La nueva fantasía erotica de mi Marian

Como cumplí la fantasía de mi mujercita de follar por mi y un joven al mismo tiempo.

Hola. Me encanta poder comunicarme nuevamente con ustedes y compartir mis experiencias, como lo he venido haciendo desde hace un buen tiempo. Ante todo debo decirles que luego de una campaña personal de convencimiento familiar, conseguí que el padre de Dianita lleve a la familia de paseo a Disney y hace 10 días la familia, Dianita incluida por supuesto, partieron de vacaciones y no solo van a Disney, sino que luego tomarán un crucero por el caribe y quedaran luego de ello unos 20 días más en Miami. La felicidad completa, pues Dianita me dejará descansar más de un mes y podré dedicarme a Marian mi esposa, Silvia mi Secretaria y a Virginia, la mujer del portero.

Efectivamente, he recuperado mis posiciones y como se dice me he puesto al día con todas, en lo que respecta a nuestros juegos de cama, como en las salidas y diversión con cada una de ellas. Déjenme contarles, lo que pasó días atrás con Marian, mi esposa.

Habíamos tenido una mañana de sábado particularmente amorosa. Marian yacía a mi lado, en el amplio lecho, saciados los dos después de una rica cogida, calmada, relajada y apasionada. Con esa rica laxitud que da el haber tenido buen y completo sexo, Marian se acurrucó junto a mí y acariciando mi cuerpo, pego el suyo al mío y me besó el cuello. Esto no tendría nada de raro, pero conociendo a mi mujer como la conozco, era preludio que me quería decir algo. Efectivamente, habló y vaya si habló:

  • Querido, me escuchas?

  • uhmmm, si mi amor, te escucho.- dije perezosamente.-

  • Te quiero, mucho, tu lo sabes y eres maravilloso que siempre estás pendiente de mi y me has dado gusto en todo, sobbre todo en mis fantasía que me has ayudado a hacer realidad..

  • Tu sabes que adoro, mi vida y me gusta verte feliz, hacerte feliz y tenerte saciada.- dije con voz melosa.-

  • Sabes que nunca te oculto nada. Que para ti soy como un libro abierto y quiero decirte algo..... .- se detuvo al llegar a este punto.

  • dime mi amor...¿otra fantasía que deseas realizar?

  • Si, pero no se si será demasiado atrevida. Tu sabes que lo que menos quiero es herirte o dañar la relación tan especial que tenemos, pero quiero decírtela porque quiero ser como siempre transparente y no guardarme nada.-

  • Vamos, dime todo lo que piensas, no te detengas.-

  • He empezado a fantasear y obviamente a desear hacer el amor con dos hombres. Fantaseo con que uno de ellos seas tu y con otro hombre joven, vital y rico como tu mi amor. Sueño que me cojan al mismo tiempo, pero tengo fijo que solo tu me tomes por atrás. En eso soy tajante, ese lugar es solo tuyo y no quiero hacerlo con nadie más por allí. Es muy atrevido y morboso no?. Pero, ojo, es solo una fantasía. Y creo que debe quedar allí....

Marian me conocía bien y esperaba que yo diera el siguiente paso y la incentibara:

  • Mi amor, sería exquisito poder gozarte así, mientras un joven de da por adelante y yo por atrás, sería no solo morboso sino altamente explosivo. Mira, de solo pensarlo, nuestro amiguito empieza a resucitar.-

Efectivamente, solo de imaginar la escena estaba teniendo una erección y al parecer mi dulce mujercita le ocurría lo mismo, notaba sus pezones duros y erectos y en rápido movimiento ella introdujo mi herramienta en su golosa boca y empezó a darle un tratamiento de primera a mi pija. Su experta boca engullía hambrienta mi trozo de carne que empezaba a ponerse más dura a cada instante. Sin mucho esfuerzo nos colocamos en una posición de 69 y empezamos a darnos una mutua caricia, pensando ambos en la delicia de hacer un trío para delicia nuestra como unico medio de calmar nuestras constantes calenturas. En lo personal, pensaba repetir ese trío para beneficio mío con Marian y otra mujer que al canto podrían ser Silvia, Virginia o Dianita.

Creo que solo de pensar ambos semejantes cogidas, llegamos con rapidez y delicia a unos intensos orgasmos y la poca leche que me quedaba fue tragado por mi mujercita con deleite y extremado placer.

Mientras nos bañábamos enjabonando mutuamente nuestros cuerpos, empezamos a conversar sobre el tema planteado y surgió la pregunta natural por mi parte:

  • Quisieras que el trío lo hagamos con Pedrito, tu protegido?.- pregunté directamente.-

  • No. Mira, después de haber estado tres veces con él, como que ya no me provoca hacerlo. Me ha llamado un montón de veces y le he dado largas y al final le he dicho que cuando lo desee lo llamaré, pero la verdad, que no, con él no.

  • Bueno, entonces, tenemos que buscar cuidadosamente a alguien que haga realidad nuestra fantasía. Has pensado algo al respecto?

  • Pues... si. Mira, desde hace un tiempo, tanto en el club, en la calle y en un par de sitios donde coincidimos, me he encontrado con Marita Pardo. La recuerdas?

  • Marita Pardo?, la hija menor de los Pardo, los que viven a unas dos cuadras de aquí?, pregunté aún sin entender..-

  • La misma. Pues bien, ella tiene un novio. Un chico muy formal y muy guapo. Creo que está finalizando la carrera en la Universidad del Pacífico y al parecer es un tipo brillante. Pues bien, ese chico que se llama Samuel, pero que todo el mundo lo llama Sammy, no me quita el ojo de encima y guardando su distancia y compostura, me da unas miradas que parecen desvestirme y a mi me gusta, porque me alborota toda. Ayer en el club, estaba en la piscina con mis amigas y vi que llegaron. Estaba con una ropa de baño, esas chiquitas que están usando los chicos y parece que la naturaleza lo ha dotado muy bien. Me hizo recordar tu figura en la época que nos casamos... recuerdas como se notaba tu paquete durante la luna de miel, que teníamos que ir volando al cuarto para tirar rico?

  • Vaya.-dije yo.- parece que ya escogiste al feliz mortal que goce de nuestros placeres?

  • Realmente si. En un momento que yo regresaba del baño, me crucé con él y se acercó a saludarme. Su mirada no solo me desvestía, sino que era una abierta suplica... ponderó mi belleza y alabó mi traje de baño y cuando nos despedimos sentía que su mirada no se desprendía de mi solita, de mis piernas, en fin de todo mi cuerpito. Me gustaría que fuera él, parece ser un tipo serio y discreto. Qué te parece?

Al parecer mi mujercita ya había escogido la presa y ahora solo quedaba armar el tinglado para hacer realidad el fantástico trío que Marian imaginaba.

Dunate el desayuno, seguimos hablando del tema y acordamos en ir al Club, pues de seguro estaría el muchacho, de modo que lo conocería para darle mi visto bueno. Luego de ello, Marian se daría maña para hablar con él e incitarlo a que la citara para tomar un café, como preámbulo a un futuro encuentro. Para todo ello, Mariana, puso especial énfasis a su tenida para ir al Club, decidimos ir a jugar tennis y si que se esmeró en su arreglo. Demoró un poco en su maquillaje, pues hizo algo tan especial que a simple vista daba la impresión que no tenía ni pisca de maquillaje, lo que le daba un aspecto muy juvenil, resalto los grandes ojos pardos y dio un toque delicado a sus labios. Cepilló los cabellos castaños y se puso una coqueta faldita pantalón tableada de color blanca, con un cinturón de lona a rayas azul, rojo y blanco, que marcaba su cadera. Arriba, una polera blanca con dibujos geométricos de colores a un lado. El conjunto Addidas le quedaba de pintura, pues no solo hacía de ella una figura armoniosa sino sexy. Las largas y hermosamente torneadas piernas de mi mujer se veían espectaculares, deliciosas. Los pies estaban cubiertos por unas medias blancas y zapatillas de tennis también Addidas.

No solo estaba espectacular, sino salvajemente bella y deseable, riquísima.

Llegamos al Club y luego de saludar a los muchos amigos que allí tenemos, separamos la cancha para jugar un partido. Mientras esperábamos el turno, nos dedicamos a pasear por las instalaciones, buscando en realidad a Marita y el famoso Sammy, su novio. La búsqueda dio resultado y los vimos sentados en una de las mesas de la fuente de soda cerca al Club House.

Efectivamente, el tipo tendría unos 22 años, estaba vestido de manera casual Cabello castaños casi rubios, 1.75 de estatura, cara de rasgos firmes y decididos, ojos celestes, una complexión de surfista, pero una mirada inteligente. Al tipo se le veía muy varonil. De primer impacto, el tipo había pasado la prueba. Junto a él estaba la noviecita y si que era un bomboncito rubio, con cara de inocente yo no fui (que la experiencia me ha demostrado que son las más bravas en la cama). Simulando Marian y yo que estábamos en una entretenida conversación, pasamos cerca de la parejita y luego de avanzar unos cuantos metros, dimos la vuelta y regresamos por el mismo camino, continuando con nuestra simulación. No se me escapó la mirada del tipo a mi mujer y la forma como estaba impresionado con las piernas, los pechos y la cara de mi mujercita. Parecía desvestirla con la mirada. Era solo materia de esperar. Mientras volvíamos sobre nuestros pasos, tracé un plan rápido. Le dije a Marian, mientras sentíamos la mirada del tipo sobre nosotros, que en ese momento la dejaría sola y que de seguro el chico habría de encontrar el motivo para dejar a la noviecita y alcanzarla para piropearle.

En efecto, le di un beso en la mejilla y me aleje de ella en otra dirección. Llegué hasta una cabina telefónica y desde allí, seguí observando el desplazamiento de mi mujer. Se le veía en realidad linda y deseable. A los pocos minutos, vi como el muchacho se levantó y dejó a la noviecita con unos amigos y empezó a caminar en dirección a Marian, al principio caminaba rápido y después casi corría. Finalmente la alcanzó y Marian haciéndose la sorprendida empezó a conversar coquetamente con el muchacho. Este la acompañó hasta la zona de las canchas de tennis, se detuvieron y siguieron conversando por un rato. La carita de mi mujercita era angelical, dándole entrada al muchacho que se le veía embobado con mi esposa. Luego se despidieron con un beso en la mejilla.

Lentamente llegué hasta la zona de juego y mientras nos preparábamos con Marian para jugar nuestro partido de tennis, ella me contó con la carita iluminada que el chico al alcanzarla la había saludado y luego de piropearla y alabar su atuendo y lo bella que se veía, la había invitado a tomar un café. Ella siguiendo mis instrucciones lo había citado en la cafetería del Hotel Los Delfine. La cita era al día siguiente, lunes a las 4 de la tarde. Teníamos pues tiempo suficiente para discutir como haríamos realidad la fantasía de Marian.

Jugamos nuestro partido de tennis, luego de ducharnos, nos fuimos a gozar de la piscina y a eso de las 4 de la tarde nos provocó picar algo y reunidos con otras parejas nos fuimos en uno de los restaurantes del Club a charlar y a pasar el tiempo.

Cuando regresamos a casa y mientras nos acomodábamos en nuestra amplia cama y nos preparábamos para ver los programas políticos de los domingos en la noche, tratamos ampliamente sobre la estrategia a seguir. Luego de cambiar opiniones, llegamos a las siguiente conclusiones: ella acudiría a la cafetería del Hotel Los Delfines y se encontraría con él; conversarían y seguramente él se lanzaría, en lo mejor de la plática llegaría yo y ella me presentaría. El seguramente se sentiría descuadrado y a renglón seguido yo le explicaría lo que deseamos, confiando en su caballerosidad y discreción. Si aceptaba, yo ofrecería la suite que ya tendría reservada en ese hotel y manos a la obra.

Solo de pensar en la tarde siguiente, empezamos a ponernos calientes y sin más preámbulo nos entregamos al placer, a gozar de nuestros cuerpos. Me encanta tirar con mi mujer, porque es una artista en la cama, es dúctil a mis deseos y se entrega con un apasionamiento que hace parecer nuevo y único cada combate. Nos entregamos con dulzura, con pasión y nos olvidamos de la tele. Quedamos dormidos uno en brazos del otro. Al día siguiente. Lunes, yo tenía que salir temprano a varias citas ya concertadas y dejé a mi mujercita durmiendo.

La mañana fue de locos, ni tiempo para echarle mano a Silvia y menos a Virginia, a ambas se les veía riquísimas pero ni modo. Si quería tener la tarde libre, debía avanzar al máximo las cosas. Pensar en el trío me incentivaba a terminar pronto. Durante la mañana pude hacer la reserva de una suite en el hotel. Legaría en torno de las 3 :30, de modo que me las arreglaría para observar el encuentro preliminar entre mi mujercita y su Romeo. Casi sobre la hora, salí rapidamente de mi oficina y anunciando que no volvería abordé mi automóvil y partir en dirección al Hotel Los Delfines. Legué faltando 20 minutos para las cuatro y estacioné en el sótano de enorme edificio y de inmediato divisé el auto de Marian, me acerque y puse la mano sobre el capot y estaba frío, al parecer mi mujercita llevaba un buen tiempo en el local, prueba indudable que estaba deseosa del encuentro. Me registré y subí a revisar la habitación, la No. 1023; una amplia cama king, deliciosamente perfumada y coquetamente arreglada, resaltaba con el piso íntegramente alfombrado de la suite. La cesta de frutas y las flores por todo el ambiente, eran el marco perfecto para el trío que pensábamos disfrutar.

A las cuatro de la tarde, bajé al lobby del hotel y discretamente me senté en los sofás de cuero, desde ese lugar podía ver a todo aquel que entraba y salía del local. De pronto, entró Sammy. Desde mi lugar espía, mientras simulaba leer un diario veía perfectamente la cafetería donde divisé a Marian que en ese momento era saludada con un beso en la mejilla por el muchacho.

Lo que cuento a partir de aquí, es en base a lo que me detalló Marían: el muchacho, elegantemente vestido con un terno grís, se sentó frente a ella. A sus anchas la miraba goloso, deleitándose con la hermosa hembra que tenía delante. Marían lucía un vestido de seda beige que caía agradablemente por su cuerpo, el vestido ligeramente más arriba dela rodilla se le trepaba a medio muslo de la manera como ella se había sentado, dejando a la vista del muchacho sus blancos muslos apetitosos y acariciables. Sus redondas rodillas se exhibían triunfantes a los ojos del joven. El escote dejaba ver el nacimiento de los pechos de Marian, que parecías escapar del mismo aprisionados por el sujetador del mismo color del vestido, pero fácilmente se mostraban al agradecido joven. Marian tiene una hermosa cara y unos ojos preciosos, su maquillaje remarcaba estos atributos y los labios de un rojo moderado y sensual, se mostraban más apetitosos a cada palabra que ensayaba mi mujer. El cabello cepillado concienzudamente, completaban el marco exacto y sensual de mi mujercita.

  • Marian.- dijo Sammy.- gracias por haber venido, realmente pensaba que usted había accedido a mi invitación debido a mi terca insistencia.

  • Sammy.- respondió Marian.- ante todo preferiría que nos tutearamos. Si vas a tratarme de usted de una forma tan ceremoniosa, me vas a hacer sentir más vieja de lo que soy.- esto último lo remarcó con un gracioso y coqueto mohín que la hacia más deseable.

  • Marian como puede usted decir que es vieja.. no se que edad tiene ni deseo saberlo, solo le puedo decir que usted es una mujer admirable, joven y bella, muy bella.- contestó con pasión el joven, mientras le tomaba una mano a mi esposa y se la apretaba suavemente, mirándola directamente a los ojos.

  • Pero sigues sin tutearme, sigues poniendo una distancia con el "usted".- coqueteo Marian.-

  • Te prometo que no se repetirá.- remarcó con seguridad el tuteo, mientras depositaba un beso en el torso de la mano de mi esposa.-

  • Y bien, Sammy, ahora que estamos de acuerdo en el primer punto, cual era la urgencia para tener esta reunión? Preguntó Marian.-

  • Marian, quería tener la oportunidad de estar junto a ti, sin la cantidad de gente que siempre hay en el club o en alguna reunión en que nuestros amigos o conocidos no permiten un acercamiento amical y muchas veces cuando uno lo hace, empiezan las murmuraciones.- empezó explicando Sammy.- Se que eres una mujer casada, que tienes un esposo a quien conozco de vista, pero debo decirte que desde el primer momento que te vi, surgió en mi una corriente de admiración, de respeto, de simpatía hacia ti.- siguió devoto el chico.-

  • Vaya, me alegro que lo hayas mencionado: Soy una mujer casada, feliz y dichosamente casada, con un marido que es un cielo y a quien amo mucho y tu.- continuó con hablar suave y pausado Marian.- eres el novio de una chica a la que conozco desde muy pequeña y de cuya familia tanto yo como mi esposo somos muy amigos.

  • Lo se, lo se perfectamente Marian.- contesto el muchacho sin inmutarse.- pero desde un primer momento, tuve el deseo de decirte lo que te admiro y ponderar tu belleza.... eres una mujer subyugante y muy bella. Tu esposo debe ser un hombre muy feliz. Definitivamente es uno de los pocos hombres a quien envidio.

  • Lo Envidias? .-preguntó Marian.- no entiendo, ¿por qué habrías de envidiarlo? No entiendo.- se asombró Marian.-

  • Porque te tiene a ti... porque eres su esposa y goza de tus primicias.- la conversación se empezaba a calentar y prosiguió.- Es lícito envidiar a un hombre con tanta suerte, que tiene una esposa como tu querida Marian.- esto último lo coronó con un nuevo beso en la mano de Marian.

  • Pero tu no debes sentir eso. Lo mismo podrían decir de ti, tienes una novia linda y de seguro muchos de deben de envidiar. Mira, mi esposo me comentó que tu novia era lo que los hombres llaman un bomboncito... al parecer ambos se envidian... siguió Marian.-

  • Si... pero Marita es una joven inexperta, sin experiencia en la vida... temerosa. Yo envidio a tu marido, porque tiene una verdadera mujer, una real mujer.... como tu.- siguió apasionado el joven.-

  • Vaya, vaya.- cortó Marian.- cualquiera diría al escucharte que me estas haciendo una proposición... una proposición atrevida y poco caballeresca Sammy

  • No, de ninguna manera Marian.- se defendió el muchacho.-jamás te faltaría el respeto o sería atrevido contigo.

En ese momento, Marían, según lo que habíamos convenido, en forma disimulada presionó su celular que estaba con mi numero en pantalla. Esa era la señal para intervenir. Me levanté del mullido sillón de cuero y lentamente, tomándome mi tiempo, me acerqué a la mesa que compartía mi mujer con Sammy. El estaba de espaldas a mi, Marían veía perfectamente que me acercaba y pude apreciar que con el cruce de piernas que le había dado al muchacho se le veía todo, calzoncito incluido. El tablero de la mesa era de vidrio así que el chico estaba en su garbanzal. Me acerque y Marín me dedicó la mejor de sus sonrisas y me dijo ¡Hola querido!, mientras nos daban un breve beso en los labios, pero quien casi se cae de espaldas era Sammy. Había llegado el marido de la mujer que él estaba cortejando.

Marian nos presentó y ante el asombro del chico yo tomé asiento en la mesa. A esa hora y quizá por ser inicio de semana, solo una pareja de turista y nosotros estábamos en la Cafetería, de modo que teníamos un ambiente de intimidad. Pedí un escocés en las rocas y cuando el mozo se retiró, tomé la palabra para explicarle la extraña situación al joven:

Sammy, permíteme que te llame así y te tutee.- expresé con seguridad.- me alegro de conocerte y confirmar que eres un joven muy caballeroso y discreto. Mi mujer y yo somos muy unidos y entre nosotros no hay secreto de ningún tipo, sabía de esta cita y del entusiasmo que le ponía al encuentro. No te pongas tenso ni a la defensiva. Déjame por favor que te explique algo delicado y que cualquiera que sea la situación que tengamos en común, todo lo que se hable o haga acá, debe quedar en el ámbito más privado y por eso confío en tu discreción y caballerosidad

Sammy me miraba con unos ojos desmesuradamente abiertos, pero al ver mi actitud amigable y tranquila empezó a relajarse poco a poco y su mirada dde terror se convirtió en una de curiosidad.

. Sammy.- continué yo.- Marian me ha contado el interés que tienes en ella y eso precisamente nos ha animado a hablarte. Así como tu fantaseas con ella, nosotros también tenemos las nuestras. Fantaseamos con hacer un trío. Nosotros somos muy abiertos con respecto al sexo, pero también muy discretos y cuidadosos. Nos encantaría que nos acompañaran en un trío y hacer una fantasía de Marían y mía. Si no deseas hacerlo, dilo por favor sin ningún temor y lo entenderemos.- la tranquilidad que empezaba tener el muchacho se volvió a alterar y nos miraba alternadamente a mi y a mi mujer con visos de incredulidad.-

  • Sammy.- terció Marian.- lo que te ha dicho mi esposo es totalmente cierto. Nos amamos muchos, pero somos muy permisivos en lo sexual, pero sobre la base de ser al mismo tiempo transparentes. No tengo otras relaciones de este tipo sin que él lo sepa, así no hay engaño. De otro lado, lo que puede haber entre tu y yo si te animas, será solo sexo. Tu me gustas para disfrutar un buen encuentro, pero el asunto solo se reducirá a eso. Me gustaría que te animaras y podamos disfrutar los tres.- termino mi mujercita.-

.Como se imaginarán, la cara del muchacho era al mismo tiempo de sorpresa, incredulidad, susto, pero sin embargo no perdía oportunidad de seguir disfrutando de la visión de las piernas de mi mujer:

  • Bueno .- balbuceó el muchacho.- como comprenderán esto es nuevo para mi. Realmente no salgo de mi asombro y no se que decir.

  • Sammy, creo que a todos nos hace falta un nuevo trago.- dije sonriente y dirigiéndome al mozo le pedí una ronda de escocés con hielo para los tres.

Brindamos y Sammy de un solo trago consumió casi todo el contenido de su vaso. En ese momento Marian, discreta ella, se puso de pie y anunció que iba al toillet, quedamos frente a frente, él y yo. Aún seguía tenso y la incredulidad imperaba en sus ojos.

  • Sammy.- volví a la carga.- entiendo tu estupor, pero si yo estuviera en tu lugar no perdería la oportunidad de estar con una mujer como Marian, que no es por que sea mi esposa pero es deliciosa.- traté de convencerlo.-

Mira Alan.- contestó.- esto es nuevo para mi, aunque te parezca mentira, nunca he hecho un trío.... he estado con muchas mujeres, de todo tipo y posición, pero no he llegado aún a eso. Pensándolo bien, me encantaría que fuera Marian la mujer ... pero el trio... es muy fuerte.- dijo dubitativo.-

  • Es natural que te sientas así, pues de hecho no pensabas tener una proposición así, pero yo te planteo algo... pueden iniciar la sesión, ustedes dos solos y luego de que hayan disfrutado ambos, me integro yo y disfrutamos al tiempo de Marian. Tengo alquilada una suite en este hotel, Marian lo sabe, de modo que pueden ustedes subir y digamos luego de un tiempo prudencial que Marian decidirá, entro yo en escena... te parece?

  • Bueno...... no se...... dudaba el chico.- pero luego de un instante dijo: hecho ... acepto..y me parece bien que primero esté solo con ella, para conocernos y entrar en calor. Eso si... le daremos placer a ella... ni se te ocurra que tu y yo vamos a tirar....- dijo con tal seriedad que a mi me causó risa.-

  • No te preocupes hombre. A mi me gustan las mujeres no los hombres. Nuestro objeto de placer será Marian, en eso estamos totalmente de acuerdo.

Marian regresó del baño, noté enseguida que había retocado su maquillaje y peinado, además se había perfumado generosamente. Sentados nuevamente a la mesa, expliqué a mi esposa, que Sammy, estaba de acuerdo en la propuesta, pero que accediendo a un especial pedido de él, ellos empezarían primero y después yo me integraría después. Vi la luz de alegría en la cara de mi mujercita y apuramos nuestras copas. Pagué la cuenta y los tres nos encaminamos a los ascensores. Parecíamos tres amigos que íbamos de paseo. Entramos al cubículo y marcamos el piso 10. Marían frente a mi, me ofreció los labios y me dio un rico beso de lengua. Yo la hice retroceder para que su deliciosa colita se pegara al paquete de Sammy, que a su sola cercanía se acomodó detrás de ella y cogiendola de la cintura, hundió la cara en los perfumados cabellos de mi mujer, mientras acentuaba un tenue movimientos sobre las nalgas de Marian. Un timbre nos anunció la llegada al piso y guardamos nuevamente la compostura: Pero la situación de estar besando a mi mujer mientras otro hombre la morreaba por atrás, fue altamente erótica y arrechante que mi sexo estaba más duro que el acero.:

  • Los acompaño hasta la puerta y me llevo la llave. Ustedes cierren y pongan el seguro interno, de modo que solo se pueda abrir con la llave..- expliqué didáctico.- Marian me anunciará el momento de mi intervención. Y ahora los dejo, que se diviertas.- sonreí franqueándoles el ingreso y cerré tras ellos la puerta.-

Me encaminé a los ascensores y bajé al primer piso y enrumbé al lujoso casino del hotel, allí esperaría la llamada de mi esposa.

A partir de aquí, sigo la narración conforme me la describió Marian:

" Cuando cerraste la puerta tras nosotros, Sammy y yo nos quedamos mirando. Era una situación nueva, distinta y altamente erótica: El me tomó de las manos y suavemente me atrajo, me abrazó y yo le eché los brazos al cuello y nos dimos un beso suave, cálido y diferente. Tu sabes que a mi me encanta besar, disfruto de un buen beso y Sammy, como tu sabe de ese arte. Besa rico. Nuestras lenguas luchaban al principio suave y dulcemente y poco a poco la lucha empezó a hacerse agradablemente violenta. Nuestras salivas se mezclaban, fluían más y succionábamos las mismas con ansias de tomar más y más de esos fluidos."

" Las manos de Sammy, enlazadas a mi cintura, ajustaron el abrazo y todo mi cuerpo pegado al del chico, sentía su fuerte tórax en el que se incrustaban mis tetitas que estaban duras y con los pezones a punto de reventar... esperando un singular trato.... sentía su pene querer perforar mi entrepierna demostrando una erección monumental... mis muslos se pegaban a sus piernas y las manos maravillosas haciendo caricias circulares en mis nalgas. Yo no me quedaba atrás y mi cuerpo empezó a moverse con deleite. Mis caderas occilaban buscando la dura verga de mi acompañante y nosotros entregados al beso. Sammy empezó a subir mi vestido al tiempo que sus fuertes manos recorrían mis muslos desnudos. Yo me había sacado la pantimedia cuando fui al baño y ustedes se quedaron conversando. Esas manos corrían por mis muslos con una delicadeza tal que todos mis pelitos se erizaron. Sentí las tibias manos de Sammy tocando con cuidado, con delicadeza mi Monte de Venus y yo desfallecía... y el beso seguía avasallador y sensual."

" Seguíamos de pie y besándonos y sentí las manos del joven en mis pechos, acariciándolos con dulzura...yo no me aguanté y mi mano derecha se apoyó en su herramienta que parecía querer escaparse del pantalón y aprecié su volumen y longitud."

" Dejamos de besarnos y suavemente, Sammy me cogió de la mano y nos dirigimos al enorme lecho que parecía esperar con ansias nuestros cuerpos. Junto a la cama volvió a abrazarme y besarme, mientras sus manos bajan el ziper de mi vestido. Con mucha suavidad me despojó de él y el vestido de seda cayo a mis pies quedando solo con sujetador y una pequeña trucita de encajes beige. Sammy, se sentó en la cama y me atrajo hacia si, no sin antes admirar mi cuerpo. Parecía un gato relamiéndose al tener atrapado al ratón. Me atrajo hacía si y sus manos empezaron a recorrer todos los confines de mi cuerpo. Yo estaba en la gloría... sentía mi calzoncito totalmente húmedo y aún ni me tocaba allí... sus manos desabrocharon el sujetador y mis tetitas saltaron al espacio retadoras y erectas... la boca de Sammy empezó a succionar mis esferas y toda yo empecé a temblar.....Mis manos temblorosas empezaron a desvestir con urgencia al muchacho... quería sentir su herramienta en mi boca, en mi cuca... quería sentir su leche invadiendo mis profundidades."

" Desnudos los dos, la cama nos recibió feliz y de inmediato me apoderé de su poderosa arma. Es tan grande y gruesa como la tuya mi amor, pero no se...era al mismo tiempo tan diferente...su roja cabeza empezó a ser chupada, besada, lamida por mi y al mismo tiempo sentía que una boca experta, una lengua en perpetuo movimiento me invadía...que lengua la que me empezó a lamer y a darle una impresionante dilatación a mi clítoris. Empecé a orgasmear descontroladamente, mis caderas empujaban contra la boca de Sammy para sentir a más profundidad, mientras sentía que su pene llegaba a mis amigdalas. Empecé a darla de una manera incontenible y sin control...pero me resistía a abandonar el trozo de carne que me estaba follando por la boca de una manera singular."

" No pasó mucho tiempo y con los últimos estertores de mi monumental orgasmo, sentí la leche tibia y deliciosa de Sammy llenarme la boca. Un sabor delicioso, distinto al tuyo, pero rico, me inundó y me hizo feliz, no desperdicié nada... la lengua de Sammy, seguía profundizando en mi hasta que una mutua laxitud nos envolvió..quedamos en esa posición recuperando fuerzas---yo solo quería que esa masa de carne me entrara en mi cuquita...sentía que esta empezaba a latir de solo pensar tenerla adentro."

" Suavemente Sammy, se acomodó encima mío y puso un almohadón bajo mis nalgas, mientras sus labios empezaban nuevamente a mamar mis pechos, produciendo el rápido endurecimiento de estos. Luego sentí sus labios en mi cuello y finalmente en mis labios.. que rico sentir el sabor de mis propios jugos con la saliva del muchacho, yo empecé a gemir y a pedirle más, cuando sentí que enorme cabeza de su pene me empezaba a invadir, mis piernas se abrieron para luego aprisionar la cintura del chico y mi pelvis a golpear la pelvis de él. La enorme lanza se deslizó en toda su magnitud. La sentía totalmente encajada en mi vagina y allí empezó lo bueno. Mis músculos vaginales, empezaron a masajear el tronco del chico y a ordeñar la poderosa macana. Me besaba en los labios, en el cuello, en las tetas y yo:

si si sigue asi papito mas, mas massssssss.... me muero... me muero....damela mi vida... dámela

te gusta verdad Marian....te gusta esto verdad? Te gusta como tiramos no?

si si si y te gusto yo...dime te gusta como respondo....mejor que tu noviecita

Si mi amor.... me encanta como tiramos ....Marita es una aprendiz.. tirar con ella no es nada...esto es tirar...esto es cachar rico... oh ohhhhhhhhhhh.

" Lo que decíamos, lo que hacíamos hizo que nuestros movimientos se aceleraran y sentí como me inundaba de su cálida leche y yo totalmente descontrolada movía mis caderas y me trepaba en él para luego caer rendida por esa soberbia empalada que me daba este delicioso muchacho. Pese a la abundante leche con que inundó mis entrañas, la erección de Sammy casi no tuvo pausa y entonces haciendo acopia de todas mis fuerzas empecé yo a cabalgarlo....sentía que su pija entraba y salía a velocidad de vértigo de mi panochita y mis orgasmos no se hicieron esperar. <me encantaba sacarme esa tranca hasta el atrio de mi cuevita y dejarme caer en esa masa de carne...que rico lo sentía....sentía sus manos recorrer hasta el hartazgo mis piernas, mis tetas, mis nalgas ... sentía las mismas sensaciones que tu me obsequias cuando hacemos el amor y me dejas nokeada. Pues algo muy similar estaba sintiendo con la soberana cogida que me daba este muchacho....empezamos ambos a deshacernos en oleadas de ardiente y puro orgasmo...gritamos y nos deshiciéramos en placer y poco a poco nos abatimos....yo sobre él y ambos sobre la pobre cama. Como en un sueño sentía que su herramienta perdía erección y se escurría de mi huequito que saciado aceptaba el retiro momentáneo de ese deseado trozo".

" No se que tiempo pasó, pero como pude, me puse en pie a duras penas, mientras Sammy, seguía sumido en un profundo sopor...su rica verga yacía flácida e inerte entre sus piernas...pero aún así se veía linda. Me fui al baño y me di un duchazo... mi cuerpito necesitaba sentir ese líquido...eso me hizo revivir. Me sequé cuidadosamente y me perfumé convenientemente...compuse mi maquillaje y luego saque de mi cartera un conjuntito de camisón corto transparente color negro, con un diminuto calzoncito de encajes del mismo color. Me examiné al espejo y me veía rica... pero ahora venía lo mejor...mi fantasía completa con ustedes dos cachándome. Regresé a la suite y puse un poco de orden en las ropas de Sammy y mías tiradas en la pieza. Luego contemplé al muchacho. Se le veía bello así laxado como estaba. Me senté en la cama y empecé a acariciar el cuerpo de Adonis de Sammy y mi boca se apodero nuevamente de su pene, empecé a lamerlo y chuparlo...me introduje su respetable instrumento en mi boca y ese portentoso instrumento empezó a cobrar vida. Sammy, empezó a dar signos de vida y estirarse, mientras sus dedos se enterraban en mis cabellos marcando el ritmo de la mamada. Una vez erecta su rica verga, la deje que se acomodara en mi entrepierna por encima de mi calzoncito negro y ajustando mis piernas mantenía esa regia erección. Ofrecí mis labios al joven y nuevamente un largo y rico beso empezó a elevar nuestras temperaturas. Mientras nos besábamos...mi mano alcanzo mi celular que se había quedado en el velador de la suite y redisqueé el último numero: el tuyo mi amor...era necesario...imperioso que subieras y me hicieras tuya en sociedad con Sammy...al poco rato llegaste tu..."

Efectivamente....estaba en la barra del Casino, no me provocaba jugar y estaba tomando mi tercer wiskhy de la tarde. Pensaba en lo que estaba pasando en el décimo piso y me impacientaba que Marian no me llamara. Eran casi las 8 de la noche y ya empezaba a ponerme nervioso...Habían pasado mas de tres horas y ellos arriba tirando rico y yo con ganas de ver como se tiraban a mi mujercita y obviamente hábido de cogermela junto al joven. Estaba en eso cuando sonó el celular. Miré la pantalla y era Marian, la señal esperada. Pagué la cuenta y con una creciente erección, tome el ascensor y emprendí mi viaje a esta fantástica aventura sexual.

Al abrír la puerta solo había una tenue luz y el olor a sexo invadía la habitación, terminó por ponérmela más dura que de costumbre. Allí sobre la cama estaban besándose mi mujer y Sammy, ella con un precioso baby doll negro transparente que dejaban ver sus hermosas tetas y él totalmente desnudo y su poderosa tranca estaba encajado en la entrepierna de Marian...no la estaba penetrando ya que ella conservaba el calzoncito, solo había colocado su pene para que las lindas piernas de mi esposa lo mantuviera en erección....por supuesto que ya Marian habría mojado la trucita, solo de sentir tan buena pieza en su conchita. Dejaron de besarse y se volvieron hacia mí. Yo veía como Sammy acariciaba goloso el cuerpo de mi mujer y como ella acurrucada a él gozaba con las caricias. Marian, extendiendo un brazo hacia mí.. me dijo con una voz de gata en celo:

  • Amorcito....que lindo que ya estés aquí ... Sammy es un amante estupendo y me ha dado mucha satisfacción... pero nada estaría completo si tu no te unes a nosotros....vamos ven con nosotros....

  • Si mi vida...me encanta que hayan disfrutado rico.- dije yo, procediendo a desvestirme con la mayor rapidez posible...

  • Marian, es una mujer maravillosa Alan.. increíble e incansable.- dijo a modo de elogio el buen Sammy.-

Yo me acerqué a la cama y Marian se arrodilló en ella y me echó los brazos al cuello y empezamos a darnos un rico beso de lengua. Siempre lo he dicho...nadie para besar como Marian...desde su posición, echado en la cama Sammy nos observaba mientras acariciaba su portentosa herramienta....nos dejo morrearnos con libertad...yo despojé a Marian de su camisón y mis manos se apoderaron de sus ricas tetas. Abrazado con mi mujer nos dejamos caer en el lecho y ella empezó a bajarse para apoderarse de mi pene...al hacerlo su rico culito se elevó desafiante. Ya mi herramienta estaba en la golosa boca de Marian . Ella se deleitaba chupando y lamiendo mi polla. En ese momento Sammy se incorporó empezó a bajar con lentitud el calzoncito de Marian, lo hacía lenta y lascivamente, cuando logró sacarlo y hacerlo volar por los aires, se acomodó detás de mi mujer. Marian dejó de mamarme la polla y dirigiéndose a Sammy le pidió que la penetrara por la vagina en la pose del perrito, que no quería hacerlo con él analmente. Sammy no puso reparo y con lentitud acomodó su dilatado apéndice en la conchita de mi esposa.

Así pues, estábamos yo semi echado en la cama, Marian arrodillaba mamando mi pene con una asombrosa dedicación, Sammy detrás de ella penetrándola en la pose del perrito. Yo dándole el ritmo de la mamada con mis manos en su cabeza y Sammy con una mano le acariciaba una teta y con la otra estimulaba el clítoris de mi esposa. Ver esa escena me ponía cada vez más caliente y dada la calidad de la mamada de Marian, debía hacer verdaderos esfuerzos para no darla. Sammy bufaba y entornaba los ojos mientras mantenía un ritmo de penetración lenta pero sostenida. Marian estaba en el cielo, me mamaba la pija con particular dedicación, mientras su conchita era convenientemente agasajada por la polla de Sammy. Quien ha estado en una situación similar, con su esposa incluida tendrá que coincidir conmigo que situaciones así no solo son excitantes, sino da la impresión que una corriente eléctrica de alto voltaje se apodera de uno.

Marian empezó a acelerar sus movimientos y aumentar el volumen de sus gemidos... estaba gozando a tope y las dos pollas le respondían con poder y fuerza. Luego de un buen rato en esa posición, Marian se sacó mi verga de la boca y sacó la pija de Sammy de su chochito y cambió la posición, se sentó en mi pinga dándome la espalda, dándome el excepcional panorama de su portentoso culito. Mi pija entró sin dificultad hasta el fondo y tocaba su matriz... sentía los musculos vaginales de mi esposa ordeñar literalmente mi tronco....del mismo modo, se dedicó a engullir con deleite la pija de Sammy en toda su extensión....que delicia ver y sentir así a mi esposa...disfrutando de una cogida por mi parte y chupando con fervor una pinga joven y poderosa como la este joven descubrimiento que tanto placer le estaba dando. Tanto para Sammy como para mi y obviamente para Marian todo este espectáculo era por demás lascivo y luego de un trabajo a conciencia... al sentir que mi esposa llegaba al clímax, casi a la vez empezamos a eyacular, yo en lo más profundo del útero de mi mujercita y Sammy llenándole la boca con su espesa y caliente leche. Marian como dije, estaba en la gloria y ni por arriba, ni por abajo desperdició una gota del semen de su rendidos adoradores. La vaciada fue tan copiosa que los tres nos derrumbamos en el lecho. Marian al centro entre sus folladores y quedamos laxados y felices.

Habría pasado más de una hora... los tres estábamos sumidos en ese agradable sopor post sexo y poco a poco empezamos a reaccionar. La primera fue Marian que cogió las pollas que tenía a su disposición en cada una de sus manos y empezó a revivirlas. Yo le acariciaba los pechos y Sammy recorría sus deliciosas piernas. Luego Marian, se incorporó y se arrodilló entre los dos frente a nosotros y empezó a chuparnos los penes alternadamente, se metía el mío a la boca y se lo comía todo y luego se retiraba para darle así sin pausa un tratamiento igual a Sammy, que ya empezaba a gemir. Las manos de Marian, acariciaban los huevos de cada uno y luego su lengua lamía esa partes sensibles y delicadas de la anatomía masculina. Parecía una chiquilina chupando sus paletas. Nuestras pijas se pusieron como hierros de solo ver el accionar de mi esposa. Cuando ese tratamiento cesó, atraje hacia mi a mi mujer de modo que quedara su espalda apoyada en mi pecho y sus nalgas sobre mi pubis. Yo empecé a lubricar su culito mojando mis dedos en su vagina, que rebalsaba de mi leche. Marian entendió que el supremo momento se avecinaba y colaboró gustosa. Ella se incorporó y se acomodó mi glande en su orificio posterior y con mucho cuidado, con cariño y mucho amor, la empecé a encular... mi pija ingresó lentamente en ese hueco solo mío y mi mujer moviendo ese portentoso culito empezó a tragar mi respetable miembro....Marian estiró con dificultad sus piernas y empezó a moverse lenta, sensualmente y de su boca salían quejidos de placer...... imaginaba que ponía los ojos en blanco y dedicada a gozar la enculada como siempre.

Sammy, había dejado que nosotros nos acomodáramos sin intervenir. De ponto Marían le dijo con voz sensual y deseosa:

  • Sammy, papito, cáchame.... metemela.. ven

El muchacho no se hizo esperar y con cuidado, se colocó entre las piernas de mi esposa y la empezó a penetrar lentamente, sus brazos se apoyaban en la cama, para evitar que el peso de él y de Marian pusieran causarme daño. Marian estaba cumpliendo su sueño, tener dos grandes pollas en el cuerpo, la mía en su culito y la de Sammy en su vagina. Nos moviamos lentamente, pero era Marian la que parecía atacada por un ataque de epilepsia. Temblaba, reía, lloraba. Estaba en éxtasis total. Mientras la tenía empalada por delante, Sammy devoraba los pechos de mi esposa y yo que la empalaba por atrás besaba la espalda de mi mujer y acariciaba sus nalgas, sus piernas. Ella gritaba y pedía más y allí estábamos nosotros que la exprimíamos con un placer nuevo, distintos, arrechante. Las manos de Marian acariciaban mis piernas y luego puestas en mis nalgas, atraía mi cuerpo hacia ella, para sentir mas fuerte la penetración....bastó ello para que empezara a sentir sus orgasmos que en oleadas sucesivas la hacían vibrar sin pausas. Eso hizo que Sammy y yo redobláramos nuestros esfuerzos. En el clímax sentíamos que nuestras respectivas pijas se acariciaban solo separados por una membrana de las profundidades del cuerpo de mi esposa. No sabemos si era solo ilusión o era algo real, pero esa remota fricción de nuestras pollas en el cuerpo de mi mujer, bastó para que empezáramos a eyacular y a llenar ambos orificios de mi mujercita. Yo sentía que la leche de Sammy, que rebalsaba la concha de Marian, empezaba a caer en mi entrepierna, mezclándose con mi leche que rebasaba el culo de mi mujer. Entre gritos y estertores los tres acabamos al unísono y luego de ello solo se sentían las agitadas respiraciones de los tres y luego un silencio total, una cansancio rico y excitante y nos volvimos a desmadejar sobre el amplio lecho.

Marian había hecho realidad su fantasía (y la mía también), y descansaba a mi lado acurrucada, pegada a mi cuerpo. Sammy, dormido a la izquierda de la cama, seguro que soñaba feliz por los cuatro polvos que le había echado a mi esposa. Yo empecé a besar a Marian en la cara y ella trabajosamente abrió sus bellos ojos y me miró agradecida:

  • Gracias mi vida.- dijo con voz baja.- te quiero mucho y te agradezco que me hayas regalado esta fantasía.

  • Me encanta que goces mi amor.- respondí.- esta vez ha sido incomparable. Te he visto disfrutar y eso me gusta.- Yo tambien te quiero mucho, tu lo sabes?

  • Lo se, lo se papito. Pero ahora quiero que nos vayamos....quiero ir a casa y dormir calatita en nuestra cama, abrazada a ti. Bañémonos ahora y dejemos a Sammy, para que descanse. Déjale una nota explicándole que nos vamos.

Poniendo acción a lo pedido por Marian, hice una breve nota a Sammy, pidiéndole que cuando se desee ir, solamente cierre la puerta, yo me llevaba la llave para hacer el check out al día siguiente. Cerraba la nota con un "te agradecemos por TODO". Obviamente no firmé, él sabía quien firmaba y a qué me refería.

Nos bañamos juntos Marian y yo. Bueno, en realidad yo bañé a Marian y ella a mí, luego nos secamos y nos vestimos. Ella, muy práctica, secó con rapidez sus cabellos y se enfundó en su vestido, sin nada abajo, pues las braguitas que trajo puestas y la del baby doll estaban mojadísimas. Bajamos hasta el sótano del edificio, tomamos nuestros respectivos autos y nos dirigimos a nuestra casa. Tal como lo había pedido mi mujercita, esa noche nos acostamos totalmente desnudos. Ambos sabíamos y teníamos claro que había sido una aventura, una gran aventura. Quizá la repetiríamos, quizá no, pero la habíamos disfrutado a tope.

Habíamos salido del hotel casi a la una de la madrugada. En realidad mi mujercita había sido convenientemente agasajada sexualmente por Sammy y por mí durante 9 horas. La fantasía se había cumplido.

Si quieres comentar o darme tu opinión sobre esta aventura con mi esposa, hazlo al email: retucable@hotmail.com o comunícate conmigo al MSN.