La nueva reina del hogar X

Ana se divierte con su padre, lo viste con la lencería de Margarita y lo azota con una sandalía.

(La habitación de Ana, entre la 2:00 y las tres 3:00 am. Solo hay una lámpara prendida en el buró del lado derecho. Laura y Miguel duermen desde la 1:00 am.)

Javier (papá de Ana, pintado el rostro en colores dorados y rojizos, vestido con la lencería de sus amante: corset de media copa, tanga, medias de liga sujetas al corset, zapatillas de tacón alto y grueso, todo en color negro mate, sobre la cama bocarriba,): Pero Ana, me siento rídiculo.

Ana (completamente desnuda, parada sobre la cama, una pie sobre el pene flaccido de Javier, cada que se balancea para mantener el equilibrio presiona el pene de Javier): Jajaja, pero pero papá, no te sientas ridículo, si estas hecha una zorrita, con el pene debajo de pie, tu cara pintada de putita y la lencería de Margarita, -esa desgraciada perra- tú tienes la pinta de zorrita muy caliente, no te quejes, que siente tu sexo vibrar debajo de mi pie.

J: Bueno, Ana, no puedo negarlo, me exita un poco, cuando me vestía y cuando me ponías la pintura sentía un cambio dentro de mi, ya ves que no pude contener la erección, la ropa huele al perfume que usa Margarita, y es muy suave, me recordó que de niño solía ponerme la ropa de mi madre o mis hermanas.

A: Sí, lo sé, además me imaginaba que desde niño ya serías un poco amanerado, y hasta después de que te pateé fuertemente los testículos con mi pie se te bajo la erección, aún hay mucho que hacer contigo, no tienes ningún control de tu pene, serán meses de castigo sin duda., además de que ya iremos sacando esa putita que hay en tí.

J: Pero me duelen mucho los golpes, sobre todo en los testículos, no puedo soportarlo, como sea cuando me diste con la vara en el trasero podía soportarlo más, pero en los testículos es distinto...

A: Pues sí, lo sé, pero debes entender que unos son castigos, otros son correctivos, otros son para mi placer, otros son para causarte daño, en fin, son muchas las sutilezas que conlleva el castigo corporal que yo apenas estoy aprendiendo los distintos aspectos, y, por su puesto, no espero que tu lo entiendas al cien por ciento, recuerda que no tienes la capacidad para entenderlo todo, ya verás que poco a poco aprendes a obedecer y eso es lo único que te debe preocupar, entiendes.

(Ana traslada su peso sobre su pie derecho, aplastando el pene y los testículos de Javier contra el colchón de la cama, Javier pega un grito y se retuerce haciendo gestos de dolor y gimiendo)

J: Sí, sí, sí, entiendo, entiendo, por favor.

A: Jajaja, vez con te ayuda el castigo, jajaja. Además te quedan muy bien la lencería de Margarita, tienes unas cuervas muy lindas, si te depilo las piernas y le dedicamos un poco de pilates para la cintura, en unos meses quedarás de maravilla, podríamos comprarte una lindos vestidos para luzcas como la zorrita que eres, ya verás que linda quedarás.

(Ana aflojó la presión de su pie en el pene de Javier, luego se bajó de la cama.

J: Ana, por favor, no me harás vestir más esta ropa, verdad?

A (alzando la voz): Pero no has entendído nada, no te he dicho que tú mundo, como lo has vivido, se ha acabado? No te he explicado que yo llevaré las riendas de esta casa? Dime que parte no has entendido.

(Ana se puso de rodillas y busco con la mano debajo de la cama algo, encontró una bota, pero la hizó a un lado, luego saca una sandalía)

J: Ana, ana, por favor no más...

A (con la sandalia en lo alto y con grito): Callate zorrita, date la vuelta, pon en alto ese culito tuyo, vamos!

J: No, por favor, no.

A: Ente más te tardes más golpes te daré, vamos, apurate!

(Javier aún refunfuñando se giró de mala manera, levantó el trasero y hundió la cara en la almohada de Ana)

A: Esperas que metiendo la cara en mi cama no te oiran los vecinos chillar? Jajaja, ya verás como te hago sacar unos cuantos gritos.

(Ana empieza a descargar lentamente golpes sobre el trasero de Javier, los hace ritmicamente, uno del lado derecho y otro del izquiedo, da tiempo para que Javier sienta el golpe en plenitud y admira con detenimiento el trasero despues de cada golpe)

J (ahogando los gritos en la almohada): Ah, ah, ah.... duele mucho.

A (llevandose la mano al sexo y con los pezones en gran erección): me encanta ver como cambia el color de la piel del blanco al rosa y del rosa al encarnado, mmm, es tan exitante esto.

J: Oh, oh, mi pene empieza a levantarse, no puede ser!

A (frotándose el clitoris y sin dejar de golpear a Javier): Llevo toda la noche diciendo que eres una zorrita muy caliente, es normal, te gusta que te castige y te humille. Mañana iremos de compras para armarte de tu nuevo guardarropa, verás que chula que quedas.

J: ah, ah, ah, Ana, estoy muy caliente, deja de golpearme, dijiste que te penetraría, que querías dejar de ser virgen, deja hacerlo para poderme venir.

A (con un par de golpes más fuertes) No, si tu te crees que será para tu placer estas muy equivocado, si lo haremos pero cuando yo quiera y como yo quiera. Aún tiene mucho por aprender. Mientras cuenta de diez para atrás, estoy muy exitada y quiero venirme.

J (levantando la cabeza de la cama): pero que harás Ana?

A: Cállate o será desde veinte lo que cuentes.

J (que empieza un poco a aprende eso de obedecer): Diez, nueve, ah, ah!

A (que a cada número descarga un golpe cada vez más fuerte): Sigue zorrita, chilla como la puta que eres.

J: Ocho, siete, ah, duele, ah duele mucho.

A: Cállate, desgraciada, no decía eso cuando te acostabas y le dabas nuestro dinero a tu amante verdad?

J: Seis, ah, cinco, ah, no, lo siento, lo siento mucho, no sabía.

A: De seguro que pensabas con el pene, ya verás que yo te enseño como actuar de ahora en adelante.

J: Cuatro, tres, sí, lo que tu digas, lo que tu digas.

A: El lunes sin falta me harás entrar como becaría en el departamento de Margarita, tengo que estar cerca de ella, quiero humillarla como a ti, quiero que se arraste por el piso con el culo abierto y quiero que me pida permiso para tener un orgasmo, ya verás como la castigo a esa zorrita.

J: Dos, ah, ah, uno, ah, ah, lo que tu pidas Ana, lo que tu quieras.

A (Soltando un par de golpes muy fuertes, sin pausa entre uno y otro, con el último un orgarmo la atacó haciendo que se doblaran sus piernas, se sujeto de trasero de su padre y mantuvo la otra mano en su sexo hasta que se calmo): Ah, ah, ah, perrita miserable, ah, ah, ah, ahora harás todo lo que yo te pida, seré tu dueña y tu vivirás como un zorrita mía.

J (Soltó un gran grito y luego se desplomo en la cama mientras sollozaba y moqueaba, Ana había soltado la sandalía y había clavado sus uñas en el trasero para sostenerse, el pene de Javier se quedó presionado contra el colchón, pero sin poder llegar a un orgasmo, la frustación y deseo no aplacado hacía que llorará cada vez más fuerte, hundió la cabeza en la almohada y cada vez que aspiraba olía el perfume de su hija, se fue calmando y con las sabanas se limpió la cara: Lo que tu digas Ana, haré lo que tu digas.

A (ya algo repuesta del orgasmo): Que bien perrita, estás aprendiendo, ya verás que todo sale bien, si te dejas llevar.

(La puerta de la recámara se entreabrió, era Laura, completamente vestida solamente con un bata semitrasparente, entró a la habitación)

Laura (Mamá de Ana y esposa de Javier): Ana, los gritos me han despertado, necesitas ayuda con tu padre?.

(Detrás de ella entraba Miguel, en pillama)

Miguel (Hemano de Ana): Seguro que han despertaron a toda la cuadra, que pasa?

A (con gran sorpresa y alegría de ver a su madre y a su hermano, recién dejaba de estar exitada ya volvía a mojarse otra vez): Bienvenidos, creo que es buen momento para hacer una bonita reunión familiar, pasen, pasen, ya verán que bien lo pasamos, verdad papá?

(Laura avanza hasta un lado de su hija, le toma la mano y la levanta hasta su boca y la besa, al percibir el aroma de sexo empieza a lamer exitandose, luego se mete los dedos a la boca chupando todos los jugos y llenándose del aroma de su hija, Miguel avanza tímido, mira a su padre de espaldas y con lencería de mujer, en primer instante no reconoce a su padre y al verlo siente una exitación que se le viene abajo cuando su padre gira y puede reconocerlo.)

A: Muy bien, ahora que empiece la reunión de familia!