La nueva de la oficina
La confesion liberadora de una chica joven en una situacion comprometida de trabajo la cual es liberada de de un plumazo de su carcel de pasion.
Hola a todos,
Me llamo Sonia y mi intencion con estos relatos es confesar tanto mis aventuras como mis fantasias.
Ahi va mi primera confesion. Adoro el sexo, asi sin mas. El sexo en la mayoria de sus variantes, tanto en lo implicito como lo explicito de la palabra.
Desde que tuve mi primera relacion sexual con mi primer novio hasta el dia de hoy, con 25 años, el sexo ha sido parte importante en mi vida y he decidido contarlas en esta
pagina como parte de una terapia personal. Gracias a todos por leerme y ojala las disfruten
Pasare directamente a mi segundo trabajo, contabilidad. Recien graduada de la universidad y con un par de experiencias fugaces omo becaria, acabaron contratandome en
una empresa (que no dire su nombre) como contable. Realmente como ayudante de contabilidad, exactamente. Mi madre conocia alguien, que ese alguien hablo bien de mi a
otro alguien y al final me contrataron. Las primera semana fue dura, mucho trabajo, pocas conversaciones, aislamiento social en mi hora de almuerzo y ese tipo de
cosas que ocurren en un primero trabajo serio.
Para la segunda semana ya fue un poquito mejor. Comence a socializar con algunas compañer@s, ya almorzaba y chismorreaba con ell@s y para el segundo mes incluso me
dieron una pequeňa oficina que habia servido como habitacion de trastos y archivos antiguos (y aqui viene lo bueno) con aseo incluido. La empresa era grande pero mi
sector no llegaba a mas de 26 trabajadores. 17 mujeres y 9 hombres. De todas las mujeres, yo era la mas joven, la siguiente a mi tenia 42, casada y con dos hijos, y eso
lo converti en una ventaja para mi. Por la parte de los hombres, el mas joven tenia 32, metrosexual empedernido y el mas viejo rondaba los 56, divorciado y muy cachondo.
En esa etapa de mi vida estaba soltera, una relacion rota hacia 3 meses me liberaba de toda clase de excusas y explicaciones que dar a nadie. Un dia, mi jefa me llamo al
despacho para decirme que tenia que quedarme unas horas extra para ayudar a un compañero a adelantar trabajo atrasado. Al ser la nueva, no tenia mas remedio que
aceptar con resignacion la nueva tarea. Daniel , el compañero asignado, me caia bien, era simpatico y agradable, tenia buena conversacion y era muy cortes. De vuelta a mi
oficina decidi meterme en mi claustrofobico aseo para masturbarme, necesitaba hacerlo, eran muchos dias de trabajo intenso y necesitaba un poco de espacio vital. Entre,
me sente en la taza del water, me baje el legging negro que llevaba, me aparte el tanga a un lado y cerrando los ojos comence a fantasear todo tipo de guarradas que se me
pasaban por la mente.
Y ahi estaba yo, en mi regocijo personal cuando de repente un voz masculina interrumpio mi cunilingus imaginario para decirme: "Que gusto da verte trabajar, te ayudo?".
Tierra tragame, pense en milesimas de segundo, abriendo los ojos repentinamente y cerrando las piernas como si aun hubiese tiempo de arreglar tan tremendo error. Era
Daniel, que venia a confirmar lo de las horas extra conmigo y ahi me pillo, en plena faena dedil. Me puse roja como un tomate, agache la cabeza y no sabia que decir.
Haciendo malabares consiguio cerrar la puerta y se quedo conmigo dentro . "No te averguences mujer, yo tambien estoy estresado, mira". me decia a la vez que se
abria la bragueta del pantalaon y se sacaba la polla para presentarmela. Ya estaba ligeramente dura, no era grande pero si gordita. A mi me encantan las pollas gordas,
me enloquecen de gusto y en un momento asi, de desconcierto, venguenza, y desesperacion, como iba a desaprovechar la oportunidad. Le sonrei y ni corta ni perezosa
la agarre con la mano y me la meti en la boca. Estaba deliciosa, aun podia sentir la suavidad de su piel, poco a poco se iba agrandando por la humedad de mi lengua a la vez
que la recorria desde el glande hasta casi tocar sus huevos. Senti sus manos posarse sobre mi cabeza a la vez que me agarraba el pelo y se ayudaba de mi para llevarse el
ritmo de la mamada. Usaba mi boca como si fuese un coño cualquiera. Yo solo me dejaba llevar, cada vez era mas rapido e intenso. No llevaba mas de cuatro
minutos usandome hasta que me apreto contra el y comenzo a follarme la boca literalmente, mas rapido, mas fuerte. sus huevos golpeaban mi barbilla con rudeza,
sabia que era el momento de correrse y no se iba a andar con delicadezas, iba a vaciarse completo dentro de mi, follandome la boca con desesperacion y tenia que
portarme bien para estar a la altura. Y asi fue.
Una abundante bocanada de semen impacto fuertemente en el cielo de mi boca mientras aguantaba unos segundos su polla dentro de mi, sin dejar de agarrarme
fuertemente, podia notar sus dedos presionando mi cabellera a la vez que me hundia en un gemido sordo, aguantando como podia por no ahogarme. Hasta 4 disparos me
llenaron la boca de tanta leche espesa y caliente que tuve que dejar brotar de la comisura de mis labios en un amago de arcada. Cuando se separo, me la saco de la boca y
al fin pude respirar, puse mis manos debajo de mi barbilla anticipando que todo se me iba a salir, pudiendo caer la mayoria sobre ellas, empapandolas, saboreandolas y
relamiendolas a la vez que chupaba su polla en busca de todo el liquido del amor que quedara en ella.
-"Ves? Nos hemos hecho un favor el uno al otro"- decia mientras se guardaba la polla en los pantalones. Solo pude volver a sonreirle, con la boca empapada y la blusa
manchada de algun descuido por mi parte. Y con las mismas se fue. Me arregle el tanga, me subi los leggings de nuevo y fui a sentarme en mi escritorio. Pensativa, aun
estaba un poco desconcertada por como habia sucedido todo, pensaba si seria la primera de muchas en mi estancia alli y desde luego no me equivocaba. Uno detras de otro
fueron pasando los nueve por el "Putibaño", como fueron bautizadas aquellas 4 paredes. Todos muy discretos y muy agradecidos me colmaban de piropos y regalos a cambio
de un sobeteo por debajo de la blusa o el vestido, una buena chupada o una folladita de urgencia, como ellos decian. Yo muy obediente los comtemplaba y me los gozaba.
Fueron 2 años muy intensos e inolvidables.