La nueva reina del hogar I

Ana descubre a su hermano masturbandose con su ropa interior, decide chantajearlo para aprovecharse de él. Primer capitulo.

Diario de Ana

Estaba muy nerviosa, pero igual lo hice y todo a salido muy bien, hace tiempo se que es masturbarse, mi hermano lo hace muy a menudo. Por mi estaba bien, pero empezó a tomar mi ropa interior, y por alguna razón le gusta más la usada, se la lleva a la nariz y luego a la boca y aspira y la chupa. Por mi que se tocara esta bien, pero no entiendo por que le gusta mi ropa. El piensa que nadie se da cuenta en la casa de lo que hace, pero la verdad es que todos lo sabemos, aunque nadie lo platica. Mamá se hace la que no se entera, pero por su puesto que sí, debe ver las manchas en su ropa y en piso y además se pasa horas metido en su baño. Papá también lo ha saber. Y yo lo escucho de el pasillo que une los cuartos, además ni que no me diera cuenta que toma mi ropa.

Así que el sábado por la mañana el entró a cuarto pensando que yo dormia y tomo mi ropa del suelo, luego se fue a su cuarto y yo lo seguí en silencio. Por eso se todos los secretos de esta casa, por que soy silenciosa. Me pege a la puerta y escuche, luego de unos minutos Miguel empezo a respirar muy rápido y con todo y nerviosismo entré al cuarto y empece a decirle que era un puerco y un cochino, que era un sucio y que me las pagaría todas, él metio la mano donde tenía mi ropa debajo de la sábana y dijo, de manera entrecortada y ridícula que no que él no hacía nada mal, era patético, mi acusación no tenía vuelta de hoja lo tenía pillado, pero aún así empece a buscar las pruebas, metí las mano de bajo de las sábanas y busque mi ropa. Ahora tal vez, solo tal vez, también quería tocar su cosa. Y bueno, encontré las dos, mi mano derecha rozó su cosa y la izquierda encontró mi ropa. Miguel estaba rojo de verguenza, pero aún así tenía su cosa parada. Le dije, ya ves, tienes días tomando mi ropa y te masturbas con ella, había aprendido la palabra en la escuela, en clase de salud.

Él bajo la mirada y yo sentía también verguenza, seguro estaba roja como él, además sentí calor allá abajo, mucho calor y ganas de tocarme, nunca antes había sentido ganas, pero me aguante, no podía perder la oportunidad de ganarle a mi hermano y hacer que por fin él me obedeciera a mi, despues de años de sufrir por sus golpes y su grocerias, era ahora o nunca.

¿Dime, casi le grito, te gusta tocarte con mi ropa? El callaba, yo tenía mi calzón en la mano izquierda, ¿contesta, te gusta tocarte y oler mi ropa? Contesta o lo sabrá mamá. Entonces dijo que sí con la cabeza. Ahí se me ocurrió que podría ir un paso más adelante, me acerque y le puese mi ropa en la nariz y con la otra mano busque su pene, así dijo la maestra que sella, y lo de abajo mio se llama vulva, entonces encontre su cosa aún un poco dura y empece a apretarla y subirla y bajar, él suspiro largamente sin subir la mirada. Yo aprete mis piernas por sentía muy rico y verlo así vencido por mi estrategía me emocionaba y me llenaba de gusto que me empece a marear, entonces el estiro las piernas y dijo debilmente, no pares por favor, más duro, y volvío a aspirar y luego se quejo mientras su cuerpo se estremecía y me mojo la mano con su cosa. Él seguía sin atreverse a mirarme, dijo por favor no le dijas a mamá nada, haré lo que tu dijas, sí que lo haras, hermanito, si que lo haras, luego le metí mi mano derecha, toda mojada, en la boca y le dije empieza por dejar limpia mi mano, puso una cara de asco pero yo metí más mi mano, si has hecho esta porquería deberas poder limpiarla. Entonces, poco a poco, superando el asco, empezo a chupar cada dedo, el dorso, la palma, mientras yo cerré los ojos y apreté de nuevo mis piernas, el mareo me volvía dulcemente.

Ya después, viendo la tele, le dije, si quieres tocarte de nuevo, lo hacía por lo menos tres veces al día, debera ser con mi permiso, yo controlaré tu cosa, ¿esta claro? Pero, pero, intento decir algo, nada será así, a mi manera, y como toda la tarde había tenido su pene parado le di permiso de tocarse frente a mi y mojarme los pies, lo hizo rapidísimo, durante los comerciales de la televisión, luego lo obligue a chuparme los pies y por primera vez yo metía mi mano en la vulva buscando mi clitoris, no lo encontré en ese momento, pero tal vez ahora que estoy sola y mi hermano tiene vendado su pene para que por la noche no pueda tocarse otra vez.