La nueva reina del hogar IV
Laura y Javier pasan la noche juntos despues de la cena del sábado en la noche.
Laura y Javier (Papás de Ana y Miguel)
Ella respibara de manera irregular, le faltaba el aire, se sentía muy exitada todavía.
El estaba sorprendido, había llegado a casa y ella lo esperaba con un vestido muy sensual, dispuesta a tener sexo y con varias copas de vino encima. Hace mucho que no pasaba algo así. Venía de estar con su amante, pero ver a su esposa de esa manera, tenía algo sucio en su mirada que hace mucho tiempo no veía, sintió una sexualidad animal que no era común en ella, se portó como una mujerzuela y eso lo mantuvo exitado como nunca en sus casi veinte años de casados, cuando el mojo un dedo en saliva y luego lo metió dentro de su ano ella se estremecio y movió sus caderas de hasta undir el dedo hasta el fondo, el estaba sorprendido todavía, los dos descansaban boca arriba y el buscaba un cigarro a tientas en el buró, entonces ella metió un mano buscando su pene y le dijo:
las palabras sonaron lo más sucia que podía sonar, pero ella estaba muy exitada aún y nunca se había sentido tan deseada por su esposo, metió un mano debajo de la sabana y busco su pene, lo apreto fuertemente y le dijo:
quiero que tu verga en mi culo, ¿quieres o no?
Javier soltó los cigarros y el encendedor, miró de frente a Laura, sus palabras, el tono y su mirada sucia hizó que su pene se pusiera duro como piedra, ella levantó la sabana y comenzó a chuparlo lentamente pero firme, él se llevó un dedo a la boca, el ya había estado en el culo de su esposa, y lo chupó, el aroma acre y dulzón lleno su garganta y nariz, luego busco otra vez el orificio del ano.
Después de unos minutos ella lo solto y le ofreció su culo, él dijo: quiero verte, así que busco el apagador de la lámpara y una luz suave iluminó toda la habitación. Puso más saliva en su mano y se mojo el pene, volvió un dedo en el culo de su esposa, luego fueron dos, ella gemía y movía sus caderas de un lado a otros ritmicamente.
Entoces se dío cuenta, Laura tenía más de diez marcas en horizontales a lo largo de sus nalgas, rojizas, realzadas, paso su mano sobre ellas y ella se quejo y golpeo con más fuerza las caderas de él haciendo que su pene entrara completamente, y esto, alcanzó el preguntar, ambos empezaron a rodar por el profundo y oscuro hueco del orgasmo, por primera vez lo hacían juntos, él tomo su cabello y jaló su cabeza hacia atrás con tanta fuerza que ella grito a la vez que los musculos de culo apretaban el pene con gran fuerza,
ella en medio de rodar cuesta abajo abajo solo pensaba en su hija, en los golpes que le dió con esa vara que encontró en el jardín, la veía con esa vestido largo y entallado, con las zapatillas de tacón alto y muy bien pintada, esa niña que ella vistió en mujer y que luego se convirtió en una amante dominante y exigente, apenas podía creer lo que paso en cinco horas ese sábado por la tarde,
el, mientras sentía que su pene era exprimido al máximo, las marcas en las nalgas de Laura detonaron su orgasmo, tomo sus caderas y se apreto contra ella, por su mente pasaron las imagenes más temidas como un amante, una violación, un club sado maso, no atinaba a explicar esas marcas y pronto su mente se nublo en un orgasmo tan grande que por un momento olvido todo,
los dos se separaron, agotados, exitados, como si estuvieran drogados, ella se tomo su mano y le dijo: ahora lame mi culo, él intento protestar, pero ella continuo, hazlo, luego podré decitrte todo, te explicarlé las marcas y más, anda hazlo, sono autoritaria y el obedeció, estaba hipnotizado ante lo guarra y sucia que se había portado su esposa, ni su amante había llegado a esos niveles, perecía que sus roles habían cambiado, entonces el bajo a buscar su ano, sabía que no sería tan agradable pero no pensó más y empezo a chupar, entonces vio algo más, un pequeño hilo salía de su culo y en una punta tenía un argolla donde se ponen las llaves, empezó a tira del hilo, pero ella lo detuvo, no, aún no, primero chupa, yo te dire cuando, el obedeció.
El puso su lengua en el orificio del ano, y empezó a lamer, despues de un rato ella le dijo, jala lentamente, si no se reventará el hilo, el lo hizo y muy pronto el semen empezó a salir, él retrocedió, pero ella lo tomo del pelo y lo regreso a su lugar. El ano de Laura empezó a dilatarse un algo blanco se dibujo dentro de ella, gemía muchísimo, a veces el dolor se mezclaba con el placer, pero en otras solamente había dolor.
No podía dejar de sorprendese, dejo que su hija metiera aquello en su culo, dejo que lo golpease y la humillara, le hizo hacer promesas y luego estaba en el suelo besando su pies a manera de pacto. Esas imagenes vinieron con fuerza cuando la pelota de golf atravesaba su esfínter. Escucho un grito de sorpresa de su marido, ella se tumbo en la cama, le dolía el ano de sobremanera.
El se quedo viendo la pelota de golf con sorpresa, y espero las explicaciones de su esposa. No tenía ni idea de lo que había pasado las últimas horas en su casa, todo había dado una gran vuelta y no sabía por que.
Ella lo miro sin dejar de estar boca abajo y le dijo: fue Ana, tu hija, ella ha hecho casi todo esto. Me dijo que luego que acabaramos fueras a su cuarto, tiene que hablar contigo, no me preguntes por que, no me dijo.
El se quedó más sorprendido, antes de levantarser se acerco a su esposa y la beso largamente, no sé que paso, pero ha sido increible, te adoro.
Ella rió y cerró los ojos, estaba tan agotada que dejo de preocuparse por todo lo que paso y dejo que las cosas corrieran su curso.
El salió en calzoncillos al cuarto de su hijo, no sabía que pasaba pero lo descubriría de una vez y acabaría ya esa chiquilla de jugar con su mamá. Esa niña sabría quien manda ahí.