La Orgía (Partes I, II y III)

Nunca había pensado que le sería infiel a mi novio, que participaría en una orgía y que me besaría con una chica todo la misma noche. Pero la verdad es que casi me muero de gusto. Espero repetirlo muy pronto...

Mi nombre es Susana, vivo en Costa Rica y tengo 18 años, nunca antes le había sido infiel a mi novio... y no soy ninguna boba que no mira al resto de hombres por la calle. Aunque quiero mucho a Steven no puedo evitar tener fantasías sexuales con otros hombres cuando estamos en la cama. Y eso que me tiene plenamente satisfecha en el campo sexual. Él es alto, de ojos verdes y piel morena, atlético y muy bien dotado. En cuanto a mi... muchos me han dicho que soy muy bonita. Mido 1.65, tengo una larga melena castaña, casi rubia y los ojos color marrón. Se puede decir que tengo lo suficiente en lo que se trata de pecho, una cintura muy estrecha. Y, de lo que estoy plenamente orgullosa es de mi trasero. Lo mantengo redondito, duro y firme como el primer día. No hay día que no tenga sexo con mi novio, al menos, dos veces, a cualquier hora y en cualquier sitio. He tenido otras parejas antes, pero ninguna había conseguido satisfacerme plenamente.

A pesar de todo, como lo mencioné antes, no puedo evitar pensar en otros cuando estamos en la cama. A veces me imagino que estoy con él y con otro chico, normalmente, su hermano Hugo; me vuelvo loca y... No me considero una pervertida pero no suelo resistir más de cinco minutos con esa fantasía hasta que me "vengo" salvajemente.

Habíamos asistido a una fiesta que su hermano, Hugo había organizado para celebrar sus 18, en la playa. Era una fiesta típica de verano, al atardecer con fogata, algo de comer, y, sobretodo, mucho alcohol.

Cuando llegamos, encontramos a David que iba con su novia de "ese momento", Sara. Desde que estaba con Steven, el pobre había estado menos tiempo viendo a sus amigos y comenzaron a contarse movidas y hablar de sus cosas. David es amigo de Steven desde hace diez años y la verdad que es muy guapo. En cuanto nos encontramos me puse a platicar con Sara. Es una chica morena muy bien proporcionada, unos pechos redondos y tiesos con grandes pezones, y un trasero de esos que hace perder la cabeza a los chicos.

Tajeron música, bailamos, nos metimos al agua y nos pusimos hasta la madre de lo ebrios que estábamos. A las pocas horas el ambiente se calmó un poco. Todo el mundo iba muy desfasado de alcohol. Poco después llegó Hugo que comenzó a reír y a contarnos lo bien que iba todo con la fiesta.

La verdad es que Hugo siempre me ha impresionado. Un chico de 1.80 más o menos que, en traje de baño como íbamos todos, impresionaba con sus pectorales y sus abdominales. Además era encantador y enseguida empezó a bromear con nosotros (especialmente, conmigo y con Sara). Después de un rato de tonteo nos ofreció un poco de unos cigarros y que, según él, era de muy buena calidad. Yo dije que sí sin pensármelo. Me ponen muy caliente esos famosos cigarros. Aún recuerdo el primero que me fumé. Hacía poco que salía con Steven y habíamos estado todo el día de compras. Al llegar a su casa, cansados de tanto sol, me preguntó si me apetecía fumar. Yo al principio le dije que no, pero él me dijo que antes de rechazarlo por lo menos tenía que probarlo, y así lo hice. Cuando empecé a fumarlo, la verdad, le encontré poca diferencia, a parte del olor, con los cigarrillos, pero con la tercera o cuarta calada, empecé a excitarme y a notar, cada vez más, la costura de mi pantalón pegada a mi intimidad -me había quitado el bañador mojado y no llevaba ropa interior-. Estaba muy húmeda y Steven se debió dar cuenta, porque puso el cigarro en el cenicero, se acercó a mi y me dio un beso de "cójeme", largo y mojado, sin dejar rincón de mi boca sin repasar. Yo, sin pensarlo dos veces, le bajé los pantalones y poco a poco dejé salir su miembro, duro y un poco húmedo ya. Fue un impulso, pero me lo metí en la boca de golpe, y empecé a mover la cabeza arriba y abajo. Notaba con los labios las venas hinchadas de la verga de mi novio, y eso me ponía muy caliente, empecé a mover la cadera adelante y atrás mientras notaba que la costura del pantalón me rozaba la rajita. Cogí la verga de Steven con la mano para ayudarme, y con la lengua me fui hacia el glande y lo saboreé, parándome con cuidado en el agujerito del medio, que sé que a mi novio le encanta.

Parte II

Mientras, me estaba a punto de reventar de la exitacion, tenía los pantalones completamente mojados, y me notaba a punto de “venirme”. Hice presión más fuerte con los labios en la polla de Steven y aceleré el ritmo, sintiendo que se iba tensando y tensando, que él también estaba a punto. Entonces me la metí hasta el fondo, hasta donde podía llegar sin ahogarme y noté como un chorro caliente me golpeaba la garganta, una y otra vez. Eso fue demasiado y me vino el mejor orgasmo de mi vida, mientras tragaba el líquido espeso  de mi novio ,mi cuerpo vibraba sin parar, los jugos que me caían de mi intimidad me empapaban y los gritos de placer de Steven me sonaban a música. Creo que aquel día me “vine” más de dos veces seguidas.

En todo eso andaba yo pensando mientras Hugo preparaba el cigarro y empezaba a pasarlo. A la segunda calada yo ya sonreía mirando el cielo mientras pensaba en la polla de Steven, que me estaba acariciando la espalda. Le empecé a acariciar yo también y así, poco a poco, empezó a sobarme descaradamente delante de sus amigos. Primero el trasero, con disimulo, pero al poco nos estábamos ecxitando mientras me tocaba descaradamente mis senos. Abrí los ojos y vi a Hugo mirándonos fijamente, aún con el cigarro en la mano. Se le marcaba un miembro enorme y durísimo y eso me puso aún más caliente. La verdad es que estábamos al borde de la locura porque Steven, que me clavaba el miembro a través de las bermudas, me quitó la parte de arriba del bikini y empezó a lamerme mis senos. Yo me puse a gemir descaradamente mientras Hugo se tocaba su miembro por encima del bañador y Steven, sin poder contenerse más se sacaba la suya. No me podía creer lo que estábamos a punto de hacer. Follar en público es algo con lo que creo que todos habíamos fantaseado alguna vez, pero de ahí a hacerlo de verdad hay un trecho. No se si Steven se lo pensó mucho o iba muy colocado, pero en un minuto me vi totalmente desnuda con mi novio encima metiéndomela y sacándomela sin parar. Me follaba furiosamente, en un mete saca que me estaba llevando al orgasmo. Abrí los ojos y vi a Hugo con 18 centímetros de polla erecta en la mano meneándosela sin parar. Solo verlo me hizo “venir”, no pude aguantarme, Hugo  se dio cuenta porque mientras Steven seguía follándome sin parar, se acercó y dijo: ¿Te gusta? Pues pruebalo.

No me lo pensé dos veces. Primero se la toqué con cuidado, nunca había tenido entre las manos algo tan grande, pero enseguida me la metí en la boca. Chupé un poco la punta, estaba algo húmeda y muy caliente, me encantó. Pero Hugo estaba excitadísimo. Me hizo poner a cuatro y mientras Steven, sin mediar palabra, me seguía follando, Hugo me la metió en la boca y empezó a meterla y sacarla sin parar. Yo nunca había follado con dos hombres a la vez y sentir los dos miembros entrando y saliendo de aquella manera hizo que me “viniera” otra vez. Fue larguísimo, sentía cómo me vibraba mi feminidad y no paraba de mojarle el miembro a Steven con cada embestida. Aún me estaba “viniendo” cuando Steven, con un gemido, empezó a llenarme de su liquido. Hacía días que no follábamos y notaba perfectamente sus liquidos dentro de mi feminidad. Mientras, Hugo me clavaba  su miembro hasta la garganta sin compasión, pero la verdad es que me encantaba. Pensé que iba a “venirse” pero en lugar de eso me dijo: Te has metido alguna vez algo tan grande? La respuesta era no, pero no me dió ni tiempo a decirlo. Tanta frialdad por parte del hermano de mi chico me estaba poniendo a mil y la verdad es que ya hacía rato que deseaba sentir aquel miembro bien hasta el fondo. Se tumbó boca arriba e hizo que me sentara poco a poco encima suyo. Estaba tan mojada que su miembro se deslizó increíblemente rápido hasta el fondo de mi intimidad. Casi me “vengo” solo con sentirlo dentro, pero logré controlarme y empezar a moverme arriba y abajo. Subía todo lo que podía y luego me la clavaba hasta el fondo sin parar, cada vez más rápido. Con ese miembro entre las piernas no tardé ni dos minutos en “venirme” otra vez pero, de repente, Hugo me sujetó para que me estuviera quieta. Y entonces vino lo increíble. Sentí el miembro de Steven hacerme círculos entorno al trasero tal y como sabe que me vuelve loca. Lo tenía completamente mojado de todos los jugos que se me habían resbalado de mi intimidad  y también del liquido de Steven, así que enseguida noté la punta de su miembro  en mi trasero . La metió primero con mucho cuidado, ya que aunque practicamos  mucho, siempre cuesta un poco de meter. Pero esta vez, no se si por la calentura o por lo mojado que tenía el trasero, entró a la segunda embestida y enseguida Steven empezó un mete-saca rítmico que Hugo aprovechó para seguir follándome. Aquello era demasiado, un miembro en cada agujero en una follada monumental como casi ni yo lo había pensado... No sabía cuando me la metía uno y cuando me la sacaba el otro, solo notaba una amalgama de miembros por todas partes que no paraban de darme placer. No podía parar de gemir ni de mirar a Hugo, que seguía mirándome a los ojos a cada embestida. Al final no pudo más, me puso las manos en mis senos y se “vino” dentro de mí. Eso me hizo explotar a mí, y justo entonces a Steven, que me dejó el ano empapado. Casi nos "explotamos” los tres a la vez.

Cuando pude abrir los ojos, totalmente exhausta, vi que David y Sara no se habían estado precisamente quietos mientras nosotros tres montábamos la primera orgía de mi vida. Estaban los dos completamente desnudos haciendo un sesenta y nueve. Sara encima de David, le lamía el miembro arriba y abajo, mientras que su novio gemía del puro placer. David pronto se hartó de eso, y dedicó su lengua exclusivamente a lamer la feminidad de Sara .David Tenía la cara completamente empapada por los jugos que salían de la intimidad  de Sara, que mientras tanto había dejado de lamer y había empezado a tragarse el miembro de David, de tamaño medio , devorándola con ansias.

Eso me puso tan caliente otra vez que, sin poder contenerme, me dirigí hacia ellos, me arrodillé cerca de la cabeza de Sara y empecé a chuparle también a David. Ellos, lejos de sorprenderse me dejaron hacer, por lo que Steven y Hugo decidieron unirse a la fiesta. Steven apartó la feminidad de Sara de la cara de David, y empezó a restregarse el miembro contra su intimidad, que le acabó de humedecer con sus propios flujos mientras le metía dos dedos. Poco a poco fue haciendo camino para su polla, que le acabó metiendo entero entre los gemidos de Sara pidiendo que no parara de follársela así. Mientras, Hugo, a quien al parecer le había gustado mi feminidad, me volvió a meter su verga hasta el fondo. Aquello era una locura, sólo se oían gemidos y el olor a sexo nos empujaba a seguir con la orgía sin parar y sin hablar, solo llorando de puro gusto y placer. De repente, mientras compartíamos el miembro de David, Sara levantó la cabeza y me besó, metiéndome la lengua hasta la garganta, justo en el momento en que, sin poder aguantar más, todo su cuerpo empezaba a vibrar y a convulsionarse en un brutal orgasmo. Eso provocó que Steven no pudiese tampoco aguantarse más y se “vino”. Fue una reacción en cadena, porque acto seguido noté por segunda vez el líquido caliente de Hugo, que me provocó un éxtasis espectacular. Incluso llore de gusto, creo que no he sido más feliz en mi vida.

Nos habíamos “venido” todos menos David, que seguía con el miembro erecto. Se levantó, se tumbó encima de Sara, que no podía prácticamente ni moverse, y empezó un metérselo rápido. Cuando ya no pudo más, sacó su miembro y se “vino” en los senos de su novia, era espectacular. Cuando paró, Sara empezó a restregarse el liquido por el pecho con la mano, como queriendo disfrutar del calor de ese liquido blancuzco de  su novio. Cuando acabó, se metió los dedos en la boca y se los lamio hasta que no dejó ni rastro de ese liquido de David. Se incorporó y le pegó un espectacular beso, intercambiando lengua con lengua el líquido caliente que acababa de tragarse.

Después de eso casi se puede decir que nos derrumbamos sobre la arena. Estábamos destrozados, sudorosos, olíamos a sexo estábamos completamente llenos de arena. Decidimos meternos en el agua desnudos para relajarnos y quitarnos de encima todo lo que teníamos pegado. Nos metimos en el agua entre risas y nervios ya que nadie sabía qué decir. Yo me estaba quitando la arena de los senos cuando noté unas manos que me agarraban la cintura y subían al pecho. Era Hugo, ese chico es insaciable. Empezó a refregarme los pezones y a pegarse contra mí, clavándome su verga otra vez dura contra el cuerpo. Todos los demás, incluido mi novio, miraban sin decir nada y eso me volvió a calentar. Hugo me lamió los senos, apretó sus pulgares contra ellos sin parar, me mordió incluso y yo no paraba de gemir. Luego empezó a meter sus dedos en mi feminidad, pero al notar lo hinchado que ya tenia este, simplemente me inclinó un poco y me la metió por tercera vez. Nos pusimos a follar ahí dentro del agua, con tres personas mirándonos, entre ellas mi novio que miraba a su novia y a su hermano follando de esa manera... la verga de Hugo me ponía caliente, pero verles ahí parados mirándonos aún me puso más y me “vine” otra vez, gimiendo , pidiéndole a Hugo que me la metiera toda. Mis convulsiones le hicieron venir a él, llenándome de ese líquido caliente dentro de mi.

Nunca había pensado que le sería infiel a mi novio, que participaría en una orgía y que me besaría  con una chica todo la misma noche. Pero la verdad es que casi me muero de gusto. Espero repetirlo muy pronto...

Gracias por leer !!