La operación (y 2)

Debido a las peticiones me veo en la obligación de hacer una segunda parte. Que la disfruteis.

LA OPERACION (y II)

Que tal esa Semana Santa? espero que hayan descansado y que la vuelta al curro no les sea demasiado dura, en fin la vida sigue. El siguiente relato es fruto de mi fantasía, ya que Laura hasta dentro de un mes más o menos no sale de cuentas y da a luz a los gemelos, por cierto, esto de tener dos niños de golpe es una ruina y a veces pienso si debí haberme operado. El caso es que van a leer una posible continuación al relato de "La Operación", éste relato no es un relato que fuese a tener una segunda parte pero he recibido un buen número de emails, nada menos que once (lo considero un record particular), así como algún comentario en la web en donde me preguntan por la segunda parte del mismo. Por otro lado me gustaría dar las gracias una vez más a la gente que me ha enviado sus comentarios por email, en especial a Nomen por sus ideas para futuros relatos y a MoonLight, porque algunos detalles escritos (procuro siempre atenerme a lo que Santi me cuenta), en los relatos de Sara y Sandra y que son experiencias de mi amigo Santi me han servido para decirle que es un poco fanfarrón y que se atenga un poquito más a la realidad y que no me vacile tanto que luego soy yo el que queda mal.


Habían pasado dos meses desde que Laura había dado a luz y los gemelos nacieron, desde aquel momento y dado que la niña también era muy pequeña el tiempo que teníamos para nosotros era prácticamente nulo. Además habíamos tenido la mala suerte de que los dos enanos eran unos auténticos llorones y llevábamos desde que estaban en casa durmiendo malamente. Cuando no estaba despierto uno, lo estaba el otro y cuando no era la pequeñaja la que daba guerra, Laura estaba matada y yo casi que prefería estar más en el trabajo que en casa, eran los únicos momentos de cierta tranquilidad que tenía.

El caso es que un viernes después de trabajar, dejé como siempre el coche en el garaje y subí a mi piso armado de valor para afrontar el duro fin de semana que me esperaba, yo quería que viniese su madre a ayudarnos, cosa rara que un yerno quiera ver a su suegra en casa así que imagínense mi nivel de desesperación, mi suegra había sacado adelante siete hijos y sabía manejarse con ellos, pero ese mismo argumento era el que Laura siempre usaba para no llamarla, si su madre había podido con siete, ella podía con tres.

Abrí la puerta y entré, en seguida note que algo raro pasaba, ¡claro!, no había gritos ni lloros, solo silencio. Laura se acercó y me dio un beso en los labios como siempre que venía a casa, me cogió la mano y me llevó a nuestro dormitorio diciéndome por el camino que tenía una sorpresa para mí. Me sentó en una silla de madera, nuestro dormitorio es de estilo castellano, tiene una cama de dos por dos metros, con un enorme cabecero de madera labrada, además hay dos sillones de orejas junto a una mesita donde tenemos siempre algún libro o revista, si algún lector ha pasado una noche en uno de los famosos Paradores que hay en España sabrá lo que quiero decir porque copiamos la decoración de uno de ellos. Me llamó la atención que tenía la cámara de video apuntando hacía la cama, me imaginé cual sería su sorpresa, o eso creía yo.

El caso es que Laura salió y me pidió que la esperase en el dormitorio sentado en la silla que enseguida volvía, antes de salir, yo me interese por los niños a lo que ella me contesto que no me preocupase por ellos que se los había llevado su madre todo el fin de semana. A los pocos minutos, Laura apareció nuevamente, llevaba una bata de seda que la llegaba hasta las rodillas, giró la cámara hacía mi y la puso a grabar, seguidamente se acercó y me dio un tremendo beso con lengua, a continuación fue besándome el cuello, los hombros, el antebrazo.... así hasta que llegó a mis manos, se puso detrás de mi y de repente note un "clack"....., miré hacia atrás y vi que me había puesto unas esposas en cada mano y que las había cerrado sobre los barrotes de madera de la silla. La miré y ella me sonrió diciéndome que era su prisionero, a lo cual yo me dejé hacer. Cuando comprobó que estaba bien sujetas las manos a la silla y que no era posible por mi parte moverlas se puso delante mío y repitió la operación de besarme con lengua en la boca, y después continuó hacía abajo, el cuello, después el pecho, el abdomen... todo esto sin quitarme la ropa. Cuando llegó a la altura de los pantalones, lo que hizo fue desabrocharme el cinturón y me bajo el pantalón y calzoncillo, no sin cierta dificultad debido a mi inmovilización de manos, hasta la altura más o menos de la rodilla. Al hacer esto mi pene apareció a su vista, estaba un poco morcillón pero todavía le quedaba bastante para estar erecto, si ella quería jugar tendría que currárselo un poco pensé para mí. Con estos pensamientos estaba que ni me di cuenta de que me quitaba los zapatos y los calcetines y que casi a la vez me ponía otras dos esposas en cada tobillo y las anclaba fuertemente a las patas de la silla, dado que estas son de forja y tienen una traviesa más o menos a media altura estaba en una posición en la que mi cuerpo quedaba un poco arqueado de manera que mi pene sobresalía hacía afuera permitiendo que Laura tuviese un cómodo acceso a él.

Después de anclarme los pies, Laura se puso de pie y me desabrochó lentamente los botones de la camisa para seguidamente darme una serie de besitos pequeños, primero en el pecho para ir acabando en la base de mi pene, el cual trataba de controlar para retardar lo más posible la erección y que tuviese que ser más "persuasiva" con él, cosa que no tardó en suceder ya que se lo metió en la boca y comenzó a chuparlo desde el glande hasta la mitad del tronco, con cada chupada mi pene crecía un poco hasta que estuvo finalmente duro dentro de su boca.

Una vez que se dio por satisfecha con la dureza de mi miembro y comprobando que estaba completamente ensalivado, con la lengua se puso a recorrer la parte del frenillo, ya que personalmente es una de mis zonas más erógenas, Laura ha sido capaz de hacerme correrme solamente lamiéndome esta parte como ella sabe hacerlo. Me estuvo masturbando de esta manera hasta que le advertí que si seguía me iba a correr en su cara por lo que paró, se puso de pie y se marchó de la habitación diciendo que volvía en un segundo, que no me marchase. ¿A donde? pensé yo.

Pasaron como cinco minutos, la puerta se abrió nuevamente y Laura se dirigió nuevamente hasta mí, llevaba algo en las manos. Lo que hizo a continuación me dejó de piedra ya que no me lo esperaba, en la mano llevaba un trozo de esparadrapo o cinta adhesiva que puso sobre mi boca, para evitar que pudiese caerse, la dio una vuelta alrededor de mi cabeza, por detrás del cuello. Ahora si que estaba completamente a su merced, las manos y pies inmovilizados con las esposas, la boca cerrada con la cinta y mi pene completamente duro.

Y en este momento los acontecimientos tomaron un giro imprevisto para mí. Laura se acercó a la mesita de noche y me acercó una cajita, al principio no supe de que se trataban pero al verlas más de cerca me di cuenta de que eran el famoso tratamiento para la fertilidad que se puso cuando tuvimos a la niña, se acercó a mi oreja y susurrándome me preguntó que si sabía lo que era aquella caja, a lo cual yo asentí con la cabeza. Haciendo círculos sobre mi, Me explicó mientras me besaba que dado que teníamos una posición económica desahogada y que a ella le gustaban mucho los niños, había decidido que tuviéramos otro hijo y que para asegurarse se había estado medicando desde hacía cosa más o menos de un mes, mientras acababa de decir esto, se puso ahorcajas sobre mi y comenzó a acariciar con mi glande su clítoris, noté que estaba muy mojada. Yo traté de hablar con ella, pero me era imposible, sus palabras habían obrado un efecto sin precedentes en mi ya que mi pene se estaba retrayendo, supongo que del susto. Al ver que perdía la erección, Laura se fue hacía la televisión del cuarto y me dijo que dado que ella no me excitaba que lo mejor sería que viésemos un poco de película porno, y ahí si casi que me muero de la impresión. La película que comenzó a visionarse en la televisión del dormitorio no era otra que las imágenes que yo había grabado de Sergio cuando éste estuvo en nuestra casa y que había utilizado para chantajearle para obtener una muestra de semen. Laura fue adelantando la cinta hasta que llegó al día de la famosa inseminación, en el video se podía ver con todo detalle como primero se montaba encima de ella su sobrino, luego yo y finalmente otra vez su sobrino y como cada uno de los dos dejábamos nuestra semilla dentro de ella. Comencé a moverme como un poseso en la silla, pero era inútil no podía hacer nada estaba bien agarrado. Laura se acercó a mi y me dio un tremendo bofetón en la mejilla, con tan mala fortuna que me dio con el engarce del anillo y me hizo un corte del que empecé a sangrar.

Al ver que comenzaba a sangrar por el corte, se acercó y me beso la herida, para seguir besando mi boca por encima de la cinta. Otra vez se sentó ahorcajas encima mió y me dijo que no estaba bien lo que había hecho y que era un niño malo, que su sobrino y yo nos lo pasamos muy bien a su costa y que ella no había podido disfrutar y que eso tenía que cambiar. Se levantó y fue hacia la puerta, alguien entró en el dormitorio......, ¡era Sergio!, ¡la madre que la parió!..... aunque hubiese querido moverme no habría podido.

Sergio estaba completamente desnudo y presentaba una tremenda erección, había cambiado mucho desde la última vez que le vi, entonces tenía catorce años y ahora tenía cerca de diecisiete. Era más alto y presentaba mucho pelo sobre todo en el torso y las piernas, su pene era como yo recordaba, no muy grande, unos catorce centímetros debía de medir, lleno de venas y con un glande muy gordo, la diferencia ahora es que cuando era más pequeño solo el glande era grueso y ahora también lo era todo el cuerpo de su pene. Otro aspecto de su físico que me llamó la atención es que estaba mucho más gordo, aunque la palabra correcta era fofo, supuse que sería una broma de mal gusto el que Laura fuese a tener sexo con él. ¡Como me equivoque!

Laura hizo pasar a Sergio dentro de la habitación y cerró la puerta, se quitó la bata y se quedó completamente desnuda. Se acercó a mi y me explicó que a la semana de llegar del hospital con los niños, estuvo usando el ordenador tratando de buscar en Internet algo sobre los gemelos, pero que cuando se puso a navegar por error accedió a una carpeta donde tenía un montón de videos porno, al principio no les presto ninguna atención, ya que me conoce y sabe de mi afición por ellos, pero al ver que había una carpeta con su nombre se metió en ella y cual fue su sorpresa al ver los videos y un borrador del relato "La Operación". Me contó que en un primer momento estuvo pensando en ir a la policía y denunciarme, pero después lo pensó mejor e ideó todo este plan, sabía que la humillación para mi era mucho peor que cualquier otra cosa y estaba dispuesta a humillarme con lo que más me dolería, quedarse preñada de otro macho sabiendo que lo estaba disfrutando, es más me dijo que no pensaba solamente en quedarse preñada esa vez sino que cada vez que quisiera un hijo buscaría a alguien que se lo hiciese, pero que dado que no pudo disfrutar de Sergio la primera vez que esta vez se saciaría con él a conciencia.

Cogió a Sergio de la mano y lo llevó hasta la cama, lo tumbó y se puso a mamarle la polla del mismo modo que me había hecho a mí, pero cada vez que se la metía en la boca, me miraba a los ojos con cara de satisfacción. Estuvo lamiéndole un buen rato de esta manera hasta que se giraron de forma que su coño quedo mirándome y se pusieron a hacer un 69. Toda la vagina de Laura estaba completamente lubricada, además Sergio sabía como comer el coño a una mujer, recorría toda la vagina desde el ano hasta el clítoris y una vez allí lo masajeaba con la lengua, además tenía el dedo pulgar de la mano derecha dentro de la vagina de Laura y con el índice le masajeaba el ano. Yo no sabía porque pero me gustaba lo que estaba viendo, mi mente luchaba ante la idea de que Laura fuese a ser follada por Sergio ante mi pero a la vez me excitaba la idea de ver su coñito lleno de la leche de otro, sin poder evitarlo no pude contener mi erección más tiempo.

Sergio pidió a su tía que parase que se corría, a lo cual Laura se puso a cuatro patas e invitó a Sergio a que la penetrase. El chico no se hizo esperar, se puso detrás, paso su glande dos o tres veces por la entrada de la vagina de Laura y de un solo empujón le hundió toda su polla en la vagina. Sergio comenzó un vaivén tremendo y en menos de dos minutos estaba eyaculando dentro del húmedo coño de mi mujer. Cuando su pene se puso flácido y se salió de dentro de ella, Laura se puso de tal manera que podía ver como de su coño salía el semen de Sergio. Al verme que tenía una erección monumental, se acercó a mi y poniendo mi pene a la entrada de su coño se sentó de un golpe encima mío. No se movió ya que su intención no era que yo obtuviese placer y mucho menos que me corriese, se quedó quieta diciéndome que sintiese como escurría el semen de otro macho por dentro suyo y que seguro que a esa hora ya estaba siendo preñada por sus espermatozoides. Se salió, mi pene quedo manchado del semen de Sergio, y volvió a la cama donde se pasó toda el fin de semana follándoselo.

Cuando finalmente el domingo por la tarde me liberó de mis ataduras, no podía moverme, habían sido dos días de inmovilización absoluta y tenía los brazos y piernas completamente entumecidos. Laura y Sergio me llevaron a la cama y éste se marchó.

No fue hasta domingo bien entrada la noche cuando Laura volvió a la habitación y me dijo que porqué le había hecho aquello y la había obligado a actuar así si yo era lo que siempre más había querido. No supe que decir.


Bueno, espero que les haya gustado esta segunda parte, obviamente el día de la "inseminación" de Laura no quedó grabado ya que fue circunstancial lo que pasó (además de que todo el material anterior tuve la precaución de borrarlo por si las moscas), ya que mi idea era usar la jeringuilla para tales propósitos y no hacer una deposición directamente en su vagina por parte de Sergio. Pero a veces las cosas no salen como uno quiere, supongo que me excito ver a mi mujer sobada por su sobrino y por eso le dejé hacer, además se corrió tan rápido que poco pude hacer para evitarlo.

En un email de Ramón me pregunta si no me arrepiento de lo que hice, ya que es estéril y su mujer y él están pensando en hacer un trío para preñarla y no sabe como reaccionará a posteriori y si tendrá algún tipo de rechazo al niño, yo personalmente poco puedo decir porque un trío nunca he hecho (lo de Sergio yo no lo considero un trío), yo te recomiendo que si quieres un hijo vayas a un médico, pero cada uno es cada uno. Por mi parte ver como se follan a tu mujer es excitante pero a la vez frustrante y mucho más si sabes que el resultado de dicha cogida puede ser un niño, por mi parte yo a la niña la quiero como si fuese mía porque a fin y al cabo siempre he pensado que la paternidad no es el hecho de hacer al crío sino todo lo que es a posteriori, pero cada cual es un mundo, si alguien me pregunta si lo volvería hacer a día de hoy la respuesta es que no lo haría.

Con respecto a si tengo miedo de que mi mujer pueda enterarse de como se engendró nuestra primera hija, debo decir que durante un tiempo si que tuvo miedo de que se enterase pero ahora es algo en lo que ya no pienso. Como siempre sus comentarios y emails serán bienvenidos en el toronegro@terra.es . Nos vemos en el próximo.