La paja en el metro
Volviendo a casa, pajeando a un desconocido
Antes de nada nuchas graciasa todos por los e-mails recibidos y por todas las lecturas de relatos anteriores.
Hoy voy a contaros como acabé haciéndole una paja en el metro a un desconocido.
Era un domingo de invierno, había quedado con unos amigos, alguno que hacía bastante tiempo que no veía, para tomar unas cervrzas y pasar un buen rato.
Quedamos en un pub nuevo que habían abierto hacía un par de semanas. Un pub muy moderno, decorado como si fuese un circo y con muchas salas privadas para jugar a los dardos.
Reservamos una sala para jugar a los dardos, estuvimos jugando por 2 horas, bebiendo, comiendo y riendo.
Serían las 10.30 cuando yo decidí irme a casa, me lo estaba pasando muy bien pero al día siguiente tenía que madrugar.
Crucé la calle para ir a la estación del metro, serían 15 minutos hasta llegar a mi destino. Me sorprendió que no había mucha gente en la estación, y comprobé que en mi linea de metro tampoco había apenas gente.
Me senté en tercer vagón, no había nadie. Comprobé que en los vagones vecinos también estaba desierto.
En la siguiente estación subió un chico en mi vagón, tendría unos 33 años, moreno, 175, cuerpo fibrado y cara de vicioso. Se notaba que el chico iba muy caliente.
Yo iba mirando mi teléfono, respondiendo a algún whatsapp y mirando instagram.
El chico pasó por delante de mí, comprobé que no me quitaba ojo. Yo la verdad que no estaba muy caliente ese día... Se sentó enfrente de mí, pero un poco hacía la derecha. Yo seguía entretenido con mi teléfono, me sentía observado. De vez en cuando comorobaba que el chico no me quitaba ojo. Cada vez que me decidía a mirarlo, el sonreía y empezaba a tocarse. Yo cada vez miraba mas tiempo para el, y comprobé como algo en sus pantalones comenzaba a crecer de una manera descomunal.
Le sonreí, guardé mi teléfono y me dediqué a observar lo que ese chico me estaba ofreciendo. Que espectáculo, el bulto que se marcaba parecía enorme.
Me sorprendió cuando en la siguiente estación se levantó, pensé que se iría y se acabaría el espectáculo.
Continuó en el metro y tras comprobar que nadie se subió en esa estación y seguíamos solos, decidió sentarse a mi lado.
Por fin pude acariciar ese enorme bulto palpitante que se encerraba entre esos ajustados jeans. Pensaba que la cosa se quedaría así, con unas simples caricias por encima de nuestros pantalones. Mi rabo estaba muy caliente, sentía la necesidad de desabrocharme y sacar mi polla que pedía respirar.
El se adelantó y sacó una hermosa polla, 19 cm con un muy buen grosor, completamente depilada, acompañada de dos pelotas redondas, bien duras y al igual que su polla, sin ningún pelo. Lo único que pude hacer fue estirar mi mano y agarrar ese ardiente palo. El se cubría por un costado con su chaqueta por el tema de que hay camaras de seguridad en los vagones. Yo me dediqué a hacerle una paja mientras el me acariaba por encima del pantalón. La verdad que no me atrevía a sacarme el pantalón, había trenes que pasaban muy pegados al nuestro y me parecía demasiado arriesgado.
Continué haciéndole esa paja que tanto parecía gustarle cada poco salían unos gemidos leves de su boca, se mordía los labios y agarraba con fuerza mi polla por encima del pantalón, mientras con la otra mano saqué mi teléfono y comencé a tomar fotos, esa situación tendría que estar certificada con imágenes.
Nos estábamos acercando a mi estación, solo quedaban dos para llegar. Me moría de ganas por agacharme y meterme en la boca ese pedazo de carne, pero tendría que esperar ya que estabamos acercandos a la siguiente parada.
Justo antes de llegar a la estación, noté como se contrajo, era increible, ya se estaba corriendo y no me dió tiempo a recoger su jugo con mi boca. Me dejó la mano inundada de su semen, se me escurría entre mis dedos, su pantalon y su camisa también estaban llenos de leche. Debía de llevar tiempo el cabrón sin correrse o la situación le puso cachondisimo.
Se apuró a meterse el rabo aún durísimo en el pantalon, ambos nos quedamos mirando a mi mano, yo me moría de ganas por limpiarla con mi lengua. Me la acerqué a la boca y antes de yo poder probarla, me cogió la mano, la acercó a su boca, la escupió y comenzó a lamer. Llegamos a la siguiente estación, el se bajó, yo aún tenía mi mano cubierta con su semen. Comenzó a subir gente al vagón en el que yo estaba, escondí un poco mi mano, creo que el vagón estaba oliendo a leche recién ordeñada. Se cerraron las puertas, mi estación sería la siguiente. Me dediqué ese minuto y medio entre estaciones a dejarme la mano limpia, comencé por mi palma, bebiéndome el pegotazo que había en el medio mezcla de su semen y su saliba, continué lamiendo mis dedos y acabé “secándome” la mano esparciendo los restos que quedaban por mi cara.
Mi polla estaba apunto de reventar, decidí ir corriendo a casa, no quería que se me bajase la polla un poco, estaba muy caliente.
Llegué a mi habitación, me baje los pantalones, apreté mi rabo con fuerza y comencé a hacerme una paja mientras continuaba lamiendo y oliendo la otra mano la cual ese desconocido había inundado minutos antes.
No tardé mucho en correrme, algunos restos salpicaron en mi cara, mezclándose con algún resto que quedaría del otro chico. Me quedé relajadisimo y no tardé en quedarme dormido.
Cuando me desperté al día siguiente comprobé como mi cara tenía aún restos de semen, un poco de mi corrida y restos por mi barbita y nariz del desconocido.
Muchas gracias a todos, si alguien quiere ver alguna foto de la paja en el metro no dudéis en pedirme!