La nueva hacienda de Los claveles (2)

Continua la historia.

La Nueva hacienda de Los Claveles (2)

Mayo de 1911.

La toma de Ciudad Juárez por las tropas revolucionarias se llevo a cabo a sangre y fuego, y entre las tropas atacantes estaban las de Pancho Villa, ya General. Unos de sus oficiales mas distinguidos en el ataque fue Anselmo que a base de valor se había ganado los galones de capitán. Durante el ataque Elena se quedo en el campamento pues tres meses de embarazo no le permitían acompañar a su hombre en la batalla. Después de que esta paso y se calmaron las cosas en la ciudad Elena se reunió con su hermano.

-mi amor, ahora que no estuviste te extrañe inmensamente y pase el tiempo platicando con algunas amigas. Ellas me hablaron de otra forma de placer que quiero practicar contigo.

-¿y eso que? acaso te dieron un curso sobre el sexo.

-algo así, aunque dicen que al principio duele un poco, pero luego se disfruta mucho.

En un año las cosas habían cambiado mucho. Ahora se hospedaban en el mejor hotel de CD. Juárez donde tenían hasta una toilette para su aseo personal.

-te voy a dar tu premio por ser un soldado tan valiente.

Anselmo no entendía que quería su hermana pero cuando entro al cuarto la encontró vestida solo por un juego de ligero y corsé que lo éxito al instante. Se acerco a ella besándola en los labios y ella contesto con toda su pasión. Después se separo de el y se puso en cuatro patas sobre la cama dejando a la vista de su hermano su hermoso culito.

-quiero que me la metas por el culo, quiero sentir esa nueva sensación en mi ano.

-¿No te dolerá mucho?

-Si lo haces con cuidado pronto me acostumbrare.

Anselmo se acercó por detrás verga en ristre y apunto la cabeza a la entrada del orificio anal de su hermana, empujo suavemente y sintió como se habría el ano y aprisionaba su pene. Sintió una deliciosa sensación a lo largo de su verga.

-¡Que rico siento hermanita. Estas muy apretadita!

-Despacio hermanito…..despacio, para que yo también disfrute.

Anselmo redujo sus envites dejando que Elena se acostumbrara a sentir la verga en el culo. Después de unos minutos ella misma empezó a pedir más.

-Ahora si mi amor. Empuja fuerte para disfrutarla más.

Anselmo cayo en la vorágine de la lasciva y empujó, empujó y empujó hasta perderse en el placer que el culo de su hermana le daba, no supieron cuánto tiempo estuvieron así hasta que estallaron en un rió de placer y semen que inundo las entrañas de Elena.

-¡Ufff…..que placer mas delicioso….. de ahora en adelante lo haremos seguido mi amor!

-Si mi vida, esto es delicioso y no pienso renunciar a ello.

Han pasado tres años y Elena ya parió dos hijos. Niño y niña y viven en la ciudad de Chihuahua. Anselmo sigue fiel a Pancho Villa el cual ha seguido una vida de aventuras. Prisionero en la CD de México se escapa de la cárcel y retorna al norte del país donde forma la División del Norte. El mejor ejercito que México ha tenido en toda su historia. Inicia la marcha hacia el sur para derrocar al nuevo dictador Victoriano Huerta que ha usurpado el poder asesinando a Madero.

Anselmo ya es coronel del ejército de Villa y un día después de la toma de Torreón Villa llama a su estado mayor para darle instrucciones.

-Vamos a avanzar sobre Zacatecas pero necesitamos eliminar focos de resistencia. En la Nueva hacienda de los claveles hay fuerzas federales que hay que eliminar. Fierro comandara el ataque y………………. ¿que quieres Anselmo, porque me interrumpes?

-Mi general, le pido mandar las tropas sobre el terreno en la toma de la hacienda.

-Mira muchachito…. A mi no me engañas, tu lo que quieres es una venganza personal pero ¿no has pensado que te enfrentaras a tu padre? ¿Acaso lo fusilarías?

-No lo se mi general, pero el único modo de saberlo es estando allá.

Villa se le quedo viendo unos instantes sopesando la situación y después de unos minutos le dijo.

-De acuerdo Anselmo, tú mandarás las tropas personalmente- dirigió una mirada de complicidad a Fierro- pero no quiero fallas.

Seis días después las tropas villista rodeaban la Nueva hacienda de los Claveles donde estaban acampadas las tropas federales al mando del mayor Jiménez que durante su estancia en el lugar dedicaba todo el día a cortejar a Amparo con el visto bueno del don Justino que veía en el militar un hombre con carácter y futuro. A las seis de la mañana empezó el asalto y de inmediato se vio que los federales estaban perdidos. Fueron prácticamente barridos en el primer impulso de los villistas que destruyeron las berreras exteriores y entraron al patio de la hacienda. El mismo patio donde Anselmo recibió treinta latigazos. Al primero que se encontró Anselmo de frente fue a Melitón y de un balazo en la frente lo derribó, después salio don Justino armado con un fusil y se quedaron frente a frente padre e hijo. Se miraron a los ojos con odio ancestral y don Justino se echo el rifle a la cara. De pronto se escucho una detonación y una bala se le clavo a don Justino en medio del pecho. Anselmo volteo atrás y vio a Fierro montado en su caballo con la pistola en la mano todavía humeante. Se acerco a su padre y vio que ya estaba muerto. No sintió nada, ni dolor ni odio, solo un desgano enorme. Los gritos de las mujeres en la capilla lo sacaron de su marasmo. Se acercó a ellas y ahí estaba ella, su hermana Amparo.

-Esta mujer es mía-le dijo a sus subordinados- que nadie la toque.

La aparto y la llevo al interior del casco de la hacienda donde le dijo.

-Cuando nos vayamos eres libre de hacer lo que quieras. Te recomiendo que te vayas de aquí ya sea a Estados Unidos u otra parte.

Amparo solo lo miraba con los ojos llenos de miedo, no sabia que su padre había muerto pero lo suponía. No sabia que hacer y se sentía desvalida. Las tropas duraron dos días en la hacienda hasta que recibieron órdenes de unirse al grueso de la División del Norte. Anselmo preparo la partida pues sus tropas se habían incrementado con los soldados federales que se pasaron a su bando lo mismo que los peones y las mujeres que trabajaban en la hacienda que se incorporaban a la revolución.

Estaba a punto de iniciar la marcha cuando apareció Amparo con una maleta y un hatillo acercándose a el.

-Me voy contigo, ya no me importa nada y de un modo u otro eres mi hermano para bien o para mal.

Anselmo le dio la mano y la subió a la grupa de su caballo partiendo de inmediato hacia Zacatecas que ya había caído en manos de Villa. Durante la travesía sentía el cuerpo de su hermana pegado a su espalda y en las noches de acampada dormían uno junto al otro. Anselmo no entendía lo que sentía por su hermana. Ella no tenia culpa de nada, pues no participaba en los actos de su padre y hasta cierto punto era una victima también del despotismo de don Justino. No podía quererla, pero tampoco odiarla. Al llegar a Zacatecas se hospedaron en un buen hotel y tomaron una habitación para los dos.

-Tú dormirás en la cama y yo en el sillón-le dijo Anselmo a Amparo.

-Creo que los dos cabemos en la cama.

Anselmo se fue a dar su parte a Villa y regreso al atardecer para ir a cenar. Después de la cena pasearon un poco por la ciudad y a la hora de ir a dormir le dijo a Amparo.

-Si quieres tomo otra habitación.

-No quiero estar sola.

Entraron en la habitación y se desnudaron sin ninguna vergüenza, se acostaron y sus cuerpos quedaron muy juntos. Ella se apretó a el diciéndole.

-Quiero estar a tu lado, no me dejes nuca.

-Amparo, yo…….tengo dos hijos con Elena. Ella es mi mujer.

-No seria la primera ves que un hombre tiene dos mujeres y ellas lo aceptan. Villa mismo tiene como diez y nadie dice nada.

-Si, pero ustedes son mis hermanas.

-Creo que a los triunfadores no se les piden cuentas.

Sin darse cuenta sus bocas se acercaron y se dieron el primer beso íntimo. Anselmo se dio cuenta de que amparo era una mujer diferente a todas las que conocía. Sintió la pasión de su hermana en cada beso que se dieron, la tersura de su piel bien cuidada, la suave caricia de sus manos blancas y finas.

-Amparo, ¿Lo deseas?

-Siempre, desde el día que te dieron de latigazos en le patio de la hacienda no he dejado de pensar en ti.

Anselmo se hundió entre los senos de amparo y beso sus pezones pequeños y duros. Lamió su cuerpo y bajo su cabeza a la entre pierna de su hermana. Su lengua busco la hendidura del placer y ella respondió arqueando su cuerpo y buscando el contacto, la lengua de Anselmo penetro en los labios vaginales y provocó oleadas de placer en su hermana, lo que a su vez provocó un orgasmo, el primero de Amparo en su vida. Anselmo se puso entre las piernas de Amparo y dirigió la punta de su pene a la hendidura de ella, amparo se arqueo un poco más y facilito la entrada del dardo en su cuerpo. Poco a poco sintió como su himen desaparecía ante el embate de su hermano y la embargo una sensación de pertenencia que nunca había sentido. Sabía que Anselmo era su dueño. Que de ahora en adelante seria suya, que lo amaría por siempre.

-¿te gusta Amparito? ¿Lo disfrutas hermanita?

-Mucho mi amor, es inmenso el placer que siento.

Anselmo acelero sus movimientos para el disfrute de ambos.

-uggg…….hermanito……..no te detengas por favor…… ¡OH cuanto gozo!

-¡Ayyy………..Amparito……..que rica estas………cuanto me gustas hermanita!

Los dos estallaron en el placer al mismo tiempo y fue tanto su gozo que repitió la cúpula dos veces más durante esa noche.

La vida de Anselmo quedo atada a dos grandes pasiones. La revolución y el incesto y en los dos campos se presentarían muchas opciones para seguir adelante mas ahora que villa no estaba en buenas relaciones con Carranza por lo que a mayor guerra mayor placer para Anselmo pues nadie se fijaba en su situación.

Continuara……..

Pacosuarez.