La nueva asitenta de don ramon (parte 7)

.- Mira Mari Carmen, como se le ha puesto a esta chiquilla el botoncito de dar de mamar. ¿ te acuerdas como se le ponían a Esmeralda? .- Si, me acuerdo, pero es que lo de Esmeralda eran pezones con un poco de teta y Annabella los tiene perfectos, tanto los unos como las otras.

LA NUEVA ASISTENTA DE DON RAMON (7ª PARTE)

Annabella, había subido para hacer la habitación de Don Ramón que daba a la parte delantera de la casa y desde la ventana se divisaba perfectamente la calle. Oyó como un coche se detenía frente al chalet, se asomó y vio como dos mujeres  bajaban del negro BMW que había aparcado junto a la acera, una de ellas se acerco a la ventanilla del conductor y le dijo:

.- Tonio, mañana nos recoges a las 6 de la tarde por favor. Annabella adivinó enseguida que habían llegado las amigas de don Ramón, Mari Carmen y Eleonora, efectivamente tal como le había dicho su estimada amiga Esmeralda, eran dos hembras de rompe y rasga, menudo cuerpazo se gastaban aquellas dos señoras, una era rubia, llevaba un  pequeño moño que apenas si le sujetaba una enorme mata de pelo rubio que le caía a guedejas sobre la cara, vestía un top blanco de tirantes y sujeto al busto por un gracioso lacito anudado en la espalda.  Quedaba al descubierto su ombligo que adornaba con una piedrecilla que brillaba como un diamante (posiblemente lo fuera) el pantalón vaquero era extremadamente bajo y si aquella mujer no hubiera ido bastante depilada seguro que el vello de su pubis asomaría por encima del botón metálico que los ajustaba a su cintura, al igual que se asomada el ala multicolor de una mariposa tatuada no se sabía hasta donde.

La otra, Mari Carmen era morena, llevaba una larga melena suelta que le cubría parte de los hombros y buena parte del pecho, cubierto por una camiseta de punto ajustadísima de color malva que resaltaba los pechos de aquella estupenda mujer, un pantalón corto y deshilachado que apenas llegaba a medio muslo  y sujeto a la cintura por un ancho cinturón dejaba al descubierto unas piernas de infarto.

Como si notaran que eran observadas las dos levantaron la mirada y la descubrieron observándolas, cosa que intentó disimular Annabella , haciendo como si fuera a cerrar las persianas.

.- Hoooola, tú debes ser Annabella. Dijo la rubia y dando una graciosa vuelta sobre si misma como si fuera una modelo continuó: ¿nos das tu aprobación, para entrar cariño?  Y las dos mujeres soltaron una simpática carcajada.

.- Ustedes me van a perdonar, señoras pero es que con tanta belleza me he quedado un poco aturdida, enseguida bajo. Y como una bala se dirigió al hall de entrada para  abrirles la puerta. Ellas no paraban de reír, al ver su aturdimiento.

.- Pasen señoras, los señores están en la piscina. ¿ quieren subir antes a su habitación?.

.- Hola Annabella. Mari Carmen la morena se acerco a ella y sin ningún tipo de preámbulo, la abrazó con fuerza con las manos sobre las nalgas y aplastó sus pechos contra los de Annabella que ni se inmutaron con la presión de aquellos dos melones maduros que aunque en perfecto estado no podían competir en dureza con los de nuestra asistenta, después la beso suavemente en los labios. Annabella como podéis suponer había quedado paralizada y sin habla.

.- Eleonora, Esmeralda no nos engañó ni un ápice al describirnos a esta fruta en sazón, al contrario creo que se quedo corta, mira toca esto, por favor Annabella ¿nos dejas?

.- Por favor Mari Carmen, ¿que va a pensar esta chica de nosotras? Reprendió Eleonora a su amiga Mari Carmen.  En aquel momento Annabella despertó de su asombro, vaya, con que las damas querían guerra… ya les daría ella guerra. Sin mediar palabra se desabrocho el primer botón de la batita rosa y metiendo la mano dentro del sujetador se sacó un teta que salto juguetonamente por su propio peso al soltarla, pero conservando la horizontal perfecta.

.- Por favor no se preocupe señora Eleonora, toque, toque, sin ningún compromiso, ya me alertó mi amiga Esmeralda de las liberales costumbres de esta casa y yo las acepté con todo mi entendimiento,  por lo tanto si le apetece tocarla no hay ningún problema por mi parte . Mientras decía esto Annabella la miraba a los ojos que empezaban a brillar de lujuria mientras que la punta de la lengua lamía imperceptiblemente los labios sin maquillaje de la estupenda mujer.

.- Madre míaaaaaaaaaaa, que teta Eleonora. Y Mari Carmen envolvió con ambas manos aquel fenomenal apéndice mamario

.- Pues, si, la verdad es que apetece tocarlas. Eleonora se acercó a Annabella y mojándose el dedo pulgar e índice con un poco de saliva  acarició el pezón de la teta, como si de un botón de cualquier aparato de radio se tratara.

El pezón, al sentirse acariciado reacciono como suelen hacerlo todos los pezones. Aumentando de tamaño y endureciéndose como una piedra. Eleonora lo notó enseguida.

.- Mira Mari Carmen, como se le ha puesto a esta chiquilla el botoncito de dar de mamar. ¿ te acuerdas como se le ponían a Esmeralda?

.- Si, me acuerdo, pero es que lo de Esmeralda  eran pezones  con un poco de teta y Annabella los tiene perfectos, tanto los unos como las otras.

.- Bueno señoras creo que los señores las van a echar de menos, puedo taparme?

.- Claro Annabella, quizás mas tarde tendremos ocasión de admirar con mas detalle tu cuerpo, o no?

.- No lo se señora Eleonora, todavía estoy un poco confusa, los acontecimientos se me han amontonado y todavía los estoy digiriendo.

.- Claro, que sí, no te preocupes y sigue lo que tus sentimientos te aconsejen.

.- Por favor Annabella, ¿llevarás nuestra ropa y enseres a la habitación?. Y diciendo esto Mari Carmen y Eleonora se despojaron del ligero atuendo que las cubría y salieron a paso ligero hacia la piscina. Annabella admiró con devoción a aquellas dos esculturales criaturas, ojala ella pudiera conservarse con este tipo cuando tuviera su edad. La estética hacía milagros.  Las dos con el coñito bien depilado solo una pequeña sombra indicaba el vello del pubis, ambas con un espectacular tatuaje, una en un muslo y la otra en la espalda encima de las nalgas, y ambas con un detallito en el ombligo

.- Por supuesto señoras, vayan tranquilas, ¿les sirvo un aperitivo, en la piscina?

.- Gracias, si, Martini blanco seco para mí, negro para Mari Carmen.

.- Hoooola  chicos.  Mari Carmen ya había salido corriendo.

Allí estaba  don Ramón echado en una tumbona, leyendo el periódico con su enorme verga en estado de reposo total.

.- Hola cariño que tal.

.- Pues ya ves aquí esperando a que nuestros ángeles nos endulcen la vida un rato

.- A esto venimos, a esto venimos, hola Ramón ¿dónde esta el granuja de mi sobrino?. Preguntó curiosa Eleonora

.- Hola tiíta aquí estoy. Al oír la voz de su sobrino  Eleonora se dio la vuelta y allí lo vio, subido a la escalera, con guantes de trabajo y un bote de barniz en una mano y el pincel en la otra, y con la verga en total estado de erección.

.- ¿Pero que demonios te pasa Raúl? ¿ como puedes estar trabajando y tener la verga en este estado?  ¿ que le pasa a este, Ramón ¿ supongo que no estará empalmado de verte a ti?

.- Ja, ja, ja, ja, ja, no que va, está así desde las ocho, cuando ha visto a Annabella. Bueno no todo el tiempo esta empalmado pero casi, casi.

.- Vaya con la nueva asistenta, es una especie de revolución.

.- Bueno ya te contare nuestra primera entrevista , voy a ver a este chico.

.- Pero Raúl, si te está babeando la polla. Esto lo notó Eleonora al estar junto a su sobrino. Raúl estaba subido al tercer peldaño de la escalera y la boca de Eleonora estaba justo al mismo nivel que el empalmado miembro de su sobrino.

.- Ay, tiíta, no se me baja desde que he visto a Annabella, ¿la has visto?

.- Claro que si ¿quien te crees que nos ha abierto la puerta?

.- Ay, si es verdad, ya no coordino.

.- Venga. vamos a calmar un poco esta hinchazón.

Y Eleonora sin decir nada  mas engulló la tremenda verga de su sobrino.

.- Tiíta  aaggggg, ¿que me estas haciendo tiíta?

.- ¿Cómo que que te estoy haciendo? Lo mismo que te llevo haciendo desde que tenías once o doce años,  o ya no te acuerdas cuando me decías: tiíta, tiíta, me duelen mucho los huevitos, por favor llévame al medico, y la tiíta te curaba el dolor de huevitos,  con besitos en tu pilila, como ahora, venga calla y déjate llevar, esta hinchazón tiene que bajar.

Y mientras disfrutaba de la mamada de su tía,  con los brazos en alto para no mancharla, Raúl rememoró aquella escena que quedó grabada en su memoria, y la recordaba como si hubiera sucedido el sábado pasado.

No vamos a incidir en los detalles que se desarrollaron en el transcurso de aquel fin de semana, ocho años antes y durante los mismos días de Agosto, pero si inolvidables para el joven Raulito, no queremos herir susceptibilidades.

Brevemente apuntar los hechos que marcaron para siempre la vida sexual de Raúl.

Raúl, ni siguiera recordaba desde cuando sus padres le dejaban todos o casi todos  los fines de semana en la casa del tío Ramón , suponía que desde que el tío Ramón se construyó la casa en un solar muy cercano al hotel que regentaba su padre en comunidad con su hermana la tía Eleonora.

Pero aquella calurosa noche de Agosto, lo estaba pasando tremendamente mal, todo el día, sus tíos y Marí Carmen, tan poco arropados como siempre (aunque hay que  decir que Raulito, tampoco usaba ningún tipo de abrigo)  estuvieron jugando a médicos y enfermeras como le decían a él ( los pobres, pensaba Raulito, creían que todavía tenía cuatro años).

Raulito normalmente jugaba en su habitación con la “play” de moda en aquellos tiempos, pero su curiosidad, ya apremiada por sus hormonas ( Raulito siempre había sido muy precoz en todo) le impulsaba a hacer una escapada a la piscina y a espiar los movimientos de sus tíos y amigos, pasando lo mas desapercibido posible.

Claro, haciendo esto todo el santo día el chaval presentaba una erección de lo mas expositiva.

El problema era que Raulito, todavía no había descapullado y su pequeño glande ( o ya no tan pequeño), pugnaba por salir a tomar el fresco siguiendo los impulsos de las revolucionadas hormonas, por este motivo la piel del prepucio al sentirse tirante todo el día, impidiendo el paso al curioso que deseaba asomarse sin conseguirlo, se había inflamado,  inflingiendo a su  legal propietario un dolor bastante intenso que posiblemente por simbiosis se trasmitía a los pequeños testículos del joven.

Al no poder aguatar mas, y casi sin poder hacer pipí, tomó una drástica decisión, a pesar de la vergüenza que le daba iría a pedir ayuda a su querida tiíta, a la que quería como a su segunda madre y con toda seguridad ella sabría como ayudarle.

Se encaminó a la habitación de Eleonora y Mari Carmen y localizando a su tía Eleonora en la primera cama, se dirigió hacia ella  sin hacer el mas mínimo ruido para no despertar a Mari Carmen.

La luna llena iluminaba la curiosa escena y una vez mas Raulito, admiró las dos preciosas  mujeres bañadas por una fantasmal luz plateada. Su pilila empezó a dolerle mas y mas.

.- Tiíta, tiíta, despierta por favor. Raulito, repitió el suave zarandeo unas cuantas veces hasta que Eleonora abrió los ojos y después de unos segundos de somnolencia le reconoció.

.- Raulito, mi amor, ¿Qué te pasa?, ¿no te encuentras bien?. Un gran sobresalto la invadió de inmediato, desde que nació, quería a aquel mocoso mas que a su propia vida,  quizás sería porque fue la primera que lo tuvo en brazos, incluso antes que su madre, que estaba medio aturdida  del parto.

.- No, tiíta, no me encuentro muy bien,  me duele mucho la “pilila” ¿puedes venir al baño?, quiero enseñarte una cosa.

Y en aquel mismo instante Eleanora supo que su bebe había crecido, ya no era un bebe, se había convertido en un hombrecito.

.- Si mi amor, vamos al baño, la tiíta intentará ayudarte.

Eleonora sabía a la perfección que le pasaba a su sobrino, y asumió que parte de la culpa era suya, por lo tanto a ella le correspondía aplicar los medios para aliviarlo.

Jabón, aceite de oliva y saliva aplicados con la destreza necesaria hicieron el milagro de que el curioso pudiera acceder al mundo exterior con la hinchazón ya bastante calmada, ayudado todo por una tableta disuelta en un vasito de agua de acido acetilsalicílico (o sea una vulgar aspirina.)i

Raulito, tuvo su primera eyaculación. Creyó que se había hecho pipí, y que esto le había calmado, ya habría tiempo para informarle de la verdad.

Después de hacerle prometer que de aquello ni una palabra a nadie, o no volvería a casa del tío Ramón, le acunó entre sus desnudos senos hasta que se quedó profundamente dormido.

Y allí estaba una vez mas su tiíta Eleonora para calmar sus ardores juveniles.

.- Eleonora, vas a vaciar al chaval antes de hora. Mari Carmen se había acomodado en otra tumbota con las piernas bien abiertas, a menos de dos metros de la pareja para no perderse detalle

.- No te preocupes Mari Carmen que este jovencito fabrica  leche mas rápido que una vaca de granja, ya tendrás tú parte, no sufras. Le contestó Eleonora a su amiga del alma Mari Carmen sacándose unos segundos de la boca el apetitoso tronco de su sobrino.

En aquellos momentos apareció Annabella con una bandeja con los aperitivos.

.- Ohhh, ruego me perdonen, no sabía que estuvieran ocupados…, dejo esto y me voy enseguida, les pido disculpas…Dejó copas, botella y platillos e intento dar media vuelta a toda prisa.

.- Por favor Annabella, sírvanos las bebidas tranquilamente, tendrá que acostumbrarse a esta forma que tenemos de ser, nos gusta el sexo y lo practicamos de una forma natural y espontánea, sin hipocresías ni tabúes, ¿no se lo advirtió su amiga Esmeralda?

.- Pues, pues yo diría que si, o quizás no,  no lo se, aunque no me detallo las escenas una a una, en fin no se que me digo, perdone don Ramón, usted cerveza sin alcohol verdad don Ramón.

.- Así es Annabella, y por favor acérquese a estos dos faunos y quítele a mi sobrino los útiles de pintar que cuando se corra se le van a caer y me va a dejar las baldosas hechas un desastre.

.- Si, don Ramón, como usted diga. Y tímidamente se acercó a la pareja y con sumo cuidado  agarró el bote de barniz protector y la brocha sin osar mirarlos a la cara; Eleonora sin dejar de mamar la verga de su sobrino envolvió a Annabella en una cálida mirada y en sus hermosos ojos verdes brilló una agradable y divertida sonrisa. No por mucho tiempo, ya que Raúl al sentirse libre de manos, las entrelazó detrás de la nuca de su tía y suavemente la forzó a que tragara mas verga, a lo que ella no opuso el mas mínimo reparo, prácticamente Raúl la estaba follando por la boca. Annabella no sabía donde ponerse,  sirvió las bebidas y  después de abrir las bolsitas de los snacks y dejarlas en un plato intentó retirarse a la cocina sin dejar de observar la tórrida escena.

.- Annabella. La voz de Mari Carmen la devolvió al mundo real.

.-  Si, dígame señora Mari Carmen

.- Por favor, Annabella, aquí dentro solo Mari Carmen, ¿ok? ¿puedes untarme la espalda con crema bronceadora?.

.- Lo que usted diga, seño…, perdón Mari Carmen.

.- Pues aquí tienes el frasco, y no dejes ni un pedacito de piel sin protección ¿vale?. Y dándose la vuelta ofreció a Annabella toda la parte posterior de su madura y espléndida anatomía.

Annabella dirigió a don Ramón una interrogante mirada a la que él correspondió con un imperceptible asentimiento, sonriendo socarronamente. Y en aquel momento Annabella se fijo en la polla de don Ramón, ya no estaba tan flácida, se notaba que los acontecimientos que se estaban desarrollando a su alrededor, no le dejaban del todo indiferente.

No le extrañaba, ella misma estaba totalmente encharcada, menos mal que aquella mañana después de ducharse se había puesto unas bragas de algodón bien ajustadas y protegidas por un salva-slip, al menos sus fluidos no le resbalarían por los muslos, exponiéndose a que todos la vieran caliente como una burra.

Se arrodilló sobre una colchoneta, junto a la tumbona de Mari Carmen, derramo un buen chorrito del benefactor aceite entre sus omoplatos y suavemente empezó a extenderlo por toda la espalda con un suave masaje, hombros, parte de la  nuca, costillas y brazos, justo hasta la cintura quedaron totalmente brillantes al sol del mediodía,

.- Ya está se… Mari Carmen.

.-¿ Como que ya esta? ¿ y las nalgas? ¿ y los muslos? ¿ o es que quieres que el sol me abrase?,  te dije que no me dejaras ni un pedacito de piel sin untar, solo me has dado aceite en medio cuerpo.

.- Es que no me atrevía a tocarla mas abajo Mari Carmen.

.- ¿Serás tontina? ¿por qué? ¿tan vieja me ves que no te atreves a tocar mis arrugas?

.- Por Dios Mari Carmen, no diga usted esto, está usted espléndida y su piel es suave y tersa, y ninguna arruga surca su bello cuerpo, que mas quisiera yo que ser como usted a su edad.

.- Venga pues sigue y no dejes nada sin crema.

.- Si Mari Carmen, será un placer.

Y Annabella empezó por los hermosos tobillos de la dama, siguió subiendo por los mórbidos gemelos y continuó con los esplendorosos muslos hasta llagar a las grandes y tersas nalgas de la espléndida mujer, allí se detuvo unos segundos para mirar a la pareja que formaban Raúl y Eleonora, que hermosa visión, el falo de Rául entraba y salía de la hermosa boca de Eleonora que sin dejar de mamar sonreía a su sobrino lujuriosamente.

Derramo otro chorrito de aceite  sobre la raja del culo de Mari Carmen y antes de que se deslizara hacia las profundidades lo fue esparciendo lentamente a cada lado de las nalgas, dejo la botella en el suelo y con la otra mano la obligo a abrir un  poco mas las piernas, después abrió como pudo los cachetes y dejo al descubierto el sonrosado ojete, unas graciosas arrugas convergían en el centro del perfecto agujerito sin ningún defecto que afeara su visión.

Suavemente empezó a frotar las yemas del índice y el corazón totalmente empapadas de aceite sobre el conjunto de graciosas arruguitas, y muy rápidamente noto  como el ano de Mari Carmen empezaba a palpitar.

Miró a don Ramón, como si buscara la aprobación de lo que estaba a punto de iniciar, pero su jefe simplemente la sonrió y agarrándose la ya no tan flácida  verga empezó a meneársela de arriba abajo muy suavemente disfrutando del tórrido espectáculo que se estaba desarrollando en su jardín.

Annabella estaba totalmente desinhibida, parecía que veía aquellas escenas desde otro plano, Eleonora , mamando a su sobrino sin piedad, que por cierto  debía estar a punto de correrse, don Ramón que también se había echado aceite solar en la verga y se estaba masturbando solemnemente, y una sirvienta que se parecía a ella ( que tontería, era ella misma sobando el cuerpo de Mari Carmen) estaba a punto de introducir el dedo corazón en las profundidades de aquel prometedor agujerito, sin pensar si estaría o no limpio y reluciente, recordó vagamente que su amiga le había dicho que los personajes de aquella escena, siempre llegaban a las sesiones de sexo totalmente limpias por dentro y por fuera y que ella debía hacer lo mismo, si decidía participar.

Pero en aquel momento todo esto le importaba un pimiento, sin pensar y haciendo lo que le dictaba el coño, (que por cierto no dejaba de enviar chorros y chorros de espesos fluidos al salva-slip que ya estaba totalmente encharcado sin dar abasto a absorber tal cantidad de líquido) empezó a ejercer presión  sobre el conducto anal de Mari Carmen,  el dedo, prácticamente se hundió en el agujero sin la mas mínima resistencia hasta que los nudillos de los otros dos dedos encontraron el tope de las nalgas de la  madura mujer.  Un suave gemido de placer escapo de sus labios.

.-  Aaaaaaaayyyyyyyyy, Annabella, ¿Qué estas haciendo mi amor?. Esta parte de mi cuerpo no esta expuesta al sol.

.- Dios mío, perdone Mari Carmen, no se como me he atrevido…que vergüenza, ha sido un desliz totalmente instintivo… no tengo excusa, pero entre el aceite y las palpitaciones de su adorable culito, prácticamente absorbieron mi dedo. Y lo extrajo del tibio agujero con inusitada rapidez, mas limpio y reluciente de lo que estaba antes de meterlo.

.-  Noooooooooo, no hagas esto,  mételo otra vez amor…espera que me doy la vuelta.

Y Mari Carmen cambió rápidamente de posición, apoyando los talones y las nalgas en el borde de la tumbona abrió los muslos al máximo y ofreció a Annabella sus dos orificios totalmente húmedos y brillantes.

.- ….¿ Pongo también aceite ?. Pregunto Annabella señalando el coño de la mujer tendida a sus pies.

.- Si, si, aceite y todo lo que se te ocurra.

.- Vale. Derramo del frasco otro chorrito, sobre el ligero vello del pubis dejando que se deslizara hasta los labios vaginales de Mari Carmen y después, suavemente empezó a acariciar toda la parte exterior de la vagina.

Durante esta operación volvió a introducir el dedo en el ano de Mari Carmen, una vez dentro inició un masaje rotativo y al mismo tiempo de mete y saca, Mari Carmen no paraba ya de gemir.

.-  Aaaagggggg, mas, mas Annabella, méteme otro dedo en el culo cariño y no pares de moverlo, aaaaasssiiii.

Annabella en aquellos momentos estaba acariciando el clítoris de Mari Carmen, hizo lo que le mandaban y metió el índice para que acompañara al corazón  en sus exploraciones anales.

Pero las penetraciones dactilares solo habían empezado, y como que la vagina de Mari Carmen ya destilaba fluidos a raudales  Annabella aprovecho el exceso de humedad para meter tres dedos de la mano izquierda en el imponente coño que se le ofrecía, tampoco encontró ninguna resistencia, aquella masa palpitante de carne rosada se notaba que estaba acostumbrada a albergar en sus húmedas cavidades otros elementos de gran  calibre. Al principio le costó un poco coger el ritmo pero a los dos minutos  las dos manos de Annabella bailaban alternativamente un frenético rock que acabaría a no tardar en un

devastador orgasmo que sacudió  brutalmente el cuerpo de Mari Carmen dejándola prácticamente desvanecida sobre la tumbona.

Annabella se sentó sobre sus talones  notando en ellos la humedad de sus propias bragas, Mari Carmen se había relajado y después del orgasmo, con un suave movimiento de caderas y codos  se había   acomodado tranquilamente en la tumbona sin cerrar las piernas y con los brazos cruzados debajo de la nuca y los ojos cerrados.

Cogió una toalla y suavemente y sin frotar para no molestarla, seco las partes íntimas de la amiga de don Ramón, que rezumaban aceite solar y fluidos vaginales en abundancia.

Instintivamente miró a don Ramón, su verga ya no estaba morcillona, estaba reaccionando a las  caricias que su amo le estaba procurando ayudado por la fluidez del aceite solar. Que barbaridad, menudo pedazo de verga manejaba aquel hombre, la estaba mirando a ella con curiosidad y una burlona sonrisa.

Annabella desvió la mirada y sus ojos toparon con la pareja de Raulito y su tía Eleonora, la espectacular madura  seguía mamando la verga de su sobrino y en aquellos momentos solo los huevos del joven estaban fuera de la boca. Él continuaba con sus manos detrás de la cabeza de su tía obligándola a que se la tragara hasta lo mas profundo de su garganta, prácticamente como ya hemos dicho anteriormente se la estaba follando por la boca, y a juzgar por la mirada de sus ojos y los gemidos que emitía estaba a punto de correrse.

La nueva asistenta de don Ramón no pudo resistir por mas tiempo aquel continuo desfile de escenas eróticas y desabrochando los dos últimos botones de la bata de trabajo, metió la mano entre sus bragas y frenéticamente buscó su clítoris pellizcándolo desesperadamente y sin ningún disimulo buscando su propio placer. Al mismo tiempo  su atención se fijaba en Raulito y su pareja. Tal como supuso, Eleonora se sacó de la boca dos tercios de la verga de Raulito, al tiempo que una larga baba de saliva resbalaba de su labio inferior alargándose casi hasta el suelo, agarró el cimbrel de su sobrino y empezó a masturbarlo con fuerza.

.- Tía, tía… ya no puedo mas… voy a correrme. Abrió la boca Eleonora para decirle:

.- Ya lo se mi amor, ya lo se, córrete en mi boca, quiero beber tu semen, ya sabes como me gusta. Y volvió a apretar los labios lo justo para que la verga amada solo penetrara unos centímetros, no quería que el cálido semen fuera directo a la garganta, quería sentir su sabor.

Y Raul con un fuerte berrido se corrió, tres o cuatro chorros de leche llenaron rápidamente  la boca de su tía, el resto empezó a rebosar por las comisuras de los labios de Eleonora y acompañando a la baba que todavía colgaba de su barbilla se deslizaron hasta el suelo del jardín formando un gracioso charquito.

Annabella se masturbaba con fuerza,  había dejado de manipular el clítoris y dos dedos, pegajosos todavía por los fluidos de Mari Carmen exploraban sus labios vaginales luchando con las braguitas para poder penetrar en la húmeda vagina, Raul había bajado de la escalera y después de besar a su tía en la frente se dirigió a la ducha de la piscina.

Eleonora se dio la vuelta, Annabella advirtió que su boca todavía no había tragado el semen de Raul, se dirigió hacia ellas sin decir palabra, los labios fuertemente apretados, se acariciaba las tetas pellizcándose los prominentes y endurecidos pezones y en sus ojos brillaba una lucecita socarrona.

Llegó a la tumbona donde plácidamente reposaba Mari Carmen, Annabella sin dejar de mirarla seguía metiéndose los dedos con fuerza, ¿hasta donde quería llegar aquella caliente mujer?.

Eleonora se arrodilló junto a su amiga y la zarandeo  suavemente. Mari Carmen, abrió sus ojazos y lo primero que vio fue la cara sonriente y lujuriosa de su amiga a treinta centímetros de su propia cara sonriéndole y tocándose los labios varias veces con punta del dedo. Al momento se dio cuenta de lo que pasaba y  asintiendo ligeramente con la cabeza abrió su propia boca.

Annabella vio como un tremendo goterón de la leche de Raul brotaba de los labios entornados de Eleonora y alargándose como una gota de miel que va del  tarro al vaso fue a depositarse sobre la lengua de Mari Carmen, que cuando lo tuvo todo en su boca chasqueó la lengua y la tragó de una sola bocanada.

Después con la yema del dedo, limpió dulcemente la barbilla y los labios de Eleonora que todavía estaban en parte cubiertos por el semen que sobró de la corrida en la boca y se lo acercó lentamente a los labios.

Pero justo en aquel instante Annabella, arrodillada a los pies de la tumbona no pudo resistir por mas tiempo aquellos acontecimientos tan nuevos para ella y dejando escapar un largo gemido se abandono al orgasmo que recorriendo todo su ser acabo en unas suaves convulsiones que la inundaron de placer.

Mari Carmen al darse cuenta de que la muchacha se había corrido, cambió de idea y en lugar de llevarlo a su boca lo acerco con mucha lentitud a los entreabiertos labios de Annbella,  el semen de Raul empezaba a formar otro pequeño goterón amenazando con caer al suelo y Annabella sin pensar siquiera con lo que hacía se incorporó unos centímetro y se metió todo el dedo en la boca chupándolo con desesperación mal contenida.

Después al cabo de unos segundos, se dio cuenta de todo lo que había pasado e incorporándose de un salto salió corriendo hacia la cocina con el consiguiente regocijo por parte de los presentes.

.- Chicas, me parece que os habéis pasado con la asistenta. A lo que ellas respondieron con una carcajada.

CONTINUARA