La Oficina IV

Fin de semana con sus compañeros de trabajo

A Leyre se la veían trazas de Ama, ya que nada más firmar llamo a Sonia para que fuera donde ella estaba:

-         Ven aquí puta – le dijo.

Sonia fue hacia allá, siempre con la vista al suelo y con la cara totalmente roja.

-         Agáchate y cómeme el coño – le dijo.

Ella se agacho, metió su cabeza entre las piernas de Leyre y comenzó a comerle el coño.

-         Que mal lo haces zorra. Mereces un castigo por no saber hacerlo.

-

A Sonia se le notaba que se esmeraba por satisfacer a Leyre, pero tambien se la veía la gran falta de practica que tenía.

Mario por su parte, viendo a Leyre, se le ocurrió hacer lo mismo con José. Asi pues, le mando que le chupara la polla. Este se agacho y empezó a masajearle los huevos a Mario que la tenía ya erecta de ver la situacion de Leyre y Sonia. A continuación, con la lengua, empezó a chuparle el glande, estuvo un rato asi hasta que acabo por metérsela entera en la boca y comenzó a mamarla con autentica dedicación.

-         Hija, esa no sabrá – dijo Mario a Leyre, pero este es todo un experto en chupar pollas, jajaj

-         Vaya, vaya, dije yo. ¿Parece que no es la primera polla que te has comido, eh?

José estaba rojo como un tomate, dándome a entender con eso de que había dado en el blanco. No tardo mucho Mario en correrse llenándole la boca a José de semen, el cual se lo hizo tragar todo sin desperdiciar ni una sola gota.

Leyre mientras tanto estaba decepcionada ya que ella no conseguía correrse y por ello me pidió una regla. Se la di y empezó a azotar las nalgas de Sonia con dureza mientras la instaba a hacerlo mejor.

Por miedo a que la hiciese daño, pues su culo ya estaba morado, les dije que por qué no íbamos a su casa. Alli estaríamos más cómodos. Ellos 2 aceptaron de inmediato y se acabaron de vestir para salir de la oficina.

José y Sonia fueron tambien por su ropa, pero Leyre dijo:

-         ¿Qué coño estais haciendo vosotros 2?

-         Lo siento Señora, solo creíamos que no íbamos a casa y por eso nos íbamos a vestir.

-         Si, vamos a vuestra casa, pero no he dicho nada de que os podáis vestir.

Los 2 pusieron una cara de desconcierto y espanto. La verdad es que Leyre era bastante retorcida y eso me hacía mucha gracia. Me miraron suplicándome mi intervención.

-         Sois suyos – dije encogiendo los hombros.

-         Mario, tu tenías un coche familiar, ¿no es asi? – pregunto Leyre

-         Asi es.

-         ¿Por qué no vas por él y lo traes a la puerta de la oficina?

-         De acuerdo

Mario salió de la oficina y fue por su coche. Mientras Leyre siguió con sus órdenes.

-         Quiero que los 2 vayáis totalmente desnudos hasta vuestra casa. No me importa que os vea alguien o no, asi que ya sabéis lo que hay que hacer.

Los minutos que pasaron hasta que Mario llego a la puerta de la empresa, se les hicieron eternos a José y a Sonia. La empresa tenía su sede en un polígono de las afueras de Madrid, famoso por haber mucha prostitución, asi que no me importo que se les pudiera ver, ya que los confundirían con putas y putos de la zona.

Mario aparco el coche y Leyre fue decidida a la puerta. La abrió e invito a José y a Sonia a salir. Los 2 salieron con la cabeza baja, intentándose tapar sus vergüenzas como podían. Yo estaba disfrutando como nunca de ello. Abrieron la puerta del coche y se metieron dentro corriendo. Leyre les echo una mirada asesina entonces.

-         ¿Qué es eso? ¿Los perros entran antes que lo Señores? Fuera los 2 ahora mismo y abridnos las puertas.

Los 2 salieron azorados y desnudos como estaban, abrieron mi puerta y la de Leyre. Leyre entro con muchísima calma al coche dejando que quien pasara pudiera verlos. Algún coche paso e hizo sonar la bocina con al consecuente vergüenza de los perros. Una vez estuvimos dentro del coche, Leyre les permitió entrar.

Asi fuimos hasta su casa, ellos todo el camino agachados, intentado ocultarse, sin conseguirlo del todo, ya que las magníficas tetas de Sonia se veían por las ventanas. Mario y yo íbamos delante y Leyre con los 2 perros, iban detrás. En un momento dado, Leyre bajo su mano y la puso sobre el coño de Sonia:

-         Pero si esta mojada la muy puta – dijo soltando una risotada

Tanto Mario como yo empezamos a reír y Leyre empezó a masturbar a Sonia.

-         Mira zorra, asi es como se hace.

Al poco rato. Sonia estaba gimiendo, disfrutando de la masturbación que le estaban haciendo. Se corrió entre grandes gritos que se le clavaban a José como agujas.

Llegamos a su piso y volvió a empezar la historia. Leyre les hizo salir a los 2 desnudos y abrirnos las puertas a todos. Hasta que no estuvo totalmente satisfecha, no les dejo entrar en el portal, cosa que casi fue peor para ellos, pensando en la posibilidad de que algun vecino los viera totalmente desnudos.

Con los nervios que tenían, les costó abrir su puerta. Yo tenía llaves, pero quise que fueran ellos los encargados de abrirla. La llave no entraba en la cerradura y cada vez se ponían más nerviosos. A mí me hizo mucha gracia todo aquello. Al conseguir abrir tuvieron que esperar en el descansillo a que pasáramos todos.

Por fin estábamos todos en casa. Leyre, Mario y yo nos dirigimos al salón a sentarnos y José y Sonia vinieron detrás nuestra, con la cabeza siempre al suelo. Paula no estaba en ese momento en casa. Les pregunte por ella y me dijeron que iba con una amiga a hacer unas compras.

Leyre les pidió una bebida y nosotros aprovechamos para hacer lo mismo. Iban los 2 a la cocina y Leyre les dijo:

-         ¿Cuándo habéis visto 2 perros que anden sobre 2 patas? Al suelo los 2 a andar como los perros, sobre 4 patas.

-

Los 2 se pusieron a 4 patas y fueron a la cocina. Ver mover el culo a Sonia fue una gozada. Ver como se contoneaba al tener que andar a 4 patas era lo máximo a lo que se podía aspirar.

Volvieron con una bandeja con las bebidas. Ya que no podían ir a 4 patas, ibas de rodillas andando con mucho cuidado de que no se les cayeran las cosas. Nos sirvieron y quedaron en el suelo. Mario entonces llamo a Sonia que se acercó andando como una perra.

Cuando la tuvo cerca. Empezó a tocarle las tetas. Sonia quería resistirse, pero su cuerpo la delataba y empezó a mojarse. Entonces Mario le indico que le sacase la polla y le chupara. Sonia desabrocho su bragueta y saco una polla no muy grande, pero si gruesa que estaba tiesa como un poste y comenzó a chupar.

-         Si que lo hace mal, si – dijo Mario a Leyre. Prueba a ese a ver si se le da tan bien comer coños como pollas.

Leyre llamo a José que fue donde estaba y a una señal de esta, enterró su cabeza entre sus piernas y comenzó a comer coño como si fuese lo único que iba a comer en el día, Lo hacía con tanta devoción que consiguió arrancarle suspiros de placer a Leyre.

-         Joder, como come este tio - dijo Leyre.

Al poco tiempo ya estaba gritando como una posesa, corriéndose entre convulsiones.

-         Joder, esta tía no sabe chupar – dijo Mario. A ver si sabe follar al menos. Ponte encina de la mesa puta, que te la voy a meter.

Sonia fue hasta la mesa y se subió a ella. Mario le cogió las piernas y se las levanto hasta dejar su coño accesible para él. Se agarro entonces la polla y la dirigió hasta la entrada de su coño. Empezó a empujar y cuando había metido ya la cabeza, de un solo golpe se la metió hasta el final. Sonia grito de sorpresa. Mario sonrió y empezó a bombear hasta llevar a Sonia al borde del orgasmo. Justo antes de que ella llegara a él. De repente paro.

-         Señor, ¿he hecho algo mal? – dijo Sonia

-         No puta, es solo que me he cansado.

-         Por favor, Señor, no me deje asi. Necesito correrme

Mario sonrió y dijo:

-          Está bien, pero cambiaremos de postura. Date la vuelta que quiero probar ese magnifico culo que tienes.

-         No Señor, por favor. Por ahí me duele mucho y no creo que resista.

-         Hazlo puta o me lio ahora mismo a cinturonazos contigo.

Sonia con cara de miedo. Se dio la vuelta, apoyada sobre la mesa de forma que dejaba el culo a la vista de Mario y a su total disponibilidad. Mario empezó a meterla y Sonia empezó a gritar

-         Me duele Señor, por favor pare

-         Calla puta. Es solo al principio. Veras como luego disfrutas

Poco a poco se la fue enterrando hasta el final, y una vez hecho esto, comenzó a bombear. Sonia gritaba de dolo (¿o gemía de placer?). Mientras con una mano empezó a acariciarle el clítoris. Ahí fue cuando Sonia no pudo aguantar más y el placer supero al dolor. El verse masturbada y la vez follada por el culo pudo con ella y se corrió con un orgasmo más fuerte que el que jamás había tenido en su vida. Mario tambien empezó a respirar fuerte y a jadear, indicando que iba a llegar al final. Antes de correrse, la saco, puso a Sonia de rodillas y se corrió en su cara.

-         Toma puta, una crema perfecta para esa cara de guarra que tienes.

Descansados los 2, Mario y Leyre dijeron que se tenían que ir, que mañana volverían para usar a los perros. Quede con ellos para estar presente y los acompañe a la puerta, despidiéndolos.

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