La novia de mi primo

Una vara, una chica súper buena, yo. Que mas da? Aqui les relato mi primera historia. Espero que la disfruten.

Como negar que me encantaba la manera en que me miraba mi querida prima, como les explico a ustedes que me devoraba con sus miradas, claro luego me entere que esa chica le encantaba hacer que todos los hombres a su alrededor se sintieran atraídos por ella, que la desearan, etc. Pero ese trabajo no era muy difícil, esa mujer de 28 años, no era prima realmente mía, era novia de mi primo. Tenia un pecho, DIOS MÍO, 360cc de silicones, un trasero de puta madre, un sex appeal en sus gestos faciales, se movía excelentemente bien, porque era su trabajo hacerlo, era bailarina. Media como 1,65, tenía un abdomen planito, con ligeras definiciones de los cuadritos, unas piernas lisas, su piel era color canela, y su olor era el típico que te produce cerrar los ojos y concentrarte solo en sentirlo entrar en ti, realmente era fantástico olerla.

Bueno el hecho esta en que luego de múltiples insinuaciones y embarcadas un día antes de mi cumpleaños, Anais (la chica que previamente describí, mi "prima") me dijo para fumarnos una varita en la habitación de un hotel; invitación a la que no me rehusé, y le dije con voz tranquila:

-Dale, a las 9pm te busco.

A la hora pautada fui a buscarla a su casa y nos fuimos a un hotel cercano a su casa, y fachamos y empezamos a fumar, hablamos de mil y un cosas y vimos televisión, luego nos pusimos a bailar, de lo mas loco, parecíamos unos dementes bailando en una habitación de hotel, pegando brincos en la cama y viéndonos en el espejo. Luego cansado del ajetreo me acosté en la cama ay ella siguió bailando.

Ella llevaba ese día un jean azul apretado, y una blusita azul sin mangas, corta arriba que hacia que la mitad de sus pechos salieran al aire, un sostén negro y un hilito negro, y unos zapatos negros de cuero. Yo llevaba un jean roto azul, una franela azul con mangas, unas botas. Los zapatos estaba en el piso, nos lo quitamos una vez que entramos.

Bueno, el hecho es que yo le muriéndome de ganas de desnudarla, sin saber que decir, deje salir:

-Anais, yo jamás he tocado unas tetas de silicón. (cosa que era verdad)

-¿En serio? –Dijo ella- ¿ni las has visto?

-No, de verdad, jamás en mi vida, bueno en fotos si, pues, pero en realidad "face to face", no.

-Bueno- dijo ella- yo te dejo verlas, pero solo verlas.

Por dentro yo estaba demasiado nervioso, o sea, ¿de verdad le iba a ver las tetas a esta chica? Créanme, es de ese tipo de chicas que esta súper buena, que puedes pasar toda una vida queriendo estar con una sin lograrlo… jajajaja, bueno, tampoco así, pero lo digo con vehemencia, esta mujer estaba súper buena.

Ella se acerco por un lado de la cama, se quito la blusa, la tiro en la cama y se saco el sostén y se lo bajo hasta los codos, me dijo que los mirara, a lo que yo respondí que con el sostén atravesado era difícil, que los tirara en la cama, al fin y al cabo ya se los había visto. Ella me miro con una sonrisa súper picara y lo hizo. Yo los mire con unas ganas inmensas de tocarlos, pero le dije:

-Sinceramente son espectaculares, grandísimos, y están en su sitio, están montaditos.

-Si, ¿son demasiado bellos verdad?, tócalos, se sienten ricos también.

Cuando los toque, ya tenia la verga de puta madre, se me iba a salir del pantalón e iba a caminar por toda la habitación buscando un culo donde meterse.

Le dije que eran bellísimos, que se sentían rico, pero eran más duros que los naturales, quite la mano con pocas ganas, no sin antes darle un pellizquito en el pezón derecho. Se coloco de nuevo el sostén y se acostó en la cama a mi lado y yo comencé a hacerle cariñito por el hombro derecho que estaba justo a mi lado, pase por encima de sus tetas, seguí acariciando y le metí la mano dentro del sostén, luego de acariciar por allí, la saque y baje la mano por la cintura, el ombligo y comencé a acariciarle el borde del pantalón y metí un dedito, y luego otro, y otro mas y seguí acariciando, nerviosisimo, estaba apoyado en el codo del otro brazo (del derecho), con el cuerpo del lado de ella, usando la mano izquierda. (Espero que el ser tan específico no los enrede y haga la historia muy engorrosa).

Bueno, luego de haber metido la mano, la saque y le desabroche el pantalón, le baje el cierre y vi la parte de delante de su hilito negro, entendí que ella estaba dispuesta a todo, aunque con un falso pudor disimulado con el silencio, y con los ojos cerrados, argumentando su posición de victima del cannabis.

Me pare y me puse entre sus piernas, y le quite el pantalón y luego el hilo, comencé a acariciarla sus labios eran cerraditos, aunque no por lo virginal. Acerque mi cara a sus afeitaditos labios y comencé a lamerla, confieso que quizás como un poco desesperado, pero es que entiendan que esta mujer era grandiosa y vuele loco a cualquiera, luego tome mi carril y la lamía con técnica, con dedicación, le subí sus piernas y le lamí su culo, divino, buenísima esa imagen de su culito y mas arribita sus labios apretaditos mojaditos. Su vagina tenia un sabor dulce, y a la vez un toque acido, el liquido era grueso, mejor dicho algo espeso, como una miel muy ligera. Vi como ella se retorcía del placer y tenía unos gemidos suaves, delicados y se mordía la boca, tenía los ojos cerrados. Ella se vino en mi boca, sentía como sus labios hacían contracciones, ella se tumbo sobre mi, y me quito mi pantalón, el boxer gris claro que dejaba en evidencia cuan mojado estaba yo, y mi franela, las medias, en fin, me dejo completamente desnudo, con mi verga dura, hinchada, con unas venas que jamás en mi vida había visto y como que mas grande. No tengo la verga mounstrosa como he leído en otro cuentos que si de 35 cm, no creo que exista una tan grande, y si existiera si se te para te desmayas. Pero siéndoles sinceros, nadie se ha quejado.

Anais comenzó a masturbarme majestuosamente, me tomaba el liquido que botaba yo con su mano y bañaba todo el resto con el mientras le ponía la fuerza exacta. Me pregunto que si me gustaba, a lo que yo con mi cara ida le respondí, no preguntes y sigue. Esta chica se introdujo me miembro en la boca sin siquiera preguntar si se lo podía comer todo. ¿Hasta la pata? Si amigos lectores, hasta abajo, y hacia arggh, arrgh, como si se ahogara, y salivaba muchísimo, y en realidad fue la mamá de las mamadas. Luego de 5 minutos de subir y bajar con su boquita se encaramo encima de mi y puso su vulvita afeitaba sobre mi verga dura a punto de estallar y me dijo:

-¿tienes condones?

-Claro que si- respondí yo- y la voltee y la puse de espaldas a la cama y mientras buscaba los condones en el koala que tenia en la cabecera de la cama, lo metí, obteniendo a cambio, el mejor de los gemidos escuchado por mis oídos.

Seguí sacándolo y metiéndolo una y otra vez, una y otra vez, continuamente dejando a un lado lo de los condones, al fin y al cabo, ella tomaba pastillas y esperaba que no me fuera a pegar nada. Continuamos y me dio la vuelta y se monto encima de mi y estuvimos otro rato ahí, luego aun arriba de mi se dio la vuelta y quedo de espaldas, y se comenzó a ver en el espejo, se arranco el sostén, y siguió moviéndose pero ahora con mas intensidad, gemía y gemía, créanme cuando les digo que era un concierto de gemidos, unos mas agudos otras mas fuertes, nunca llego a gritar, pero creo que no le hacia falta, estaba mojada a chorros. Luego se coloco en cuatro y me dijo que me luciera, me coloco detrás de ella y lo metí nuevamente por el mismo lugar, pero ahora con una mejor vista, tenía su trasero abierto, solito para mí, cuando caí en cuenta estaba sobandoselo con el dedo índice de mi mano derecha, poco a poco, con el movimiento, termine de introducir el dedito y ella solo dijo, que lo hiciera mas suave, pero que lo moviera, en ese mismo instante sonó mi celular, al que no le hice caso, porque ni en drogas iba a prestarle atención a otra cosas en ese momento.

Era el cuarto perfecto, estaba tirándome a una chica súper buena, con unas tetas de silicón, en 4, con un dedo en su culito apretado y viéndole la cara de disfrute y gozo en el espejo frente a nosotros.

En ese momento ella interrumpio los gemidos y dijo:

-Avísame cuando sientas que vayas a acabar.

Quiza fue lo que dijo, quiza es que no podia mas, quiza es que ese cuadro tan perfecto me estaba reventando el morbo, algo hizo que en ese momento respondiera:

-YA!

Ella con los ojos cerrados, levanto la cara y empezó a acabar de nuevo, yo sentia como sus labios me apretaban la verga y me la soltaban, y asi sucesivamente. Yo a estas alturas lo unico que pensaba era, coño, noooooo. No queria acabar, pero que carajo, igual me lo estaba disfrutando, aunque con una exclamación en la cabeza, que me decía: ¡Esta mujer controla los orgasmos, nos estamos viniendo juntos!. Simplemente no lo podía creer era magnifico todo lo que pasaba, no había errores, tirábamos al mismo son, nos movíamos como si ya o hubiésemos hecho antes, no perdíamos el ritmo, y acabábamos juntos? (los que en algún momento de sus vidas, acabaron al mismo tiempo que su compañero/a sexual, sabrán que no hay comparación).

Allí caímos tumbados en la cama, uno sobre otro, esperando que pasara el tiempo para una segunda vez. Veía en el espejo como ella jugaba con la leche y su clítoris, yo estaba tumbadísimo a su lado, con la verga doblada para un lado palpitando aun algo dura, y húmeda. Prendí otro tabaco y busque mi celular y vi que tenia dos msj. de texto que decían.

Feliz cumpleaños mi cielo te amo. (ese era de mi novia)

El segundo:

Feliz cumpleaños primo, te quiero mucho pásala bien.

Le comente eso a Anais, y me respondío:

Feliz cumpleaños mi cielo, espero que te haya gustado este regalito, eso sí, guardemos ente secreto entre nosotros, tu primo jamás se puede enterar.