La noche que cambio mi vida
Este relato trata sobre la primera vez que un joven tuvo sexo con un hombre.
La noche que cambió mi vida
Esta historia que voy a contar me cambio la vida para siempre... todo comenzó como una historia de sexo heterosexual, pero descubrí mi amor hacia las pijas...
Era el día de mi cumpleaños número 18 y era la primera vez que salía a bailar a un boliche para mayores de edad, un gran cambio para mí ya que no me gustaba mucho ir a las estúpidas matinee (boliches para menores de edad) que abundaban por estos lados para que los menores de edad pudieran divertirse los fines de semana también.
Estaba muy emocionado, era mi primer baile de verdad y estaba con algunos amigos, ya que no todos tenían 18 años. En eso conozco a una chica... comenzamos a hablar, tendría unos 20 años más o menos, se llamaba Silvina, y bueno... hablamos, bebimos... y alguna mano que va y viene... hasta que me propuso que nos fuéramos de ahí a un boliche mejor que ella conocía.
Yo acepté de inmediato, pero no podía dejar a mis amigos solos, así que les explique la situación y me disculpé con ellos, por suerte no hubo problema... solamente no me iban a perdonar si no les contaba con lujo de detalles lo que en apariencia era obvio que iba a pasar...
Cuando llegamos con Silvina al otro boliche, había una gran masa de gente esperando por entrar, y un gran ruido de música dance se podía escuchar desde afuera. Entramos y era algo que nunca me había imaginado que podía llegar a ver, este boliche era muy liberal, no sólo iban parejas heterosexuales, también, gay, lesbianas, travestis... había de todo, y todos bailando al compás del techno y dance a full, con un volumen casi ensordecedor, y luces con colores muy fuertes parpadeando constantemente que te hacían marear, un ambiente de euforia total inundaba el lugar.
¿Te gusta este lugar?- me pregunto ella
Si, esta bueno... distinto al otro boliche- respondí yo. Y nos pusimos a bailar esa música que no permitía que nadie se quedara quieto.
En el baile nuestras manos estaban fuera de control, ella me tocaba por todo mi cuerpo, yo la tocaba a ella, nuestros cuerpos se juntaban y se fregaban mucho, nos tocábamos y refregábamos con las personas que estaban a nuestro alrededor, hombres... mujeres... todos contra todos.
En un momento dado nos fuimos con ella hacia un sector un poco aparte de la pista, este sector contrastaba totalmente con el ambiente de la pista... este sector tenía unas mesas con unas sillas muy elegantes, para que las personas pudieran disfrutar de un trago de una forma más tranquila e íntima. Aunque no todos iban ahí a tomar algo... ya que algunos estaban teniendo alguno que otro encuentro íntimo en ese lugar ya que la ambientación del mismo se prestaba para eso, la iluminación era casi oscura... pero relajante, el sonido de la música llegaba a un nivel mucho más bajo y más soportable.
Al principio estaba algo sorprendido al ver esas personas teniendo sexo a mi lado, casi todos eran hombres con travestis, ¡y que buenos que estaban los travas!, algunos de ellos chupaban las pijas de sus hombres, otros eran penetrados mientras sus hombres los pajeaban o se pajeaban ellos mismos, sus enormes tetas al descubierto me calentaban un montón... me provocaban manosearlos... mi pija estaba re dura, tenía una calentura que no aguantaba más.
Con Silvina nos fuimos a una mesa y comenzamos a besarnos, mi pija estaba que explotaba, me pasaba su mano por ahí y me la apretaba, me hacía delirar, yo desabotoné su camisa y manoseaba sus tetas, mis manos recorrían su cuerpo hasta que puse mi mano debajo de su pollera... descubrí que no tenía bombachita... mmmmm, ¡que calentura!! como tocaba esa conchita que se estaba poniendo mojadita.
Ella se arrodilló ante mí y desabotonó mi pantalón, pasando su lengua por encima del bulto que hacía mi pija dura en el boxer negro que traía puesto, me lo estaba mojando mucho y mi pija pedía ser tragada por la boca de esa putita. En eso se acerca a nosotros un chico muy sensual, alto, pelo negro, ojos marrones pero algo claros, con un buen estado físico, no era un Adonis... pero estaba muy bien de todas formas.
Se acerco y nos dijo "perdón... ¿interrumpo?" esa era una voz muy sexy, sensual, ¡como me había gustado esa voz!
No para nada... ¡que haces tanto tiempo que no te veía!- dijo Silvina, se veía que ambos se conocían desde hace tiempo, entonces procedieron las presentaciones, él se llamaba Julián, él se sentó junto a nosotros y por ese momento la acción se había cortado, me quería matar, es más lo quería matar a él... ¡quería coger!!!!
Julián nos invito con un trago a Silvina y a mí mientras charlábamos, digo... charlaban ellos, yo parecía estar de sobra ahí, no podía creer como se había cortado la jodita en un instante.
Mientras ellos hablaban sus manos se tocaban, ella tocaba la pierna de él, y él la de ella, yo no entendía nada... de un momento Silvina se levanta y se despide de ambos, yo asombrado por su actitud pregunté que estaba haciendo, por que se iba, pero no me respondió. Al no recibir repuesta insistí con mi pregunta, pero no tuve suerte.
Le pedí su teléfono para encontrarnos nuevamente y así poder terminar lo que habíamos empezado, pero me sonrió y se marcho. Yo me sentía morir, me había quedado solo así sin más, una situación muy extraña, así que me levante y me despedí de Julián e iba a proceder a volver al otro boliche a ver si mis amigos seguían ahí.
Julián muy amablemente se ofreció para llevarme al otro lugar, yo acepte, ya había gastado bastante plata por esa noche, y me pareció buena idea ahorrarme un taxi. Mientras íbamos en su auto comenzamos a hablar y me preguntaba cosas sobre mí como que hacía, mi edad... a lo que me respondió "un pendex" y yo comencé a preguntarles cosas a él sobre lo que hacía, su edad, tenía 26 años, no es que me interesara mucho, pero el sonido de su voz me encantaba, era la primara vez que me sentía así con un chico, verlo atractivo, en ese momento pensé que era producto de la calentura que tenía que me daba lo mismo estar con un chico o una chica con tal de satisfacer mi sed de sexo.
En la charla no me había dado cuenta que Julián no me había llevado al otro boliche, sino que me había llevado a un hotel...
¿Así que la puta de Silvina te dejo calentito?... siempre hace lo mismo la atorranta de mierda... pero por suerte siempre estoy yo para consolar a los pobres chicos- me dijo él con una cara de pícaro. Se veía que Silvina y él hacían esto todo el tiempo.
Su mano comenzó a deslizarse lentamente por mi pierna hasta llagar al área del entrepierna, donde pasaba su mano descaradamente.
Mi pija comenzó a ponerse dura nuevamente, y Julián lo sentía... "dale pendejo vení conmigo", me dijo y procedimos a entrar al hotel. Cuando entramos en la habitación nos recostamos en la cama y nos besábamos muy apasionadamente. Su lengua recorría con deseo mi boca y se fundía con mi lengua, sus manos desabotonaron mi camisa y acariciaba mi pecho poco peludo, pellizcando suavemente mis tetillas. Eso me calentaba aún más, mi pija se ponía cada vez más dura en cada instante que pasaba.
Mi mano manoseaba descaradamente el área de su entrepierna y podía sentir lo dura que estaba su pija.
Nos fuimos sacando la ropa rápidamente quedando desnudos sólo con nuestros calzoncillos. Julián fue recorriendo mi cuerpo con sus besos, bajaba lentamente por mi cuello, y se detuvo un momento en mi pecho besando y chupando mis tetillas, las cuales mordisqueaba suavemente.
Sus besos seguían bajando hasta llegar hacia el pubis, dónde se detuvo y procedió a subir nuevamente con sus besos, yo quería que me chupara la pija de una buena vez, no aguantaba más.
En eso él me ordeno que me parara sobre la cama y así lo hice, él sentado pasaba su lengua por el bulto que hacía mi pija parada sobre mi boxer negro y sus manos manoseaban sin parar mi culito durito y parado.
Por fin comenzó a bajarme el calzoncillo y mi pija re dura salto hacia su cara, sentía como su lengua recorría todo mi tronco, una sensación de placer sentía cuando su lengua jugaba en mi glande, era una calentura total. No solo chupaba mi pija, sino que también me pajeaba un poco con su mano derecha... nunca me habían pajeado y se sentía muy rico. La chupada de Julián me hacía delirar de calentura, era la mejor chupada que me habían dado hasta el momento, se notaba que él disfrutaba de chupar mi pija joven.
Luego siguió chupandome los huevos, se metía uno en su boca y luego el otro, su lengua recorría gustosa cada centímetro de mi escroto, y a mí me calentaba mucho eso.
Me puse en cuatro sobre la cama, comencé a sentir como la lengua de Julián se metía en mi agujerito, se movía hacia todos lados como un remolino lubricándomela bien, nunca me habían chupado el culo y la verdad que esa era una sensación bien placentera que me ponía a full. Lentamente comenzó a introducir un dedo en mi agujerito que hasta ese momento era virgen.
¿Qué haces?- pregunté yo
Calmate y dejate llevar- me dijo Julián con su voz sexy. Y siguió metiéndome su dedo largo y grande en mi culito virginal.
Luego comenzó a introducir dos dedos, eso se comenzaba a sentir muy bien, me estaba calentando mucho, me gustaba la idea de que me penetrara el culo con sus dedos y luego comenzó a hacerlo con tres dedos. Sus dedos entraban y salían de mi culo muy lenta y suavemente, aumentando su ritmo cada vez más fuerte.
Mi agujero ya se encontraba bastante lubricado y dilatado para que Julián pudiera comenzar a cogerme con su pija dura de unos 20 centímetros, la cual fue introduciéndome lentamente y cada vez más fuerte, al principio sentí un dolor insoportable que hacía que se me cayeran las lágrimas y di un par de gritos de dolor, los cuales fueron ahogados rápidamente por la mano de Julián que tapo mi boca.
El dolor rápidamente se fue convirtiendo en placer y mis gemidos fueron cambiando de dolor a placer, gritaba sumamente excitado y a Julián eso le gustaba, que gritara de placer, y me decía "gemí putito, gemí bien fuerte que me gusta" y me penetraba cada vez con más ganas y con más fuerza.
Me recosté sobre la cama y él comenzó a cogerme boca arriba, mi pija que estaba re dura yo me la pajeaba con mucha ganas, veía la cara de placer de Julían y me venían unas ganas de explotar inmensas, y así lo hice, explote como nunca antes había explotado, llenando de leche mi pecho y el de Julián.
Fui limpiando mi lechita de los pechos de ambos con mi mano, la cuál Julián tomo y comenzó a pasarle la lengua tomándose toda la leche que había en ella, eso me re calentó ya que veía como a Julián le gustaba tomarse mi leche.
De pronto dejó de penetrarme y se paró a un lado de la cama con su pija dura y me pidió que se la chupara, yo nunca lo había hecho pero estaba dispuesto a hacerlo. Y fue así que me senté en la cama con mi culo un poco dolorido ya que acababa de ser desvirgado, lo cuál me encantó, y comencé a chupar esa pija enorme que tenía este macho que me acababa de coger. Lo hacía torpemente, era un inexperto en ese momento, pero Julián me fue guiando y con sus manos sosteniendo mi cabeza marcaba el ritmo que quería como se la chupara, acordándome de algunos de los movimientos que había hecho Julián con su lengua cuando me chupo la pija, yo procedí torpemente a imitarlos, eso le gustaba a él y a medida que iba agarrando practica, mi chupada se fue haciendo cada vez mejor.
El gusto a pija en mi boca era muy rico, y yo seguía chupando hasta que finalmente Julián acabo en mi boca. Su pija era rica y el gusto de su leche aún mejor, largaba leche a chorros y era calentita.
Luego de esa fantástica experiencia los dos nos vestimos y procedimos a irnos del lugar. Julián cuando me dejo en mi casa se despidió con un beso fuerte y apasionado en la boca, y desde ese momento nunca más lo volví a ver, y a Silvina tampoco, fue como si se los hubiera tragado la tierra, pero igualmente esa fue una de las experiencias más espectaculares de mi vida, y desde ese momento he tenido una gran inclinación a tener experiencias con hombres ya que con ellos me siento mucho más a gusto.