La nueva Laura (2)
Laura sigue cambiando
El cambio en Laura fue bastante evidente y los dias siguientes tuvo que dar muchas explicaciones, todas mentira, pero es que no podía decir otra cosa.
Sus compañeros de trabajo se sorprendieron al verla salir a fumar a la puerta del edificio donde trabajaban. Su familia, novio y amigos se sorprendieron aun más. Laura siempre habia estado en contra del tabaco y, literalmente, de un dia para otro habia empezado a fumar con gusto.
A todos tuvo que mentirles, ya que ella misma si hubiera buscado una explicacion no la habria encontrado pero no le importaba si habia explicacion o no. Les dijo que siempre habia fumado en secreto algun cigarrillo. Mintió y quedó como una cínica pero le dio igual.
Lo que nadie notó era que Laura nunca fumaba menos de diez cigarrillos al día y si fumaba más de diez era cuando salía de copas o a cenar. Se limitaba perfecta e inconscientemente.
Habría más cambios pero menos evidentes.
Pasaron los dias y la cosa se calmó. Una tarde en casa viendo su correo electrónico encontró un email que no había sido clasificado como spam aunque lo era. Se detuvo a mirar el asunto "Porno gratis", en ese momento fue como si la palabra saltara de la pantalla directamente a su cabeza.
En temas de sexo Laura era bastante normal, tirando a recatada, por lo que el porno le parecia algo guarro y obsceno. En otro momento habria borrado el email sin pensarselo pero esta vez era distinto, le llamaba la atencion no por ser gratis sino porque era porno.
No dejaba de mirar el asunto del mensaje, era como si la única palabra de la pantalla fuese porno y sin darse cuenta comenzó a repetirla mentalmente. Así pasaron un par de minutos.
Abrio el mensaje vio que sólo contenía un par de enlaces, cuyas direcciones eran de lo mas descriptivas. Seguía repitiendo mentalmente la palabra porno y finalmente la dijo en voz alta. Le gustaba como sonaba. No se lo pensó y abrió la primera, que contenia una seleccion de escenas cortas que se podian ver gratuitamente. La primera mostraba una pareja teniendo sexo y le parecio muy atrayente y...excitante ya que comenzó a ponerse caliente. Vió varias veces la escena y luego pasó a la segunda, que no sólo era similar sino que le hizo sentir deseos de masturbarse.
Vio las escenas una tras otra sin parar de masturbarse y luego paso al segundo enlace para seguir haciendo lo mismo.
Al cabo de un rato se habia corrido sobre el sofá, lo limpió un poco y se dió una ducha. Regresó al ordenador, encendió un cigarrillo y dió una larga calada satisfecha. Inmediatamente empezó a buscar en las webs de descargas más porno y comenzó a descargarlo. El porno no era algo guarro y obsceno, estaba bien, le gustaba y le excitaba...siempre le había gustado.
El día siguiente al salir del trabajo unos compañeros sugirieron ir a tomar algo pero ella les dijo que prefería irse a casa. Lo que no les dijo es que le apetecía mucho ver porno.
Según llegó a su casa se dispuso a ver lo descargado. Para ello se desnudó, cubrió el sofá para no mancharlo otra vez y se sentó cómodamente frente a la pantalla de su ordenador. Revisó lo descargado, escogió una película y se puso a verla.
Encendió un cigarrillo y comenzó a acariciarse los pezones. Estaba disfrutando enormemente, se sentía excitada y caliente, pero quería que durase por eso iba con tranquilidad. Después de los pezones empezó con su sexo, se masturbaba sin dejar de mirar con toda su atención la pantalla. Fue capaz de permanecer excitada la mayor parte de la película, finalmente se corrió muy satisfecha.
El porno se convirtió en su entretenimiento favorito y todos los días intentaba sacar tiempo para ver al menos una película, con la consiguiente masturbación.
Llegado el fin de semana se citó con Raúl, su novio. Salieron a cenar en un restaurante y después Laura le invitó a tomar una copa en casa, dejándole claro que habría más que copas. Ella no solía ser tan lanzada, cosa que pareció sorprender a Raúl.
Más tarde, los dos estaban en la cama comiéndose a besos. - Quiero comerte la polla. - ¿Queee? - Jajajaja, eso,que me apetece comertela. - Bueno, creia que tú no...que no te gustaba ¿y ese vocabulario?jajajaja - ¿Qué pasa? - Es raro en tí. - Bueno , pues sí, me apetece practicarte una felación,jajaja ¿mejor así?.
Laura se puso manos, más bien boca, a la obra y Raúl se mostraba más que satisfecho con su habilidad, aprendida de las películas. Cuando estaba a punto de correrse, Raúl avisó a Laura para que se apartase pero ella no lo hizo sino que dejó que descargase completamente en su boca y luego limpió su miembro con la lengua.
- Joooder tia, vaya cambio. - ¿Cambio? - Sí bueno, a ti antes esto..., vamos que una vez me dijiste que no...
Y nuevamente Laura mintió con soltura.
- Sí me gustaba, siempre me ha gustado, lo que pasa es que soy algo tímida para estas cosas, pero me gusta follar como a la que más. - ¿Follar? - Si, ¿qué pasa? - No es solo que,jajaja, ¡qué lenguaje!, ...es broma. - Jajaja, oye, ahora en serio, ¿te sientes con fuerzas para follarme o termino yo sola?. - Me has dejado...¿sóla? - Sí claro, no pasa nada si no puedes, me hago un dedo y acabo yo.
Laura subrayó sus palabras comenzando a masturbarse. Raúl la observaba mientas lo hacía.
A Laura no sólo le había gustado, le había dado tanto placer que cuando Raúl se corría en su boca sólo podía pensar en lo mucho que le gustaba comer pollas. Desde ese día siempre se mostró dispuesta a ello, y su novio estaba muy contento. Lo estaría aún más.
Laura seguía con su vida sin ser consciente de cómo iba cambiando. Estaba convencida de que era así, es más le gustaba y no pensaba cambiar. Ella era así y punto, ser de otra forma, como era antes eso sí sería cambiar. Y no quería cambiar, ni siquiera pensaba en cómo era antes.
Una tarde estaba en su casa holgazaneando. Extrañamente, no le apetecía ver porno, tenía que terminar unos asuntos del trabajo pero tampoco quería ponerse con ello, parecía que la casa se le iba a caer encima y decidio salir a dar una paseo.
Vagabundeó por el centro, sin rumbo fijo, las tiendas y escaparates no llamaban su atención sólo quería andar. De repente un cartel luminoso sí llamó su atención y se detuvo frente a la puerta de una tienda como si estuviera decidiendo si entraba. Paso allí parada cerca de un minuto y algún transeunte la miró con curiosidad. Finalmente sonrió feliz y entró. Era un sexshop.
Laura empezó a recorrer los pasillos, con naturalidad y no como si fuera la primera vez que entraba en un sexshop, como era su caso. Finalmente se dirigió a pagar lo que había cogido, un vibrador y unas bolas chinas, de repente recordó algo y consultó al dependiente.
- Disculpa, ¿teneis algo para dilatarme el ano?
Laura no se molestó en disimular, dejó claro que era para ella. El dependiente la ayudó a escoger un kit que según él se vendía mucho. Pagó y se apresuró a volver a casa.
Cuando llegó a casa estaba deseosa de estrenar su vibrador viendo una película y eso hizo. Cuando se corrió, abrió el kit de dilatación y leyó atentantemte las instrucciones. Seguidamente cogió el elemento más pequeño del kit, lo lubricó y se lo colocó en el ano. Estaba contenta porque le apetecía mucho probar el sexo anal y se estaba preparando para ello.
Los días siguientes siguió trabajandose el ano hasta que pensó que ya lo tenía listo. Llamó a Raúl.
- Hola cielo, me pillas liado. - Será una interrupción corta. Te llamaba por si al salir del trabajo te apetecía venir a casa a follar.
Raúl se había acostumbrado a que Laura fuera tan directa y que en esas ocasiones utilizara ese vocabulario. Había veces que le decía que quería comerle la polla, buscaban un sitio discreto y ella lo hacía. Raúl aceptó la invitación.
Esa tarde Laura recibió a Raul como lo hacía últimamente, es decir, sensual, picante, desinhibida. Cualquiera podría pensar que se portaba como una actriz porno.
Tras los preliminares Laura empezó a lamer el miembro de Raúl.
- Mmmmm, creo que tu polla está lista. - Sí...uuufff, tienes razón. - Fóllame el culo.
Raúl no se sorprendió por la propuesta.
- ¿Estás segura? - Sí, estoy lista y estoy decidida a que me des por el culo.
Se puso a cuatro patas y Raúl hizo lo que le pedía y como siempre a Laura le encantó, se corrieron los dos a la vez.
- No sabía que te iba el sexo anal. - Sí, me gusta mucho, jajajaja, no pongas esa cara,¿todavía te sorprendes?. Me gusta follar, por delante y por detrás. - Chica, cuando te conocí no parecías... - ¿Tan guarra? - No , no , no quería decir eso... - Si no pasa nada, soy una guarra ¿y qué?.
Unos meses atrás si alguien la hubiera llamado guarra se habría sentido insultada, ahora era casi un halago.