La noche de la disco
Otro hombre abusó de mi esposa en mi presencia.
LA NOCHE DE LA DISCO
Cuando desperté eran las diez de la mañana. Sin ganas me levanté y me serví media taza de café frío. Regresé a mi habitación y me quede pensando en lo sucedido la noche anterior. Habíamos decidido ir a bailar a una disco cerca de la Calle Real. Ella se puso un vestido negro corto de seda elástica que la hacía ver simplemente espectacular. Se puso medias negras con liguero, y no usó sostén, por lo que sus tetas se veían apetitosas bajo su atuendo. Sus zapatos de tacón alto hacían ver sus piernas más largas, y la firmeza de sus músculos la hacían lucir femenina y atrevida a la vez.
No era aún muy tarde cuando ya estábamos un poco ebrios. Siempre sucedía... era inevitable que habláramos de sexo cuando estábamos bebidos. Esta vez el tema era nuestras fantasías sexuales. Me sentía desinhibido, quería hablar de cosas que a nadie había dicho. Le dije que me gustaría verla coquetear con otro. "Coquetear solamente?" preguntó. "si" - le dije-. "Y con quien te gustaría que yo coqueteara?". "No lo sé, con alguien que te guste, con alguien que sea... no se, tal vez más fuerte y atractivo que yo". Ella rió, no sabía que decir... tal vez en ese momento me sentí estúpido por habérselo dicho, así que decidí desviar el tema. Más tarde bailando nos dimos un beso apasionado, mi erección no podía ser mayor. La deseaba profundamente y se lo demostré besándola con pasión. Miraba su bello cuerpo en el espejo de la pista. Se veía tan sensual, tan deseable... su hermoso culo moviéndose lentamente, pidiendo que la penetrara, que la hiciera sentir mujer como tantas otras noches.
"Quiero que vayas al baño y te quites las braguitas" -me oí decirle-. "Nooo, como se te ocurre" fue su respuesta. Pero la convencí, y al cabo de un rato volvió del baño entregándome sus braguitas en la mano disimuladamente. Me besó y me invitó a bailar. Me sentía muy "arrecho". Quería meterle mano allí mismo... masajear su cuquita deliciosa mientras bailábamos. No me atreví.
Volvimos a la mesa y fue entonces cuando se acercó aquel hombre. Un tipo alto, atlético, con cara de vividor, pero muy atractivo. Se dirigió a mi pidiéndome permiso para bailar con mi esposa. "Claro" - fue lo que atiné a decir. La canción era lenta, una balada que se me hizo eterna. El tipo la abrazaba con fuerza por la cintura, la apretaba contra sí, y yo como un tonto no dejaba de mirarlos.
Cuando Jennifer volvió a la mesa me preguntó si estaba enojado. "No, solo que el tipo te apretó más de la cuenta". "Si tontico, ya lo se..no era eso lo que querías?, que coqueteara con otro?". Descubrí entonces que ella estaba dispuesta a darme de mi fantasía. "Te gusta el tipo?" - le pregunté. - No. - "Dime la verdad.." - Bueno, si, un poco. Esta bueno. - Te parece?, que te gusta de el? - No lo se, es fuerte, se ve como esos marines que salen en las películas. Baila bien... no lo se, me gusta..... (pausa)....Estas enojado? - No, confundido. - No seas bobo, me gusta físicamente pero nada más. Tu eres a quien amo y lo sabes. - En fin, de todas maneras , me gusta que seas sincera. Me besó y seguimos bebiendo. Al rato, otra vez el tipo pidiendo permiso para bailar. - Seguro - le dije. Jennifer me besó y se fue con el tipo.
Esta vez el tipo bajaba bastante su mano por la espalda de mi esposa. Podía ver sus dedos moverse por encima del vestido, buscando con sus dedos sobre la tela sus pantys sin encontrarlos. El descarado le hablaba al oído y ella reía coquetamente. Jennifer me estaba cumpliendo la fantasía a cabalidad permitiendo los avances del tipo. Aquel hombre tenía su mano prácticamente sobre el culo de mi mujer, y la movía lentamente pero aplicando la fuerza necesaria para que ella la sintiera. Mi verga se puso durísima, quería que algo más pasara, pero no me atrevería a proponérselo. Cuando terminaron de bailar vinieron juntos a la mesa. - Amor, te presento a Brandon. Es un hombre muy gracioso. Trabaja como instructor de un gimnasio cerca de aquí. - Hola, mucho gusto - Lo mismo - le dije - - Puedo sentarme con ustedes?, si no es molestia. - Siga, con confianza - respondí- Empezamos a hablar del trabajo del tipo, de las dietas y pendejadas como esas. De pronto se fue al baño, y mi esposa me dijo que le había contado al tipo acerca de nuestro juego de "infidelidad aparente". - Que?, como pudiste contarle, se supone que eso era solo entre tu y yo Jennifer!!! - Es que me preguntó que si tu eres celoso. Le dije que si, pero que hoy estábamos jugando el juego de los coqueteos. No te pongas así, el lo entendió y me dijo que estaba dispuesto a jugar!... pero no te preocupes, le diré que lo olvide y ya! - No es eso... (trataba de saber que hacer)... está bien, déjalo que te seduzca, pero ojo.. no dejes que se pase de la raya, esta bien? - Estas seguro que quieres seguir con esto? - Hagámoslo, me calienta, es solo que no quiero que terminemos ... tu sabes... como no debemos - le dije-. Cuando el tipo volvió empezó su labor; mientras hablábamos descaradamente empezó a acercarse más de la cuenta a mi esposa, a decirle cosas al oído, a poner su mano sobre la pierna de ella. Jennifer no parecía disgustada, y al contrario se mostraba cada vez más complaciente. El trago iba y venía y yo cada vez estaba más confundido al ver como el tipo miraba a mi esposa, se la comía con los ojos y yo no atinaba a hacer nada. Ella cruzaba sus piernas mostrándole la firmeza de sus femeninos músculos, se levantaba a bailar sola frente a nosotros mostrándonos como se debe mover un buen trasero. El tipo estaba que se la comía, y yo también. Me dediqué a fumar un cigarrillo mientras observaba un video en la pantalla de la disco. Estaba distraído en eso cuando volteé a mirarlos. La visión que tuve no la olvidaré jamás. Estaban sentados muy juntos, Brandon tenía abrazada a mi mujer con su brazo derecho, mientras que la mano izquierda la tenía metida bajo el vestido de ella. El tipo, frente a mi, en la misma mesa, le estaba metiendo el dedo por la cuca a mi esposa!!! La miré, y ella con cara de puta en celo me miraba descarada como diciéndome: "Mira cabrón, mira lo que me están haciendo... Sigue mirando tu videíto, cornudo..." El tipo hurgaba descarado la chochita afeitadita de mi esposa, y también me miraba irónicamente haciéndome parar la verga en un santiamén.
"Sácate la verga hermano" - me dijo - "Pajéate mientras me gozo a tu mujercita".
El lugar de la disco donde estábamos era bastante adecuado para hacerlo, ya que desde las otras mesas no se veía lo que sucedía en la nuestra. Me sentía como un verdadero estúpido, observando aquel abuso sin la fortaleza para oponerme. Sabía que Jennifer debía estar muy tomada para hacer lo que estaba haciendo, o mejor, para dejarse hacer lo que el tipo le estaba haciendo. Me saqué mi verga y empecé a masajeármela rápidamente mientras observaba a mi mujer levantando el culo de la silla para aumentar la penetración de aquellos dedos en su cuca. Se veía tan hermosa, tan apasionadamente divina, que sentía envidia por no ser yo quien le estaba provocando aquel placer.
Aunque su vestido no me dejaba ver la mano del tipo, era obvio que esta la estaba explorando a placer, dejando entrar sus dedos en aquel hueco paradisíaco. El tipo empezó a sacar su mano de debajo del vestido para untar en las piernas de mi esposa los fluidos que a borbotones le estaban saliendo. Podía ver claramente la brillantez de sus jugos sobre sus medias veladas. El tipo volvía a meter su mano para sacar más y más de aquel espeso trofeo. Mi verga se quería explotar, y sentí que un orgasmo me venía, con tan mala suerte que uno de los meseros se acercaba en ese momento. Me metí la verga en el pantalón rápidamente mientras me venía como un cerdo, me vine sin sentir placer mientras sentía como mojaba el interior de mi pantalón. "Se les ofrece algo más?" - preguntó el cabrón del mesero-. "Por ahora no, gracias, estamos muy bien" - contestó Brandon haciéndose el santo con las manos ya fuera de la intimidad de Jennifer.
Cuando el mesero se retiró Brandon continuó su tarea, y yo solo atiné a irme al baño para secarme, ya que me sentía inundado de mi propio semen. Lo hice lo más pronto posible ya que quería regresar a ver que estaba pasando entre ellos. A mi regreso el panorama era igual, solo que ahora Brandon tenía su enorme palo al aire, y mi esposa le estaba propinando una pajeada memorable.
Esa vergota parecía que se iba a explotar... las tiernas manos de mi mujer le sobaban la extensión del tolete con maestría. Era una verga inmensa, jugosa, llena de venas y con una cabezota rojísima. Mi esposa se llenaba de saliva la mano para continuar masturbándolo, y mientras tanto me miraba descarada directo a los ojos. Yo solo atiné a sentarme a observarlos. No dejaba de mirar si alguien había descubierto lo que pasaba en nuestra mesa, pero como esta era en forma de media luna y con espaldares altos nadie podía darse cuenta. Brandon mientras tanto le daba instrucciones al oído que ella obedecía al instante. Le masajeaba los huevos arañándolos suavemente o con la yema de los dedos le daba pequeños pellizquitos. Luego continuaba subiendo su mano agarrando aquel palote que brillaba enorme en la semiobscuridad del recinto. Yo me saqué mi verga flácida para intentar disfrutar de la escena y empecé a masturbarme sin obtener una erección. Era muy frustrante tratar de parar mi verga sin éxito mientras que aquel tipo la exhibía izada a un punto máximo para el deleite de mi mujer. No podía creer que mi esposa estuviera haciendo todo esto. Todo era un juego y de pronto se convirtió en algo mucho más serio de lo que llegué a imaginar. Mis sentidos estaban al borde del colapso... estaba temblando de nervios, y no podía dejar de observar como Brandon se retorcía de gusto con el placer que ella le daba en mis narices. De pronto Jennifer se inclinó hacia mi y empezó a hablarme al oído sin dejar de masturbar al tipo: "Te gusta?, te gusta que se la masajée como lo estoy haciendo?... Era eso lo que tu querías no?... Si no te gustara no tendrías tu pinche verguita en la mano tratando de pararla... Esta que tengo en mi mano si es grande, ves?... Oooh, que grandota!... Me dejas metérmela?... Dime que siiii, Yo se que tu quieres que esta vergotota esté dentro de mi, verdad?... Dime que deseas que este tipo me coma bien comidita... Dímelo..." Yo no podía creer lo caliente que estaba mi esposa...No me salía ni una palabra de la boca. El tipo sonreía mirándonos, a la vez que le metía la mano por debajo del vestido a Jennifer hurgando en su cuquita. Ella levantaba su culito para facilitarle la labor y me seguía hablando en forma entrecortada y descarada... "A ver esposo mío... Dame tu autorización... Déjalo que me culée bien rico... Huumm, Te dejamos mirar si quieres, vale?... Mírale la vergota que tiene... Está rica cierto?... Mira como se la sobo toda mientras que él me hunde sus dedos en la cuca... Huuuummmm, que rico lo hace... Ya me está comiendo con sus dedos... Uff, que bien lo hace... Este tipo me tiene muy arrecha mi vida... Hay, asiii, así, así, ...Me está metiendo como tres dedos... Hayyyy, que rico... Ohhhh, Vamos, dime que te gusta que tu esposa se vuelva una cualquiera... Verdad que te gustaaaa?... Mira esta verga que tengo en la mano.... Es grande verdad?... Mucho más que la tuya... Es cabezona y se ve deliciosa toda mojadita con mi saliva, Hummm.... Escúpeme en la mano.... Hazlo, escúpeme!!!" Yo le obedecí, le lancé toda la saliva que pude sobre la palma de su mano, y luego observé como ella la usó para seguirle juagando la verga a aquel machote. "Gracias mi vida... gracias por ayudarme a darle placer a Brandon... Ohh, que rico me está masturbando... Me encanta que me meta los dedos por la cuquita... estoy que me lo como aquí mismo... me dejas?... Dime que sí.... Déjame cumplirte tu puta fantasía y hacerlo gozar un poquito, siii?" Yo continuaba jalándome mi pene sin conseguir que se me parara, y fue entonces cuando vi que el mesero venía por el pasillo. Rápidamente me acomodé la verga nuevamente entre mi pantalón, y mi esposa y su macho hicieron lo mismo. El mesero siguió de largo hacia los baños, y yo me levanté, les dije que nos fuéramos de allí. Agarré mi saco, dejé dinero sobre la mesa y salí de la disco. El tipo me siguió tomando a Jennifer de la mano. Subimos al auto. Ellos se subieron en la parte de atrás, y tan pronto arranqué miré por el retrovisor para comprobar que ya Jennifer tenía aquella verga entre la boca. El tipo estaba sentadote con sus piernas bien abiertas y ella acostada de medio lado sobre el asiento se subió el vestido y se agacho sobre él. Le succionaba la verga como si fuera la última vez que fuera a tener una. El tipo se retorcía de gozo cogiéndole la cabeza y empujándola hacia abajo mientras se arqueaba hacia delante. Yo podía ver como aquel instrumento entraba y salía de la boca de mi mujer... su vergota se veía aún más brillante que hacía unos minutos. Mientras tanto Jennifer le masajeaba las pelotas y sacaba su lengua jugando con la cabeza de aquel pene y respirando desaforadamente. - "Humm que rica verga... sabe a macho... sabe a hombre... que grande y rica que está" - decía - . Jennifer le estaba mamando la verga como nunca me lo había hecho a mi. Ella solía decir que le daba asco chupármela... pero ahora parecía disfrutarlo como ninguna otra. Yo seguía conduciendo sin saber a donde ir.. Lo único que quería era ver hasta donde llegaría mi mujer... mis ojos trataban de ver aquel espectáculo lo mejor que pudieran. Podía observar las piernas de ella, abiertas dejando al descubierto su rajita afeitadita y brillante de jugos. Jennifer se metía un dedo en su huequito y lo sacaba completamente húmedo para luego untar con sus fluidos la verga de Brandon. Sus tetas ya estaban al aire y el tipo se las masajeaba con destreza, pellizcaba sus pezones haciéndolos reaccionar para luego aplastárselos con la yema de los dedos. "Hummm" hacía Jennifer... No cabía duda de que lo estaba disfrutando. Jennifer escupía aquel tolete mientras lo masajeaba rápidamente. Se veía simplemente espectacular, con su vestido arrugado en la cintura, sus ligueros, sus tetas lindas al aire, sus piernas bien abiertas y sus zapatos de tacón sobre el asiento. Ese cabello espectacular cubriendo parte de su rostro, mientras que su boca jugosa y golosa se comía esa verga que no era mía, esa verga que sin saber como ni por qué ahora estaba gozando de una mamada inolvidable. De pronto Jennifer se incorporó diciéndome -"No puedo más... Ahorita mismo me voy a comer a este tipo mi vida... Y espero que disfrutes de lo que vas a ver". Luego le preguntó a Brandon: "Quieres que te coma?... Me quieres comer machote?... Quieres que nos lo comamos aquí... delante de mi marido?" El tipo no le contestó, sino que la cogió de la cintura y con firmeza la levantó para ponérsela encima quedando ella de frente a él, con sus hermosas piernas abiertas y su culo bailando en el aire. Se la fue hundiendo despacito, sin ningún afán, dejando que ella sintiera el grosor de su masculinidad, y dejando a la vez que yo viera como penetraba en aquel templo antes sagrado y solo mío. Los gemidos de mi mujer me hacían sentir impotente ante la situación. Lo disfrutaba, no sabía por que... pero a la vez me sentía un infeliz incapaz de hacerla gemir así. Aquella verga era más grande que la mía... más cabezona, más gustosa por así decirlo, y era obvio que nada haría que ella se bajara de allí. Jennifer movía su culo en círculos... se veía sensual, erótica, linda y deseable, todo a la vez. Luego el tipo la agarró por el culo haciéndola cabalgar sin descanso. Sus fuertes manos apretaban sus nalgas y la hacían subir y bajar, hasta que ya no quedaba nada de su verga fuera de mi esposa. Yo podía ver en la base de esa verga los fluidos blanquecinos y espesitos de Jennifer que quedaban como producto del sube y baja. Era una visión mágica que nunca olvidaré. Jennifer comenzó nuevamente a hablar: "Hayy, que rico, métemela así, ahhh, que delicia... estas viendo cornudo?.. ves como se clava a una hembra?.... Mira y aprende cornudo contento..... Mira como me la mete hasta el fondo.... Culéame papito, sígueme dando esa vergotota rica.... Me vas a partir en dos desgraciado.... Me la estas haciendo gozar como nunca... Argggg, Argggghhh.... Rico papi, rico papi, ricooooooo". El tipo ahora había metido su dedo en el culo de Jennifer, así que cada vez que ella bajaba se sentía penetrada por sus dos agujeritos. El tipo me miraba a través del retrovisor y sonreía irónicamente. "Conduce cornudo - me dijo- no te vayas a estrellar por estarnos espiando". "Está muy rica tu mujercita, desde que la vi llegar a la disco me gustó, mírale el culo como se goza mi dedo... Mira como me culea la muy puta... Se la está gozando... Tienes ganas de metérsela?... Tienes ganas de comértela como lo estoy haciendo yo?.. Pues vas a tener que esperar cornudo porque por ahora me la estoy gozando yo, jeje, que rica que está esta malparida". Jennifer parecía no escuchar lo que el tipo me decía... estaba simplemente extasiada recibiendo aquel tolete. Se movía como una loca para luego hacerlo despacito, clavándose a su macho como le daba la gana. Yo por mi parte me saqué la verga, que ya había recobrado su vigor, y comencé a masturbarme sin dejar de conducir. En los semáforos aprovechaba para jalarme la verga lo más rápido que podía buscando un orgasmo. En uno de ellos me incliné hacia el asiento trasero para tocarle el culo a Jennifer, pero el tipo me retiró la mano con un golpe diciéndome "Quietooo cornudo... este culo por ahora es solo mío". Yo obedecí masturbándome con más intensidad. El ritmo del culeo se hacía más rápido, y ya Jennifer en vez de subir y bajar se movía hacia delante y hacia atrás sobándose su clítoris contra el cuerpo del macho y permitiendo que el tipo le hundiera el dedo en el culo hasta el fondo. El tipo le chupaba la punta de sus tetas con fuerza, haciéndola doblar los dedos de los pies cada vez que soltaba sus pezones de los labios. Jennifer tensaba el culo anunciando su venida mientras hacía gemidos cortos y agudos. Se agarró fuerza del asiento de atrás y sin dejar de moverse se vino como una cerda, inclinando su cabeza hacia atrás: "Aaaaaaaayyyyyyyyy...... Mmmmmmmmmm, que ricooooooooooooo.... machooooooooo" El tipo la movía en círculos cogiéndola por la cintura sin dejar de chuparle las tetas, era innegable que la había hecho venir como yo nunca lo había logrado. Mi sentía mal, pero a la vez exitado por el show que me estaban dando. Brandon literalmente la bajó de si, y le dijo "Chúpamela que me voy a venir". Ella de inmediato se agacho y cogiéndole la verga se la metió en la boca mientras le acariciaba de nuevo los huevos. El tipo se arqueaba empujándosela adentro, culiándosela por la boquita. Al cabo de unos pocos segundos Jennifer empezó a darle lenguetazos al tolete mientras que le sobaba con la punta de sus dedos las tetillas. El tipo le pidió que le chupara el pecho y ella lo hizo sin soltarle la verga, agarrándola y masturbándola con fuerza. Luego Jennifer volvió sobre el tolete, y con todo descaro volteó su cara mirándome a los ojos mientras lo chupaba con fuerza. En ese momento el tipo descargó su leche sobre la cara de mi mujer, echando chorros y más chorros en sus ojos, en su boca y hasta en su cabello. Sus gemidos de macho eran graves y profundos. Jennifer no dejaba de mirarme mientras recibía aquella descarga, y yo como un tonto me seguía jalando mi verga tratando de conducir sin estrellarme. Brandon se subió los pantalones y me pidió que lo llevara al Hotel Prado. Me dirigí hacia allí en tanto que Jennifer se pasaba al asiento de adelante para limpiarse la cara con pañuelos faciales. Se veía fatigada... y hermosa... igual que se ve ahora, acostada en nuestra cama, soñando tal vez con tener de nuevo esa, u otras vergas adentro de su bello cuerpo.... He terminado mi café, es hora de ir a la ducha y pajearme pensando de nuevo en todo esto.
Espero les haya gustado. Agradezco comentarios a calosgouzy@hotmail.com