La noche que fuimos -amigas-
como dos amigos se convierten en amigas, pero con derecho a roce
Hola a todos, soy un chico de 22 años y quiero relatar algo que me pasó cuando tenía 14 años.
Estaba yo en casa de mi mejor amigo, que también era de mi edad y como se habia quedado solo en casa unos días, me invito a pasar unas noches en su casa. Yo pensaba que sería lo de siempre, jugar a la videoconsola, beber del mueble-bar de su padre, ver alguna peli guarra e irnos a dormir, pero aquella primera noche en su casa supuso algo inesperado...
Todo había salido como siempre, habiamos jugado, bebido (tal vez más de la cuenta) y estabamos viendo una pelicula porno de las que tenía su padre en un armario guardadas, cuando a mitad de la peli me dijo mi amigo, bastante animado por el alcohol, y bastante empalmado por la peli:
-¿Puedo contarte una cosa? pero no se lo digas a nadie.
-De acuerdo- respondí yo.
-Me gusta masturbarme vestido con ropas de mi hermana.
Yo me quedé de piedra, pues me esperaba que me dijera cualquier cosa menos eso, mientras, trataba de imaginarmelo vestido de chica.
-En serio, deberías probarlo- me dijo mientras salía yo de mi asombro.
-Bueno....por probar....-dije no demasiado convencido.
Me llevó a la habtación de su hermana, tres años mayor que nosotros, musa de tantas fantasías sexuales que tiene todo chaval de 14 años, cogió varias prendas de su hermana, que sabía perfectamente donde las guardaba y me dijo que eligiese que ponerme, que lo soprendiera, que el mientras se cambiaría en su habitacion. Yo dudaba, no sabía ni por donde empezar, y para empezar, abrí el armario y los cajones para hacerme una idea de las opciones que tendría. Primero me desvestí y empecé a hurgar en la ropa interior, hasta decidirme por un conjunto de tanga y sujetador azul turquesa. Nada más ponérmelos noté que estaba teniendo una erección -a ver si este tio va a tener razon...- dije para mis adentros, y ya con más ganas me puse a completar mi atuendo. Unas medias de red, un top negro, minifalda negra y una blusa blanca fueron mi elección, como ya tenía agujeros en las orejas me puse dos pendientes de aro enormes, y me pinte los párpados de negro y los labios de morado. Como calzado escogí unas sandalias blancas con bastante tacón.
Me veía guapísima, pues a mis 14 años aun era lampiño y tenia el rostro aniñado. salí de la habitación y encontré a mi amigo vestido con una blusa blanca atada con un nudo, una minifalda escocesa y unas botas altas negras con mucho tacón, después de conocernos de forma femenina, nos bautizamos como Silvia (él) y Tania (yo). Volvimos a la película que habíamos dejado a medias y de repente no sé que me pasó, pero mi mano comenzó a acariciar el muslo de mi amigo Silvia, que tras sonreirme empezó a acariciarme también. Rápidamente comenzamos a sobarnos nuestros miembros, ya erectos y amenazantes e intercambiabamos algún lametazo o beso.
Por la falta de costumbre, eyaculé enseguida en su mano, la cual el chupó para limpiarse, y yo ya sin control, le bajé su tanga negro hasta las rodillas y me metí su miembro en mi boca, lo chupé como había visto que lo hacian en las películas, mientras Silvia gemía y me decía lo bien que lo hacía, hasta que inundó mi boca de su caliente y espesa leche, que luego compartimos en un húmedo beso.
Aquella noche dormimos en la misma cama, con la lencería de su hermana puesta y con varios días por delante en los que lo pasamos muy bien, pero eso ya es cosa de otro relato.