La nueva vida de la perra (1)
La perra ha comenzado su nueva vida, su educación. Sabe cual es su papel en la vida y quiere llevarlo hasta el final. Esta nochevieja es la estrella de la fiesta de su amo.
Nochevieja. Son cerca de las 12 de la noche. La casa rural que hemos alquilado para esta fiesta está ya caldeada, tanto porque por fin ha tirado la chimenea como por el ambiente. Hemos terminado de cenar hace un rato y, como mandan las costumbres, hemos comido demasiado y bebido aún más. Somos 5 personas, dos amigos míos, la pareja de uno de ellos y una amiga reciente, que se ha apuntado al plan de esta noche. Los cinco llevamos rato esperando con ansias las 12, que es cuando empezará la autentica juerga de la noche.
A mi lado, a mis pies, está la autentica protagonista de la noche, mi perra. Desnuda, con un collar de cuero negro al cuello, el pelo recogido en 2 coletas y a 4 patas contempla el bol con su nombre de perra que tiene sus 12 uvas. Ha cenado ya, nuestras sobras, y sabe que después de las uvas nos divertiremos a su costa. Las los aros de los pezones, nuevas decoraciones de su cuerpo, brillan con el fuego. Los de los labios y del clítoris brillan de excitación. Sabe cuál es su lugar, su situación ante nosotros, y no ha incumplido ninguna de sus obligaciones: andar a 4 patas, no hablar, solo ladrar y obedecer ciegamente a su amo y a sus amigos.
En realidad, los amigos de su amo son solo 3. La cuarta persona era una amiga de la perra de su vida anterior, de cuando era humana. El día que se enteró de la nueva condición de su amiga se escandalizó, pero luego le fue picando la curiosidad y esta es la segunda vez que va a disfrutar de la humillación de su antigua amiga. Sabe que eso es lo que más humilla a la perra, y aún le gusta más. Usa los antiguos secretos de la perra, las confesiones que la hizo siendo humana para degradarla, vejarla, humillarla.
A mí me encanta ver a mi perra así. La acaricio el pelo, la tranquilizo, la relajo.
Hace semanas que llevaba preparando esta noche. Sin embargo, ella no sabía nada ¿para qué? Solo sabía que esta noche la pasaría fuera y eso porque aún no está preparada para dar el paso definitivo y sigue viviendo con sus padres. Si bien es cierto que su vida ha cambiado mucho últimamente, aún quedan restos de su vida anterior, aunque cada vez menos. Hace tiempo que perdió casi toda su dignidad como humana, ya no sufre vergüenza cuando se convierte en mi perra (aunque cuando hay más gente aún se pone nerviosa) y su vida anterior va quedando atrás. Su novio cortó con ella cuando vio en persona en lo que iba a convertirse su antigua novia, ya no tiene amigas como humana, ha dejado de usar joyas, la ropa bien (ahora viste la ropa más barata y provocativa que puedo encontrarla), ya no usa el coche y con lo que sacó de vender el reloj estoy pagando su nueva decoración corporal, de la cual aún quedan un par de detalles.
Su cuerpo, bien formado pero no espectacular, aún está brillante del sudor. Hace un rato la hemos hecho ir a buscar galletitas de perro que tirábamos por toda la casa y que ella debía traer en la boca antes de comerse sin usar las patas delanteras. Durante ese rato le hemos hecho unas fotos de lo más espectacular, fotos que colgaremos en el blog de la perra. Aún está bloqueado por contraseña para los pocos que saben de su condición, pero eso cambiará cuando de el paso definitivo y se convierta en perra 24/7.
Está preparada para lo que ocurra esta noche, pero no sabe nada. Solo que será humillada, vejada, degradada, usada y que al final de la fiesta sabrá que esa es su vida, la que ha elegido.