La oscuridad

Un sueño premonitorio o un deseo inconciente, solo el lector lo puede decir.

La oscuridad.

Su cuerpo no le responde, sus ojos apenas están abiertos y no sabe por qué le pasa esto. Es como si su cabeza fuera solo un montos de flashes , como las malas luces de un antro, una secuencia de fotos, ya se ve, ya no se ve.

Lucha con su mente y trata de descifrar lo que acontece a su alrededor, entre la confusión ve un espejo ¿en el techo? Si los ha visto antes pero solo en hoteles de mala nota donde de chica entraba con los perdedores que eran sus novios. Ahora ve su imagen en el espejo: Blusa negra transparente, falda corta y medias negras caladas, así vestía en la tarde cuando… ¿Cuándo qué? Vagamente recuerda que salió rumbo a una convención, a algo del trabajo con su amigo Daniel, si el mismo Daniel que ahora veía reflejado en el espejo del techo desabotonándole la blusa pero eso tenía que ser una ilusión, una mentira porque Daniel nunca haría algo semejante, era su amigo desde la infancia, tan apegados, tan juntos siempre que hasta la misma carrera y el mismo lugar de trabajo compartían, el siempre estaba con ella en sus triunfos y fracasos acompañándola, secándole las lagrimas y eran solo amigos.

Ahora Daniel (¿la alucinación de Daniel?) le quitaba la blusa por completo y dejaba descubierto el par de pechos tan llenos y firmes de piel blanca y el pequeño sostén negro que cubría –en unos instantes ya no – sus pezones rosados y de grandes areolas. La boca de su amigo beso y después succiono dichos pezones y eso le causo dos sentimientos que en su cabeza revuelta convivían en paz en ese momento, miedo y placer. Quiso quitárselo de encima pero no pudo su cuerpo no podía (¿no quería?) responder las manos grandes y algo callosas de Danny –como le decía de cariño- le apretujaron los senos provocándole el primer sonido que pudo salir de su garganta: Un gemido de placer -¡¡¡ AAAAAAAH!!!- Muy en contra de su voluntad sintió esas manos como nunca imagino sentir, pero su cuerpo aun dormido no podía ni responder ni rechazar la caricia. De pronto oscuridad otra vez.

Cuando pudo regresar volvió a mirar el espejo y ahora se miro ahora siendo despojada de la falda, con una delicadeza rayada en miedo, sintió leves temblores de las manos ansiosas que la desnudaban, también pudo ver que sus pecho subían y bajaban ahora desnudos y de pezones erectos y endurecidos, no quería y quería estar ahí. Sus bragas de corte francés y de color perla transparente mostraban el ligero vello púbico que recientemente se había mandado depilar, para usar tanga en las vacaciones del siguiente mes. Ahora parecía tan extraño y ajeno todo eso. Su mejor amigo la estaba violando y eso rompía no solo con sus planes sino con sus expectativas, sus sueños. ¿Si no podía confiar en él en quien más? Pensaba invitarlo y pagarle la estancia, por todas las veces que él la cuido mientras estaba enferma, mientras… mientras ella se encargaba olímpicamente de ignorarlo. La luz en la confusión de su mente, el estaba enamorado de ella, el siempre dio señales claras pero es más fácil ignorar lo obvio que darse cuenta. Por eso pasaba esto. Sintió de repente la humedad de algo en su pubis, era una lengua conocía bien la sensación entraba y buscaba el clítoris y lo encontró. Quizo gritar ¡¡¡Suéltame!!! Pero solo salió un quejido mas profundo y placentero que el anterior –AAAAAAAAAAAAAAH¡¡¡¡¡- su cuerpo no solo se negaba a moverse sino que se rebelaba a su voluntad… o lo que ella pensaba que era su voluntad. Después de todo Danny era atractivo, mucho, su barba de candado le daba una dimensión particularmente agradable a su rostro, sus ojos verdes profundos y su mandíbula cuadrada y firme, sus músculos de horas de gimnasio y ahora podía ver que el bulto de su entrepierna –observado casi por accidente en algunas salidas juntos a los balnearios- no era un calcetín como ella le bromeaba, quizá era por su extraña condición mental pero lo vía enorme frente a su rostro y no pudo o no quiso evitar abrir la boca y meterlo dentro, se reprocho que el único movimiento voluntario de su cuerpo fuera ese pero peor aún cuando comenzó a mamar y sintió las manos de Danny en su sexo estimulándola. Hubiera querido responder pero algo pasaba en ella. Quizá la bebida que Danny le dio cuando salían en el auto, el manejaba y le ofreció un jugo o algo así. La oscuridad otra vez.

Esta ocasión al hace la luz se sintió boca abajo y no podía ver el espejo, solo la cobija de la cama donde estaba frente a ella, ni siquiera recordaba si termino la mamada, si se trago el esperma o si otra cosa paso pero ahora sentía que algo entraba por sus nalgas, era un pene, nunca había tenido sexo anal pero pudo sentirlo mas placer involuntario, una y otra vez, ella recordaba como lucian sus nalgas por las fotos que se tomaba al ir a la playa, eran firmes y respingonas, paraditas y de excelente tamaño, la habían ayudado a seducir tanto a otros hombres y ahora eran propiedad de él, de un alguien que quizá siempre las deseo. Era increíble pero estaba teniendo un orgasmo, ella no sabía que podía lograrse un orgasmo anal, o siquiera que existían., sintió como levantaban su pelvis las dos fuertes manazas y la enculaban perfectamente. ¡Qué buen amante resulto su violador! Su amigo. Si hubiera sido a la buena. Oscuridad mas profunda aún.

Desperto agitada en el asiento del auto, miro a su lado y su amigo volteo con curiosidad. -¿tuviste un mal sueño? Te quejabas mucho pero no quise despertarte.- Ella miro confundida y noto que estaba en la carretera –Todo fue un sueño musito entre labios. –¿Qué fue un sueño?- respondió Danny. –Nada, solo loqueras de la mente. El sonrió le dijo - ¿quiere salgo de jugo? Esta fresco.- Ella lo recibió con una mirada extraña, incrédula y con un leve temblor. Lo miro por unos instantes y luego con una seductora sonrisa lo bebió hasta la última gota y se recargo suavemente en el hombro de su amigo. –Gracias, se que esta bebida me ayudara a sentirme mejor- y después cerró los ojos buscando ahora por su voluntad la oscuridad.