La nueva familia de Alfredo 5

¡Hacerte el amor!— expresó al instante Alfredo aunque lejos de creerle pues el pobre pensaba que Sarahi tan solo le jugaba una burla mayor.

LA NUEVA FAMILIA DE ALFREDO 5

Al otro día tal y como le prometieron Lorena y Aceneth pasaron por Sarahi quien ya las esperaba luciendo la pulsera y unas elegantes sandalias negras de fino y alto tacón completaban su atuendo una falda al igual negra y una blusa azul con mangas de tres cuartos. Tanto Lorena como Aceneth sonrieron maliciosamente tan solo verla tan elegante y así se dispusieron hasta llegar a su lujoso departamento fue entonces cuando Sarahi se llevó otra desagradable sorpresa.

En primer plano quedó más asombrada aún al ser testigo de tantos lujos y pensaba que sería aceptada y pasaría el día de lo mejor con sus nuevas amistades. Lorena y Aceneth se recostaron cómodamente en uno de los muebles de la sala mientras que no dejaban de sonreír ante tal asombro de Sarahi, asombro que aumentó aún más pues para su sorpresa en ese momento un jovencito presumiblemente de la misma edad de ella y Alfredo avanzaba penosamente a cuatro patas llevando sobre su espalda muy bien asegurada una bandeja repleta de bocadillos y demás botanas; el chico bandeja como le llamaban burlonamente por sus amas se detuvo hasta situarse ante los pies de ambas chicas entonces perfectamente adiestrado se acomodó en el piso en su posición a cuatro patas pero flexionando un tanto el cuerpo en especial la espalda, quedando en sí un tanto jorobado de manera que su espalda y en especial la bandeja de bocadillos quedara perfectamente al alcance de sus amas mientras que el joven adoptando una posición parecida a un camello se esmeraba en lamerles los pies; Sarahi no perdió detalle alguno observaba muy bien como el chico no les besaba los pies, se los lamía y lo hacía con absoluta devoción, humildad y entrega al igual que no perdió detalle de que el chico ¡se encontraba desnudo por completo!; era una situación de lo mas morbosa para Sarahi de la cual no podía limitarse tan solo a mirar y por lo tanto pretendió tomar asiento.

¡Oh no Sarahi, no te trajimos para esto!— la cortó burlonamente Lorena. Sarahi se quedó mirando a ambas chicas pensando que se trataba tan solo de una broma hasta que la misma Lorena le dijo sin ocultar su burlesca sonrisa— ¡ve a lavar el auto y después el piso!;

¡Pero yo no se lavar!— reaccionó Sarahi mas asustada que molesta o sorprendida.

¡Pues estás a punto de aprender!— se burlo de ella Aceneth— y mas te vale que aprendas y que lo hagas bien, anda, mueve ese hermoso trasero y quítate tus sandalias están muy bonitas y me imagino que no debes tener muchos pares así que sería una pena que las arruinaras al igual que la pulsera— Aceneth hizo una ligera pausa lo justo para sonreír maliciosamente con Lorena y al final ordenarle burlona— ¡mejor aún Sari quédate solo en ropa interior anda, fuera blusa y falda así no arruinarás tu ropa con el agua!;

Sarahi se encontraba a punto de llorar de nuevo ante esas malvadas chicas pero ni siquiera a eso le dieron tiempo en un instante entre las dos le quitaron falda y blusa dejándola solo como querían verla, en ropa interior; Sarahi mantenía la mirada clavada en el piso invadida de pena y vergüenza y nerviosa trataba de cubrirse ante las miradas lujuriosas de éstas en especial de Aceneth que no perdía detalle de admirar mas de cerca el físico y la belleza natural de Sarahi que sin perder mas tiempo se limitó aunque furiosa a obedecer pues cayó en cuenta que si ya había llegado hasta ahí no se echaría ahora para atrás ¡oh no!, tendría a como de lugar que lograr su objetivo de obtener los placeres y beneficios de los cuales esas chicas gozaban y la furia y rabia de Sarahi divertía a Lorena y a Aceneth.

Sarahi terminó agotada de lavar el auto pero esto no impidió que continuara con el piso el cual estaba mas que reluciente pero aún así lo tuvo que fregar a gatas tan solo con un trapo húmedo y con la humillación latente de encontrarse tan solo en ropa interior ante las mirada burlonas de ambas jóvenes que seguían disfrutando muy quitadas de la pena de chocolates, cacahuates, galletas y demás que contuviera la bandeja.

De vez en cuando Lorena le arrojaba una galleta a Sarahi quien por expreso deseo de ambas Sari tenía que cacharla directamente con la boca en eso un chocolate cayó cerca del pie de Aceneth y ésta lo aplasto al mismo tiempo que miraba fijamente a Sarahi quien sin que se le ordenara nada comprendió muy bien lo que la engreída de Aceneth esperaba de ella a lo que se limitó a lamer del pie de Aceneth hasta el último resto de chocolate.

¡Muy bien Sarahi, vas muy bien!— la animó Aceneth mientras cariñosamente le revolvía su cabello. Sarahi las miró a ambas desde su posición como se encontraba en el piso arrodillada a sus pies y tratando de encontrar compasión en ellas exclamó— ¡chicas no se pasen conmigo, yo ya he hecho todo lo que me han pedido!, ¿me van a aceptar?— suplicó tiernamente Sarahi y sus súplicas aunque leve comenzaron a surtir efecto aunque claro, muy a la manera de ser de ambas chicas.

¡Ah sí!— respondió Lorena con desgano ignorando la tierna expresión de Sarahi— ¡anda, cacha ésta!— le dijo al momento que le tiraba otra galleta. Sarahi muy a su pesar trató de complacer a la altanera de Lorena pero al tomar impulso y levantarse brevemente para brincar hacia atrás no solo no logró cachar la galleta sino que cayó graciosamente de nalgas al piso lo que hizo que Aceneth y Lorena se carcajearan a gusto.

¡No se burlen mas coño!— gritó furiosa Sarahi a punto de romper a llorar de nuevo— ¡ya es mucho en serio!— concluyó con la voz entrecortada.

¡Anda ya!— le dijo Aceneth entre risas ofreciéndole la bandeja que recién había zafado de la espalda del jovencito y se la acercó a Sarahi con todo lo que había sobrado— ¡cómete esto!;

¡Noooo!— se negó Sarahi— ¡ya no quiero además son sus sobras!— se expresó con asco.

¡Cómetelo!— le ordenó ésta vez Lorena.

¿Por qué no se las dan a sus sirvientes?— les recriminó Sarahi.

¡Por que tu eres nuestra sirvienta en éste momento chulita!— bromeaba Aceneth con la situación.

¡Me refiero a el!— se expresó Sarahi lloriqueando y señalando a otro jovencito al igual desnudo que se encontraba postrado en una esquina de la sala desde hacía un buen rato limpiando el piso con su lengua.

¡Oh, a el!— se expresó Lorena con repulsión— ¡acércate basura!— le ordenó con desprecio. El muchacho al instante comenzó a avanzar a gatas hasta que Lorena le gritó insultantemente— ¡camina solo sobre tus rodillas animal de mierda!; el muchacho obedeció y al hacerlo Sarahi se llevó otra sorpresa pues al ir avanzando el chico sobre sus rodillas Sarahi pudo observar perfectamente de que éste llevaba alrededor del pene una especie de anillo y aunque todo fue muy rápido pues el chico apenas estuvo cerca de Lorena se postró a sus pies impidiéndole la visión a Sarahi fue suficiente para que ésta dedujera de que Lorena lo había echo caminar de esa forma solo con la intención de que ella se percatara de dicho objeto aún así Sari no se atrevió a preguntar nada al ver una expresión extraña mas bien sádica en el rostro de Lorena a lo que optó por esperar a que a su debido tiempo fueran ella y Aceneth quienes le hicieran saber de que se trataba exactamente.

¡Éste no es digno de comerse nuestras sobras!— dijo Lorena mirando al chico que permanecía tembloroso a sus pies adorándoselos y dicho esto levantó un pie, algo que el joven sabía interpretar a la perfección a lo que acomodando el rostro de lado esperó temblando a que Lorena le propinara un cruel taconazo en la mejilla, cabe decir que el joven apenas y gritó a pesar del terrible impacto pues apenas como le fue posible siguió con el afán de continuar lamiendo los pies de su ama Lorena que continuó expresándose y comportándose en verdad de una manera cada vez mas cruel— ¡es basura, es mierda!— decía con verdadero desprecio al momento que lanzaba un escupitajo al piso y le pasaba encima la suela de su zapato para que enseguida se la ofreciera a aquel infeliz quien al instante se encargó de lamer los restos de saliva de Lorena tanto del piso como de la suela de su zapato; para finalizar el cruel acto Lorena despachó al chico dándole una patada en la boca enseguida éste se postró de nuevo a lo que la cruel joven lo levantó por su cabello y le propinó una fuerte patada en sus testículos, de nueva cuenta el chico lucho por contener el dolor tal parecía que precisamente lo habían adiestrado para soportar cualquier tipo de dolor por mas fuerte que éste fuera a lo que tan pronto le fue posible se postro a los pies de Lorena los beso y pronunciando un claro y humilde— ¡gracias Diosa Lorena!— se retiró.

¡Dios mío!— exclamó Sarahi llevándose las manos a la boca— ¡casi lo matas y no solo te da las gracias sino que encima te llama Diosa!;

¡Jajajajaja!— se carcajeó a gusto Lorena— verás Sari eso tiene explicación, sencillamente esas son las únicas palabras que éste y unos cuantos mas tienen permitido pronunciar a lo que en realidad luchan día a día por no fallar y así poder conservar su lengua— hizo una pausa para sonreír sádicamente con Aceneth, mirar con burla y desprecio al chico que de nueva cuenta se encargaba de lamer el piso en compañía del chico bandeja y continuó— ya mas adelante Sari no te sorprenda que alguno de estos imbéciles no te conteste si le preguntas o le ordenas algo pues tenemos a varios que no pueden hablar pues les hemos cortado la lengua, ¿la razón?, pues que solo dicen estupideces y lo único que nos gusta escuchar de ellos es que nos den las gracias y que nos llamen Diosas como ya te habrás dado cuenta además de que para comer mierda y tragar orines se necesita de todo menos hablar ¿no crees Sari?— puntualizó la despiadada Lorena.

¡Ajá!— atinó a contestar Sarahi cuando en realidad no acababa de digerir lo dicho por Lorena.

¡Pero de eso ya te habíamos hablado algo en la plaza Sari!— mencionó Aceneth a modo de concluir la charla al ver la cara de asombro en ésta. Y en efecto tras almorzar y estar ahí toda la tarde y parte de la noche Sarahi confirmó que efectivamente se trataban de personas indocumentadas que prácticamente Lorena y Aceneth habían esclavizado con algunas que otras artimañas y a los que solo alimentaban con sus heces y orines. Ya por la noche Sarahi siguió a sus nuevas amigas al baño que a su vez eran seguidas por el chico bandeja.

¡Bien Sarahi, ya casi eres parte de esto!— le dijo Aceneth aparentando una seriedad que no sentía, seriedad que abandonó al momento que continuó hablando y diciéndole a Sarahi entre risas— ¡lo serás después de que yo cague y te vea gustosamente comerte mis soretes!— concluyó riendo cruelmente.

Ésta vez Sarahi no habló, ¡no pudo!, tan solo cayó de rodillas y rompió a llorar histéricamente abrazándose a los pies de Aceneth lo que hizo que ésta se carcajeara al igual que Lorena y así la tuvieron unos instantes hasta que la propia Aceneth le dijo riendo— ¡claro que no tonta tu no naciste para servir ni mucho menos para ser una esclava, era tan solo una prueba y esto último una broma!— Aceneth hizo una pausa mientras le acariciaba y le pellizcaba las mejillas a Sarahi y continuó— ¡estarás aceptada tan pronto veamos como cagas en la boca de éste imbécil!— concluyó señalando al chico que las había seguido a gatas hasta el baño.

Sarahi se secó las lágrimas y los mocos y muy orgullosa se levantó diciendo— ¡con gusto!— aunque en realidad no pudo negar sentir lástima por aquel pobre desgraciado al cual ni conocía y por lo tanto no iba a interferir en sus planes a lo que ante ellas la misma Sarahi jaló del cabello al muchacho, lo acomodó en el piso y éste que ya estaba perfectamente acostumbrado y entrenado permaneció con la boca abierta y se comió por completo las heces de Sarahi por increíble que parezca casi casi con una sonrisa en su rostro y todo ante las miradas de satisfacción de Lorena y Aceneth que dijeron al mismo tiempo— ¡bienvenida!;

Antes de marcharse del departamento de Lorena y Aceneth; Sarahi se despejó de dudas en tanto que éstas le mostraron a modo de pasarela a varios de sus esclavos que llevaban un collar en el cuello y uno en el pene a modo de anillo que funcionaban como collares de seguridad de los cuales ellas tenían el control en unas pulseras que lucían en sus brazos y que al oprimir un botón provocaban descargas eléctricas muy dolorosas y estrangulamientos ya que del interior de cada collar salían en tanto los activaban unos pequeños dientecitos mas que afilados que aparte de hacer sangrar a la victima la iban estrangulando muy lentamente, de ésta manera era como éstas crueles chicas controlaban aún mas a esos pobres desgraciados que en su mayoría habían abandonado sus hogares en busca de un sueño y que en su mayoría habían caído como inocentes corderitos en las redes de éstas chicas soñando, en verdad soñando y creyendo ciegamente en las artimañas que éstas les ponían ayudadas por su belleza y juventud sin saber que tan solo los llevaban a la mas penosa esclavitud de donde no había retorno y lo mas próximo a la libertad era la muerte. Mención aparte merece que los malditos collares funcionaban a una más que considerable distancia por lo que si intentaban escapar o quitárselos era imposible pues tan solo se activaba una alarma en la pulsera y automáticamente solo se provocarían mas dolor incluso la misma muerte, sí, la tecnología avanza para beneficios de muchos y desafortunadamente para infortunio de otros.

Lorena y Aceneth se encontraban de lo más divertidas atormentando de ésta forma tan cruel e inhumana a éstas personas en especial al chico bandeja todo para deleite de Sarahi quien no se quedó con las ganas y tomando ella misma la pulsera de control disfrutó despiadadamente todo lo que quiso haciendo sufrir de dolor a sus pies a ese chico que tenía el collar en el pene y ya con la perversa idea en la mente de que mas adelante le pondría uno similar al pobre de Alfredo que aunque su situación fuese distinta y aunque nunca pensaría en escaparse Sarahi pensaba para si misma riendo burlona— ¡lo siento Alfredito pero si eres mi esclavo como a un esclavo debo tratarte!;

Fue solo hasta después de que en verdad las tres perversas señoritas se fastidiaron de oír los alaridos y lamentos del chico que yacía a sus pies implorándoles tantito de misericordia que se dignaron a dejarlo en paz entonces despidieron a Sarahi llevándola a su casa por Aceneth quien al dejarla en su hogar sin previo aviso le plantó un profundo beso en los labios a lo que Sarahi lejos de incomodarse u ofenderse le correspondió el beso para después bajarse del auto y dedicarle una de sus sonrisas mas coquetas y seductoras a la propia Aceneth quien junto con Lorena cumplieron su palabra.

Sarahi fue aceptada en el selecto club como le llamaban las chicas al negocio aún a costa de envidias por parte de otras pero el respaldo de Aceneth contó y mucho y pronto Sarahi se paseaba como una auténtica Diosa en ese mundo y sí, también se comportaba como una verdadera Diosa pues tan pronto estos cambios se dieron también cambió aún mas su carácter volviéndose aún mas déspota y arrogante, muy atrás habían quedado en el olvido las feas bromas que tanto Lorena y Aceneth se habían gastado con ella humillándola con tal de aceptarla; la instruyeron en defensa personal y Sarahi se encontraba sumamente agradecida en especial con Aceneth quien la apoyaba y la aconsejaba en todo momento, obviamente dejó la escuela, hizo que su madre dejara de trabajar y entonces llegó el momento de hacerle una visita a Alfredo en compañía de Lorena y Aceneth.

Teniéndolo de rodillas frente a ellas que así fue como Sarahi lo presentó, tan solo con unos ridículos calzoncillos, la mirada clavada al piso a los pies de las chicas fue Aceneth quien se dignó a dirigirle un sencillo mensaje, el motivo de su visita— ¡escúchame muy bien perro por que no pienso decírtelo dos veces desde éste momento ya no considerarás a Sarahi solo como tu ama pues es un ser muy pero muy superior a ti, es una Diosa así que le mostrarás aún pero mucho mas respeto, te dirigirás a ella con verdadera humildad (como si el pobre Alfredo no se dirigiera a ella con suma humildad desde un principio) y tú siendo menos que basura no mereces mas comer siquiera sus sobras así que te mostraremos tu nueva forma de alimentación y mas te vale ni un solo reproche o ya verás como te va!;

¡Fue espantoso, cruel e inhumano el momento que Alfredo vivió a continuación aunque gracias a eso obtendría una mas que merecida recompensa!; entre Lorena y Aceneth que al igual estaban mas que instruidas en defensa personal lo llevaron arrastrándolo por los cabellos a punta de golpes y patadas, lo sujetaron firmemente entre Lorena y Sarahi mientras Aceneth se acomodaba en el inodoro para soltar una espantosa diarrea a la que ella misma había contribuido justo para hacer la visita a Alfredo, entonces levantándose entre Lorena y Sarahi le hundieron la cara en el inodoro fue enfermo y asqueroso, el pobre chico se ahogaba prácticamente en la diarrea de Aceneth a lo que se vio mas que obligado a cooperar tragándose aquello con tal de sobrevivir aún no se lo acababa en cuanto Lorena y Sarahi vomitaron sobre su cara a consecuencia del fétido olor que se había formado en el baño. Lorena cruelmente a modo de lavarle la cara le orinó encima mientras le obligaban a limpiarle el culo a Aceneth con la lengua y cara; entonces tocó el turno a Sarahi.

¡Date un buen baño Alfredo y de paso quiero reluciente el piso, en un rato regresare para darte de comer mi caca y quiero todo limpiecito por que la verdad todo esto me da asco!; Lorena y Aceneth se rieron a gusto tras el cruel comentario de Sarahi, quería a Alfredo mas que limpio tan solo para que ella se disponga a defecar sobre el. Tal y como Sarahi le indicó se marchó a la sala a charlar con sus amigas por cuestión de mas de una hora hasta que las despidió entonces con una malévola sonrisa se dirigió de nuevo al baño dispuesta a destrozar por completo a Alfredo si no es que ya lo estaba, pero al empujar la puerta y entrar la malévola sonrisa desapareció de su rostro plasmándose una sonrisa mas bien de pena y lástima ¿la razón?, Sarahi no pudo ignorar el estado de Alfredo, el chico moralmente estaba destrozado, el piso limpio y reluciente con un fresco y agradable aroma que se sentía en todo el baño, el propio Alfredo al igual de limpio después de emplearse a fondo a bañarse, desnudo se encontraba arrodillado apoyado sobre la tapa del inodoro muerto en llanto, se le veía roto, sin voluntad ni dignidad; Sarahi con sus secuaces se las habían arrebatado pero faltaba la conciencia y la cordura y por ello se encontraba ahí Sarahi se le acerco, se agachó junto a el y dulcemente le acarició el cabello.

¡A ver mi amor coopera que no quiero hacerte mas daño físico, venga que sigues vivo a pesar de haber comido heces a lo que unas cuantas mas de mis heces tampoco te van a matar!— le dijo sin piedad. Alfredo era un guiñapo al cual se le manejaba sin dificultad alguna tal y como Sarahi lo hizo, le dio la vuelta, le mantuvo la cabeza de lado casi metida en el inodoro y entonces se fue bajando lentamente la falda y las bragas, le ordenó dejar bien abierta la boca para lo que se le venía; el chico obedeció mas bien por inercia que por otra cosa, Sarahi fue por un banquito se subió sobre el y graciosamente se acomodó para cagar sin problema alguno sobre la boca de su hermanastro esclavo pero pasó algo simple, de esos puntos simples que son los que muchas veces le dan sentido y chispa a la vida.

Sarahi volteó a ver a Alfredo y lo encontró tal como quería con la boca abierta con la mirada perdida hacia el perfecto trasero de ella y con esa expresión de derrota en su rostro, de humillación y de súplica y ternura. Sarahi no se comprendió a si misma pero cayó en cuenta que en ese momento lo compadeció, se enterneció, sencillamente se sintió atraída por el joven y pensó ¿Por qué humillarlo de tan infame manera?, si ya suficiente ha tenido el pobre con Lorena y Aceneth, además Alfredo era toda entrega, toda bondad, lo había sido desde un principio nunca había tenido queja alguna de el, entonces ¿Por qué empeñarse en demostrarle y restregarle su poder sobre el obligándolo a comerse sus heces?, si ya desde hacía tiempo que las cosas entre ellos estaban claras, Sarahi representaba el poder en persona y Alfredo era la sumisión y la obediencia representada en un ser vivo y si a eso se le sumaba que el chico se veía tiernamente perdido de amor por su bella hermanastra y la verdad era que a Sarahi el chico no le era indiferente, en sí Sarahi estaba confundida y gracias a esa confusión pasó por su mente la única idea clara que la llevó a tomar una sabia decisión— ¡no lo haré!— pensó en silencio— ¡no cagaré en el, soy su dueña y por tanto puedo hacerlo pero al igual que si quiero puedo evitarle tal cáliz amargo y sí quiero, así me adorará mas pues verá que como tal Diosa con sus servidores me he apiadado de el!;

Enseguida se bajó del banquito, se terminó de safar la falda y bragas ante la mirada atónita de Alfredo y coqueta le preguntó— ¡escucha y piensa rápido Alfredo!, ¿Qué prefieres comer mis heces o hacerme el amor?;

Alfredo escuchó pero no captó ni entendió nada de lo dicho tan solo continuaba conteniendo su amargo llanto y la boca abierta; Sarahi le reiteró— ¡habla idiota que mira que no tendrás otra oportunidad!, ¿comerte mis heces o hacerme el amor?;

¡Hacerte el amor!— expresó al instante Alfredo aunque lejos de creerle pues el pobre pensaba que Sarahi tan solo le jugaba una burla mayor.

¡Bien dicho Alfredo pues venga le harás el amor a tu Diosa!, ¿Por qué soy tu Diosa verdad Alfredo?;

El chico tan solo se limitó a mover la cabeza afirmativamente y a dejarse conducir por Sarahi hasta su habitación. Todo fue muy rápido e imprevisto tras indicaciones de Sarahi pues Alfredo aún no comprendía el porque de ese cambio tan brusco e imprevisto en Sarahi pero la cuestión es que en segundos se encontraban ambos sobre la cama acariciándose y besándose desenfrenadamente, Sarahi gemía de pasión y presa de la lujuria e iba guiando con sus manos a Alfredo que se encargó de estimularla y darle placer tanto con la lengua como con su miembro llevando a Sarahi a un poderoso orgasmo como nunca en su vida, Alfredo tampoco perdió tiempo y besó y dispuso del cuerpo de Sarahi por completo palpó esos pechos con los que había estado soñando cada noche desde el día en que la conoció al final Alfredo se corrió cuidando de no acabar dentro de Sari y quedando a un lado de ella exhausto pero mas que dichoso pregunto con la voz agitada— ¿Por qué ama?;

¡Tu lo haz dicho!— le respondió Sarahi al igual con la voz aún agitada— ¡por que soy mas que tu ama tu Diosa y puedo hacer contigo lo que me plazca y en este momento lo que quise hacer es disfrutar de ti y contigo y no hay mas eres mío y solo mío Alfredo recuérdalo eres mi esclavo y así como puedo elevarte al cielo y mostrarte un paraíso también puedo hundirte en el infierno y hacer que maldigas día a día el haber nacido y haberme conocido!, ¿te queda claro perro?;

¡Sí ama!— respondió dichoso Alfredo feliz en verdad a lado de Sarahi.

¡Veamos!— le dijo Sarahi mirándolo burlona— ¡quiero orinar Alfredo y quiero orinar en tu boca quiero verte tragar hasta la última gota de mi orina entonces te creeré y te prometo repetir esto alguna vez!, no pienso nunca cagar sobre ti, la verdad lo encuentro algo enfermizo obligarte a comerte mis heces bueno lo haré solo si tu quieres jijijji igual y te gustaron las de Aceneth ¿no?— bromeó con el— venga, lo dicho no pienso alimentarte con mis heces pero un poco de mis orines de vez en cuando no te va a matar y si cuenta y mucho para que me demuestres tu obediencia y fidelidad, vamos para que me demuestres tu adoración y entrega.

Alfredo no contestó tan solo y Sarahi había dejado de hablar el ya se encontraba perfectamente acomodado en el piso con la boca abierta dispuesto a complacer a su ama. Sarahi sonrió orgullosa y altanera al leer la respuesta en los labios de Alfredo. Lo había logrado, al compadecerlo y consentirlo con el acto de amor lo había amarrado de por vida adueñándose de su voluntad y de su corazón ahora Alfredo la obedecería no solo por temor sino por amor y eso era un triunfo aún mayor para Sarahi y para sus planes a lo que para sellar su victoria sobre Alfredo tan solo avanzó unos pasos y expresándose burlona le dijo— ¡así me gusta si tu eres un buen perro yo seré un tanto comprensiva contigo, no te librarás de castigos y humillaciones pero al menos créeme te evitarás penas mayores en especial cuando no sienta deseos de castigarte!— mientras decía esto Sarahi ya había descargado un potente chorro de orina y Alfredo se lo había tragado con gran esfuerzo y también algo de asco pues le era imposible evitarlo pero aunque pudiese sonar ridículo lo estaba haciendo por amor y devoción hacia su ama y no por temor pues Sarahi le había mostrado su lado tierno y cariñoso a pesar de que en días pasados se había estado comportando mucho mas cruel con el en especial desde que conoció a Lorena y a Aceneth y ya le había advertido que tanto podría ser comprensiva con el al igual que podría ser cruel y despiadada pues para eso era su ama y el su esclavo. Alfredo no pudo nunca ignorar ni olvidar el lado tierno de Sarahi ni mucho menos el día en que hicieron el amor.

Tan solo faltaba un detalle para sellar la esclavitud de Alfredo y era ponerle el anillo de seguridad en el pene y fue lo que Sarahi hizo a continuación tras una breve explicación en la que Alfredo no habló ni opinó por que Sarahi no esperaba su opinión ni mucho menos su autorización en un parpadeo acompañado de un profundo beso en sus labios Sarahi le había puesto el collar en su pene y para mayores explicaciones tan solo oprimió el botón de su pulsera y al instante un angustioso grito se escuchó en la habitación que terminó con Alfredo retorciéndose a sus pies.

¡Venga Alfredo bésame los pies recuerda que son los pies de tu Diosa!— dicho esto Sarahi continuó torturándolo con descargas mientras Alfredo llorando le imploraba piedad y perdón pues intuía que algo había molestado a Sarahi— ¡perdón ama perdón por favor detente te lo imploro!— apenas se entendía la frase pues el dolor que sentía Alfredo era en verdad intenso pero mas lo fue la cruel respuesta de Sarahi— ¡oh no mi amor no tienes por que pedirme perdón puesto que no has hecho nada que me haga enojar simplemente me apetece torturarte me excitan tus gritos Alfredo, me gusta verte llorar a mis pies por eso te castigo, por diversión por que soy tu dueña y puedo y quiero hacerlo!— concluyó sin piedad la bella Sarahi y como si no fuera suficiente añadió al tiempo que acompañaba sus palabras de otra cruel descarga— ¡además Alfredo es el precio a pagar por haber echo el amor a tu Diosa, ya disfrutaste ahora es necesario que sufras y me ofrezcas ese sufrimiento es como un tributo, una ofrenda a tu Diosa!;

Con Alfredo controlado por completo y después de que Sarahi contara a su madre las buenas nuevas y que gustosa aceptara al igual que su hija darle de vez en cuando a beber sus orines a Alfredo entonces tocó el turno de ocuparse de Oscar pues Sarahi le hizo ver a su madre que ya no lo necesitaban y la casa estaba a nombre de Yolanda por lo que quería que lo echaran pero eso significaba que Oscar se marchara con Alfredo y Sarahi quería seguir conservando a Alfredo por ello astutamente había dado un gran paso al hacer el amor con el y de esa forma tenerlo aún mas como un perrillo a sus pies aguardando el momento preciso para que con una tierna mirada de su parte y si hiciere falta unas lagrimillas lo hiciera quedar entre la espada y la pared y decidir si seguir a su padre o quedarse a lado de su ama aunque muy perversamente Sarahi tampoco pensaba despachar así por así a Oscar, ya le daría alguna alternativa.

Sarahi le daba vueltas al asunto; Yolanda dejó la decisión en su hija y ésta en Aceneth quien pensándolo un poco e investigando las actividades de Oscar dio en el clavo y sin duda alguna entre ella y Sarahi lo destrozarían.

Continuará