La nueva reina del hogar III
Preparativos para la cena del sábado donde Ana tiene un acercamiento con su madre.
Diario de Ana Ayer fue un gran día. A penas puedo creer todo lo que paso. Ya escribí como pasa lo mañana, luego llego mamá y mi hermano se desmayo y durmió un par de horas. Lo subimos a su cuarto y he convencido a mamá que no se preocupe. Luego le he dicho que deberíamos aprovechar y darnos un baño de tina y cenar algo rico. Papá no viene nunca temprano los sábados por la noche. Ella dudo y le he dicho que siempre se queja de que no tiene oportunidad de cuidarse. Además me había prometido enseñarme a cuidar las uñas de los pies y de las manos, y a cortar los vellos de las axilas y de allá abajo, agrege yo. Ella me miró un poco extrañada, como tratando de recordar si había dicho eso o no, yo me acerque a ella cariñosa y la he convencido. Una baño de tina y una copa de vino, dijo, estará muy bien, bueno tu vino no, estas muy pequeña, esta bien mamá, pero deberemos vestirnos de gala para cenar, te lo cambio por el vino. Esta bien, eres una pequeña diablilla, me dicía mientras ibamos al baño. Nos hemos metido a la tina y disfrutado de un baño largo, una hora o más, nos hemos olvidado de todo y he podido acariciar el cuerpo de mi mamá con la esponja y el jabón, le he dicho que es hermosa y que es una pena que no use esa ropa tan hermosa que tiene. En parte papá no viene los sábados por que mamá es muy aburrida, aburrida sexualmente, por lo menos eso dice papá, se ha dicho a su jefa del trabajo, lo sé por que sé levantar el teléfono de la casa sin que nadie se entere, se los secretos de todos, y por eso sé que mi papá se va con su jefa a un lugar llamado motel y se divierte jugando al sexo. Y como mamá no juega al sexo, papá se aburre con ella. Pero eso va ha cambiar pronto. Mamá será más divertida gracias a mi. Después nos hemos hecho la manicura y la pedicura, así se llama cuando te cuidas los pies muy bien, y luego mamá se ha depilado y me ha dicho que yo no necesito, que apenas tengo un bello muy fino y es muy bello, pero logre que me recortara un poco, así parece como el de las mujeres que salen en las fotos que papá guarda en su despacho, otro de los secretos que me sé de esta familia. Todo gracias a que soy muy sigilosa y callada. Le pedido a mamá que ordene comida al restaurante de italiano para festejar una cena de chicas, así dice ella cuando va con sus amigas, ella se ha reido tanto pero dice que le gusta mi forma de pensar y que tal vez pueda quedar como un ritual entre las dos. Luego se quedo callada y sería ¿y tu hermano? No podrá ser una cena de chicas con él. Mamá, mi hermano necesita una correción, ha hecho cosas que no debía, y que no te platicaré ahora, así que sería lindo que por esta noche el sirviera de mesero, ¿que piensas? Mmm, dijo mientras se ponía crema en su cuerpo, pues ya platicaras luego que hizo tu hermano y sí, me gusta que sea una cena de chicas y tu hermano sirva, siempre esta atenido a que lo atiendan igual que tu papá. Pues eso se irá acabando desde ahora mamita, ya verás, dije y luego las dos reimos tanto que nos tiramos de espaldas sobre la cama, en medio de los aromas de las cremas y aceites, lloramos de tanto reir y nos abrazamos, luego una se calmaba y la otra empeza a reir de nuevo y ya estabamos las dos otra vez llorando de la risa, al final mamá me abrazo fuerte y empezo a sollozar, ahora si de llanto llanto, la abrace más fuerte, sentía su cuerpo caliente pegado al mio, su pecho subía y rozaba el mio, ella abrazo mis piernas con las suyas y yo sentí caliente abajo, muy calienta. Ella abrió los ojos y me miro durante mucho rato, luego dijo gracias Ana, la he pasado muy bien, durante mucho tiempo tu papá no me ha permitido sentirme feliz y ahora lo soy. Yo no dije nada, me abrace a su pecho y abrí mis piernas para que su muslo entrara más dentro de mi. Ella se dió cuenta de mi inteción por que dijo ¿Esto es nuevo para ti verdad? Igual callé y metí mi cabeza en su pecho. Ella avanzo su muslo y durante un rato nos tallamos dulcemente los sexos. Yo me estremecí y mi cuerpo se puso caliente. Sentí que desfallecía y que quería a mi mamá más que nunca. Ella me tomo de la barbilla y puso un beso en mi boca: Vaya, ya eres una señorita, y se río un poco. Después elegimos vestidos, lencería, zapatos de tacón, perfume, nos hemos peinado y maquillado. Logré sentirme segura otra vez y cuando terminamos tocaba el timbre, seguro sería el pedido del restaurante. Mamá, le dije mientras la miraba seriamente, la responsable de no ser feliz eres tu, y como no lo has hecho muy bien esta noche habré de darte un castigo, después de la cena. Ella me miro divertida y siguió el juego, tienes toda la razón hija, soy culpable y ser río un poco. Con eso me bastaba, di vuelta y le dije con voz dura: baja a recibir la comida y prepara el comedor para cenar, yo vere que el mesero se prepara. Sentí que se quedo fría ante mi orden, así que dí volví el rostor y agrege, ¿vamos linda que esperas? Entonces se levanto nerviosa y dijo, pero traigo un vestido muy atrevido, que pensara el repartidor. Que estas encantadora, mamá, eso pensara y es la verdad, así que vamos que el baño me ha dado hambre. Y es verdad, entre juego y juego habíamos elegido un vestido negro negro con un gran escote en la espalda, muy corto y pegado al cuerpo, si saliera a calle seguro causaría una conmoción muy grande. Estaba increible. Yo me fuí al cuarto de mi hermano despertarlo y a preparar su atuendo. Hoy sería un esclavo nuestro y al final de la cena también llevaría un castigo ejemplar.