La Oferta VI

Desenlace y final de la doble trilogía dedicada a Sergei y Julián. Especial gracias a todos los que me habéis empujado a escribir esta segunda trilogía. Ha sido un placer darle forma, espero que disfrutéis tanto de su lectura como yo lo he hecho de su escritura.

Pasamos todo el día y la noche sin salir de la cabaña dando rienda suelta a toda nuestra pasión, perdí la cuenta del número de   veces que lo hicimos y de los orgasmos que tuvimos. Tumbados en la cama dije a Sergei:

-Dentro de 5 horas sale mi avión para Málaga.

-Lo sé- contestó Sergei mientras fijaba sus ojos en los míos. -No me canso de mirarte, tu nariz recta, tu hoyuelo en la barbilla, tus intensos ojos negros, tu pelo moreno tan fuerte, tu pecho esculpido, tus manos tan perfectas, tu espalda tan lisa...Ya puedes agradecer a tus padres el trabajo de ingeniería genética que hicieron contigo...

-Qué exagerado eres Sergei, parece que se te ha pegado lo andaluz en tus estancias marbellíes. Espero que aparte de mi físico valores otras cosas.

-Tú lo que quieres es que te regalen los oídos. Sabes muy bien que valoro en ti muchas otras cosas, te lo he dicho en otras ocasiones: tu nobleza, tu integridad, tu honradez, tu simpatía, tu saber estar, tu elegancia natural, tu discreción, tu capacidad de trabajo y muchas más cosas que pienso descubrir si tú me dejas. Y no soy nada exagerado, solo constato la realidad, conozco muchos países y hombres de todas las razas y ya te digo yo que tíos como tú, me caben en los dedos de la mano.

-Me voy a poner rojo...

-Lo olvidaba...tu humildad.

Ambos contemplamos fijamente el paisaje nevado del exterior y Sergei mirándome habló:

-Pareces algo inquieto Julián. ¿Qué te pasa?

-Nada, es solo que...Y ahora, ¿ Qué va a pasar?

-Pues que pasaremos las Navidades tú con tus padres en Toledo y yo con mis abuelos en Budapest. Después vuelo a San Petersburgo para pasar las Navidades ortodoxas con mis otros abuelos, eso es el 7 de Enero. A continuación viajaré a Ucrania por un tema del suministro del gas ruso, un viaje muy delicado dada la tensión existente entre los 2 países.

-¿Te das cuenta de todo lo que estás diciendo Sergei? Me he enamorado de una persona que sabe Dios cuantas veces da la vuelta al mundo en un año y que tiene que atender multitud de empresas, negociaciones y galas benéficas. ¿Qué cabida tiene ahí Julián Calzado?

-Bueno tras visitar Kiev, debería partir a Atlanta, pero pensaba delegar ese viaje para poder  ir a Marbella y visitarte.

-¿Visitarme?¿ Y mientras que hago?, ¿Tejo un manto como hacía Penélope cuando esperaba a Ulises?

Sergei me miró con gesto circunspecto mientras se dibujaba una arruga en su entrecejo que nunca antes vi.

-¿Y qué debo hacer según tú? ¿Debo abandonar todo por lo que llevo 10 putos años luchando? - preguntó un desconocido Sergei casi gritando. ¿Tengo que dejar colgada a toda la gente que trabaja y depende de mí?  Sabes, no puedo hacer siempre lo que quiero, seguro que tú lo tienes más fácil que yo, ¿Qué te impediría acompañarme a Kiev? Tienes dinero, tiempo, no tienes que dar explicaciones a nadie. No eres Penélope, ella estaba encerrada en Ítaca, rodeada de pretendientes sedientos de poder, mientras que tú estás en Marbella  paseándote en un Porsche para ir al gimnasio.

Era la primera vez que veía a Sergei tan acelerado y lo cierto es que me merecía sus palabras, me portaba como un niño caprichoso, mejor dicho me portaba como un chico enamorado y el amor no siempre atiende a razones.

-Yo...Solo quiero estar cerca de ti. No creo que pueda soportar esas ausencias tan prolongadas.

-Eh, eh...- dijo Sergei poniendo su mano en mi hombro y en un tono mucho más cariñoso -Nadie dice que esta situación sea perpetua, ni que no podamos revertirla entre los 2. El amor es un sentimiento precioso, pero es tarea nuestra luchar para que ese sentimiento no decaiga y ello muchas veces lleva asociado sacrificios y ausencias, debemos adaptarnos a nuestras propias circunstancias y buscar soluciones a los problemas que van surgiendo sobre la marcha.

-Me desarbolas Sergei, siempre tienes las palabras oportunas, para el momento adecuado.

-Créeme, he tenido que lidiar con grandísimos problemas en mi vida laboral y esquivar a tiburones más grandes que yo que querían devorarme aprovechando mi juventud, pero si algo he aprendido, es que no se puede bailar antes de que llegue el baile, como tampoco puedes dejar de ensayar aduciendo que ese baile no te saldrá bien el día de la gala.

-Entiendo tus palabras Sergei, yo...supongo que estoy asustado. Tú siempre me alabas Sergei, ¿Pero eres tú consciente del magnetismo que irradias en los demás? Inteligente, culto, atractivo, carismático, empático, generoso, ingenioso y por si fuera poco millonario no, lo siguiente.¿ No puedes comprender que me sienta terriblemente inseguro? Yo, que siempre he sido el tío más seguro y decidido del mundo me siento terriblemente inseguro.

Sergei avanzó hacia mí y me abrazo de nuevo.

-Todo saldrá bien.

Viajamos hasta el aeropuerto de Budapest Liszt Ferenc a tiempo para tomar mi vuelo de vuelta a Málaga. Nos despedimos con un fuerte abrazo. No fue una despedida triste pero sí llena de emoción. No fue un adiós, solo un hasta luego.

Durante el vuelo, no pude dejar de pensar en como la vida puede cambiar tan rápido en tan solo apenas una semana, los bombones de Forrest seguían dando mucho que hablar.

Aterricé en Málaga la tarde del 23 tras un tranquilo vuelo y conduje hasta Marbella ésta vez en mi Volvo tras recogerlo en el parking del aeropuerto. Sin apenas tiempo de nuevo preparé mi equipaje para salir al día siguiente hacia Toledo y pasar las navidades junto a mis padres. A mi lado, Willy Fog era un mero principiante.

Hacía meses que no visitaba a mis padres, la verdad es que les había tenido muy descuidados últimamente, cosa que me hacía sentir bastante culpable, pero les traía un regalo que por lo menos compensaría algo una ausencia tan prolongada.

Después de una opulenta cena de Nochebuena a base de pavo trufado y canapés mi madre sirvió los postres:  turrones, bombones y como no mazapán de Toledo...Por un momento visualicé a la abuela de Rafa y solté la figurita que estaba en mi mano...Lo cambié por un bombón, aunque nunca sepas cual te va a tocar...

Mi padre abrió una botella de cava y brindamos los 3 al tiempo que nos deseábamos Feliz Navidad.

-Mamá, papá, tengo que deciros algo, bueno casi mejor lo leéis...

Y dicho eso, les pasé un extracto bancario de su cuenta corriente en la que también figuraba yo como autorizado.

-Pero hijo, ¿Sabes lo que pone aquí?

-Claro que sí mamá. Pone lo que lees, que nunca más tendréis que pagar hipoteca. La cancelé hace 2 semanas.

Mi madre empezó a llorar sin poder reprimirlo mientras se llevaba la mano a la boca y miraba incrédula a mi padre que también tenía los ojos acuosos.

Nos abrazamos los 3 de nuevo, éste era un momento "Korolenko" total, sin duda.

-Pero, pero son más de 60.000 €...¿De dónde los has sacado?

-Rompí la hucha - bromeé - Tranquila mamá, no he matado a nadie, ni robado, ni nada que se le parezca. Son fruto de la suerte.

-Lo sabía, la lotería, sabía que algún día nos tocaría.

-Eh...sí justamente, la lotería. Me tocaron 2 millones de euros.

-¡Hostia puta!-exclamó mi padre, ahora sí con las lagrimas saltadas.

-Quería que fuera una sorpresa.

-Pues lo ha sido hijo y de las buenas.

No me gustaba mentir a mis padres, pero en esta ocasión no podía decirles la verdad, esa verdad pertenecía a Sergei y a mí. Solo Rafa había sido conocedor de mi viaje a Madeira y así seguiría siendo.

Volví a dormir en mi cuarto de adolescente que mi madre conservaba como cuando marché a Marbella, me sentí protegido, seguro, es difícil de explicar, pero así me sentía. Mire la pantalla de mi móvil, tenía un mensaje de Rafa deseándome felices fiestas. Estaba también en Toledo en casa de sus padres.

Estuve tentado de llamar a Sergei, pero era muy tarde, mañana sería mejor ocasión. Me tumbé en la cama y el póster del Barça campeón de Liga del 2005-06 que colgaba de la pared fue lo último que vi antes de dormirme.

Me desperté y miré el reloj, eran las 9,30 h. Tomé una ducha ligera, me afeité y me vestí con unos vaqueros negros, botas negras, pullover gris y granate y una cazadora de piel negra. No, no me olvidé ponerme los calzoncillos, boxers negros.

Me apetecía caminar, así que tomé una de las calles adyacentes a la casa de mis padres y me dirigí a la floristería, afortunadamente estaba abierta. Compré un ramo de margaritas blancas y seguí caminando.

-Hola, tenía ganas de verte. Ha pasado demasiado tiempo desde mi última visita. Ops, se me olvidaba Raquel, te he traído margaritas blancas, tus preferidas...y mientras las depositaba en su tumba no podía evitar que 2 lágrimas corrieran por mis mejillas...

Sentí una mano en mi hombro y una voz familiar que llena de congoja me decía:

-Sabía que estarías aquí, siempre lo estás el día de Navidad.

Me giré y estallé en sollozos mientras me abrazaba a Rafa y mi cabeza se apoyaba en sus hombros.

-Vamos tranquilo Julián, tranquilo, desahógate.

Abandonamos el cementerio y entramos en un bar para pedir algo caliente.

-¿Mejor Julián?

-Sí - dije lanzando un profundo suspiro

-He ido a verte a casa y cuando me ha dicho tu madre que no estabas me he venido para acá.

-Gracias rafa. Todo el mundo debería tener un amigo como tú.

-No seas tonto.

Puse las manos en el vaso de café y sin levantar la vista de la mesa dije:

-La echo de menos Rafa, no lo digo nunca, pero la echo de menos.

-Lo sé Julián, lo sé.

-Por qué tuvo que embestirla aquél camión, no es justo...- dije mientras mis ojos se empañabande nuevo -Tenía toda la vida por delante con ella, no merecía morir...

-Claro que no Julián, claro que no. Pero... Raquel se fue sin sufrir, sabiendo lo mucho que la amabas, quédate con eso.

Rafa me llevó a casa en su coche y entró a saludar a mis padres, quedamos de nuevo para vernos en Marbella en los próximos días pues ambos pasaríamos allí el fin de año. Salí al rellano de la escalera a despedirle, cuando ya se disponía a perderse en el ascensor alcancé a decirle:

-Eh, RAFAEL GUERRERO. ¡Nunca podrás  saber lo que te quiero!

-Claro que sí, porqué yo también te quiero a ti.

-Somos los reyes del pareado, ¡Feliz Navidad!

-¡Feliz Navidad Julián!

Y guiñándome un ojo desapareció tras la puerta del ascensor.

Volví al interior y leí un mensaje en mi móvil. Era de Sergei: "Te he llamado, cuento los días para viajar a España y volver a verte. ¡Feliz Navidad! Una risa tonta se dibujó en mi cara. Estaba enamorado hasta las trancas.

Tras pasar las fiestas navideñas en Toledo, volví de nuevo a mi ático marbellí. Después de tantas idas y venidas debo confesar que me apetecía disfrutar de la calidez de mi hogar. Aproveché para dedicarme a algunas tareas domésticas que tanto odiaba, como ordenar mi ropa, limpiar, comprar comida y arreglar un grifo del baño que me daba la lata hacía semanas, no era un manitas, pero tampoco un negado que dependía del fontanero o del electricista para cualquier minucia.

Invité a cenar a Rafa la noche del viernes. Tenía muchas cosas que contarle. Si Sergei y yo íbamos a estar juntos, Rafa debía saberlo sin más demora. Era un tema que no sabía bien como abordar, pero que tenía que afrontar.

-¿Y por qué no cenamos en mi casa? Siempre me estás invitando. Vale que vayas bien de pasta, pero esto ya es gorronear...

-La próxima en la tuya y tranquilo cuando me gorronees en exceso ya te daré una patada en el culo.

-Vale, pero después salimos de marcha, que tengo que presentarte una nena que es ideal para ti. Tiene unos pitones que ni el toro de Osborne y un cul...

-No te puedo prometer nada .-le interrumpí -  Ven a cenar y después ya se verá.

-Cuánto enigma, ni cuarto milenio tú, espero que lo que me tienes que contar tenga más "chicha" que lo que cuenta el Iker Jiménez ese...

Llegó el viernes noche y sonó el timbre. Agradecí que Rafa fuera tan puntual, era una de sus buenos hábitos.

-He hecho cuscús Rafa, sé que te encanta.

-¡Ey que detalle fiera!- exclamó rafa palmeando mis posaderas -Dios, si no tuvieras esos centimetrillos de más colgando entre las piernas te pediría en matrimonio...

-Como que centimetrillos...Julandrón que yo calzo un buen nabo.

-Bueno, tampoco te las des ahora aquí de Nacho Vidal.

-Como te la ponga en los hombros vas a parecer el rey de bastos...

-Anda Julián no te tires el pegote, que esa frase te la enseñé yo...

-Es verdad, solo tú tienes el talento necesario para hacer semejante despliegue poético.

Comenzamos a cenar y Rafa sin más demora me preguntó.

-Bueno, ¿Qué es eso que tienes que contarme? Parece importante.

-Bueno, lo es. Verás...Está relacionado con mis cambios recientes de los que hablamos no hace mucho.

-Sí, lo recuerdo perfectamente.

-Sabes Rafa, creo que todo está relacionado con mi viaje a Madeira y lo que allí sucedió con Sergei.

-¿El ruso?

-Sí, el ruso como tú dices.

-¿Y por qué crees que está relacionado con él y con ese viaje?

-Bueno al principio no era muy consciente de lo que me pasaba, pero luego reparé que esos pequeños cambios empezaron de manera sutil tras mi estancia en la isla con él.

-Julián, ¿puedes concretar? Es que no sé donde quieres llegar...Me contaste que te follaste al ruso y que te soltó 2 millones y 2 Porsches por tus servicios...Joder,  debiste echarle un polvo brutal para que te soltara esa pasta...

-Tú lo has dicho Rafa. Me lo follé por pasta... Al menos,  en un principio. Pero a medida que pasaban las horas y los días con Sergei ,me di cuenta que me gustaba su carácter, su manera de hablar, su filosofía de vida, en fin, que sentía una gran admiración por él.

-Aha - asintió Rafa mientras mordía una manzana

Pasaron los días después de nuestro encuentro y sin darme cuenta noté que la admiración, daba paso al cariño y a raíz de recibir el cuadro el día que tú estabas en casa, comencé a pensar más y más en él, hasta el punto de obsesionarme.

-¿Me estás diciendo que te enamoraste?- preguntó Rafa a la par que dejaba de masticar su trozo de manzana

- No exactamente, pero su sombra era tan alargada que empecé a perder el interés en otras personas, las mujeres en mi caso, hasta el punto que empecé a bloquearme con mis últimas citas cuando a mí nunca me había sucedido eso.

-Joder Julián me estás dejando de pasta de boniato. ¿Qué hago yo viendo "Águila Roja"?

-Pues aún hay más. Para intentar poner orden en mi cerebro y en mi corazón me fui a Viena poco antes de las navidades y aquello precipitó todavía más los hechos ya que por razones que no vienen al caso y totalmente ajenas a mí, Sergei, el ruso del gas como tú lo llamas, se hallaba esos mismos días a poco más de 2 horas de coche de Viena, en Budapest concretamente.

-Y te lo trincaste otra vez.

Poniendo la cara de un niño que ha hecho una travesura, moví mi cabeza afirmativamente.

-Tenía que salir de dudas, conocer  en que punto me hallaba con Sergei y saber que sentía el por mí.

-Pero,  ¿Y entonces que conclusión sacas de todo esto? , ¿Te gustan los chochos o las chorras?

-Me gusta Sergei. O mejor dicho, me he enamorado de él.

.........

.........

-Di algo Rafa.

-Julián tú ya has perdido el amor una vez, no puedes permitirte el lujo de perderlo una segunda y menos ahora que de ti depende. Ven "pa cá" anda.

Y Rafa me abrazó tan fuerte que una profunda emoción recorrió todo mi cuerpo. Sólo pude pronunciar un casi inaudible: -Gracias.

-Gracias a ti. Acaba de retirarse de la competencia la polla-folla-pibas más activa de todo Marbella...

-Ahí está, ese es mi Rafa, partiendo en mil pedazos de un mazazo la magia del momento.

-En serio Julián, eres mi mejor amigo, no te juzgo, nunca lo haría, te quiero tal como eres. Pero una pregunta, ¿Por qué él y no yo?

-¿Sabes dónde está el lago Balatón?

-¿El qué?

-Pues por eso Rafa, por eso...

Rafa tomó con total naturalidad mi historia con Sergei, él no era un amigo, era una bendición que me había enviado Raquel, o eso me gustaba pensar, pues le conocí a la semana de faltar ella. Naturalmente mi amigo no escatimaba en puyitas varias, tan guarras y sucias como graciosas, pero ese era él y yo le quería como era.

Estábamos a 9 de Enero,  los Reyes Magos nos habían ya visitado y la llegada de Sergei había iniciado su cuenta atrás. Hablábamos prácticamente a diario, le había explicado mi larga conversación con Rafa y lo bien que me sentía actualmente. Si todo seguía su curso, hoy debía hallarse en Kiev, en  un viaje que me inquietaba ligeramente, pues sabía que rusos y ucranianos no estaban últimamente en su momento más dulce.

Mi deseo sexual también iba en aumento, eran muchísimos días de abstinencia, paseaba por la calle y las mujeres llamaban mi atención una y otra vez, ese día me había cruzado con Yolanda, una pibita con la que había tenido más de un escarceo y a la que le iba cantidad el sexo guarro.

Se paró un momento a saludarme, tuve que irme, me conocía y sabía que quedarme ahí de charla podía llevarme a una situación de no retorno. Entré en casa todo acalorado, me miré en el espejo de la entrada y vi reflejado bajo el cinturón un paquete de escándalo. Me desnudé y tras bajarme los slips blancos con banda negra que llevaba me metí en la ducha, a pesar de estar en pleno Enero puse el agua fría y grité como un poseso cuando cayó sobre mi cuerpo, cualquier cosa antes que follar o pelarmela, quería dárselo todo a Sergei cuando viniera, desde luego si las ganas seguían aumentando de ésta forma tan exponencial, Sergei se iba a ir con el culo como la bandera de Japón...Le amaba sí, pero la tralla que le iba a dar cuando llegara lo iba a dejar fino para un mes por lo menos. Se iba a ir bien servido donde quiera que se marchara. Salí de la ducha y apliqué un poco de crema corporal, evitando cualquier contacto con mis genitales o de nuevo debería darme otra ducha fría y no estaba yo por la labor.

Intentaba evitarlo pero las imágenes de Sergei en la cabaña conmigo,  llegaban a mi mente una y otra vez y me ponía cardíaco, que culito tenía el cabrón y como tragaba, tanto o más que por la boca. A decir verdad, ninguna tía de las que había conocido hubiera podido seguirme el ritmo el día de la cabaña, estaba como desquiciado, pero empezaba a sentirme exactamente del mismo modo. Pensé en llamarle y decirle lo que me pasaba, contarle un anticipo de lo que pensaba hacerle cuando lo tuviera entre mis brazos, pero desistí, solo faltaría que estuviese reunido con los ucranianos y yo informándole de como pensaba meterle el trabuco hasta la campanilla, tampoco mandarle un mensaje o similar era buena idea, Sergei ya me había prevenido que dada su posición, ese tipo de envíos no eran seguros ni deseables por gracia que le hiciera recibirlos.

Andaba enfrascado en esos pensamientos cuando un whatsup de Rafa me sacó de ellos: "Te espero en la playa de la Fontanilla esta tarde a las 17h. Tráete los patines"

Dios Rafa, que oportuno pensé, me cambié, me puse el casco, las rodilleras y coderas y eché los patines al coche.

Me encontré a Rafa ya patinando por el paseo cuando llegué, se le daba muy bien pues practicaba a menudo, a mi tampoco me faltaba pericia, teníamos un nivel parecido, quemar calorías me venía perfecto dadas las circunstancias, aunque mi paquete seguía abultado más que de costumbre.

-Julián tío cortáte un poquito, que ya no sabes que hacer para llamar la atención- dijo Rafa señalando mi entrepierna -No te basta con ser el más buenorro, sino que ahora también tienes que ser  el más vergón...Anda que hay criaturas...

-Joder que cabrón...¿Tanto se nota?

-Pero tío si te vas a sacar un ojo...

-Qué exagerado...

-Anda vamónos para el coche antes de te caigas y te hagas daño con eso ahí...

-Que no, que no, que ya se me pasa, además me voy a bajar un poco la camiseta y ya disimulo...

-Bueno pues vamos al coche a por agua que se me ha acabado.

-Pues bebe de la fuente.

-¡COÑO! ¡Qué vengas al coche de una puta vez!

-¿Pero que te ha dado? Venga vaaaa...Ni que estuvieras preñado...

Patinamos hasta donde solíamos aparcar, allí estaba su Porsche blanco y el mío negro y detrás otro más de color negro también. Me acerqué un poco más y miré a Rafa, sonreía de oreja a oreja.

-Anda ve. Lo tienes esperándote...

Me quité los patines y corrí hacia el coche, Sergei me miraba desde el interior con la ventanilla bajada. Nos abrazamos con fuerza mientras ambos sonreíamos radiantes.

-¿Sabes una cosa? En éste mismo sitio te vi por primera vez , justo haciendo lo mismo, que ahora, patinar.

-¿Sabes tú otra? Ya no solo patino, ahora también bailo. Bailo contigo, porqué nuestro baile ya ha empezado.

FIN