realmente obsesionado con Merce.

En mitad de la noche, la voz de Merce me despierta:

  • Pídeme lo que quieras, hazme lo que quieras, fóllame –me dice al oído con voz de borracha -

  • Eh.. ¿Merce? ¿Estas bien? ¿Que sucede? - me despierto desubicado -

  • Estoy borracha y caliente, aprovechate – me dice mientras busca mi polla con la mano -

  • Merce! Oye, estas muy borracha -digo sacando su mano -

  • Pues por eso, menos resistencia te opongo jajaja

  • Oye, me apeteces mucho, pero no así… - digo mientras agarro sus mejillas con las dos manos – duerme la mona, ¿ok?

  • Noooo.. yo quiero follar ahora -dice cada vez peor -

  • Venga, te llevo a cama que estas fatal

Me levanto y la llevo del brazo hacia su habitación.

  • No a la cama no… -dice balbuceando- mejor al baño..

En el baño se pasa un buen rato con la vomitona y la espero para meterla en cama.

Al día siguiente me levanto súper tarde después de la noche ajetreada. Merce duerme como una santa. Aprovecho para salir a dar un paseo y airearme después de los días tan intensos. Estar fuera me ayuda a relajarme y a ver todo con mas calma. Al fin y al cabo todo esto ha ayudado a que la relación con Merce haya mejorado, aunque realmente nunca habría pensado que seria gracias a tener sexo con ella. Sabia que no debía obsesionarme, seria solo un juego para ambos sin ningún objetivo claro.

Me estoy tomando una cerveza en una terraza y recibo mensaje de Merce: “Donde estas? Estas enfadado?”. Apuro la cerveza y me voy para casa, no sin antes pararme en la panadería para comprar donuts de chocolate que le encantan. Entro en casa y saludo:

  • Hola ya estoy aquí, fui a comprar desayuno – digo aunque sean casi las 12 de la mañana -

Me voy a la cocina a preparar el desayuno y Merce hace acto de presencia.

  • Mmm que rico, buenos días -dice mirando para los donuts - gracias!

  • Hola, buenos dí… - comienzo a decir mientras me doy la vuelta-

Merce esta en topless, solo vestida con una braguita short.

  • Jajaja ¿que pasa? ¿Te molesta que vaya así de fresca? -dice riéndose y cogiendo un donut-

  • Ah… no, es que me ha sorprendido solo es eso

  • Pensé que después de estos días ya tendríamos confianza para esto, ¿no?

  • Ya chica, pero no se, no me acostumbro a verte desnuda, entiéndeme -

  • Ya veo ya, que no le quitas los ojos de encima. No te preocupes, intentare ser mas discretita jaja -dice mientras usa su brazo libre como sujetador -

  • Jaja, no te preocupes creo que podre acostumbrarme -digo sonriendo -

  • Por cierto, siento mucho lo que paso ayer – dice cambiando el semblante -

  • No te preocupes, pero tienes que controlarte mas con la bebida, no es sano.

  • Es que llegue bastante bueno… creo que ya podemos hablar claro… bastante caliente. Y cuando vi los kleenex en mi cama pues ya ni te cuento. Pero gracias por rechazarme, creo que si no no me hubiera acordado de nada jajaja – dice zampándose otro donut -

  • Tenias que haberte escuchado, no eras capaz de decir ni una palabra a derechas. Decías “fodar” en vez de follar jajaja

  • Caray, ¿en serio te dije eso?? No me acuerdo de eso, que mal, que vergüenza!

  • No pasa nada, pero intenta no beber tanto la próxima vez, ¿ok?

  • Si, no te preocupes. ¿Y tu que tal anoche entonces? -dice con cara de pilla -

  • ¿A que te refieres?

  • Me encontré tus regalitos al llegar a cama. ¿Me cuentas que paso? - dice liberando ahora sus pechos otra vez-

  • Ah jajaja.. bueno, quería pasar un rato intimo antes de dormir, ya sabes -digo algo cortado de estar hablando de eso con mi hijastra -

  • ¿Y como es que los kleenex aparecieron en mi cama? ¿Lo hiciste allí?? -dice con cierta sorpresa -

  • Si, espero que no te moleste.

  • ¿Y porque en mi cama? -pregunta mordiéndose el labio inferior-

  • Porque quería recordar lo de la tarde – digo mientras noto mi polla engordar por la conversación y el torso desnudo de Merce -

  • Lo de la tarde fue top. Pero solo me hiciste cosas a mi, ¿tanto te gusto eso?

  • Si, nunca te había visto desnuda de todo

  • ¿Si?, ¿nunca me habías espiado en la ducha o así? Jajaja -dice metiéndose conmigo -

  • No, yo siempre he sido un padrastro ejemplar….

  • Pues espero que eso cambie a partir de ahora…

– Jajajaja que cosas me dices, que mal te hacen esas hormonas…

  • No te lo niego… estoy salida todo el día… fijate solo en mis pezones – dice señalándolos -

  • Caray se ven geniales… -digo muy excitado ya -

  • Me gusta que te gusten… ven.. acercate – me dice excitada -

Bordeo la mesa y me coloco a su lado. Merce esta sentada en una banqueta y nos quedamos a la misma altura. Sin decir nada acaricio ambos pezones con las yemas de mis dedos.

  • Espera, ¿no crees que nos estamos saltando algo? - me dice quitando mis manos sobre su cuerpo -

  • No entiendo a que te refieres.

  • Quiero que me beses - me dice clavando sus ojos verdes en los míos -

Sin contestar acerco mis labios a los suyos. Es una sensación muy intensa el besar a mi hijastra. Un beso lento, intenso, que me hace volver a la adolescencia donde te puedes pasar varios minutos en un mismo beso. Su lengua sale a recibirme casi al momento, y fundimos nuestras bocas durante varios minutos. Merce sujeta mis manos y las vuelve a colocar donde estaban antes de comenzar nuestro beso, sobre sus pechos. Su forma de besar me acelera mas todavía y comienzo a besar el cuello, deslizándome por el con la intención de saborear sus tetas. Meto su pezón entero en mi boca e intento abarcar lo máximo posible de su teta, pero es demasiado grande. Toco la otra con la mano. Merce me observa y me acaricia el pelo. Me vuelvo loco saboreando sus pezones y quiero mas, quiero mas de su sabor.

  • ¿Sabes una cosa que hice ayer cuando te dormiste? - le susurro al oído -

  • Lo que…

  • Me chupe los dedos que use para masturbarte mientras me hacia la paja – digo ahora mientras paso mis dedos sobre su braguita húmeda -

  • Uff, que morbo… ¿y te gustaba como sabían?

  • Si… deliciosos, me excite mucho haciéndolo… ¿Te puedo contar otro secreto? -digo mientras separo su braguita y acaricio su chocho empapado -

  • Si cuéntame .. me esta poniendo mucho todo esto…

  • Se me paso por la cabeza correrme sobre ti mientras dormías… -susurro mientras separo sus labios con mis dedos -

  • Que cerdo, ¿Y porque no lo hiciste? - susurra ella comenzando a gemir suave -

  • No se… pensé que igual te parecería mal .. -comienzo a meter un dedo -

  • No creo que me pareciese mal, pero mejor hacerlo cuando me entere, ¿no crees? -me dice sonriendo-

  • Quitate las bragas y súbete a la mesa, quiero comértelo – digo muy excitado -

  • Claro papa, lo estoy deseando – dice burlona y excitada -

Merce se sienta en la mesa y se abre de piernas, exponiendo su coño para mi . Me siento en la banqueta y comienzo a acariciar sus piernas, desde tobillos hasta muslos. Disfrutando de la vista de la desnudez total de Merce, que me sonríe nerviosa de excitación. Sus tetas puntiagudas apuntan al techo y vibran con cada uno de mis movimientos. Comienzo a lamer la zona interior de los muslos para hacerme de rogar. Cuando me acerco a la entrepierna, me paso al otro muslo y vuelvo a comenzar. A Merce este juego la inquieta pero hace que su excitación se mantenga bien alta. Me coloco justo delante de su chocho y soplo suave para volver a alejarme. La niña se desespera y me encanta. El olor de su coño es intenso así como el calor que emana. Finalmente decido dar el paso, y mirándola fijamente a los ojos saco mi lengua para acariciar su raja desde el agujero hasta el clítoris. Los ojos de Merce se entrecierran de placer pero pronto se abren para seguir disfrutando de la vista. Comienzo a lamer de abajo arriba, jugando con cada uno de sus pliegues. Esta tan húmedo que pronto comienza a mojar la mesa. Me centro en su agujero e introduzco mi lengua dentro, como si lo estuviese follando con ella.. Una vez dentro, la muevo hacia los lados para que me sienta. El sabor dentro es mas intenso, no deja de salir su flujo. Merce esta cada vez mas excitada y acelero mis movimientos. Su cadera se mueve con un vaivén constante de forma muy sensual. La noto muy excitada y cerca de correrse por lo que me centro ahora en su clítoris. Subo la cabeza y comienzo a chuparlo suave, manteniendo lo en la boca y saboreandolo. Subo una mano y comienzo a tocarle los pechos, duros como piedras. Con la otra mano, presiono en la entrada de su coño con dos dedos, pero sin meterlos mucho. Merce gime como una perra, cada vez mas alto y agudo. Dejo de jugar con sus senos y subo la mano hasta su boca. Ella entiende lo que busco y deja entrar dos dedos para poner a chuparlos con deseo. Eso me da una buena idea de como es su habilidad chupando. Comienzo a meter los dedos de su chocho al tiempo que acelero los movimientos de mi boca. Ella gime cada vez mas y retiro los dedos de su boca para que se pueda correr a gusto.

  • Correte Merce, dámelo ya – le ordeno -

  • Si… ya, ya, ya, yaaaaaaa. - un gemido largo y fuerte suena en todo el salón cocina -

Merce se cae rendida hacia atrás en la mesa, su pecho se contrae y expande muy rápidamente y su coño late bajo mis labios. Me incorporo y la vista del cuerpo de mi hijastra desnudo, sobre la mesa donde tantas veces hemos comido juntos se hará muy difícil de olvidar.