La noche que cumplí 18 años...

...recibí la mejor sesión de sexo de mi vida gracias al inesperado regalo de mi novio.

LA NOCHE QUE CUMPLÍ 18 AÑOS

La fiesta ya había levantado el chiringuito y todos se habían ido a casa. Solo quedábamos dos personas: mi novio y yo, y nos dirigíamos a su casa para terminar la noche como dios manda: o sea, follando. Además, él andaba loco de ganas por follarme y yo loca de ganas de ser follada. A fin de cuentas, era mi 18º cumpleaños. Esa noche me hacía adulta y había que celebrarlo: quería rabo de toro, quería polla de mi novio.

-¿Estás que te fundes eh zorrita?.

Me dijo eso en su coche mientras me metía mano por dentro de mis pantalones desabrochados. Me chiflaba el morbo de que me tocase en el coche, con el riesgo de que alguien nos pillase. Además, sus manos estaban siempre calientes y solo de notarlas en mi coño me derretía de gusto.

-Oye, no me has dado mi regalo de cumpleaños. ¿Es que no vas a darme nada?.

-Tengo dos regalos esperándote en casa. Te van a encantar.

Lo dijo con mucha malicia y eso me encantó. Casi no podía creer, al mirarlo, que llevara ya dos años de relación con él. Parecía que era ayer cuando le había visto por primera vez, cuando mi mejor amiga me lo presentó como su nuevo novio. Era un tiarrón de mucho cuidado, y era normal: ella tenía 18 años y él 32. Lo había conocido en una discoteca y ella se había chiflado al verlo, así que se lo folló en los baños…y de allí fue surgiendo la relación. De eso había hecho 4 años. Hace dos, noté que él me miraba con ojos de lobo. Sabía que le molaban las jovencitas y que mi amiga ya empezaba a hacerse mayor para él, y deduje que seguramente él vendría a por mí…sin que la idea me molestara lo más mínimo. Mi amiga me tenía contados en confidencia los polvos tan buenos que echaba con él y eso me ponía los dientes largos…así que en cuanto los dos rompieron y él vino a por mí, me dejé hacer (a mis padres me los trabajé para que no pusieran objeciones a la relación; así no tendría problemas para estar con mi novio).

Lo comprobé la primera noche que estuve con él: sí señor, por fin una polla como dios manda, no era una pértiga de 30 cm. pero ¡joder que bien la usaba!. Eso era un macho en condiciones, y lo mejor es que para un polvo tardaba pila de tiempo, no como otros que he conocido que en 5 minutos terminan y la dejan a una con cara de pez mirando al tío diciendo "¿cómo, ya?". Un solo polvo con él me podía durar más de media hora de estar dándole al mete saca como un campeón…y yo dando saltos de alegría rebotando sobre su polla tiesa. ¡Ah!, media hora solo era el polvo. Más preliminares, quizá fuese una hora, porque le apasionaba comerme el coño y meterme bien la lengua todo p’adentro, como debe ser. Mmmmm que gozada de lengua, me hacía de todo y yo me dejaba como la guarra que era y soy, ¡que coño!, era adolescente. ¿Si no hacía ahora las guarradas cuando iba a hacerlas?.

Follar con él era mi pasión, ¡y lo mejor es que me aguantaba el ritmo!. Tardes enteras follando su casa, de tener la boca llena de su polla tiesa y de estar poniéndosela dura para que me la metiera donde quisiera. Mi novio estaba cañón y quería que se me cepillara tanto y tan fuerte como quisiera. Una vez incluso fue capaz de estar casi una hora seguida de polvo. ¡Dios que gozada, me corrí 3 veces antes de que él llegara a un solo orgasmo!. Mi raja chorreaba fluidos que era una barbaridad, aquello parecía un manantial. ¿Y la primera vez que me dio por el culo?. Nunca antes lo había probado y de él me dejé: me puso de cara a la pared y me petó el culito que vi las estrellas. Tenía mis tetas prematuramente desarrolladas en sus manos y no paraba de decirme lo zorrita que era por dejarme encular solo con pedirlo él. Desde entonces que me llame "zorrita" me pone a mil por hora…y mi culo agradece tener de qué alimentarse.

Mi primer polvo con él había sido en su cama, él tumbado y yo sentada sobre su polla. Quería verme cabalgándole, quería ver como su rabo entraba y salía de mi coñito jugoso. Además, muchísimas veces (sobretodo cuando me metía mano en la calle, sin que nadie se diera cuenta) me susurraba que estaba loco por mis pezones, por mis tetas bien puestas y gordas, que quería verlas subir y bajar mientras follábamos. Desde entonces si nos poníamos a follar (y mínimo echábamos 2) uno de ellos era en su postura favorita: tumbado en la cama o sentado en un sofá o sillón mientras yo me la meto a horcajadas haciendo que mis tetas reboten para su deleite. Le encanta, cuando ya nos corremos y me pongo sobre su pecho, alzarme un poco para chuparme las tetas y magrearme como el depravado que es….y yo tan feliz de sentir sus magreos y lametones.

¿Y quien iba a perderse el placer de mamársela como una condenada para luego tragarme toda su rica lefa? Mi madre no crió a ninguna estúpida mojigata…y aunque sé que a él más le mola chuparme el coño (sus comidas de conejo son épicas: me ha llegado a producir varios orgasmos seguidos solo a base de lengua…eso es una gozada que no se puede describir, hay que vivirlo) y estar dándome caña de la buena, una no es de tonta y también disfruta tragando rabo de toro, o si no un buen biberón de rica leche malteada….y yo soy una adicta de la leche.

El año pasado recuerdo que como regalo, me había convertido en un postre viviente: me había cubierto entera de chocolate líquido y me lo iba chupando el cuerpo. Con una jarra lo iba echando por las tetas, por el vientre e incluso por el coño (bien depilado para la ocasión) y luego me lo iba comiendo todo. ¿Tenéis idea de lo que me encendió el convertirme en un postre para él? Después de pasarme un rato largo abierta de piernas con chocolate en el chichi estaba rabiosa de ganas por que me follara como un poseso, quería que me hiciera de todo, que me penetrase y forzase como él quisiera, lo deseaba todo…y bien que se me cepilló, me dejó para el arrastre.

Sumida en fantasías habíamos llegado a su casa. Ya en el ascensor se la saqué para chupársela un poco y antes de salir de él se la metí en su sitio. Me encanta ser lo más perversa posible jaajajaja. Llegué a la puerta de su casa en tetas, desnuda de cintura para arriba, morbosa porque alguien pudiera salir de su casa y me viera con mis potentes domingas al aire magreadas por mi novio, con mis pezones tiesos. Justo antes de cerrar la puerta ya estaba en bolas, coñito el aire y con ganas de un buen repaso. Él comenzó a quitarse la ropa. Aquella casa tenía la ventaja de ser bastante cálida todo el año, así que coger un resfriado no era un problema para nosotros jaajajaja.

-Ven aquí zorrita mía, que te voy a follar bien follada, cumpleañera.

-A ver que de eres capaz, semental-le reté-.

No hay nada como una buena tanda de morreos para encender los ánimos, pero morreos de los de verdad, no de esos de películas imbéciles que parecen que se van a arrancar la cabeza. Un buen morreo, sin palabras, mientras las manos van al pan…y que pedazo de barra de pan tenía entre mis manos.

-¿Y mis regalos?.

-Después…ahora solo quiero follarte. Cabálgame, que me tienes a tope.

Dicho y hecho, le di uno de mis buenos polvos cabalgando aquellos 21 cm. y medio de polla dichosa que me ponía al rojo vivo. Me abrí de piernas, me abrí mis labios vaginales con las manos y me fui metiendo aquella delicia de carne caliente por la que mi cuerpo suspiraba de placer cuando no lo tenía cerca y por la que me tocaba como una salida ninfómana si él tenía que hacer algo y no podía venir a metérmela. La de dedos que me habré hecho añorando su polla y su lengua, la de veces que me habré metido lo que pillase más a mano con tal de satisfacer mi cuerpo si no lo tenía a él cerca para darme un gusto. A falta de polvos, buenas son pajas…porqué las mujeres también nos hacemos pajas, ¿o que os pensabais todos vosotros, panda de viciosos salidos?.

Pero a mí ya todo me daba igual, el mundo podía irse a la mierda, me estaba follando a mi novio como él quería y es todo lo que necesitaba. Sexo, sexo, sexo…solo la pronunciación de la palabra me bastaba y servía para excitarme, me ponía a noto con solo oírlo al saber que iba a ser una niña muy mala…aunque esa noche dejase atrás mi adolescencia para convertirme en una mujer mayor de edad (mierda de años, mejor sería ser siempre adolescente: ¿hay algo mejor que anda caliente a todas horas buscando un rabo que llevarse a la boca?). Follaba como si no hubiera un mañana, y los dos llegamos al orgasmo como si no fuera la vida en ello. Noté como su semen ardiente me regaba por dentro…porqué con él no había condón ni pollas en vinagre, yo quería follar a pelo, que para algo era mi novio ¿no?.

-¿Y mis regalos-le pregunté una vez me derrumbé sobre su pecho-?. No seas malo, los quiero ahora o si no vete de putas, que a mí no me follas más.

-De acuerdo…cierra los ojos, ya verás que sorpresa.

-Uhm, sabes que eso no me gusta mucho.

-Lo sé…esta vez será diferente. No tardaré mucho.

Le fulminé con la mirada y él me guiñó un ojo. Accedí y me tapé los ojos con las manos hasta que él dijo "ábrelos". No sé cuanto tiempo esperé, tampoco me pareció que fuese mucho, pero cuando los abrí me llevé tal shock que ni siquiera fui capaz de tapar medianamente mi desnudez como debería haberlo hecho.

-¡No puede ser!, ¿¡PERVERTIDO–MAN!?.

-¿NENA–MORENA?.

Los dos mirándonos como idiotas y mi novio más perdido que un pulpo en un garaje, pero al menos fue quien la pregunta clave para que reaccionásemos tras la gran sorpresa inicial.

-Ah pero, ¿es que os conocéis de algo-nos señaló a ambos-?.

-¿Conocerle-pregunté-?...¡pero si es el loco de Pervertido–Man!, ¿no te dije que en las salas de chat donde me meto había un tío que desde que hablamos está loco por follarme y que no hacía más que lanzarme insinuaciones a todas horas?.

-¿Y es él-mi novio estaba alucinando-?. ¡Venga ya, no fastidies!.

-Que te lo diga el pervertido de las narices, el pedófilo ese de mierda.

Pervertido–Man, al escuchar aquello, estalló en una sonora carcajada.

-¡¡Oye-me acusó aún riéndose-!!, de pedófilo nada, lo que pasa que me gusta increpar a las adolescentes de tu edad porqué así me echo unas risas, las tías más mayores son mucho más recatadas y aburridas y ellas no saben seguir el juego. Las tías como tú sí sabéis, pero de asaltacunas nada, ¿vale?.

-Ya, claro, lo que tú digas-le descreí-…¿y se puede saber de que conoces tú al Pervertido–Man-me dirigí a mi novio muy enfadada-?.

-Pues resulta que es un viejo conocido mío, con el que he vivido muchas locuras y correrías en el pasado y al que hacía tiempo no veía. Hace poco nos reencontramos y recuperamos el contacto…¿Cómo es que os habéis reconocido por la cara-se percató-?.

-Porque en algunas salas de chat coincidimos había opción de cámara-expliqué a mi novio- y nos vimos el jeto algunas veces este y yo. Ya perdí la cuenta de las veces que me pedía que le enseñara las tetas el obsesión sexual este.

-Ya, como si fuese el único que te lo hubiera pedido, maja-me espetó éste-. ¿O crees que no sé que tenías como 20 peticiones distintas por día para que enseñaras las tetas o el doble de tíos con ganas de mostrarte la polla por cam?. Comparado con ellos soy un angelito de la caridad-bromeó-.

-Más bien un ángel del infierno-le ataqué-.

-¡UN MOMENTO-saltó mi novio-!. Tío, ¿¿a ella te referías cuando decías que había una tía que era lo más guarro que habías visto nunca-preguntó mi novio al pervertido-??, ¿hablabas de mi novia?.

-Pues sí-se rió-, pero no sabía que fuese tu novia, que casualidad….Bueno, el caso es que venía con un regalo para ti….y mira tú por donde creo que va a resultar el regalo más apropiado de lo que yo pensaba.

Tenía sus manos detrás del culo, imaginé que cruzadas por simple comodidad. Resultó que no: ocultaba un pequeño paquete envuelto que me dio a modo de regalo de cumpleaños. Lo abrí presa de la curiosidad y al ver lo que llevaba dentro, la boca casi me llegó al suelo: un juego de bolas chinas. No lo podía creer: era el sueño de mi vida.

-Ay dios mío, con las ganas que tenía de esto para llevarlo puesto en el instituto o cuando fuese de compras…Las voy a disfrutar más que un par de zapatos nuevos.

-Que cosas-dijo el pervertido-. Cuando me dijiste que tu novia era una guarrilla pervertida y me dijiste que algo así le molaría no me imaginaba que iba a cumplir el sueño de mi Nena–Morena. Por cierto, unas tetas cojonudas-dijo mirándomelas con total descaro-, deben saber a gloria.

-No lo sabes tú bien-dijo mi novio por instinto-. Son una delicia.

-¿Se puede saber que hace él acá?, ¿por qué ésta aquí?.

Mi novio se sonrió el sólo y vino a mi lado. Me susurró unas palabras que solo de oírlas me giré para mirar a Pervertido–Man clavándole mis ojos en los suyos. Vi su satisfacción al verme desnuda y la cara de mi novio al mirarme, preguntándome sin una palabra si me parecía bien. A buenas horas, ya me había hecho la encerrona jajaja.

-Un trío-concluí-. Tu regalo de cumpleaños es un trío.

-¿No es lo que más querías-me preguntó-?, ¿dos hombres para ti solita para que te hagan de todo?, ¿dos pollas con las que jugar como te plazca?. Siempre te he oído alardear de lo mucho que ibas a gozar con dos pollas para ti sola…Bueno, pues aquí las tienes: la mía…y la de él, y yo respondo por él en que es de confianza. La parte de la depravación ya te has encargado tú de validarla-volvió a reír-.

-Anda qué…supongo que estarás dando saltos de alegría, Pervertido de mierda-lo increpé-. Tantas ganas de follarme y ahora me la vas a meter en caliente.

-Nunca pensé en serio que pudiera acostarme contigo-confesó-. Esto es algo que jamás imaginé que pudiera pasar, pero de todos modos solo soy el accesorio de vuestros juegos, nada más-dijo con falsa modestia-.

-Calla ya, pedófilo-lo asalté-: saca esa polla, a ver con que me sorprendes.

¡¡LA MADRE QUE LO PARIÓ!!, sí que me sorprendió el cerdo de él. Cuando le veo despelotarse y mostrarse su rabo los ojos casi se me iban a salir de las cuencas de los ojos: mi madre que rabo, aquello era un cañón. No por larga, porque no le ganaba a mi novio, pero de gruesa…menudo badajo de campana que se gastaba Pervertido–Man. No me lo podía creer, tuve que hacerle venir a mi lado para tocársela y comprobar que aquello era cierto. Mi novio se puso al lado y pude tocársela a los dos a la vez, así pude comparar tamaños. Una por larga, otra por gorda…ya tenía la libido por las nubes, tenía ganas de polla y tenía dos para mí sola. Los tíos lo estaban pasando pipa, estaban para sacar una foto de sus caras…pero no era sus caras lo que yo quería llevarme a la boca.

Tenía que mamar de aquel troncho, tenía que probarla. No podía imaginarme con esa polla en la boca, pensé que no me cabría de lo gruesa que era…y por eso mismo tenía tantas ganas de comérmela enterita. Toda para mí, toda. Dos pollas, una boca…la idea me hacía sudar de puro morbo. Menudo regalo me habían hecho, pero la encerrona ya se la haría pagar a mi chico, ya se me ocurriría la manera, aunque en ese momento no estaba por la labor de pensar demasiado, el sabor de las pollas en mi boca me tenía de lo más caliente y viciosa. Tuve la sensación de que aquello iba a ser una juerga de las que hacen época…y yo nunca fallaba en mis presentimientos.

Después de un buen rato de mamar y mamar como una verdadera tragapollas que soy Pervertido–Man ya no podía mas, mi boca le había gustado y quería probarme el coñito como tantas veces me había dicho por las salas de chats. Era el polvo previo al trío. Como amigos que eran mi novio hizo que Pervertido me tuviera en exclusiva al menos una vez para que me gozara él solo. Sería la única vez que me tendría así, porque el resto ya fue de los dos a la vez. Fue morboso ver a ese asaltacunas cabrón (no lo era en verdad pero me gustaba llamarle así) montarme como decía que me montaría en tantas charlas: "con fuerza, con saña y sin piedad" era su lema, y lo cumplió a rajatabla. Siendo honesta, aquello fue un polvo bien echado no por el tiempo invertido (me hice a mi novio, que tardaba más en correrse) si no por el esfuerzo. Se esmeró, eso se lo tenía que conceder (por cierto, las bolas chinas dieron mucho de sí esa noche jeejejee).

El siguiente paso ya fue unirnos los tres, y a partir de ahí la cosa fue subiendo de tono. ¿Habéis probado la sensación de sentir dos bocas comiendo de vuestras tetas y de ver como se meten los pezones en la boca como críos caprichosos?. Pues yo sí, y es una pasada, lo recomiendo a todas: buscaos un amigo y probad a hacer lo mismo, es algo increíble sentir esas dos bocas y esas cuatro manos que no dejaban un solo rincón de mis tetas sin sobar, tocar o chupetear. Los pezones se me pusieron duros que parecían cañones a punto de disparar, estaban al rojo y yo más al rojo aún. Todavía no me creía que mi novio se hubiera traído al Pervertido–Man para hacernos un trío y allí estaban los dos colegas disputándose mis tetas y chupándolas como bebes golosos. Con mi 110 de tetas, tenían para mamar de sobra…y me encantaba que me las chuparan.

Nuestro primer polvo de la noche en común se me antojó como mi gran fantasía hecha realidad: ansiaba sentir dos pollas metiéndose por mis orificios sin dejar uno libre: una en mi culito, la otra por mi raja todo p’adentro, martilleándome con furia asesina…Dios que cosa más rica, mi novio estaba debajo de mí magreándome las tetas mientras yo, a cuatro patas sobre él, sentía su rica polla haciéndome gemir de placer en plan loco como a él le gustaba…mientras el cabrón del Pervertido había logrado darme por el culo y me sodomizaba cosa fina. Sido sin saber como logró meterme todo aquello por el culo, pero pocas veces me había sentido más perra viciosa salida que nunca: dos pollas dándome caña, entrando y saliendo y volviendo a entrar como si ambas quisieran partirme por la mitad…y que rico era sentirse empalada.

Había perdido la noción del tiempo cuando, ya bañados en sudor tras una larga sesión maratoniana, cuando a aquellos dos guarros se entusiasmaron y se dejaron llevar por el momento para cumplir una perversión secreta de mi novio que no conocí hasta aquel momento: de nuevo lo tenía a él en mi raja y al Pervertido en mi culo (aunque en otra postura; en toda la noche no repetimos ni una), pero a mitad de follada el tío se me salió del culo y le pedí que volviera a darme por atrás pero no, el tío atacó desde atrás y por sorpresa, me folló…pero mi coño ya estaba ocupado: sin comerlo ni beberlo me vi doblemente penetrada por el mismo sitio, aquello fue el desmadre total, no me lo podía creer, allí estaba yo sintiendo mi coño dilatado aguantando dos folladas a la vez…y en menos que cantaba un gallo ya estaba loca de placer de la gozada que notaba de la follada doble que me estaban dando. Nunca mi coño fue tan dichoso como en ese momento de sentir dentro suyo dos pollas a la vez.

Pero si ellos pervertidos, yo más aún, no iba a quedarme atrás y que ellos fueran los reyes: la reina era yo, yo mandaba, ellos obedecían…así que en cuanto repusimos un poco las fuerzas, les di una orden tajante: que volvieran a follarme por el mismo agujero lo antes posible…pero esta vez por mi culo. Si mi coño pudo resistir dos envites a la vez, ¿por que no mi culito?. A fin de cuentas, ya lo tenía bastante dilatado a base de darle al mambo horizontal (o vertical, o diagonal jaajajaja)…Los dos accedieron con cara de locos a los que les hubiera tocado la lotería, yo me puse en posición idónea y ellos hicieron lo mismo. Pervertido–Man fue el primero en entrar y mi novio el segundo, y aunque le costó que entrase, al final se las apañó…Mi culo se tragó dos rabos como dos morcillas, y bien que lo gocé hasta el final, las piernas me quedaron temblando para cuando nos corrimos de nuevo…y ya habíamos perdido la cuenta de lo que habíamos follado, tocado, metido, sobado o chupado.

Y hablando de chupar: no podía dejar pasar mi último agujero sin probar a tener ambas a la vez en él. Mientras ellos alcanzaban mis tetas para pellizcarme los pezones, que los pobres terminaron hasta doloridos de tanto pellizco, yo hacía de tragasables y me zampé aquellos rabos como está mandado hasta que se me corrieron en la boca casi al mismo tiempo (obviamente el Pervertido fue primero, mi novio tardó un poquito). Se las tenía cogidas casi por los testículos y me las tenía en la boca para volver a sacarlas, y luego vuelta a meter de nuevo. No sé como hicieron para aguantar el empalme tanto tiempo pero ahí estaban, siempre duras a mi servicio para degustarlas como me viniera en gana…y bien que las degusté, por instante hasta casi me pareció que tenía dolorido el paladar de tanto tragarme sus rabos jaajajajajaajaja.

La casa de mi novio se convirtió en un picadero: follamos en la sala de estar, en los dormitorios, en el cuarto trastero, en el pasillo, en el balcón, en el cuarto de baño…No quedó un solo rincón donde no me hubieran follado, dado por el culo o me hubiese puesto a chuparles hasta sacarles la rica lefa, que con el paso del tiempo era más escasa. Fue la única vez en que de verdad logré dejar a un hombre sin semen, llegué a vaciarles los huevos de tantas corridas que tuvimos…y no sé si lo dije antes, pero jamás dejé al Pervertido correrse dentro (ese privilegio solo mi novio lo tiene; bastante hice al dejarle follarme a pelo como premio por traerme las bolas chinas): preferí ejercer de gourmet y tragármelo todas las veces, lo mismo que a mi novio, que casi siempre me lo daba a beber. Me tomé una ración extra de leche de las que no olvidaría en la vida.

Para cuando miramos el reloj, eran las 9 de la mañana: ¡¡11 HORAS!!. 11 horas follando, desde las 10 de la noche que habíamos llegado a casa de mi novio hasta las 9 de la mañana del día siguiente. No lo podía creer, pero era verdad. Fue todo un record. Nunca mi cuerpo había sido tan penetrado y mis orificios quedaron tan doloridos, pero nunca yo había quedado tan contenta y radiante. Tenía una sonrisa de oreja a oreja que habría que verme la cara. Pervertido–Man se fue a su casita y nosotros nos fuimos a dormir, estábamos agotados. Acurrucada en la cama y en brazos de mi novio fui durmiéndome recordando todo lo vivido: el pelirrojo de ojos azules de mi novio (tiarrón de 1’80), más el rubio de ojos verdes del Pervertido (más bajito; 1’65) más la morena de ojos castaños que era yo (con mi 1’73), los tres dándole al placer sexual a tope. Yo me lo había pasado en grande follando así. Me encanta el sexo, soy puta y mi coño lo disfruta, ¿y por qué no?. A fin de cuentas, ¿no está la vida para disfrutarla?.