La nueva asistenta de Don Ramón (4)

Y dicho y hecho, en cuatro segundos la leche condensada empezó a cambiar de recipiente, con un movimiento circular de caderas la señora Esmeralda repartía leche por los labios, la boca y la barbilla de Anabella, y esta con gran placer y una completa gimnasia de lengua iba lamiendo todas las gotas que no caían directamente en su garganta.

La asistenta de don Ramón

Parte cuatro

La señora Esmeralda, desató los tobillos a Anabella y sacó los restos del vestido verde de debajo de su cuerpo.

.- ¿Y ahora que hacemos, Esmeralda, hoy eres una caja de sorpresas para mí.

.- Hoy estoy muy guarra, y caliente como una burra, ¿quieres beber leche con este vaso?, y diciendo esto se señalo el amplio y peludo coño.

.- Serás puerca…jajajajajajaj, pero si, quiero, a condición de que después tú bebas del mío. Y apoyando las plantas de los pies en la cama con las piernas bien abiertas levanto sus nalgas todo lo que pudo enseñando su abierto conejito prácticamente todo depilado.

.- Perfecto, acepto, hoy estamos para compartir y joder en todo lo que podamos a tú ex…., cuando vea las fotos de lo que vamos ha hacer ahora seguro que le da algo.

.- Que le den morcilla, jajajajajaja

.- Eduardo José. El hombrecillo ya se había despojado de la polla falsa, que reposaba sobre una de las mesitas de noche.

.- Si mi amor

.- Ahora te toca a ti hacer de fotógrafo, y quiero unas fotos impecables y en primerísimo plano, así que ya te estas esmerando.

.- Si, Edu, que no vamos ha estar repitiendo toda la noche, jajajajajaj

.- Ah, y que se vea siempre, o siempre que sea posible el tatuaje de Anabella.

.- Haré unas fotos de revista porno, no te preocupes.

.- Toma la cámara y prepárate. Llenó el émbolo de la nata otra vez con la leche condensada y sentándose en la butaquita del dormitorio se introdujo la punta de plástico del aparatito en el coño y se dio una buena ración de dulce de leche que con la presión del émbolo penetró en la vagina de la señora Esmeralda casi hasta el fondo.

.- Wuawwwwww, esto se ha parecido mucho a una cosa que yo me se , y ahora un poquito por los bordes. Y sacándose el dispensador se fue rociando pelos, pubis y bragas rojas alternando los chorritos para que parecieran una auténtica corrida de un semental.

.- Esmeralda, estas guapísima, jajajajajajaj. Gritó Anabella desde la cama

.- Eduardo José, rápido ahora, saca las fotos. Y abriendo del todo las piernas para que la escena tuviera el máximo de realeza, ofreció el empapado coño a la cámara. Seis o siete fogonazos indicaron que la escena ya estaba grabada para la posteridad .

.- Ahora te toca a ti Anabella, acércate a ella Eduardo José y no pierdas detalle, os digo lo que haremos, yo me levanto de la silla con la mano tapándome el coño para que el liquido no se salga antes de tiempo, me pongo en cuclillas sobre tu cara Anabella y tu abres la boca, entonces me quito la mano y la leche va pasando de mi vagina a tu boca, cuando yo aparte la mano de la vulva, Eduardo José, es cuando tienes que empezar a disparar fotos, quiero una secuencia completa y tú Anabella con la lengua tienes que dar a la escena el realismo que se merece, después iré sentándome lentamente sobre tu boca y me comerás el coño como si lo desearas con toda tu alma.

.- Es que lo deseo Esmeralda, entre los dos me habéis puesto a mil, quiero chuparte toda, y después que tú me correspondas.

.- Jajajajajaja, mira que bién, la niña esta sacando sus "instintos básicos" ¿preparados?....allá voy.

Y dicho y hecho, en cuatro segundos la leche condensada empezó a cambiar de recipiente, con un movimiento circular de caderas la señora Esmeralda repartía leche por los labios, la boca y la barbilla de Anabella, y esta con gran placer y una completa gimnasia de lengua iba lamiendo todas las gotas que no caían directamente en su garganta.

Por fin y después de suave gorgoteo, la leche acabó de salir y tal como había dicho en las instrucciones preliminares, nuestra madura asistenta se sentó con dulzura sobre la cara de Anabella.

Esta, al sentir la carne de su amiga en los labios tensó los músculos del apéndice bucal y dándole forma de lanza penetro con fuerza aquella tibieza dulce que la invadía. La señora Esmeralda cerro los ojos empezó a gemir. Su marido seguía sacando fotos y fotos.

Y la señora Esmeralda después de breves minutos de lengüeteo, y breves minutos sobando las maravillosas tetas de su joven amiga, inconsciente y totalmente abandonada al placer se corrió con gran abundancia de líquidos sobre la cara de Anabella, que al no esperar tal andanada de material trago parte de ella pero el resto entro por la nariz y la obligó a apartarse tosiendo del culo de su amiga.

.- Oh, oh, oh, perdóname, perdóname Anabel, no me dio tiempo a apartarme, Eduardo José, rápido acércanos una toalla.

.- Eduardo José, SOLO, desátame, no acerques nada, Esmeralda calla y bésame en la boca, dame tu lengua y prueba tu propio elixir , YA. Ordenó alzando un poco la voz Anabella.

Esmeralda quedo unos segundos sin saber que hacer, pero solo fueron unos segundos, reaccionó y se tumbó sobre aquel cuerpazo y disfrutó de sus curvas exuberantes frotando con fuerza sus gigantescos pezones contra los de Anabella, que no eran tan grandes como los suyos pero si estaban duros como un pedazo de caucho, entró a saco en la boca de Anabella y no paró de de chupar morder y lamer todo lo que encontraba, labios, lengua, paladar, fueron presa de sus deseos y gustó del sabor de sus propios jugos que habían inundado la boca de su amiga. Noto como ella la abrazaba, señal inequívoca de que Eduardo José la había soltado de sus ligaduras.

Con la rodilla le abrió un poco los muslos y empezó a frotarla contra el sexo de Anabella, para arriba, para abajo, izquierda, derecha, presión para adentro.

Anabella, no resistió mucho tiempo las embestidas de su amiga, el orgasmo empezaba a apoderarse de su cuerpo y ella lo dejó que la poseyera toda, desde los dedos de los pies hasta la punta de los cabellos.

Debían de haber pasado unos minutos…Unos suspiros en el suelo junto a la cama hicieron que se incorporara sobre el codo y una sonrisa iluminó sus carnosos labios.

La señora Esmeralda, se había calzado el arnés color carne morena y se lo estaba metiendo a su marido por el trasero mientras lo agarraba por la cintura, para impedir que se moviera, el aguantaba con cara de placer las acometidas de su esposa.

.- Pero Esmeralda, ¿Qué estáis haciendo?, hoy no salgo de una y ya estoy metida en otra de tus guarradas, no sabía que Eduardo José fuera gay.

.- ¿Gay?, mí Eduardo José… no tiene nada de gay, …lo que pasa es …que esta es la única manera… que conseguimos… que disfrute …con un orgasmo… ya sabes…el punto G…masculino, ¿ verdad que…si mi amor?

A cada par de palabras, ella se la metía en el culo a Eduardo José hasta los mismísimos huevos del aparatito.

:- Si, si, Esmeralda querida, pero ahora no te detengas

Anabella se bajó de la cama y se arrodilló junto a ellos, abrió un poco las nalgas de Eduardo José y observo como el oscuro y grueso pene de plástico, que estaba lustroso y brillante, entraba y salía una y otra vez del ano del hombrecillo. Pero las sorpresas de la noche todavía no habían acabado.

.- Anabella, podrías… hacerme… un favor cariño. Le dijo Esmeralda sin dejar de metérsela a Eduardo.

.- Lo que tú quieras Esmeralda, esta noche soy vuestra.

.- Que bien la nena…ja,ja,ja,ja…dentro del cajón… de aquel mueble,… hay un aparato… muy parecido a este,… pero que se ajustara… mas a tú cintura.

.- ¿ Queeeeee? Esto no puede estar pasando. Pero Anabella ya se estaba levantando y corría al cajón indicado. En efecto dentro del cajón otro arnés con bastante mas cintura de color negro brillante y con la verga enorme y un poco curvada hacia arriba.

.- Abróchatelo… firme a la cintura… y a los muslos … cariño

.- Pero…, pero… ¿puedes decirme en donde has aprendido todas estas cosas y a usar estos instrumentos?

.- Quizás…algún…día te lo cuente, ahora…no puedo…es una…promesa.. Que lejos estaba de imaginar la señora Esmeralda que este día estaba relativamente muy cercano.

Anabella se abrochó rápidamente la última hebilla del aparatejo y acercándose a la pareja preguntó sin dejar de sonréir al verse poseedora de aquella enorme polla.

.- ¿Y ahora, que hago?

.- ¿ Ves este… tubo de.. vaselina?

.- Si. Dijo Anabella cogiéndolo. Ya sabía a que se debía el brillo que había visto en el pene que penetraba a Eduardo José

.- Date una.. buena untada… del producto,.. en esta verga…que ahora posees.. te arrodillas… detrás de mí ..y por favor… te lo ruego… métemelo por el culo.

A estas alturas de la madrugada Anabella creía que no se iba a sorprender por nada pero obviamente se equivocaba. Pero aún así se atrevió

.- ¿Por el culo? ¿estás segura?, te va a doler un montón esta cosota.

.- No lo creas… no es la primera vez… primero metes…el dedito bien untado, luego metes dos… luego el tercero… y el cuarto si quieres… y a continuación…los sacas…veras que…el esfínter…ya está dilatado…y a continuación… metes la polla…primero suavemente…después…notarás como una especie de glupsss…mi cuerpo absorbe… tu cosota como dices…y cuando estés… dentro, me follas … como una loca.

.- Como cuando te pones un supositorio, vamos

.- Ja,ja,ja,ja… exacto, ohhhhhh, Anabella. Anabella, ya le había enchufado el primer dedo.

.- ¿Esto te gusta, guarrita?. Ya estaba dentro el segundo

.- Ohhhhh, siiiiiiiiiii, mas, mas. Había parado un momento de follar a su marido, para saborear el placer de la penetración.

.- Esmeralda, no pares..por.. Intento protestar Eduardo José

.- Cállate, ya de daré tu ración, ahora espera, aaaaaagggggggggg. El tercero estaba ya en posición.

Anabella, le había encontrado el gusto al jueguecito, sacó un poco la mano encogió el pulgar entre los otros cuatro dedos y empezó a apretar y girar el brazo hacia uno y otro sentido. El efecto barrena, surgió su efecto. Con un suave chofff, la mano penetro entera hasta la muñeca.

.- Wwwwaaaawwwww, que pasada. Gritó Anabella sin parar de dar vueltas a la mano. El grito de la señora Esmeralda, lo debieron oír en la planta baja.

.- Ggggrrrrrrrgggg, Anabellaaaaaaaaa, sácame esto del culo y méteme esta polla que te ha crecido entre las piernas, ahoraaaaaaaaa.

Anabella, riendo como una descarada, (estaba salida como una zorra) sacó su mano del tibio escondite se agarró con fuerza a las pequeñas tetas de la señora Esmeralda y aplastó las suyas contra su espalda y de un fuerte empellón se la metió hasta la empuñadura.

.- Ayyyyyyyyyyyy, que bruta eres, pero me gusta, sigue follándome, con esta fuerza que tienes parece que nos follas a los dos.

En efecto, con la embestida de Anabella, la señora Esmeralda se la volvió a clavar a su marido, aquello era el tren del placer. Clap, clap, clap, a cada empellón de Anabella, su pelvis empujaba las nalgas de la señora Esmeralda que de rebote se la introducía a Eduardo José.

Como es natural Anabella no sentía nada en la polla que iba introduciendo en el culo de su amiga, pero el morbo que experimentaba con aquella situación hacía que su coño no parara de emitir fluidos, que de deslizaban con un suave cosquilleo a lo largo se sus macizos muslos hasta manchar la alfombra.

La señora Esmeralda si sentía algo, vaya que si lo sentía, ya recordaréis que en otro capítulo de esta historia, la práctica del sexo anal era la debilidad de nuestra asistenta, y en aquellos instantes un enorme falo de plástico manejado con fuerza casi brutal por una íntima amiga a la que casi había visto nacer se introducía una y otra vez en sus entrañas arrancándole tremendos gemidos de placer.

Ella, aprovechaba el impulso de la embestida de Anabella para introducir el propio juguete que ella portaba atado a la cintura, en el culo de su marido, al que retenía vigorosamente con la mano derecha, con la izquierda se pellizcaba con énfasis el clítoris que totalmente descapullado pugnaba por asomarse buscando el placer supremo.

Eduardo José, no acostumbrado a ser penetrado con tanta fuerza por su pequeña esposa, disfrutaba al igual que ella de la vigorosa penetración anal, que podríamos decir sin temor a equivocarnos que era una carambola provocada por la exuberante Anabella.

Debemos decir que ni Eduardo José era gay ni la señora Esmeralda era lesbiana, pero en lo que a sexo se refería poco importaba la persona que les proporcionara placer, de hecho el sexo anal era la única forma en que Eduardo José conseguía un orgasmo al que podríamos llamar seco, pues no llegaba a eyacular ya que sus genitales apenas si producían unas pequeñas gotitas de líquido preseminal.

Estos trucos sexuales, no eran de su creación, casi quince años al servicio de don Ramón, les habían enseñado a veces participando y a veces solo observando a sus invitados, los mas intrincados juegos para llegar al éxtasis total.

Y este se estaba acercando para el maduro matrimonio, el descomunal ímpetu de que hacía gala la joven Anabella, estaba a punto de desencadenar el climax final. A estas alturas ya nadie se acordaba de la venganza de la joven en contra de su ex novio, la cámara fotográfica yacía abandonada sobre una de las alfombras de la habitación y Anabella no paraba de entrar y salir...entrar y salir...entrar y salir...quería que sus amigos disfrutaran hasta el final.

.- Anabella, susurro la señora Esmeralda con un hilo de voz.

.- Si cariño, dime. La joven no había dejado ni por un momento de pellizcar y sobar los morenos y enormes pezones de la madura asistenta de don Ramón y veía que el placer pronto la invadiría.

.- Cuando veas que me voy a correr, lo notarás porque me pongo muy tensa, y mi vulva emite gran cantidad de flujos, ya lo viste, tienes que hacer una cosa sin perder un segundo.

.- Haré lo que me digas.

.- Tienes que dejar de sobarme las tetas y dar un apretón muy fuerte a los huevos del juguete que llevas calzado en tú pubis.

.- ¿Otra sorpresa?

.- Ja, ja,ja, ja..rió sin ganas la señora Esmeralda, ya estaba en el punto de no retorno.

.- No me dirás que este aparatito también suelta su ración de leche condensada.

.- Ya lo verás, tú aprieta fuerte.

.- Lo que tú digas. Y Anabella siguió bombeando a su amiga con ímpetu.

Pasaron, quince segundos, treinta, Eduardo José empezó a emitir un gutural sonido, algo le estaba pasando.

.- Esmeralda, me voy a correr, ahora, ahora ...aaaaaahhhhhhgggggggggg.

.- Ya te siento mi amor, te siento, toma, toma, esta andanada, calmara tus ansias, toma, toma, siéntela ya en tus entrañas y con desespero iba apretando los huevos de su juguete una y otra vez.

Anabella, noto que ella se tensaba, soltó la teta y puso la mano sobre la vulva de su amiga que empezó a manar a borbotones flujo espeso y caliente.

.- Ahora, Anabella, ahora, dame lo que guardas para mi. Y la joven soltando la otra teta de Esmeralda, metió el enorme juguete hasta el fondo y con fuerza empezó a estrujar el par de pelotas que coronaban la verga de plástico. Apenas si noto un suave zumbido, medio sacó el juguete y lo volvió a meter apretando otra vez los huevos del arnés. Otro zumbido

.- Anabella, Anabella, ¿qué me has hecho? Me corro, me corro, no puedo aguantar tanto placer...aaaaaaaayyyyyyyyy, ahgggggggggg, Dios mío. Y cayo desvanecida entre los brazos de su amiga.

.- La verga se deslizó fuera del ano y de este empezó a manar un liquido viscoso, blancuzco y de suave perfume.

Eduardo José, se acerco para ayudar a Anabella depositando a la señora Esmeralda sobre la cama.

.- ¿Siempre le pasa esto, cuando se viene?

.- Cuando el orgasmo es tan profundo, si, se recuperará en seguida, no te preocupes. La tranquilizó Eduardo José.

.- ¿Y que es este liquido que huele tan bien? Dijo Anabella señalando las piernas de su amiga y las del propio Eduardo.

.- ¿Esto? Solo se que es una especie de analgésico e hidratante que se trae Esmeralda de la casa de Don Ramón, creo que se lo preparan en una antigua farmacia del centro de la ciudad, pero no sé exactamente que es.

.- Vaya con don Ramón.

.- Si, es un hombre muy estudioso, y muy amable, siempre nos ayuda.

.- Pues si, al parecer sabe muchas cosas este anciano señor.

.- No tiene nada de anciano Anabella.

.- ¿No me habías dicho que tiene sesenta y tantos?

.- Si pero de anciano nada. Ya había hablado demasiado, su esposa lo volvería a reprender, cambió de tema.

.- Anabella.

.- Dime Edu.

.- Tú no te has corrido ¿verdad?. Aventuró Eduardo José dando una mirada a las mojadas piernas de Anabella.

.- Oye Edu, ¿no es esto una pregunta muy íntima?

.- Es que con el placer que nos has dado esta noche, me gustaría colaborar un poco y darte un poquito a ti.

.- ¿Pero que dices, estas loco? ¿ que pensaría Esmeralda de nosotros? Además ...no tienes cosita, esto... bueno, esto... tu verga es muy chiquitina, no podrías, pero que digo, esto es una locura. Anabella se estaba poniendo cachonda por momentos.

.- No te preocupes, Esmeralda no tardará ni cinco minutos en reaccionar del desmayo y seguro que lo aprueba al instante. Mientras tanto Eduardo José había abierto otro cajón del mueble y estaba sacando un arnés limpio y nuevo este de color azul esmeralda y empezó a calzárselo en la cintura, el tamaño era de unos 18 centímetros solo la verga.

.- Eduardo Joseeeeeee, esto no está bien. Dijo Anabella sin dejar de mirar la reluciente polla azul que en unos segundos le había crecido a Edu, era bastante parecida en tamaño a la de su ex. Sus mejillas ya estaban ardiendo, su coño chorreando y su boca no traducía lo que pensaba su mente.

.- Por favor Anabella, túmbate en la cama.

.- Edu, esto no está bien.

.- ¿Por qué no esta bien Anabella?, venga acuéstate a mi lado y déjate llevar. La voz de su amiga la sobresalto, volteó la cabeza y la encontró sonriente y medio incorporada sobre la cama dando palmaditas al colchón a su lado, hacía tiempo que las máscaras habían desaparecido y el pelo negro azabache de Esmeralda sin coleta y en total libertan embellecía el pequeño cuerpo de su querida amiga.

.- ¿ En serio quieres que me folle Eduardo José?

.- No te va a follar Eduardo José, te va a meter un dildo en el coño para que te derritas de gusto, al igual que lo has hecho tú con nosotros hace unos minutos.

.- No es un consolador cualquiera, este lo lleva puesto en la cintura y parece que me va a meter su auténtica polla.

.- No es su polla, además él no siente nada, solo quiere darte placer y yo ayudarle, además hace unas horas te ha salpicado de leche, con otro juguete.

.- No es lo mismo, aquello era una venganza.

.- Si, la venganza de Don Mendo, venga acuéstate ya a mi vera, preciosa, entre los dos haremos que toques el cielo. Anabella no insistió mas, por otra parte lo estaba deseando. Se tumbó junto a su amiga abrió su bonitas y poderosas piernas y se dispuso a ser penetrada por aquel hombre sin pene.

.- ¿Me unto con vaselina Esmeralda?. Pregunto Eduardo José

.- Yo creo que no va ha hacer ninguna falta, cariño, esto esta totalmente encharcado. Su manita se había metido en la vagina de Anabella y la había sacado totalmente mojada, se la llevo a la boca y saboreó el néctar de la joven.

.- Ayyyyyyyyyyyy, Esmeralda, ¿porque me haces esto?

.- Huuuuuuuuuuuuummmmm, delicioso. Volvió a meter la mano en la tibia y húmeda cueva y esta vez la acerco a los labios de Anabella, que sin dudarlo lamió y mamo toda la mano de su amiga hasta que no quedo rastro del sabor de sus fluidos vaginales. Después cerro los ojos y busco su boca, ambas se acariciaban las tetas con ardor buscando una el placer de la otra, las lenguas entremezclaban salivas y en aquel instante Anabella se sintió penetrada, la falsa polla de silicona azul esmeralda entro sin ningún problema, suavemente pero con firmeza, Eduardo José sabía muy bien lo que hacía.

El juego y las caricias duraron mas de una hora.

Incluso, el coño de Anabella fue regado con leche condensada y Esmeralda le hizo un lavado a conciencia, tal como habían quedado al principio de la noche y que al final, acabo en un tremendo sesenta y nueve, que este sí y después de ponerse otra vez las máscaras, fue fotografiado por Eduardo José.

Anabella llegó al orgasmo en tres ocasiones, ¿o quizás fueron cuatro?, ya no se acordaba muy bien, de lo que si se acordaba es de que fue una noche maravillosa y que jamás olvidaría.

.- Anabella, ten cuidado es la próxima a la derecha.

.- Perdón me había distraído. La voz de su amiga la devolvió a la realidad.

.- Ya lo he visto, a saber en que estarías pensando. Anabella dio la vuelta a la esquina y pregunto:

.- ¿ Sigo mas?

.- Cien metros mas abajo, en el número 24

.- Aja, aquí lo tenemos , vaya que seto mas alto y tupido.

.- Si a don Ramón no le gustan los curiosos.

.- ¿Aparco junto a la acera?

.- No apártate un poco de la acera y entra en el garaje hay sitio de sobra para dos coches, tengo la llave. Y la señora Esmeralda le dio al pulsador del mando y la puerta se abrió silenciosamente.

.- ¿No vamos a asustar a este señor, Esmeralda? ya es muy mayor.

.- ¿Asustar a don Ramón? ¿Mayor?, ja, ja ,ja. (risa forzada), ya le conocerás

.- Digo yo.

.- A esta hora precisamente las 8 en punto entra en la ducha, se ha encendido una luz verde en el baño que le ha indicado que hemos llegado. A las 8, 30 sale del baño totalmente afeitado, aseado y con su perfume favorito ya aplicado.

.- ¿Cada día?

.- Cada día, con una puntualidad germánica, salvo que este enfermo, cosa que casi no pasa nunca.

.- Y....¿sale desnudo o vestido?. Anabella ya empezaba a temblar, Su amiga Esmeralda le había contado bastantes cosas de aquella casa, pero aún así estaba muy nerviosa.

.- Totalmente desnudo, tanto en invierno como en verano, en invierno la calefacción esta a tope, no puede soportar el frío, se presenta en la cocina me da los buenos días y yo le sirvo el desayuno.

.- ¿ Y después?

Pues lo que ocurrió después lo dejamos para el capitulo 5