La novia de mi colega

Una noche muy morbosa con la nueva novia de mi colega.

¡Hola chicxs! Os dejo un relato de algo que me pasó poco antes del confinamiento. Espero que disfrutéis la historia y no me juzguéis mucho jejej. Os agradezco vuestras valoraciones, comentarios y correos, y si alguien tiene historias parecidas y quiere contármelas por mail estaré encantado de escucharlas. Un abrazo chicxs :)

La novia de mi colega.

Hace unos meses, antes del confinamiento, quedé con mis amigos para cenar todos juntos y salir de fiesta. Últimamente nos veíamos menos, entre el trabajo de unos y los estudios de otros no había manera de juntarse todos, pero por fin coincidimos todos, era el cumpleaños de nuestra amiga Alba y no nos lo podíamos perder.

Por primera vez en muchos meses estábamos todos, los doce de siempre. Nos conocimos en primero de carrera y desde entonces somos inseparables, sí es cierto que los más íntimos siempre hemos sido mi amigo Miguel, mi amiga Marta y yo, pero éramos una pequeña gran familia.

Esa noche se unió una cara nueva, Alejandra, la nueva novia de nuestro amigo José. La recibimos como a una más, era encantadora. Es cierto que al principio estaba un poco cortada, pero poco a poco nos fue conociendo y se fue abriendo más.

Tenía nuestra edad (24 años), pelo negro largo y liso, muy bonito y cuidado. Lo llevaba bien peinado con una coleta alta. Mediría como 1,65m, estatura normal, un cuerpo muy normalito con dos buenas tetas a resaltar, que lucían apretadas en su vestido negro palabra de honor. De cara era bastante guapa, unos ojos expresivos y una sonrisa tímida y a su vez preciosa.

Nos reunimos en casa de mi amigo Miguel, que vive en pleno centro y así estaríamos más cerca de la discoteca para ir después. Pedimos unas pizzas, jugamos al sing star haciendo el tonto (como siempre), bebimos sin parar, jugamos al "yo nunca"...y ahí fue donde empezó a subir la temperatura en el ambiente.

Si algo nos caracteriza a mis amigos y a mi es que nos contamos todo con pelos y señales, incluso nuestros polvos, así que preguntábamos sin pudor y contestábamos de la misma manera. Alejandra estaba cortada, pero viendo que todos éramos muy transparentes y no somos unos santos empezó a soltarse, a lo mejor las cuatro copas que llevaba le ayudaron un poco jajaja.

Mi sorpresa fue cuando descubrí que, más allá de su timidez, Alejandra era una experta en sexo, había hecho casi de todo (al igual que yo, en eso íbamos empatados. Yo siempre fui el más sexual de mi grupo, y no me asustaba contarles cómo follaba, en qué posturas o en qué lugares, ya que tengo predilección por los sitios públicos jejej.

La noche pasó y trasladamos nuestra fiesta a "Kapital", una discoteca que está en el centro de Madrid, al lado de la estación de atocha (para el que no lo sepa). A mí personalmente no me gusta una mierda, mucho niño pijo, música aburrida, gente estirada y mucho postureo, yo soy de otro tipo de fiestas, pero la del cumple eligió el sitio y allá que fuimos.

El alcohol corría, nuestros cuerpos bailaban, nuestras lenguas empezaban a trabarse al hablae y empezaron las bajas. La gente no sabe beber y empiezan a echarse atrás y a hacer bomba de humo. Al final de la noche quedamos Alba (la del cumple), Miguel, José, Alejandra y yo.

Alba se pilló un taxi para ir a su casa, José vivía un poco más lejos y no estaba en condiciones de llegar solo a casa, así que Miguel ofreció su casa para dormir, que estaba a 10 minutos andando. Llegamos y acostamos a José, que iba fino. Miguel nos dijo que nos podíamos apañar los cuatro entre su cama y el sofá, pero la verdad es que sería un poco incómodo.

Decidimos que acompañaría a Alejandra a coger un taxi y yo me iría a mi casa dando un paseo, pues vivimos a 15 minutos escasos andando. Y así los hicimos. Nos despedimos de Miguel y bajamos a la calle Alejandra y yo.

-Yo: ¿Por dónde vives?

-Alejandra: Por Aluche.

-Yo: Ah genial, yo en Príncipe Pío, podemos ir andando hasta mi casa que tardamos poco y desde allí coges un taxi, así te saldrá más barato.

-Alejandra: Claro, por mi genial.

Empezamos a andar bajando Gran Vía y comentando la noche. Nosotros íbamos bien, al igual que mi amigo Miguel, pero los demás no sabían beber y la verdad es que fue un espectáculo. Hablamos de tonterías sin importancia, pero Alejandra estaba muy interesada en mi vida sexual.

-Alejandra: Así que te gusta follar al aire libre, eh? Jajaj.

-Yo: ¿Cómo?

-Alejandra: Es lo que dijiste en el juego, que te encanta.

-Yo: Ahh, jajaj, sí, bueno, tiene mucho morbo, que te puedan ver y eso, estar al aire libre.

-Alejandra: Yo nunca lo he hecho, y con José dudo que pueda hacerlo, es muy tradicional.

-Yo: Bueno, conozco a José, poco a poco se irá soltando más, a todos nos gusta el sexo.

-Alejandra: A ver, disfruto con él y eso, pero a mi me gusta alguien más morboso, más arriesgado,más...como tú.

-Yo: ¿Cómo yo?¿Qué tengo yo?

-Alejandra: Se te ve más lanzado. Si ahora te dijera que me folles en el parque seguro que lo harías, José ni lo pensaría, me diría que estoy loca.

-Yo: Joder, claro que lo haría, me flipa, pero cada uno es como es.

Mi polla empezó a ponerse dura dentro del pantalón, no podía disimularlo. Estábamos al lado del templo de Debod, un parque que en Madrid es conocido por el dogging de noche, eran las 6:00h de la madrugada y no había nadie.

Mi mente empezaba a dar vueltas, Alejandra me estaba provocando, pero era la novia d emi amigo, por otro lado mi amigo era un pichabrava, no le duran mucho las novias, por otro lado me sentiría mal... Estoy seguro de que mi amigo le daba buenas folladas a su novia, pero quizás era algo monótono siempre en la cama, Alejandra quería experimentar cosas nuevas y yo era el candidato perfecto para ayudarla.

Mientras iba pensando eso íbamos andando dirección Debod sin darnos cuenta, ¿o sí? Estaba algo nervioso, pero de perdidos al río, somos adultos para guardar un secreto, o, en el peor de los casos, siempre se le puede echar la culpa al alcohol, ¿no?

Atravesamos el parque, estaba completamente vacío. Alejandra llevaba toda la noche con los tacones y le dolían los pies.

-Alejandra: Espera un momento Jorge, voy a quitarme los zapatos porque no puedo más.

Apoyó su pie en un banco y se inclinó para desabrocharse el zapato, dándome la espalda, con ese vestido negro de terciopelo, tan cortito que casi le veía el final de las nalgas. No sé qué me pasó, salió el animal que llevo dentro, me agaché detrás de ella, le subí el vestido, le aparté el tanga volentamente y empecé a pasar mi lengua por su coño y su culo con ganas.

-Alejandra: Ufff, ¿qué haces loco?...mmmm, nos pueden ver...mmmm joder...

-Yo: ¿No querías morbo? Pues toma morbo.

Seguía lamiendo su coño, que no paraba de soltar flujos, la tenía muy cachonda, y ella a mi también. Gemía en bajito para que nadie la escuchara mientras yo intentaba que se retorciese más de placer.

Me bajé los pantalones por los tobillos, me senté en el banco y la puse a comerme la polla y las pelotas. Cómo la chupaba la cabrona, menuda mamada me hizo.

-Alejandra: Joder...qué rabo tienes tío...mmmm...

-Yo: ¿Te gusta? Mmmm cómemelo joder, qué bien lo haces...mmmm...

-Alejandra: Es más grande que el de José, mmmm, me encanta tío...

-Yo: Pues disfrútalo puta, disfruta de comerle el rabo al amigo de tu novio en medio del parque, esto no te lo va a dar él, solo yo...mmmmmm, joder...

La comía de vicio, yo no paraba de gemir, me daba igual que me escucharan, estaba gozándolo. Paró de comérmela y me puse un condón (menos mal que siempre llevo en la cartera) y allí, en un banco en medio del parque la senté encima de mi rabo duro apuntando al cielo.

-Yo: Ahhh qué rico, me encanta tu coñito estrecho.

-Alejandra: Mmmm joder, fóllame, soy tu puta...dame fuerte cabrón.

De un tirón le bajé el vestido y lo dejé en su vientre como si fuera un cinturón, sus tetas salieron botando y mientras saltaba sobre mi rabo las empecé a tocas, estrujar y lamer. Tenía unas tetas perfectas, lamía sus pezones con ganas y la embestía con ganas en el banco.

Después de un rato follándola le dije que se pusiera de rodillas para recibir su premio. Me quité el condón y mientras ella me comía las pelotas empecé a soltar chorros de leche caliente y espesa en su cara.

-Yo: Mmmm joder, toma leche zorra...toma...

-Alejandra: Ufff sí, joder, dame tu leche cabrón...

Le dejé la cara completamente blanca. La puse de pie, le di un buen beso con lengua y le dije al oído:

-Yo: Así es como folla un buen macho.

No teníamos papel, así que se limpió la cara con las manos y se comió mi corrida. Alejandra era una guarra y eso me encantaba. Nos vestimos y nos fuimos del parque.

Unos metros más adelante había un barrendero con la polla al aire, el cabrón se había hecho una buena paja viendo el polvazo que echamos y se acababa de correr. Eso me encendió más, y cuando pasamos por su lado Alejandra se puso roja.

-Barrendero: Muy buena follada campeón. Menudo bombón.

-Yo: Gracias, espero que lo hayas disfrutado - dije mientras le sacaba las tetas a Alejandra y las sobaba para él - buenas noches colega.

Se le pusieron los ojos como platos al ver como sobaba esas tetazas tan cerca de él, y yo me puse más cachondo todavía.

-Alejandra: Tío, ¿estás loco?

-Yo: ¿No querías morbo? Bienvenida a mi mundo.

-Alejandra: Jajaja ¡cabrón!

La acompañé a coger un taxi, me dio su whatsapp y nos despedimos con un buen morreo, todavía le olía la cara a mi polla y mi corrida. Cuando llegó a casa me envió un mensaje:

-Alejandra: " Gracias por la experiencia de esta noche, no la voy al olvidar nunca. Me encanta tu rabo y el morbo que tienes. Ojalá esta no sea la única vez. Será nuestro secreto. Buenas noches cabroncete. "