La pajillera

Aquel día fue sin duda un punto de inflexión en mi relación con mi hijastra, que paso de ser una convivencia casi insoportable a un día a día de morbo y excitación constante.

Por circunstancias de la vida, después de un tiempo vuelvo a vivir con mi hijastra, esta vez solos ella y yo. La conozco desde que era muy pequeña pero nunca hemos tenido una buena relación, es mas, siempre ha sido muy mala hasta el punto de no poder vivir bajo el mismo techo.

Sin embargo las cosas han cambiado y sigue siendo mi responsabilidad. Afronte esta nueva etapa con algo de recelo, la verdad se esta muy bien viviendo solo y solo tengo malos recuerdos de la convivencia con ella. Para mas inri, esta en plena adolescencia con los 18 anos recién cumplidos y con las hormonas a mil. Mi manera de afrontar esta nueva etapa con ella fue la de intentar minimizar el conflicto al mínimo y confiando que pronto consiga un trabajo y se independice. Minimizar el conflicto pasa muchas veces por ignorar o pasar de todo aunque no me parezca bien. Por supuesto esto era genial para ella y se fue encontrando mas cómoda en casa. Tanto, que sus sesiones intimas diarias comenzaban a ser mas frecuentes. Por la mañana, en la ducha, por la noche. No era escandalosa, pero no era difícil de imaginárselo, ya que muchas veces escuchaba gemidos de algún video porno o simplemente las sabanas rozándose.

Nuestra relación cambio a raíz de un encuentro fortuito. Era sábado, y harto de esperar a que se levantase me acerco a su habitación. Su puerta estaba entreabierta por lo que pensé que ya estaría levantada. Llame rápidamente a la puerta y me asome abriéndola.

  • Merce… ups.. perdón -digo viéndola a ella tapada hasta el cuello, con cara de placer, colorada, obviamente estaba tocándose -

  • Eh.. ahh – dice ella dando un brinco y abriendo los ojos como platos-

Sin decir nada, cierro la puerta cortado y me vuelvo a la cocina. Pasados unos minutos, Mercedes aparece visiblemente avergonzada

  • Mercedes, lo siento de verdad, pensé que estabas levantada – le digo -

  • La próxima vez llama mas insistentemente antes de entrar… joder… -dice ahora con algo de mala leche -

  • Bueno chica, tampoco te pongas así. Entiendo que necesitas tu intimidad, pero para eso tienes el pestillo. Te recuerdo que la puerta estaba abierta.

  • Ok, dejemos el tema, comienza a resultar algo embarazoso -dice sonriendo -

  • Vale, todo claro entonces. A desayunar.

Debo reconocer que la imagen de su cara de placer se me quedo grabada en la retina. Nunca vi a Mercedes desde el punto de vista sexual, pero cierto es que estaba hecha una mujer. Su complexión era algo rellenita, y sus pechos bastante grandes para su edad. Cara bonita, ojos verdes y pelo media melena. El color de su pelo dependía del mes en cuestión, ya que abusaba mucho de tintes.

Al terminar de desayunar me fui a mi habitación. para hacer la cama y ella se metió en su cuarto, cerrando el pestillo. Nada mas entrar, vuelve a abrirla y me dice:

  • Bien, veo que el pestillo funciona jajaja -y se mete en su cuarto riéndose y cerrando el pestillo otra vez

A los pocos minutos, escucho sus suaves gemidos, estaba masturbándose otra vez. Mercedes no salio de su habitación en el resto de la mañana.

La siguiente semana transcurrió rápido, como de costumbre por la cantidad de trabajo y proyectos. Si que percibí que Mercedes, tras lo que paso, solía ser algo mas escandalosa en sus juegos íntimos. Especialmente en la ducha, donde de forma natural el sonido se amplifica.

El sábado me desperté con sus gemidos. La puerta de mi habitación estaba abierta y supuse que la de ella también. La escuchaba muy cerca ya que nuestras habitaciones comparten pared. Intente mantener la compostura, pero sus gemidos se escuchaban altos y claros. Me comencé a excitar rápidamente y comencé a masturbarme yo también. El ritmo de su respiración marcaba el ritmo de mi paja y rápidamente me vi en el momento de no retorno. Comencé a soltar mi semen sobre mi pecho en grandes cantidades, al tiempo que mi hijastra se corría con un intenso y entrecortado gemido. Me quede un poco raro por lo que acababa de hacer. Intente quitarle importancia y me fui a la ducha. Tras salir, al pasar por la habitación. de Mercedes veo efectivamente la puerta abierta. Ella estaba todavía dentro de la cama , incorporada viendo el móvil.

  • Buenos días Mercedes, te dejaste la puerta abierta otra vez – digo -

  • Ah.. si… disculpa me abre olvidado – dice no de forma muy convincente - ¿se me ha escuchado o algo?

  • Bueno, digamos que en silencio no estabas – digo mientras me entra la risa -

  • jajaja vale vale… perdona.. ya sabes las hormonas jajaja

  • Venga tonta, vamos a desayunar.

La relación con Mercedes estaba yendo hacia unos derroteros algo extraños, nunca habíamos tenido tanta complicidad en esas cosas, no sabia como tomármelo. Es cierto que en su familia el sexo es un tema del que se habla en abierto pero en mi caso siempre he sido mas reservado.

  • Hoy voy a salir de marcha, ¿ok? -me dice durante el desayuno -

  • Ok, pero no vuelvas tarde, ¿me oyes?

  • Ya tengo 18, no te preocupes que me cuidare bien jaja

A las dos de la maniana no se nada de Mercedes . Ella no lleva mucho por la zona y me comencé a preocupar. Busco el móvil para llamarla y justo en ese momento siento a alguien intentando meter la llave en la cerradura, a duras penas. Es ella. Me voy hacia el hall para ver el espectáculo en primera fila. Mercedes entra, con pestazo a alcohol, tabaco, y balbuceando buenas noches.

  • ¿Que? ¿Que horas son estas de llegar?

  • ¿Que pasa?.. ¿me vas a castigar?! Ya tengo dieciocho…. -dice con problemas para pronunciar- no empecemos con controlarme otra vez...

  • Venga vete para cama a dormir la mona anda, no quiero discutir..

  • Vale papi jajaja -dice burlándose -

La verdad que menudas pintas se trae. Nunca me gusto su estilo, pero ahora parece una poligonera cuando se va de marcha. Pintarrajeada hasta arriba, escotazo y ropa ceñida que no es que le favorezca mucho.

Vuelvo para mi habitación la escucho vomitar en el baño.

  • ¿Estas bien? ¿Necesitas algo ? - pregunto arrimado a la puerta-

  • Estoy fatal joder… -dice dando arcadas-

Al cabo de quince minutos, Merce sale del baño.

  • ¿Que? ¿Menuda juerga hoy eh? Vamos, metete en cama

  • ¿Puedes dormir conmigo hoy? - me dice – me encuentro fatal.

  • ¿En serio? ¿A estas alturas? Jaja – digo sorprendido-

  • Eres un mal padrastro, nunca has dormido conmigo ni me has dado mimos… jajaja

  • Aissh que borracha estas, pero solo hoy ¿ok? -digo entrando en su habitación. -

  • Date la vuelta anda, que me ves las carnes – dice mientras se desviste y se mete en cama -

Yo ya estoy en pijama y me meto en cama a su lado.

  • Buenas noches, si necesitas algo me despiertas, ok?

  • Si.. buenas noches..

Merce se queda dormida casi al momento y yo no tardo mucho mas. Al cabo de varias horas, algo me despierta. Tardo un par de segundos en darme cuenta de que estoy en la habitación. de Merce. Ella esta a mi lado, temblando. O eso pensaba. Sin embargo, sus gemidos suaves me hacen darme cuenta de que en verdad se esta tocando. Siento su cuerpo temblar con los movimientos de su mano. No me puedo creer que Merce se este pajeando así a mi lado. A esta niña las hormonas le rebosan a través de los poros. No puedo evitar excitarme y de que manera. La situación hace que mi polla se endurezca rápidamente y apriete fuerte en bóxer. Merce parece que se esta metiendo los dedos, escucho el ruido que hacen al entrar debido a la humedad. Solo el roce de mi bóxer y las convulsiones de mi verga hace que me masturbe. Me pongo nervioso porque veo que como siga así me voy a correr. Giro muy despacio la cabeza y veo como los primeros rayos de sol iluminan parcialmente la cara de Merce. Su boca, entre abierta, labios húmedos, respirando intensamente con suaves gemidos. De vez en cuando, muerde su labio inferior mientras su agitación aumenta. De pronto, deja de mover sus dedos y su cuerpo se pone en tensión. Todo ello unido a un profundo suspiro me hace ver que se esta corriendo. El morbo es demasiado para contener y me comienzo a correr en el bóxer. Siento mi leche salir a borbotones empapándome todo. Intento disimular mientras me corro pero mi respiración se vuelve mas intensa. Merce suelta una risita y se da la vuelta para quedarse dormida rápidamente. Yo me quedo inmóvil asimilando lo que acaba de pasar. Mi hijastra y yo nos acabamos de correr juntos estando a unos centímetros el uno del otro.

A la mañana me despierto sin saber si lo que ha pasado ha sido un sueño o si ha sido real. La humedad que todavía hay en mi bóxer me lo aclara. Me levanto y dejo a Mercedes dormir. Me pongo a hacer cosas pero no puedo dejar de darle vueltas a las situaciones vividas con Merce , especialmente la de esa misma noche. No dejo de pensar en su manera de gemir, su boca entreabierta, el ruido de sus dedos, y en su risa después de correrme. Se habría dado cuenta ella?

  • Uff… buenos días – dice Merce con una mano en la cabeza y con cara de resacosa -

  • Vaya, buenos días Merce. Que temprano te levantas para ser sábado, ¿no?

  • Es que he descansado bien. ¿Que tal has dormido tu? -dice con media sonrisa-

  • Eh.. bien.. gracias. -digo sorprendido por la pregunta -

  • Me alegro. ¿Ves como no esta tan mal dormir conmigo? Jaja … Me voy a la ducha

El día transcurre sin mas. Merce se pasa toda la tarde en la habitación, como de costumbre y yo intentando distraerme para no pensar en ella. Por la conversación de la mañana estoy casi convencido de que se dio cuenta de que me corrí anoche, y la verdad no se si eso me gusta o no. Sea como fuere, la tarde la pase muy excitado y mi plan era acostarme pronto para poder aliviarme.

  • Me voy para cama ya, estoy súper cansada hoy – dice Merce dejando el plato de su cena en el fregadero -

  • Normal, hoy te has madrugado jajaja

  • Jajaja, si. Buenas noches, que descanses, - se despide Merce con una sonrisa, desde luego muy diferente desde últimamente -

Después de recoger la cocina, me voy para mi cuarto. Al pasar por la habitación de Merce, su puerta esta entreabierta. Me acerco despacio y vuelvo a sentir sus gemidos, bajo sus mantas.

  • Buenas noches -le digo asomándome un poco a la puerta -

  • Eh.. jaja buenas noches. -dice sorprendida de que le dirigiese la palabra -

  • ¿Te cierro la puerta?

  • No se… tu mismo

Cualquier día normal cerraría la puerta sin pensarlo, pero ese día en concreto me sentía demasiado excitado y quería seguir escuchando sus gemidos desde mi habitación. Dejo la puerta entreabierta y me meto en mi habitación , dejando también la puerta abierta. Me meto en cama rápidamente, bajando mi pantalón y agarrándome la polla, ya bastante dura. Comienzo a masturbarme debajo de las sabanas. Merce comienza a gemir de nuevo, esta vez sin cortarse un pelo. Sabe de sobra que estoy escuchándola. Y eso parece que le gusta ya que sus gemidos se aceleran rápidamente, al igual que mi paja. En un momento dado, noto como Merce deja de gemir y escucho ruido de mantas moviéndose. De pronto, mi hijastra se levanta y toca suavemente en mi puerta..

  • ¿Puedo pasar? -dice titubeando -

  • Eh.. - digo dejando de masturbarme de golpe – si.. claro.

Sin decir nada, se mete en mi cama y me dedica una suave sonrisa. Su mano vuelve a su entrepierna y comienza a tocarse otra vez. Sus ojos se entrecierran de placer y su boca se separa.

  • Tu también puedes seguir… - me susurra entre gemidos -

  • Ufff.. Merce… esto no esta bien - respondo sin mucho ímpetu de llevarle la contraria-

  • Lo se… por eso es tan bueno.. - dice jadeando -

Sus palabras hacen que vuelva a agarrármela bajo las mantas y siga masturbándome. El morbo de la escena es difícil de explicar. Mirándonos a los ojos, excitados, pajeandonos los dos agitadamente. Me siento otra vez como un adolescente y es maravilloso. Por si no fuese suficiente, Merce sube la parte de arriba de su pijama, dejando ver sus pechos respingones. Me sorprendo al ver su tamaño, mucho mas grandes de lo que aparentan. Sus pezones muy hinchados y con la punta dura. Sus tetas vibran como si fuesen gelatina siguiendo el movimiento de su mano.

  • ¿Te gustan? - dice ella -

  • Si.. – respondo acelerando mi paja con tremenda vista -

Merce comienza a jadear mas rápido, moviendo sus dedos dentro de su coño. Su cuerpo se arquea y se pone en tensión., soltando un gemido intenso que resuena en toda la habitación…. Merce se corre de una forma increíble y se deja caer boca arriba, con sus pechos apuntando al techo.

  • ¿Ya? - le pregunto casi al limite-

  • Si.. ahora tu. - dice ella sonriendo -

Acelero mi paja para correrme lo antes posible, noto mi semen subiendo por mi tallo y sin dejar de mirar a mi hijastra a la cara me corro muy fuerte, empapándome la mano y el vientre.

  • ufff.. dios… - digo suspirando fuerte -

  • ¿Ya? -dice ella -

  • Si.. ya..

  • Me alegro entonces. -dice ella colocándose el pijama -

  • Oye Merce, esto esta muy pero que muy mal..

  • Ya te digo, por eso tenemos que repetirlo jajaja -dice incorporándose - . Te dejo descansar por hoy, buenas noches..

  • Pero mira que eres… buenas noches

Merce se va a la puerta y antes de salir se gira.

  • Gracias – dice mandándome un beso -

Aquel día fue sin duda un punto de inflexión en mi relación con mi hijastra, que paso de ser una convivencia casi insoportable a un día a día de morbo y excitación constante.