La nueva vida de Esteban II

Esteban se ve obligado a aceptar lo que Felipe tiene en mente para él. Pero al final se llevará otra gran sorpresa.

Gracias por los comentarios de mi primer relato. Mi idea es que este tampoco sea el último.


No puedo creerme la situación en la que me encuentro. Felipe me ha pillado mientras un tío me la chupaba y encima nos ha grabado. El hijo de puta sigue enfocándome sin dejar de reírse mientras yo estoy en el suelo, con los pantalones por los tobillos y encima paralizado. Siento que tengo que reaccionar.

-¿Qué haces hijo de puta? ¿De qué vas?- Me incorporo y me subo los pantalones rápidamente.

  • Habéis salido genial. Especialmente cuando os dabais besitos.- Por fin dejó de enfocar y empezó a teclear en la pantalla.

Me di cuenta de que hacía: lo estaba enviando a quien sabe quién. Julián lo miraba, pero no parecía muy contrariado, sólo sorprendido. Yo estaba realmente acojonado. Me fui hacia él e intenté quitarle el móvil. Pero Felipe es mucho más fuerte que yo, uno sólo de sus bíceps es como dos de los míos. Forcejeamos un poco pero rápidamente se impuso y de un empujón volví a encontrarme en el suelo. Todo esto era un juego para él, en ningún momento había dejado de sonreír. En cambio, yo sentía un enorme peso en la barriga, tenía ganas de tumbarme, allí mismo, y quedarme dormido para despertarme y darme cuenta de que todo había sido un sueño. No había dejado que ningún maricón me comiera el nabo y tampoco me habían grabado haciéndolo. Pero había sido real.

-          Ya es tarde, guapete. He enviado el video a mi email. Es un buen video. Incluso puede que lo mande a alguna página de vídeos gay de internet. Y hasta puede que gane un premio. Jejejeje. Y también puede que tú lo ganes. Al mejor maricón revelación.

-          ¡¡¡Yo no soy maricón!!!- Dije con la necesidad de mantener mi honor- Ha sido la primera vez.

-          ¿También la tuya?- Ahora se dirigía a Julián. Se acercó a él y le acarició en la nuca.

Ya me estaba jodiendo que Julián no hiciera nada. Era el muy delgado, pero se le veía fuerte, y entre los dos podríamos con Felipe. Pero se limitaba a mirarlo como si aquello no fuera con él. Estaba claro que no iba a hacer nada. Yo estaba en una posición delicada, pero era él quien había sido grabado con una polla en la boca y tragándose la leche de otro tío. Estaba en una situación aún peor que la mía.

-          ¿Qué vas a hacer?- preguntó al fin a Felipe.

-          Ya veré. Tío es que eres una zorra, estás siempre igual. Jejejeje.

Me quedé flipado. Debían de conocerse del gimnasio, estaba claro. ¿Pero Felipe sabía que Julián era maricón?

-          Esta guarra y yo ya nos conocíamos- Debía ser obvio en mi cara que no entendía lo que pasaba- De hecho, nos hemos conocido ya bastantes veces.

Ahora sí que estaba flipado. “ ¿Julián se lo ha hecho con todo el gimnasio o qué?

-          Anda, vete- Dijo de nuevo a Julián, que se levantó y se dispuso a irse.

Yo me levanté también y fui directo a interponerme para que no saliera por la puerta. “ No voy a quedarme aquí solo con este payaso ” Pero Felipe volvió a poner su manaza en mi pecho para apartarme y que dejara que Julián se fuera.

-          Tú te quedas. Quiero hablar de unas cuantas cositas contigo.

-          ¿De qué cojones qui…?

-          ¡De algo que te interesa si no quieres que este video se haga público!- Me interrumpió.

Fue suficiente. A disgusto me calmé y decidí que quizás sí fuese mejor que Felipe y yo nos quedáramos a solas. Julián sólo miró de uno a otro y sin decir palabra salió por la puerta. “ Que lo jodan. En cuanto lo pille voy a romperle las piernas por cobarde y cagón

El día empezaba a clarear y los dos estamos solos. Él, con la mirada despreocupada, los brazos cruzados sobre su pecho, lo que los hace parecer aún más musculosos. Da algunas pasos a mi alrededor, como si diera un paseo. “ Disfruta jodiéndome el muy hijo de puta ”. Yo estoy quieto, sin poder moverme, con las manos en los bolsillos y mirándolo fijamente, intento parecer natural, pero creo que tanto mis ojos como mi respiración entrecortada me delatan. “ No sé cómo voy a salir de esta ”.

-          Oye vamos a un sitio más cómodo para hablar. Está amaneciendo y pronto la portera vendrá para limpiar las escaleras y podría pillarnos aquí. Vamos a la casa de tu tío.

Ya había dejado claro que no sugería, imponía. Así que no había otra. Pero las llaves no estaban en mi bolsillo, si no en el suelo, junto a la puerta. Se me habrían caído con todo el ajetreo. Bajamos y abro la puerta del piso de mi tío. Felipe pasa al salón como si la casa fuera suya, imagino que en parte porque vivió aquí hasta hace unos meses y también porque sabe que me tiene cogido por los huevos. Se sienta en el sofá y directamente me pide algo para beber. “ Hijo de puta ”. Sé que lo único que hay es una botella casi vacía de coca que traje una vez para acompañar con el ron. Él accede a pesar de que le digo que debe de estar calentorra, porque el frigorífero está desenchufado.

-          Ponte tu otro vaso.

-          A mí no me apetece

-          ¡Qué te pongas uno hombre!

Otra orden. Sólo me permito mirarle con mi mejor cara de mala ostia, pero me lleno el vaso. “ Maldita la gana que tengo de beberme una coca caliente del año de la polca a las seis de la mañana. Pero el señor manda ”, me digo con amargura.

Voy a sentarme en el sillón que está más lejos de él, pero quiere que lo haga a su lado, en el sofá. Hay un gran contraste entre los dos, uno con la mirada caída y bastante incómodo y el otro con las piernas cruzadas y con muy buen humor.

-          ¿Qué quieres?- Me atrevo a decir al fin.

-          ¿Qué me darías?- Pregunta borrando su sonrisa por primera vez- Esa misma pregunta me hizo tu tío cuando le dije que necesitaba que me bajara un poco el alquiler porque no llegaba. 60 euros menos. Y prácticamente me echó de esta casa. Me tuve que ir a la casa de mi amigo, ahí en frente.

-          Yo no tengo nada que ver con eso.

-          Es que tu forma de ir por el mundo me recuerda a la de tu tío. Mirando por encima del hombro a todo el mundo y sintiéndote superior. ¿Por qué? ¿Por qué tienes dinero y la vida resuelta? Sólo sois distintos en algo. Tu eres joven y tienes buen cuerpo y un culo genial- Ahí me quise morir- Y encima resultaste bien mariconcito.

-          ¡No soy maricón, joder! ¡Y no hables de mi culo! Además, tú mismo has dado a entender que conoces bastante bien al tío ese. Dices que yo soy maricón… ¡A saber qué habrás hecho tú con él!

-          Pues me lo he follado bastantes veces. Jajajaja- reconoce al tiempo que se descojona, para mi asombro- Pero esto no lo he hecho nunca. Mira.

Entonces en su móvil me pone el video, pasando la mayor parte de él, hasta llegar a la parte en que nos besamos. “ Joder ” El primero se ve algo forzado, pero ya el segundo es demasiado. Siento vergüenza. No puedo creerme que aquel sea yo. Los segundos que dura se me hacen eternos. En el video se ve claramente cómo disfruto besando a un tío. Las fuerzas me vencen y me noto bastante mareado.

-          ¿Qué te ha parecido?- dice al apagar el video- ¿Quieres salir del armario? Jajaja. A ver…- se pone pensativo- tengo el email de varios amigos del gym que también te conocen. Y claro, también el de tu tío. ¿Es el hermano de papá o de mamá? Jajajaja.

-          ¡¡¡¡¿¿¿¿Qué quieres, joder????!!!!- grito, aunque empiezo a encontrarme realmente mal.

-          ¡Primero que cambies el tono!- Respiro y me echo sobre el respaldo del sofá, mareado. Viéndome vencido, prosigue- Y segundo que me la chupes.

No puedo creerme lo que acaba de decir. La cabeza me da vueltas y creo que sus palabras son fruto de mi imaginación. Pero coge mi mano y la pone en su paquete para demostrar que está caliente. Intento levantarme, pero no lo consigo. No tengo fuerzas.

-          Mira quiero una respuesta ahora. Y sólo acepto un “sí”. Con un “no” envío el video a todos los contactos de msn y móvil, sin importarme que te conozcan o no. Así que habla.

No puedo creerme que me esté pasando eso, pero no puedo pensar con claridad. La cabeza me estalla y la situación no puede haberse vuelto peor. Me pide que me decida una y otra vez. Mi respuesta siempre es el silencio. Por fin me ofrezco a hablar con mi tío, para convencerlo de que lo deje volver, con una buena reducción del alquiler (pero según hablo soy consciente de que eso es un imposible. Conozco a mi tío). Le ofrezco dinero, pero sé que no puedo ofrecerle mucho, porque mis padres jamás me darían una gran cantidad sin saber el motivo. Le ofrezco mi coche, un reloj de marca que tengo en casa.  Pero dice que no sería suficiente y que no conseguiría arreglar su situación. Me veo tan desesperado que se me pasa por la cabeza el fingir mi propio secuestro para conseguir ese dinero. Le amenazo con contar que él se ha follado a Julián, pero es verdad que no tengo pruebas y dice que Julián nunca lo admitiría. Por cómo se comportó antes lo creo. ¿Qué alternativa tengo? ¿Matar a Felipe? No sería capaz. Además, antes me mataría él a mí. No hay ninguna solución y nada lo hace cambiar de opinión. Quiere eso. Que le coma la polla.

Cada vez que le propongo algo o que le pido por favor que no envíe el video, me apremia para que acepte. Y yo cada vez estoy más mareado. Estoy a punto de echarme a llorar. Felipe se levanta bruscamente y va hacia la puerta con cara de mala ostia.

-          Ya me he cansado de gilipolleces. Me voy a mi casa. Tú duerme la mona. Cuando todo el mundo sabrá que eres marica.

Intento levantarme para ir hacia él, pero tropiezo y caigo al suelo. Al incorporarme, tengo a Felipe a pocos centímetros de mí. Y su paquete a la altura de mi cara. Ni siquiera me deja reaccionar. Sus manazas cogen mi nuca y me atrae hasta su entrepierna. Bajo sus vaqueros el bulto es considerable. Y una y otra vez noto su cremallera en mi nariz, mi boca, mi frente. “ Podría resistirme, pero ¿qué puedo hacer? ” Se quita el botón y baja su cremallera. Veo unos horteras calzoncillos, bajo los que se nota el perfil de su polla, de un tamaño más que considerable. No puedo reaccionar, es cómo si mi fuerza me hubiera abandonado y ha dejado sólo mi cuerpo. Felipe al fin hace lo que más temo: se saca la polla.

Es oscura (no creo que Felipe entre en la categoría de mulato, pero es muy moreno). Está totalmente rasurada y puedo ver cómo van saliendo ya algunos pelillos. Los huevos cuelgan varios centímetros y se ven gordos. La surcan diversas venas. Bajo el prepucio sobresale un glande más claro y de una tonalidad rosada. Y es muy grande. Grande y gorda. Huele a jabón con otra esencia un poco fuerte que no se parecía a nada que hubiese sentido antes. “ Por lo menos no huele mal ”- Me sorprendo a mí mismo al pensar eso. Pero es verdad, no me disgusta ese olor fuerte. “ Ojalá oliera a sudor o a algo que me haga vomitar, así le daría asco y pasaría de mí ”.

Ahí estaba yo, de rodillas y con una polla de unos 23 cm apuntándome a la cara. No sabía cómo empezar ni qué hacer. Pero Felipe ya no aguantó más dilación y me volvió agarrar por la nuca para restregar mi cara con su nabo. Sentí el calor que desplegaba y me pinchaba con los pelillos afeitados de su pubis y sus huevos.

Sin dejar de presionar mi cabeza con su entrepierna cogió su mástil y empezó a darme pollazos en los cachetes y en la frente. La pasaba por mis labios. Al principio flojo, pero al poco empieza a darme con fuerza. “ Es como si me golpeasen con una barra de goma ” Yo tengo los ojos cerrados, no quiero ver ese nabo enorme que no para de humillarme.

-          ¡¡¡Abre la boca!!!- Doy un brinco. “ No puedo hacerlo ”- ¡¡¡Abre la puta boca!!!

La polla de Felipe golpea mis labios con fuerza, como quien quiere derribar una puerta que no se abre. Me doy cuenta que tengo los labios muy apretados. Siento ganas de llorar. Entonces noto que Felipe se retira. Abro los ojos y lo veo con la espalda doblada mirándome directamente.

-          Abre la boca- Esta vez su tono es suave. “No puedo”- Venga tío. Sabes que lo vas a hacer. Así que vamos, abre la boca- Mis labios se relajan y los abro un poquito.- Venga, hombre, más. Como si fueras a comerte algo. Jajaja.

Mete su pulgar en mi boca y va abriéndola más. Por un segundo su dedo se toca con mi lengua, pero la retiro al momento. Él moldea mi mandíbula para abrir mi boca. Y yo me dejo hacer. “ ¿Qué coño me pasa? ” me pregunto. Pero no soy capaz de responder. En ese momento el pollón de Felipe entra en mi boca.

En un acto reflejo intento echarme para atrás, pero Felipe me vuelve a coger por la nuca y su otra mano está ahora bajo mi barbilla. Mis labios rodean su nabo. Es demasiado grande y tengo que abrir bastante la boca para que entre. Sirviéndose de sus manos, estratégicamente colocadas, empuja y entra aún más en mi boca. En esta ocasión no puedo retirar la lengua, sintiendo cómo la polla de Felipe se desliza por ella. Siento asco y me niego a saborearla. “ No voy a tragar saliva ”.

Felipe es tranquilo y mueve mi cabeza con ligereza. Cuando ha cogido el movimiento aparta la mano de mi barbilla y hace presión en mi nuca. Siento que me ahogo. Ha metido su polla de golpe en mi boca. Con mis manos hago fuerza en sus muslos para separarme. Y cuando lo hace, tras unos segundos, trago saliva y toso. “ Ahora tengo el sabor de su polla dentro ”. He estado a punto de devolver. Pero el descanso no dura mucho y me la vuelve a meter de golpe. Entonces empieza un fuerte vaivén que me hace perder el equilibrio y tengo que apoyar mis manos en sus piernas para no caerme. En esa posición empieza a follarme la boca.

-          Ffffffff menuda mamona resultaste- Dice entre jadeos- Cómo te voy a disfrutar.

Al oír su voz abro los ojos. Tiene la cabeza echada para atrás y con una sonrisa triunfal. Se ve que está disfrutando bastante de mi mamada. Pienso en que hace sólo un rato yo estaba en su posición. “ Pero Julián lo quería. Este es un hijo de puta total ”.

Me coge por las orejas para seguir con la follada de boca y me tira de ellas hacia su polla. Me duele y me quejo con un gemido. Pero me ignora.

-          ¿Te está gustando, puta? Anda que no la mamas bien.

Sin esperarlo, vuelve a cogerme de la nuca y me mete su cipote hasta la garganta. Y noto que dobla su espalda hacia delante, atrapando mi cabeza entre sus bíceps. Tengo la cabeza enterrada entre sus brazos y sus abdominales y mi boca está llena de su rabo. Tengo que separarme porque vuelvo a notar asfixia. Mueve su cadera un par de veces, como intentando meterla aún más al fondo. Me suelta de golpe y caigo hacia atrás. Las babas me caen por los labios y caen por mi barbilla hasta el cuello y sé que debo tener lágrimas en los ojos a causa de la asfixia. Levanto la cabeza y lo miro. El cabrón me mira con ganas de más.

-          Quítate la camisa- Me ordena. Pero él mismo me quita dos botones del pecho y a continuación la saca por la cabeza sin preocuparle la resistencia que hacen las mangas.

Me quedo con el pecho al aire. “ Ahora él puede hacer lo que quiera conmigo. Me machaco en el gimnasio para tener buenos pectorales y una tableta bien marcada, para gustar a las tías y sentirme bien. Y ahora este tío se relame mientras me mira ”.

Él también se quita toda la ropa. La camiseta y después los pantalones, los calzoncillos y hasta los zapatos y los calcetines. ¡Hay que joderse que el tío está como quiere! Pectorales petados, abdominales, muslacos y gemelos. Todo depilado. En su costado derecho tiene un tatuaje que le cubre toda esa parte. Y dos piercing en cada uno de sus oscuros pezones.

Se acerca y se levanta la polla, mostrando sus huevos. Sé lo que quiere.

-          ¡Lame!

Me coge otra vez por la nuca y me los pone sobre los labios. Aquí el olor es más fuerte y ya me desagrada, pero a estas alturas sólo quiero que acabe pronto. No tengo ganas de seguir luchando, y tengo todavía menos fuerzas. Así que saco la lengua y obedezco. Al principio le lamo los huevos deslizando mi lengua con rapidez. Pero recuerdo que quiero que acabe ya. Haciendo esto lo poco que me queda de orgullo desaparecerá. “ Pero necesito que todo termine ”. Así que cierro los ojos y comienzo a hacerlo como me gusta que me lo hagan a mí. Cómo Julián me lo ha hecho. Lamo de forma pausada y me los meto en la boca, no dejo una parte sin chupar.

-          ¡¡¡¡Jooooder!!!! ¡¡Que gusto!! Va a ser que no es la primera vez que te pones de rodillas delante de una verga. Jajajaja

Al hablarme así tengo ganas de arrancarle los huevos de un bocado para devolverle lo que me está haciendo. Me contengo y paso suavemente la punta de mi lengua por cada pliegue, aunque me olvido intencionadamente de la parte posterior de sus huevos, de donde viene ese olor.

Me vuelve a meter la polla en la boca y yo solo me muevo para que la pesadilla llegue a su fin. Procuro no pensar en mi orgullo, ya que a estas alturas no importa. Aprieto los labios entorno a la circunferencia de su nabo y hecho la cabeza hacia adelante y hacia atrás. Al principio se quejaba por los dientes, pero al momento sólo jadea y me suelta frases humillantes que me sientan fatal, pero que aprendo a ignorar.

-          Así, así puta.

-          Ya eres oficialmente una maricona chupapollas.

-          Marica que bien la comes.

-          Hoy vas a hartarte de verga.

De vez en cuando enviste su polla contra mi garganta o me folla la boca tirándome del pelo, para a continuación dejarme chupársela a mi manera. También me agarra de los pezones, y los aprieta y tira de ellos haciéndome daño. O me coge con la mano uno de mis pectorales para apretarlos como si fuera la teta de una tía. “ El cabrón tiene tela de aguante. Demasiado ”. Me duele la comisura de los labios y siento que debo tener la garganta enrojecida.

-          Saca la lengua- me dice- ¡Mírame!- Entonces abro los ojos y levanto la cabeza hacia él, mientras los golpes de su polla en mi lengua dejan un sonido parecido al de un chapoteo- Si tu pudieras verte ahora. Eres una puta, pero de las de verdad.

Vuelvo a meter mi lengua, sintiendo la humillación doble de sus palabras y de su mirada fija en mis ojos. Además no puedo dejar de pensar “Claro que me veo”.

Al ver que mi lengua desaparece en mi boca me agarra los cachetes con sus manazas y los aprieta y vuelve a meter su polla. Otra follada brutal. Su nabo llega a mi garganta y se retira veloz produciendo un ruido que me repugna. Está siendo tan bruto que tengo que apoyarme en sus caderas para aguantar la follada que le está haciendo a mi boca. Retuerce uno de mis pezones con una mano, mientras con la otra me tira del pelo.

-          Ya no te dan arcadas ¿Verdad? Lo que te he dicho. Una puta de verdad.

Sus palabras me hieren, y clavo mis uñas en sus glúteos. Él responde dando un par de embestidas que hacen que su rabo choque de lleno con mi paladar. Las lágrimas me vuelven a salir y rápidamente aflojo y dejo que siga a su ritmo.

-          Fffff ¡¡¡Que rico cariño!!! Estaría usando tu boca así varias horas… Una y otra vez…

Siento un peso en el estómago con esas palabras, y él parece notarlo porque entonces me aparta y  dice:

-          ¿O prefieres que me corra y acabe?- yo sólo asiento- Entonces bájate los pantalones y enséñame el culo.

-          ¡¡¡No!!!- Escucho mi voz por primera vez en bastante tiempo y noto dolor en la garganta- Quedamos en que te la chupaba. Y has hecho lo que te ha dado la gana. ¡Hasta aquí!

-          Escucha capullo, no quiero meterla en tu culo. Sólo quiero vértelo, porque me pone.

Si es a condición de que acabe… ” Sin decir palabra ni levantarme me desabrocho el cinturón. Pero Felipe se adelanta. Se agacha y baja mis pantalones y mis calzoncillos sólo por la parte de atrás, dejando oculta mi polla. Mi culo queda al aire.

Sé que tengo un buen culo y por eso me gusta ponerme pantalones ajustados que lo marquen. Jugando bastante al fútbol con los amigos, lo mantengo levantado y duro. Y muchas tías me lo han dicho mientras me las follaba. Ahora Felipe lo está manoseando y aprieta mis glúteos. Lo dejo con la idea de que se va a correr y me dejará tranquilo. Pero entonces me pega una ostia en la nalga izquierda que resuena por toda la habitación.

-          ¿¿¿Qué haces, cabrón???

-          Sólo era una caricia. Jajaja. Además si no te ha dolido.

Es cierto que por lo que ha sonado parecía más de lo que era, pero no me gusta nada que me toque el culo, así que echo la espalda para atrás poniéndolo lejos de sus manos. Vuelve a mirarme fijamente.

-          ¿Quieres que me corra?- Dice agarrándose su polla y comenzando una paja.

-          Quiero que todo acabe- corrijo. Él sonríe.

-          Entonces tócate el culo.

-          ¡¡¡No me jodas!!!

-          Jajajaja. Sólo quiero que te toques el ojete, no he dicho nada de joderte.

Me he quedado sin saber qué decir. “No tengo más remedio, está claro. Pero no voy a permitir que vaya a más”.

-          Está bien. Pero ¿Me juras que ya no me pedirás nada más? Sólo eso, te corres y nos vamos.

-          Que sí joder. Estoy ya cansado y no tengo ganas de follar. Sólo quiero que te toques el ojete con la yema de los dedos.

-          Vale- Acepto.

-          Bueno… otra cosa más.

-          ¿Qué?- Digo como en un suspiro.

-          Que mientras te tocas digas lo mucho que te gusta tocarte el ojete.

-          Está bien. Pero lo toco yo. Tú no tocas más.

-          No. Pero hazlo bien.

No me fío nada de su palabra, pero me siento demasiado cansado y no me parece mucho después de todo lo que he hecho hasta ahora. Además si busca más… “ Eso no.Una cosa es que pueda conmigo en una pelea y otra muy distinta que le deje metérmela ”. Tengo claro que ahí si pondría todo de mi parte para impedírselo. “ Sólo dejándome inconsciente podría ”. Me pongo a cuatro patas, pongo mi mano derecha en mi culo y llego a mi raja.

-          Espera. Así no. Échate sobre el sofá y deja las rodillas en el suelo- Hago lo que me dice, dejándolo expuesto- Así me gusta, con el culo en pompa. Escúpete en la mano y empieza.

Me humedezco la mano con saliva como dice, vuelvo a ponerla sobre mi culo y lo busco con los dedos. No tardo en encontrarlo. Lo masajeo por encima.

-          Vamos, di que te gusta tocarte el ojete.

-          Me gusta.

-          Que se note, marica.

-          Mmmmm Me encanta tocarme- Finjo con repulsión.

-          ¿Qué te gusta tocarte?- Dice detrás de mí. Por sus jadeos está claro que sigue con su paja.

-          El ojete. Me gusta mucho tocarme el ojete.

-          Pues no se nota. Lo tienes rosita. Me gustaría verlo rojo. Dale fuerte.

Masajeo más fuerte, usando tres dedos. “ Acaba pronto, por favor ”. Hago todo lo que me dice. Humedezco mis dedos varias veces para que quede húmedo. Repito una y otra vez lo puta que soy y que me encanta que me den por culo. Me abro de nalgas para que pueda recrearse en mi agujero. Me pego ostias en el culo. Ya no es humillante, sencillamente tengo necesidad de terminar.

-          Vamos a cambiar. Me la vas a pajear tú mientras te sigues tocando el ojete con la otra mano.

Se sienta en el sofá al lado de donde estoy y me aparta un poco para que su regazo quede a la altura de mis hombros. Yo permanezco de rodillas, en pompa, con el pecho recostado sobre el sofá. Agarra mi mano izquierda y la coloca sobre su polla. Comienzo a pajearlo sin dejar de tocarme el culo.

-          ¿Tío, tu sabes que esta verga no se la dejo coger a cualquier guarra? Dame las gracias por eso ¿no?- Me pide ya con toda la cara del mundo.

-          Gracias.

-          ¿Gracias por qué, puta?

-          Gracias por dejar que te toque la polla.

-          ¿Y por dejar que me la chupes?

-          Y por dejar que te chupe la polla.

-          Que educadita. Jajajaja. Ahora presiona un poco sobre ese culito- La mirada que le dirijo lo dice todo- Solo presionar un poquito con el dedo.

Sigo obedeciendo todas sus órdenes. Se me cansa el brazo izquierdo con el sube-baja de la paja que le hago. Felipe está chorreando de sudor, haciendo que su piel brille.

-          Ven. Chúpame los pezones.

Estoy a punto de decirle que no, que me prometió que no pasaríamos de lo de tocarme el culo. Pero quiero guardarme todas mis fuerzas porque temo que llegará el momento en que quiera follarme. “ Y eso no ”. Y el lamerle un pezón me parece algo muy trivial en comparación.

Se inclina y yo acerco mi cabeza. Saco la lengua y le lamo el pezón. Siento la dureza y la frialdad del piercing frente a la suavidad y lo caliente del pezón. Noto el sabor salado de su sudor en mi boca.

-          Absórbelo.

De esta manera, lo rodeo con los labios y absorbo como si fuera un niño de teta. Él gime y me quita su polla de la mano para seguir con la paja. Me aparta de su pecho con un movimiento y me dice que siga tocándome el culo. Aumenta la rapidez de su paja, y por su cara me parece que esto no tardará mucho, y eso me anima. Pero de repente para.

-          Dale un besito.

“¿De verdad que va a continuar?” Me inclino sobre su polla y le doy un beso en la punta. Vuelve a pajearse. Y sigue haciéndolo mientras me pide que le dé más besos.

-          Cómete el glande.

Abro los labios y vuelvo a abarcar con ellos la circunferencia de esa cabezona. Lamo la puntita con la lengua y también me dedico a mi culo. Incluso me pego un par de ostias en las nalgas. Todo pensando en que ya va a acabar.

La velocidad de la paja aumenta y el bíceps de Felipe parece más grande con el esfuerzo. Sus huevos revotan sobre el sofá de lo fuerte que le da. Yo los acaricio con mi mano libre.

Sé que tengo que separarme pronto, en cuanto empiece a correrse porque sé lo que va a intentar. “ Eso y que me folle, jamás ”.

Al momento su polla se hincha y él aprieta los dientes. Entonces me aparto rápido y  por un segundo puedo ver en los ojos de Felipe la desilusión. Pero él también es rápido. Se tira encima de mí y caigo sobre el suelo. Apoya su rodilla sobre mi pecho y voy a intentar resistirme cuando… Tarde.

Noto como me cae un trayazo de lefa sobre la nariz. Al momento otro cae sobre mi barbilla y mis labios, y otro me salpica de la cuenca del ojo derecho hasta el pelo. Intento levantarme, pero su peso me lo impide. Entonces alzo el brazo con todas mis fuerzas y le golpeo en el pecho. Entonces él me pega un guantazo en la cara que hace que me resuene el oído, y acto seguido extiende por mi cara su leche con la mano.

-          Ahora tienes mi rastro en tu cara. Ningún macho puede tocarte. Jajaja. Cuidado y no te chupes el labio que como lo tragues te quedas preñada de mí- Entonces se levanta.

Yo me quedo en el suelo tirado y sin respiración. Me duele enormemente la cabeza. Aprieto los ojos y siento que si los abro me pondré a llorar. Noto que Felipe se mueve a mi alrededor. Creo que se está vistiendo. Me tira algo a la cara. Es un tejido. Me limpio la cara lo mejor que puedo, pero siento que sigue estando mojada. Me tapo con ella la cara y noto como me clavo unos botones: se trata de mi camisa. Decido que no voy a llorar, aparto la camisa y abro los ojos. Felipe está ya totalmente vestido, manipulando algo del mueble de la tele.

-          ¿Qué buscas?- Le pregunto.

-          Tranquilo. Nada tuyo- se vuelve y se apoya en el mueble, mirándome- Antes, cuando abrí la puerta del ascensor, oí pasos que iban por las escaleras hacia la azotea comunal. Iba a subir cuando pisé un llavero, y supuse que sería de alguno de los que estaban arriba. Subí y fíjate que sorpresa cuando te vi a ti. Entonces pensé que entre las llaves podría estar la de esta casa, porque todos los vecinos saben que te traes aquí a todas tus zorras. Volví a bajar y probé una por una hasta que la puerta se abrió. Entonces se me ocurrió. Entré en mi casa, cogí esto, volví y lo puse aquí. También encontré esta botellita de coca. Eché en ella una pastillita que me han pasado hoy y subí a grabaros. Y fue un buen espectáculo. Sabía que te tenía en mis manos. Eres demasiado machito para dejar que la gente sepa que te gusta que te la coma un tío. Despedí a la otra puta y tiré las llaves al suelo. Con el escándalo que armabas ni siquiera te diste cuenta, y creíste que se te había caído allí.

Yo estoy alucinado. Intento procesarlo todo. “ Mis llaves… ”. “ El vídeo del móvil… ”. “ La pastilla en la coca… que él insistió en que tomara ”. Miro a la mesa y mi vaso está vacío y… ¡el suyo lleno! “ ¿Cómo no me di cuenta?... Me dejó trastornado lo que me pedía… ¿Cómo podía sospechar que había entrado?... ¡Por eso estoy mareado y apenas tengo fuerzas para nada! Si no hubiera tenido la cabeza ida no hubiera permitido tanto. Me habría resistido desde el primer momento. ¡¡¡Lo hubiera matado sólo por proponérmelo!!! ”. “ ¿Qué trajo de su casa? ”. La mente se me dispersa otra vez cuando se agacha sobre mí y mete mi mano en uno de los bolsillos de mi pantalón (la única prenda que llevo, aunque me cubre muy poco). Intento apartarme, pero ya ha sacado mi móvil. Me temo lo peor: sólo tiene que buscar “Mamá”, “Papá” o “Tío Joaquín”. Intento levantarme para quitárselo, pero me tambaleo. Me subo los pantalones y me cubro el culo.

-          Tranquilo. No voy a putearte llamando a alguien- Dice tranquilamente mientras teclea.

Oigo que suena un tono y sé que es su móvil. Se ha dado un toque. “ Ahora tiene mi número ”. Va de nuevo al mueble de la tele, dándome la espalda. Coge algo y me lo enseña con la mano.

-          Es mi videocámara. Creo que este vídeo será aún mejor que el otro. Ya te llamaré. Adiós.

Sale por la puerta y yo me quedo petrificado. Aun en el suelo. Miro el lugar donde estaba la cámara. Justo en frente al sofá. Lo ha grabado todo en primer plano. Me rodeo las piernas con los brazos y empiezo a llorar desesperado.