La noche que seducí a un hombre de verdad (I)

Aunque sea joven, soy una auténtica mujer, y sé lo que quiero en la vida. Y una mujer como yo, necesita un auténtico hombre que también lo sepa.

Presentación

Siempre he sido una chica aplicada, estudiosa y responsable, però los clichés adolescentes no me describen. Aunque mis notas sean muy altas no soy la empollona obsesionada con el estudio, y aunque me sienta por encima de los demás, no soy la freakie inadaptada.

No. Tengo 22 años, y que me esfuerce en mis estudios no impide que tenga mis amigas, me guste salir de fiesta, me enloquezcan los tíos buenos o que necesite que mis necesidades de mujer sean satisfechas.Y sin embargo... ¡qué poco hábiles son los chicos de mi edad!

Nunca he sido la chica de póster de la clase, però tampoco he tenido problemas para ligar. Tengo un cuerpo atlético e incluso fibroso, pues he practicado atletismo desde los 12 años, unos grandes ojos azules que pueden hacer derretir a aquél en quien se posan, una melena larga y lisa de color castaño claro, casi pelirrojo; soy estrecha de caderas y mis senos no son los de una Kardashian però sí redonditos, firmes, muy acordes con mis medidas.  No soy escultural, però sí atractiva. Por cierto, me llamo Alba.

Perdí la virginidad a los 17 de una manera  bonita y romántica, però a nivel sexual no fue maravilloso. Entonces pensé que al fin y al cabo era la primera vez y que con la experiencia mejoraría, tanto yo como mis parejas, pero desde entonces he compartido cama con 8 chicos, y lamentablemente no he notado una gran mejora. Sí, siento placer; sí, incluso alguna vez me he corrido, però percibo que mis amantes van completamente a ciegas, no saben lo que tocan, no saben gestionar mi grado de excitación, y como resultado, todo el goce que puedo experimentar es mérito de la sabia naturaleza que tantas terminaciones nerviosas nos ha instalado allí donde importa, casi a pesar de los esfuerzos de mis amantes, en vez de gracias a ellos. Sinceramente, yo sola me lo paso mejor. Tan frustrada estoy que incluso quise experimentar con una chica, pensando que quizás descubriría mi pasión, però no. Ratifiqué que me gustan los hombres. Simplemente... necesito a alguien más «sabio»...

A mi me atraen los hombres de éxito, seguros de si mismos, triunfadores. Es el tipo de persona que soy y es lo que quiero a mi alrededor. Con la frustración sexual que llevo acumulando, he empezado a fijarme más en hombres de mi entorno que encajen en este patrón: está Rodrigo, el padre de mi mejor amiga, Marta, por ejemplo, que me pone mucho però no quiero ser tan mala amiga ni romper un matrimonio. Guapísimo, rondará los 50 però no los aparenta, y su carrera laboral como director de banca le define como un hombre de éxito, demasiado mayor para mi para nada serio, però no para que me diera una lección sexual. También me fijo en Iván,mi entrenador de atletismo, que alguna vez me ha tirado la caña y está como un tren, però no me seduce intelectualmente. Luego está uno de mis profesores en la univeridad: Paul, un bombón holandés de poco más de 30 años, ideal para mi, inteligente y culto, però la verdad es que no se como hacerme notar para él más allá de mis notas. ¡No quiero ser una guarra descarada! Y finalmente, como a menudo hago de niñera para ganarme un pequeño sueldo me fijo en los padres de cada família, claro está, y algunos de ellos consiguen poner en marcha mi imaginación. Sobre todo los divorciados, però por encima de todos,  Mateo que está casado y que además resulta ser mi antiguo profesor y mentor de instituto.

Mateo fue mi obsesión juvenil: inteligente, elegante de un modo sexy en vez de ramplón, de conversación viva y estimulante, alegre y divertido sin dejar de ser exigente; media clase andaba loca por él. A mi sempre me tuvo especial cariño y me ayudó mucho a autodescubrirme como persona y a navegar por las turbulentas aguas de la adolescencia, y yo le tenía en un altar. Cuando fue mi tutor con 15-16 años él tenía alrededor de 37. Cuando la casualidad le hizo reaparecer en mi vida hace unos meses, ahora con 44 años contra mis 22, mi coño se hizo agua. Igual que con Rodrigo, pienso: ¿demasiado mayor para ser mi pareja? Sin duda, però encantada le haría un favor o dos.

Muchas noches calmo mi desperada soledad evocando imágenes de estos hombres, però ninguno me excita tanto como Mateo. Sin embargo, y para mi despespero, está felizmente casado y tiene un hijo. Mi sueño más realista es conquistar a Paul, però mientras me devano los sesos para encontrar la manera de acercarme a él, el tiempo va sucediendo y yo sigo sola y caliente.

26 de abril

Ayer salí un rato con Marta. Fuimos a un bar musical después de cenar y yo misma me puse a bailar cerca de un grupo de guapos «hombres» alrededor de esa edad, muy guapos, aún con el traje de la oficina. Nuestros contoneos consiguieron nuestro objetivo, y la atención de esos jóvenes y atractivos hombres se fijó en nosotras. Entablamos conversación, bailamos un poco, y parece que algo nació. Yo me llevé el teléfono de Víctor, un chico rubio de 29 años, joven economista. Marta también triunfó con otro de ellos, Ernesto, però a mi no me gustó, pues me pareció demasiado chulete. Demasiado gimnasio y poca sofisticación. En cambio, el tonteo con Víctor fue tan sutil que me excitó lo indecible. Yo no perdí oportunidad de bailar frente a él y presumir de culito, y aunque él fue discreto, me di perfectamente cuenta cómo me lo miraba.

14 de mayo, jueves

Con el paso de las semanas, Víctor y yo nos hemos visto esporádicamente y  hace dos jueves nos besamos por primera vez. Me estoy quedando bastante prendada de él, y ese mismo finde le dejé que me tomara toda y me hiciera el amor... Fue increíble, jamás he disfrutado tanto. ¡Creí que finalmente mis plegarias han sido respondidas! Y además no solo fue increibleme el polvo, sino que fue muy bonito. Creo que nos estamos enamorando y que pronto me pedirá ser su novia formal...

24 de mayo, sábado

Hoy he dejado que Víctor me tomara entera y me hiciera el amor...  Ha sido increíble, jamás he disfrutado tanto. ¡Creo que finalmente mis plegarias han sido respondidas! NO solo ha sido un polvo increibleme, también ha sido muy bonito, incluso romántico. Creo que nos estamos enamorando y que pronto me pedirá ser su novia formal...

26 de mayo, martes

Mañana por la noche he quedado con Víctor, però me he pasado la clase con Paul observándole y comparándolos. Víctor está más bueno y tiene un look mucho más elegante, però el carisma que emana de la brillante mente de Paul me confunde. La verdad es que Víctor no me hace sentir así. Quizás no esté enamorada, después de todo... Al acabar la clase me he acercado a Paul para hacerle un par de preguntas individuales sobre lo que hemos tratado y me ha citado en su despacho la semana que viene...

27 de mayo, miércoles

La cita con Víctor ha sido maravillosa. Ha sido atento, y caballeroso conmigo, nos  hemos reído  juntos contínuamente, me hace sentir guapa y especial, y hemos acabado la noche haciendo el amor en su coche (solo tengo 22 años, mi madre me esperaba en casa). No sé si ha sido porque un coche no da para más, por mis pensamientos de ayer o por su cansancio tras un día duro en la oficina,però hoy el sexo no ha sido tan fantástico.  Sentada sobre Víctor, con su sexo dentro de mi, mientras me agarraba fuerte con sus poderoros brazos y yo me apoyaba sobre sus pectorales, se ha corrido sin que yo me acercara siquiera al orgasmo. Y lo peor, no ha parecido darse ni cuenta. Al llegar a casa me he duchado y me he vuelto a masturbar pensando en él y en volver a follar en su cama, però mi mente me ha traído imágenes de Mateo en su piscina, de Rodrigo en el garaje de casa de Marta y sobretodo de Paul en su despacho. ¡Joder, porqué estoy tan caliente! ¡Quiero enamorarme!

29 de mayo, viernes

Hoy he tenido servicio en casa de Mateo. Él y su mujer iban a cenar y al teatro y yo me he quedado a hacer de niñera de su hijo. Normalmente me encantan estos servicios nocturnos, porque el niño se duerme temprano y entonces ya solo me queda esperar que vuelvan, dedicada a mis cosas, però esta vez no ha sido así. Desde que a las 22:00 el niño ha caído hasta que han vuelto a la 1:00, mis dudas me han carcomido. He dado una vuelta por la casa (Mateo siempre me ha dado libertad, puesto que confía plenamente en mi), y todo lo que veo me hace confirmar que es exactamente el tipo de hombre que quiero para mi. Incluso su Tamar, su mujer, a la que he conocido fugazmente en noches como hoy, es exactamente lo que yo quisiera ser: alta y atlética a sus 40 años, dulce per de carácter firme, reputada en su carrera laboral. La admiro y la envidio. Si no fuera porque es rubia, pensaría que soy yo de mayor. ¡Pero es rubia, la muy zorra, rubia natural! Es incluso demasiado perfecta. Mateo tiene la vida que sueño: una carrera de prestigio (es professor universitario además de tutor de secundaria), una mujer igualmente triunfadora que perfectamente podría ser yo, un cuerpo deseable, un carácter magnético gracias a su extensa cultura y sus dotes de orador, una casa preciosa con jardín y piscina, un matrimonio estable y feliz... Es lo que sueño, y hasta hace poco lo veía impossible, però ahora lo imagino con Víctor.

Nos hemos estado intercambiando mensajes toda la noche... Y hemos acabado teniendo sexo telefónico. ¡Me he masturbado en el sofá de Mateo! Enfrente tenía una foto de él y Tamar, y mientras me corría no se si pensaba más en Víctor o en Mateo. ¿Qué me pasa?

31 de mayo, domingo

Este fin de semana Víctor está fuera por trabajo. Por si no tuviera cacao en la cabeza, hoy me ha abierto por whatsapp Ronny, un exnovio con quien estuve de pareja casi 2 años. Es la relación más importante que he tenido. Me dejó él y me rompió el corazón. Hemos quedado el próximo miércoles por la tarde, el mismo día que por la mañana debo ver a Paul. Y por la noche he vuelto a quedar con Víctor. Quiero repetir el experimento de hacerlo en el coche y quitarme la espina. Esta vez pienso correrme. Mi plan es forzarle a que me de una buena comida de coño antes que ni siquiera piense en que yo lo toque su sexo, y pienso ser muy explícita en mis gemidos para que vea lo que funciona y lo que no.

Por la tarde he quedado en casa de Marta. Que guapo es su padre! Estaba arreglando un mueble en el patio y le he visto flexionar sus músculos. Dios, casi me derrito... Víctor está fuerte però no tanto. Sin embargo, Rodrigo es bastante borde, a menudo, y hoy ha soltado un par de comentarios que me han hecho bajar la líbido de golpe.

3 de junio, miércoles

Llevo 3 días nerviosa por la entrevista con Paul, però en el trato directo y personal ha perdido todo el encanto. Venía excitada y mojada solo por verle, però ha resultado ser demasiado engreído. Si al principio he intentado mostrar escote con ganas de seducirlo, al acabar solo tenía ganas de darle un bofetón. Y yo soy de las que se siente superior a casi todo el mundo, però lo suyo es de otra galaxia. Qué decepción... Me ha mirado las tetas como un salido, però en cambio no ha sabido dar un solo paso. Y luego lo ha rematado, como decía, con una perorata que lo retrata como persona. Luego se ha esforzado en colocarse de tal modo que pudiera seguir observándome las tetas, y ni así, nada. Se lo he intentado poner fácil, però más allá de mirar y ponerse caliente, nada. Sí, es muy culto, però es un timorato prepotente. Su charla me hacía volver a pensar en Mateo, tanto o más culto però de retórica mucho más sutil y seductora.

Saliendo de allí casi despechada con los hombres en general me he encontrado con Ronny, mi viejo amor. Nos hemos abrazado dulcemente y hemos ido a tomar un helado. Él me ha tirado la caña claramente y yo me he dejado querer un poco sin intención de llegar a nada, ya que luego tenía que ver a Víctor. Sin embargo, me ha llamado y ha anulado la cita, canviándola para el viernes, y me ha entrado tal rabia que, sin apenas darme cuenta, he posado mi mano sobre el paquete de Ronny. Las cosas claras y el chocolate espeso. En poco tiempo estábamos en el lavabo magreándonos. Él me ha empotrado contra la pared con un deseo y una firmeza que antes no tenía y me ha gustado mucho. Me ha comido las tetas con bastante habilidad, y yo le he querido corresponder con una buena mamada. ¡Y entonces, el muy crío, va y se corre! ¡Sin más, sin avisar! ¡Se ha corrido en dos minutos de mamada y me ha dejado a dos velas! Me ha inundado tal despecho que le he dejado alli mismo, con los pantalones bajados, y me he ido del local. Ya que no puede ser un verdadero hombre con una mujer, que lo parezca y pague la cuenta.

4 de junio, jueves

Hoy he estado de nuevo en casa de Mateo, esta vez por la tarde. Su mujer trabajaba hasta tarde y él tenía reunión de padres, de modo que he recogido a su hijo en el colegio a las 16:30, lo he llevado a su casa, hemos merendado y nos hemos pegado un chapuzón en la piscina. Mateo ha llegado antes de lo esperado cuando aún estábamos en el agua, y para sorpresa mía ha decidido unirse a nosotros. Enseguida he pensado: «¡me va a ver en bikini!» (con la secreta esperanza de que, en realidad, deseara hacerlo), però en cuanto le he visto he añadido para mi mismsa «¡wow, le estoy viendo en bañador!». 43 años, y que bien llevados. No es un hombre de gimnasio, però siendo tan sabio como es, ha sabido adoptar hábitos alimentarios y de estilo de vida muy saludables. Sigue esbelto, sin grasa, sin marcar músculo como un chuloplayas però muy bien proporcionado. Me ha encandilado y me he esforzado en mirarle de reojo siempre que podía, a pesar de que, aunque he intentado cazarle observándome a mi, la verdad es que no lo ha hecho en todo el rato. De hecho, tiene un cuerpo parecido a Víctor, però mantenido en perfecto estado 15 años más tarde. Increíble. Sigo cabreada con Víctor por lo de ayer, però quiero y me gusta pensar en él como mi nuevo novio, y no obstante, aquí estoy, obnubilada por un hombre casi 20 años mayor que yo, que a pesar de que no me ha mirado una sola vez me seduce física e intelectualmente sin esforzarse.

Al salir del agua me ha invitado a quedarme a cenar (¿le gusta mi compañía?, ¿quiere verme más?), però yo debía marcharme, puesto que mis padres me esperaban en casa. Sí que hemosn tenido tiempo de charlar unos minutos, y he aprovechado para saciar mi sed de conocimiento. Todo aquello que a mis compañeros de edad no les interesa, o les supera, para todo ello Mateo tiene respuesta. Y lo que más me gusta de él: es suficientemente hombre, está tan seguro de si mismo, que cuando no sabe algo, cosa que no sucede a menudo lo admite libremente. Hemos conversado por los últimos casos de corrupción que asolan el país, y a la vez qur yo he admirado sus respuestas, llenas de matices y libres de dogmatismos, él me ha piropeado por tener un conocimiento del mundo impropio de mi edad. Y cuando al escucharlo me he sonrojado y reído nerviosamente, me ha parecido percibir que observaba con deleite mi cuerpo.

5 de junio, viernes

«Tonight is the night», me he dicho por la mañana. Hace 10 días que Víctor y yo no nos vemos, y antes de ayer me dejó colgada. Hoy es la única y última reválida: le toca demostrar si realmente está interesado en mi o no.

Y lo ha demostrado. Me ha preparado la cita más romántica que he tenido en mi vida, se ha disculpado tanto como ha podido y más. Y hemos acabado la noche como ambos queríamos: en la cama.

Tan pronto como hemos llegado a su piso (sobra decir que de cara a mis padres, «su piso» es «casa de Marta), me ha abrazado desde detrás y me ha besado en el cuello. Yo me he dejado hacer deseando más y más. Me ha levantado en peso y me ha llevado casi corriendo hasta su cama, y allí nos hemos desnudado mútuamente frenéticamente. Le he acariciado su precioso pene mientras él se deleitaba con mis redondos pechos, y cuando ya casi me disponía a bajar por su abdomen para darle una buena mamada me he acordado de mi firme propósito: si quiere placer, primero se lo tiene que ganar ¡No quiero volver a quedarme sin orgasmo! Así pues, he hecho lo contrario: él estaba tumbado sobre la cama esperando notar mis labios sobre su glande, però en vez de eso  me he situado encima suyo, colocando mi sexo sobre sus labios, y ronroneando como una gatita en celo. Él ha respondido como el caballero que quiero y espero que sea y se ha esmerado en darme una buena lamida. He intentado estirar un brazo y acariciarle el pene mientras él me comía, quería pajearle, necesitaba sentir su polla, però el placer era demasiado intenso y me he caído sobre la cama de espaldas, quedando a su lado con los pies al lado de su cabeza y la cabeza al lado de los suyos. Víctor ha saltado como un felino sobre mi, dispuesto a seguir con la excelente labor que estaba realizando... O eso es lo que yo creía. En vez de seguir comiéndome, ha decidido que ya se habían acabado los prolegómenos y me ha penetrado. Hemos follado y gemido juntos en dos o tres posiciones, y cada vez que yo me acercaba a niveles de placer realmente destacables, él se reacomodaba. Finalmente he optado por ponerme a cuatro patas y acariciarme a mi misma como una posesa mientras él me daba desde atrás. Que bién lo hace, por cierto. Como está fuerte, me agara de la cintura y mantiene la posición con un equilibrio excelente, y me ha perforado tanto como ha y he querido durante largo rato. Yo no he dejado de acariciarme el clítoris, con la cabeza sobre la cama y el culo en pompa, con una mano en mi teta y la otra directamente en mi coño, me he pajeado al mismo tiempo que Víctor me penetraba y me decía cosas bonitas que me hacían excitar aún más. He notado que se iba a correr y le he pedido que parara, que se congelara. Quieto en mi interior, sin salir, he seguido masturbándome hasta que mi orgasmo también se acercaba, y entonces he comprimido las paredes de mi vagina sobre su pene y le he gritado «¡ahora, dame, Víctor, dame más, fuerte, fuerte!» y hemos acabado explotando juntos.

Es la primera vez que he tenido un orgasmo simultáneo con mi pareja, ha sido precioso. Los mimitos posteriores han sido deliciosos, y yo creía que me diría que me quería. SI lo hubiera hecho, le habría dicho que yo también. No estoy segura de que sea así, però creo que si lo hubiera hecho me habría acabado de conquistar. Pero no. Ha dado un paso, però no éste. Me ha pedido si quería ser su novia formal y exclusiva.

Le he respondido que sí. Sí que quiero y en ese momento aún lo quería más. Pero ahora lo pienso y me doy cuenta de que tengo la sensación de haberme quedado a medias. Sí, nos hemos corrido juntos, però gracias a mi, no gracias a él. Sí, ha dado un paso en nuestra relación, però no un paso decidido, de hombre seguro, sino un paso que no dejan de ser medias tintas. Hoy le quiero más que ayer, y a la vez dudo más.

Sin embargo, sigo teniendo 22 años, y estar con un hombre de 29 me está dando más placer del que jamás había sentido. Tenía razón, necesitaba un hombre mayor. Pensaba esto conforme se me cerraban los ojos por el sueño, de lado en la cama y con Víctor abrazándome, feliz. Pero justo antes de que los sueños cerraran mis párpados, la última imagen que ha cruzado mi imaginación ha sido la de Mateo y yo en la piscina.