La Oficina VI - Fin
Jose y Sonia son usados de sirvientes en una cena
Asi fueron pasando los meses, con visitas todos los fines de semana a los perros, asi como en el trabajo donde los tenía siempre disponible para mí. Cuando me apetecía, les mandaba llamar al despacho, cerraba la puerta y alli o me la chupaban o me follaba a Sonia, depende de lo que se me antojara en cada ocasión. Sonia, cada vez estaba más sumisa y José era un cabrón como siempre.
Sin darnos cuenta, llegamos al final de ese año de contrato. Cuando quise darme cuenta faltaban 20 dias para llegar a término de él. Decidí acabar el año a lo grande, dada la ocasión. Informa a mis perros que iba a hacer una cena con amigos y que ellos servirían, asi como lo mismo servían de postres. La rebeldía del principio de Sonia, había desaparecido y a todo contestaba con un “Si Señor” o un “Si Amo” ...
Fije la fecha de la cena para el fin de semana siguiente. Tenía que hacer la lista de invitados. Irían Leyre y Mario. Tambien invitaría a Juan, Paula como señora de mis perros, pero me faltaba algo para su mayor humillacion. Pronto se me ocurrió la idea. Estando en casa de mis perros un día, vi una foto de un señor mayor agarrado a la cintura de Sonia, muy sonriente, Me fije que la mano la tenía en su culo y le pregunte quien era. Me conto que era un tio suyo que desde muy joven había intentado sobrepasarse con ella, pero nunca lo había conseguido. Conseguí que me diera su nombre: Luis Valdés. Me quede con la idea del nombre para un futuro, y ese futuro había llegado. Para que fuera una sorpresa para ellos, no les dije nada e indague su dirección y su número de teléfono.
- Dígame
- Hola bueno dias, Don Luis Valdés.
- Si soy yo
- Hola muy buenos dias. Usted no me conoce, pero conozco a un familiar suyo que me ha dicho que hace tiempo que no le ve y quiere hacerlo, asi que para darle una sorpresa quería saber si quiere usted venir a cenar el próximo Sabado a mi casa.
- ¿A quién conoce usted?
- A Sonia xxxx.
- A, mi sobrina, claro. ¿Y le ha dicho que le apetece verme?
- Si, y va a venir a la cena tambien
- Por supuesto que me gustaria volver a verla. Está bien, dígame la dirección y la hora y alli estare.
- Sera el Sabado a las 20:00 en la calle xxxx.
- De acuerdo. Nos veremos entonces y será un placer saludarle.
- Lo mismo digo. Hasta entonces.
Ya tenía todo donde quería. Ordené a los perros que compraran comida para que el Sabado la preparasen. Les di una lista con los ingredientes y lo que quería que hicieran. Si no sabían cómo era su problema, pero tenía que estar todo perfecto.
Llego el Sabado y me prepare. Les había dicho a mis perros que vinieran a pasar el día en mi casa, asi aprovecharíamos este. A las 12 llamaron a la puerta, hora que previamente les había impuesto. Alli estaban los 2, vestidos muy elegantes preparados para servir la cena. José llevaba un traje con corbata azul marino y Sonia un vestido estampado muy bonito a media pierna.
- Vaya, que elegantes habéis venido. Lástima que nadie os vaya a ver asi jaja – reí.
Nada más llegar les ordene desnudarse del todo. Su cara de nervios me decía que había acertado con mi idea. Le ordené que se desnudaran y les di una bolsa con lo que tenían que ponerse. Asi irían todo el día.
Se desnudaron y abrieron la bolsa. Al ver lo q contenía, se miraron desconcertados. Les inste a que se lo pusieran y empezaron a hacerlo.
- Perfectos. Muy guapos los 2 – dije cuando habían acabado.
El panorama que tenía ante mí era el que sigue: Él estaba desnudo con un taparrabos y una pajarita. Estaba patético. Ella llevaba un traje hecho con correas que dejaba su culo y sus tetas a la vista de todos. Era una correa vertical y 5 horizontales que la cruzaban, Estaba jalonado con tachuelas. A los 2 parecía gustarles porque note que ella estaba caliente y él estaba erecto.
Asi estuvieron todo el día cuidándome, haciéndome la comida, sirviéndomela, Luego pasaron a mi aseo personal, bañándome, afeitándome, limpiándome el culo cuando iba al baño. Aquí hare un inciso para deciros que les hacía limpiármelo bien ya que sabían que después de limpiármelo iban a tener que pasar la lengua por él, asi que por su bien lo hacían a conciencia.
Y asi llego la tarde. A las 19.30n llego Paula, a la que había ordenado llegase antes de tiempo para ver a sus padres y, todo sea dicho, por si me apetecía follarmela antes de la cena, cosa que, he de decir, hice.
A las 20.00 empezaron a llegar los invitados. Di órdenes a mis perros para que los recibieran con es debido, los 2 en el hall para que les dieran lo que quisieran, y, por qué no decirlo, se rieran un rato de ellos.
La primera en llegar fue Leyre. Se la veía ansiosa por tener a los perros de nuevo. Nada más llegar le dio una bofetada a Sonia que le dejo la cara marcada. Se veían las ganas que le tenía del trabajo, ya que la desbanco como tía buena de la oficina.
A continuación, llego Juan, vestido de forma que el consideraba elegante pero que hacía más visible su miseria intelectual. Iba con una especie de traje que no combinaba ni queriendo. Llego regordete como era él y le planto un beso a Sonia en la boca y a José le dio un fuerte agarrón en los testículos.
Los invitados iban pasando al salón donde los perros les servían lo que querían, momento en que nunca faltaba alguna mano que se dejaba caer sobre sus cuerpos.
El siguiente en llegar fue Mario. Al ver a los perros recibiéndole, sonrió ligeramente y se encamino al salón.
Por último, llego el que más esperaba yo. Sobre las 21.00 sonó la puerta.
- Se me había olvidado deciros que falta un invitado – dije. Id a abrir perros.
Los 2 se encaminaron a la puerta con algo de nervios ante este invitado de última hora. Sonia abrió la puerta y al ver quien estaba alli, se le desencajo la cara. La cara de sorpresa de Luis fue tremenda al ver alli a su sobrina medio desnuda y a su sobrino político en iguales condiciones.
- Vaya, vaya. Que es lo que veo – dijo Luis. La digna de mi sobrina aquí vestida como una puta delante de todo el mundo.
Sonia bajo la cabeza y solo se la oía farfullar en voz baja. Directamente, le puso una mano en el culo y empezó a magrearlo con fuerza.
Le explique a Luis la situacion, que los 2 eran mis perros debido a un errar suyo, y que lo eran por su propia voluntad.
- Asi que tú eres la que siempre me rehuía cuando me veía y no querías que te tocara. Pues aquí estoy, tocándote a mi antojo, y lo que te espera esta noche querida.
Pasamos al salón todos a tomar algo. Estábamos sentados todos en sillones menos los perros que esperaban de rodillas el requerimiento de alguno de los invitados para llevarle lo que quisiera o simplemente para dejarse tocar y chupar donde le dijeran que chuparan.
Luis fue el que más activo estuvo ahí. Se le notaba que le tenía ganas a su sobrina. No paraba de llamarla para sobarle las tetas, el culo o el coño. En un momento dado se echó sobre el respaldo del sillón y dijo:
- A ver puta, veamos como chupas.
- Fatal – dijo Leyre.
- En este año ha aprendido mucho – dije yo
Sonia fue gateando hasta su tio y empezó a desabrocharle la bragueta. Saco la polla de Luis que era normal de tamaño, pero más gorda de lo normal y empezó a chupar.
- Pues no lo hace tan mal – dijo Luis.
Sonia había cogido practica en este año por todas las pollas que había chupado y los castigos que había recibido al no hacerlo bien.
- Muy bien putita- dijo Luis. Lo hace de fábula tu – le dijo a Leyre.
- Vaya, debe de haber aprendido – dijo esta.
Sonia no sabía por qué, pero se sentía orgullosa de estos comentarios. Cada vez chupaba con más intensidad hasta que un jadeo rápido y tensión en su cuerpo hizo ver que Luis se iba a correr.
- Si zorra. Me corro en tu boca, esa boca tan puritana que tenías ahora es el albergue de mi esencia. Quiero que lo aguantes dentro y me lo enseñes y que luego te lo tragues todo.
Sonia asi lo hizo. La corrida de Luis fue muy abundante y lleno prácticamente la boca de Sonia. Esta entonces, separo sus labios y le mostro su boca llena de semen para a continuación, pasar a tragar todo el contenido que guardaba en ella.
Yo estaba muy orgulloso de cómo habían evolucionado mis perros. Ahora se les veía implicados realmente en sus tareas y eran más cerdos que nunca.
Tras tomar unas copas. Pasamos al comedor donde nos sentamos para comer. Lo perros vineros a 4 patas detrás nuestra Nos sentamos y José hizo de camarero para nosotros.
Mientras comíamos, Sonia estaba debajo de la mesa tomando “su comida”. Cuando alguien la requería, iba enseguida y empezaba su labor. Asi llegamos al postre entre conversaciones varias.
Para este se me había ocurrido una sorpresa. No se si sabeis lo que el Nyotaimori. Seguro que lo habéis visto alguna vez. Es la comida encima de la mujer para que los comensales la cojan a su antojo. Pero esta estaba estratégicamente colocada. Eran pastelitos encima de Coño, tetas y zonas erógenas de Sonia.
Todos se lanzaron como posesos por el postre, cogiendo los pastelitos y regodeándose en su cogida de forma que Sonia lanzaba suspiros que no podía controlar. Yo fui por uno que tenía en el coño y tras cogerlo de golpe y sin avisar la metí dos dedos en el coño. Ella dio un gritito gracioso por el susto que luego se convirtió en gemidos de placer. Empecé a masturbarla. La escena calentó a todos que se empezaron a tocar. Le di orden a Paula de que, al ser el último día, estuviera al servicio de cualquiera que la desease y asi lo hizo obedientemente.
Mario le pidió que se acercase, la puso de espaldas y comenzó a follársela. Con la tripa que tenía, era una escena graciosa de ver, un tipo gordo y bajito follándose a una mujer muy delgada y mucho mas joven que ella.
Luis se veía que le tenía ganas a Sonia porque fue hacia su boca y sacándose la polla se la puso en los labios. Esta al notarlo, abrió la boca y comenzó a chupar mientras le venía el primer orgasmo fruto de mi masturbación.
Cuando vio que había acabado, Luis saco su polla de la boca de Sonia y se dirigió hacia su coño Coloco su glande en la entrada de su orificio y empezó a follársela duramente.
- Que ganas tenía sobrinita. Aquí te tengo para que te folle hasta que me canse.
Sonia perdió todo rubor ya y comenzó a disfrutar sin complejos. Lo único que quería era una polla dentro. Y lo estaba consiguiendo.
Mientras, Leyre había puesto a mamar a José y Mario estaba en la boca de Sonia. En ese momento, la cena se había convertido ya en una orgia. Luis se corrió dentro de Sonia y Mario de Paula. A su vez. Leyre se corrió con José y Juan paso a follar a Sonia, aguantando poco antes de correrse.
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