La noche de Halloween
La noche de Halloween nos íbamos a ir de fiesta, incluida mi nueva y reciente pareja. Pero apareció un viejo amigo.
Como ya os conté en mi primer relato (sección Trios), en verano de 2017 rompí una relación de varios años de una forma un tanto “traumática” (para ambos, la verdad). Los que hayáis leído mi relato sabréis a que me refiero. Esto fue aproximadamente en Julio, y en las semanas siguientes algo cambió en mi de forma tan drástica que mi percepción del sexo dio un giro de 360º y en las siguientes semanas mi vida sexual fue una locura, aunque ya hablaré de eso más adelante. La cuestión es que en Octubre había iniciado una relación con un chico al que había conocido jugando a los dardos, ya que tras la ruptura con mi exnovio decidí que era hora de un cambio radical y me fui de casa de mis padres a otra ciudad, y ya que apenas conocía gente allí, decidí apuntarme a un equipo de dardos que había en un bar debajo de mi casa. Era tremendamente mala, pero íbamos para divertirnos, beber cerveza y pasar un buen rato, así que el equipo me acogió con los brazos abiertos.
En ese equipo estaba Daniel, un chico rubio, de 1.80 aproximadamente, y fuerte, muy fuerte. Era el típico guaperas y él lo sabía. La cuestión es que congeniamos, y tras vernos un par de veces, cuando apenas llevábamos quedando un par de semanas decidimos empezar una especie de relación. Para entonces yo no tenía ninguna pareja ni ningún ligue. Desde Julio había estado con varios chicos, pero nada había surgido como serio. Hubo uno, Sergio, con quien disfruté del sexo de una forma casi inigualable, pero que ambos nos dimos cuenta que no podía haber nada más, así que decidimos simplemente ser amigos, sin líos ni nada. Nos llevábamos muy bien y solíamos quedar a veces para tomar un café.
El 31 de Octubre el dueño del bar donde jugábamos a los dardos organizaba una fiesta de Halloween y nos invitó a todos a ir a celebrarlo. Iban a hacer una fiesta temática, donde iban a hacer una queimada, con conjuro y todo, y dijo que su equipo de dardos debía ir sí o sí.
Decidimos que íbamos a quedar a eso de las 21:30 para ir al bar en mi casa, ya que era el sitio que mejor pillaba a todos con cercanía al bar. Entre los que íbamos a quedar decidí que era buena idea invitar a Sergio pues estaba un poco de bajón por temas de curro y pensé que le vendría bien distraerse.
A eso de las 20:50 llegaron un par de compañeros, con bastante antelación, así que les dije que subieran. Les puse un par de cervezas y esperamos en la cocina a que llegaran el resto. Unos 10 minutos más tarde llegó Daniel, sin vestir.
- Hola a todos, perdonar pero he salido tarde de trabajar y no me ha dado tiempo a ducharme y cambiarme. Sara, ¿te importa si me ducho y cambio aquí?. – preguntó Daniel.
- No, para nada, sube cuando quieras y cámbiate.- respondí.
Daniel se entretuvo hablando con los compañeros cuando sonó el timbre. Era Sergio. Le dije que subiera.
Mientras Sergio subía Ruben (uno de mis compañeros de equipo) recibió un mensaje de Javi, el dueño del bar. Al parecer había tenido un problema con un pedido y le faltaban varios ingredientes para la queimada y le pedía a Ruben si podían ir a comprarlo. Ruben y Sonia decidieron que era mejor que fueran ellos ya que Dani iba a ducharse, y yo debía esperar a que acabara.
A la vez que Ruben y Sonia se iban entraba Sergio. Todos se saludaron prácticamente en la puerta y Sergio entró en casa.
- Ei, que tal, ¿Dónde van? ¿nos vamos ya?.- preguntó Sergio.
- No, no, es que tienen que ir a comprar unas cosas para el bar. Pasa. Dani está en la cocina que iba a ducharse ahora. En cuanto acabe, nos vamos.- dije.
Sergio pasó a la cocina, donde estaba Dani sirviéndose una cerveza.
- ¡Hola! Soy Dani. ¿Qué tal?.- dijo.
- Buenas, Sergio. Encantado.- respondió Sergio mientras ambos se daban un apretón de manos.
- ¿De qué conoces a Sara?.- preguntó Dani.
En ese momento Sergio se quedó parado y se giró y me miró. La respuesta larga era desde luego mucha más información de la que Dani necesitaba y querría saber. Por otra parte, la corta podría también ser un tanto delicada. Sergio fue hábil y contestó rápido:
- De la universidad, fuimos compañeros hace unos años.- dijo.
- Ahh…- respondió Dani, con una sombra de duda en su cara.- Bueno, voy a ducharme y cuando acabe nos vamos si queréis.
Dani subió escaleras arriba y desapareció. Me quedé mirando a Sergio.
- Gracias.- le dije.- por no dar más detalles de los necesarios.
- Tranquila, me imaginé que no era oportuno.- contesté.
Ambos nos miramos durante unos segundos y sentí nuevamente ese hormigueo en el estómago que sentía cada vez que le miraba a los ojos.
- Bueno, quieres un refresco, cerveza, o algo?.- dije.- Yo también debería ir a cambiarme.
- Una cerveza, por favor.- respondió el.
Saqué una cerveza de la nevera y se la di. Le dije que podía ir al salón mientras me cambiaba, que volvería enseguida, mientras le instaba a sentarse en el sofá.
Salí del salón y me fui a la habitación. Tenía un baño en suite, y cuando subí pude escuchar como Dani se metía en la ducha y encendía el agua. Conocía a Dani y sabía que sus duchas no duraban menos de 15 minutos. Me tumbé en la cama y empecé a darle vueltas a la cabeza. Llevaba mucho tiempo sin verle, y hoy venía guapísimo, a pesar de venir disfrazado para Halloween. Simplemente se había puesto una capa y traía una careta, así que su verdadero yo estaba bastante visible.
Empecé a pensar en las últimas veces que nos habíamos visto, en lo que habíamos hecho, en lo que dejamos de hacer… cuando me di cuenta estaba tumbada en la cama con la mano en el coño tocándome. Dani mientras tanto seguía duchándose. Estaba mojadísima. Me había puesto hipercachonda en un segundo con apenas pensar en él. Estaba pensando locuras y decidí dejar de pensar y actuar. Cogí el móvil y le escribí:
- Sergio, ¿puedes subir un momento a la habitación?
Mientras tanto salté de la cama y lo preparé todo, incluido el cerrar la puerta. Seguía escuchando el agua de la ducha caer.
Sergio abrió la puerta y entró. Nada más entrar me vió a mi apoyada sobre mi ventana, con la luz de la luna de fondo. Solo llevaba un fino tanga de hilo. Estaba frente a él, enseñándome mis tetas.
Me miró de arriba a abajo y se quedó pasmado.
- Entra.- le dije.
- Pero… ¿Y Dani?.- preguntó el.
- Está duchándose ahí.- dije señalando la pequeña estancia que estaba a apenas 3 metros suyos.- pero aún tardará unos 10 minutos.
Se quedó pensando pero decidió acercarse. Se plantó frente a mí y me miró. Yo le miré. Y entonces nos besamos. Al principio fue comedido, pero cada vez fue más intenso. Empezó a agarrarme el culo, a sobarme las tetas, y finalmente metió su mano en mi coño. Yo me subí al alfeizar de la ventana y abrí mis piernas y las apoyé sobre él. Captó enseguida el mensaje y me apartó el tanga y empezó a comerme el coño. Despacio, como solo él sabía. Dando besos a los lados, escupiendo un poquito sobre el clítoris y entonces empezando a lamerlo. Me corrí en apenas 2 minutos, y entonces, me bajé de la ventana y le cogí la mano. Nos fuimos a la puerta del baño y le apoyé contra ella. Podía oír el agua aún. Le bajé los pantalones y calzoncillos, me puse de rodillas, y empecé a chupársela. Se la había chupado muchas veces, pero esta me supo a gloria... pude mirarle a los ojos y ver como disfrutaba con cada lamida, cada vez que me la metía en la boca, sin parar. Vi que estaba ya casi a punto, así que paré, y volví a llevarlo a la ventana.
Entonces me apoyé sobre alfeizar, esta vez de frente, y me aparté el tanga.
- Métemela en el culo directamente, que no estoy tomando nada.- dije.
Dicho y hecho. Cogió su polla y mientras yo me apoyaba contra la puerta me la metió por el culo y empezó a embestir. Agarré con las manos el alfeizar de la ventana y miraba de frente. Podía ver la luna y algunos edificios algo lejanos. Me entró la duda si podrían estar viéndome. Pero eso casi me dio más morbo. Seguía oyendo el agua caer mientras me perforaba el culo una y otra vez. Le dije que me avisara antes de correrse, y así hizo un par de minutos después.
Entonces me aparté y saqué su polla de mi culo y me puse de rodillas y me puse a mamársela de nuevo, hasta que se corrió en mi boca. Me lo tragué todo excepto un poco. Me levanté y le dije que fuera abajo.
Acabé de cambiarme mientras Dani salía de la ducha. Según salió de la ducha, desnudo, le agarré de la polla, me puse de rodillas y se la chupé unos segundos, y paré.
- De noche más, ¿vale?.- le dije. Dame un beso.
Se acercó y me dio un beso, beso que respondí con lengua, y donde le pasé el poco semen que me había dejado en la boca de Sergio. Cuando se apartó vi que hacía una mueca con la boca, pero que al final, tragaba. Supongo que imaginó que sería algo suyo.