La Oficina - Epilogo
Fin de esta serie
Asi llego el último día de mi posesión de los perros. Decidí invitarles a cenar como despedida. Quedamos en un buen restaurante de Madrid a las 21.00. reserve mesa con antelación para evitar imprevistos desagradables y a las 21 en punto me presente alli. Para mi gusto, ellos estaban esperando ya en la puerta ya que saben que las formas para mi son importantes y no deben entrar a un sitio antes que su Señor.
Pasamos los 4, pues había invitado a Paula tambien, y el camarero no guio hasta una mesa que había pedido en una especie de reservado, aunque dentro del restaurante. Nos sentamos y le camarero nos trajo las cartas. Como ellos bien sabían ni la miraron porque yo pedía por ellos. Asi que pedí para los cuatro. Cuando el camarero se hubo ido con las comanda, dije:
- Bueno, parece que esto llega a su fin. Contadme cual ha sido vuestra experiencia y como habéis pasado este último año.
- Verá Señor – empezó a decir Sonia. Ha sido un año muy duro en ocasiones, pero en el hemos descubierto más morbo del que podíamos imaginar que existiese. Por eso hablamos ayer y si el Señor quiere, no gustaria seguir con usted, voluntariamente, como hasta ahora.
- Pero ¿Estais seguros de que es eso lo que quereis? ¿Sabeis lo que quiere decir todo esto?
- Si Señor. Ya le digo que lo hablamos ayer y no queremos que nada cambie.
La verdad es que esto me pillo de sorpresa. Después de haber estado usándolos literalmente a mi antojo, solo para mi placer, ahora querían seguir en la misma situacion. La alegría que sentí fue inmensa.
- ¿Entonces quereis seguir perteneciéndome?
- Si señor, esa es nuestra idea siempre y cuando usted nos acepte.
- De acuerdo. Firmaremos un contrato con los términos de vuestra cesión a mí que será renovable automáticamente cada año si nadie dice nada en contra. ¿Os parece bien?
- Como usted desee Amo. Se hara lo que ordene.
- Bien puta, para empezar, quiero que te metas debajo de la mesa y empieces a chupar como has aprendido en este ultimo año. Respecto a ti Paula, no tienes que estar de acuerdo con este trato que hemos hecho tus padres y yo, pero si estas de acuerdo y quieres seguir siendo mía, quiero que hagas como tu madre y le chupes la polla a tu padre hasta vaciarle los huevos. No quiero que ninguna de las 2 os lo traguéis, sino que lo mantengáis en la bica hasta que os diga.
Enseguida vi como las 2 mujeres se metían bajo las faldas de la mesa y noté como me desabrochaban la bragueta y sacaban mi polla. Por la cara de José supe que a el le pasaba otro tanto.
Sonia se había convertido en una experta chupa pollas y aunque trate de todos modos retrasar mi eyaculación lo más posible, no pude conseguir hacerlo en tiempo que hubiera deseado. José se había corrido hacía ya tiempo.
Salieron las 2 de debajo de la mesa, y se arreglaron los vestidos. Les hice entonces enseñarme las corridas y lo hicieron sonriéndome y abriendo la boca. Llego el camarero con el primer plato entonces. Había pedido una ensalada para los 3.
- Bueno – dije. No quería que tragaseis porque va a ser el condimento para vuestra comida. Echadlo todo en el plato encima de la comida.
Las 2 abrieron la boca y dejaron caer su contenido en el plato. Les inste a los 3 a comer entonces. Paula y Sonia empezaron a comer con ansia entonces, aunque a José no le hizo tanta gracia, pero aun asi comió y probo el semen que había depositado sobre la comida.
Asi continuo la comida y llegamos a los postres. Hice entonces que tanto Sonia como Paula salieran un poco de la mesa para mostrar sus piernas al camarero. Este llego y ante estas 2 esculturales mujeres, evidentemente, no podía dejar de mirar a sus piernas
- Están bien ¿Verdad? – le dije.
- ¿Perdón, Señor?
- Digo las 2 mujeres
- No me había fijado Señor – mintió
- ¿Te gustaria follartelas? Son mis putas, pero a ti te lo harán gratis. Tómatelo como una propina.
- Señor, las mujeres son esculturales, pero no sé si debería – titubeaba como si fuese una broma y no atreviéndose a ir a saco por todo
- Vamos, claro que debes. Nos has servido muy bien y mereces una gran propina. ¿No teneis algun cuarto donde no haya nadie que podamos ir todos?
- Bueno. Esta el Almacén donde no suele entrar nadie nunca a estas horas.
- Venga pues. Guíanos al almacén.
Asi los 5 fuimos hacia una puertecita, lejos de la vista de todas las mesas. Entramos y con una mirada mía, las 2 putas fueron hacia el camarero.
- José, ¿Por qué no e chupas la polla al camarero y se la pones dura para que se pueda follar a tu mujer y a tu hija?
En ese momento, José se arrodillo delante del camarero y sacándole la polla, empezó a chupar como solo él lo hacía. Mientras, el camarero le tocaba las tetas y Sonia y morreaba con Paula. Mientras estas jadeaban como auténticas putas.
En un momento dado, el camarero cogió a Sonia y le dio la vuelta. La apoyó contra la pared y de golpe se la metió por el culo. Empezó a follarla con rabia mientras seguía morreando con Paula. A cada embestida. Sonia aplastaba sus tetas contra la pared mas y daba pequeños grititos. Paula entonces le enseño las tetas y el comenzó a comérselas.
Asi continuaron un rato hasta que decidió cambiar empezando a follarse a Paula y a sobar a Sonia. Se notaba que Paula era su preferida ya que la trataba con mas delicadeza. A Sonia seguía magreándola fuerte. Le tocaba tetas y coño como si no hubiese un mañana. Asi llego a término y se corrió por entero en el coño de Paula., dejándoselo todo impregnado de su semen.
- Lo siento tio – me dijo, pero me he corrido sin condón
- Tranquilo chico. Quiero preñar a estas putas, asi que tu has inaugurado la veda.
- Muchas gracias por esta estupenda corrida. Siempre que querais, seréis bienvenidos a este restaurante. Me ocupare de que se os sirva como os merecéis.
Volvimos los 4 a la mesa y entonces les pregunte que tal.
- A esto no referíamos cuando dije que queríamos seguir – dijo Sonia. Tiene Usted una imaginación que nos encanta y mientras siga asi, querremos siempre estar con usted Señor.
Y sin más, pague y salimos de local