La Noche (3)

De nuevo escuché la puerta abriéndose, por un momento pensé que volvía a estar sola, me equivocaba (...)

De nuevo escuché la puerta abriéndose, por un momento pensé que volvía a estar sola, me equivocaba, el ruido de unos pasos y el sonido del portazo me dio a entender que volvíamos a ser tres personas.

Me sobresaltó escuchar una voz masculina hablando con mi Amo, la reconocí al instante, nuestro amigo, el que había estado al margen… hasta ese momento

Comenzaron una conversación que volvió a acelerarme el ritmo cardiaco, sabía que tenía que permanecer en silencio, quieta.

"- Está durmiendo, ha vuelto muy satisfecha pero está cansada, ¿cómo lo ha llevado ella?" (sabía que se refería a mí)

Una mano acarició mi cabeza.

"- Ha sido una buena perrita, magnífica para ser la primera vez".

"- ¿Estás seguro de que quieres que lo haga ahora?, podemos esperar."

"- No, ahora es un buen momento."

"- De acuerdo, vuelvo dentro de un rato, he de recoger algo que tengo para ella".

La puerta volvió a abrirse y cerrarse, mi Amo se acercó y acariciándome los tobillos abrió mis piernas, un latigazo de placer se apoderó de mí cuando noté su lengua en mis muslos, comenzó a subir poco a poco, mordisqueando la cara interna a la vez que seguía acariciando mis tobillos, sus manos subieron y cogiéndome las nalgas me dejó justo al borde de la silla, apartó hacia un lado el trozo más húmedo de mis braguitas y empezó a pasar dos dedos muy suavemente, pude escuchar una leve risa, señal de que le satisfacía plenamente comprobar lo excitada que seguía, instintivamente me abrí más aún de piernas, ya no me bastaba uno o dos dedos, necesitaba ser follada, sentir su cuerpo sobre el mío, pero no conseguí mi objetivo, él seguía martirizándome paseando lentamente sus dedos, los acercaba a mi entrada y cuando yo intentaba moverme para atraparlos dentro de mí, me empujaba suavemente hacia atrás para seguir acariciando a su ritmo.

Sólo cuando sus labios se unieron a los míos supe que algo no cuadraba, no eran los labios de mi Amo, los podría reconocer entre un millón, la sorpresa hizo que intentara quitarme la venda, pero no hizo falta, él mismo la retiró y comprobé que había estado engañada durante un buen rato, nuestro amigo sonreía mientras seguía acariciándome, sus ojos no se apartaban de mi coño, lo miraba extasiado comprobando como mi excitación comenzaba a humedecer la piel de la silla en la que me encontraba, cerré los ojos intentando no pensar y que todo pasara lo más rápidamente posible, a la vez que no podía aguantar más, ya me daba igual quién fuera, necesitaba una polla dentro de mí, todo me daba igual.

Fue en ese momento cuando se apartó y escuché los pasos, esta vez sí era mi Amo, le preguntó como iba todo y cuando nuestro amigo le dijo que comprobara él mismo pasó su mano por mi entrepierna y me miró con desprecio, el sonido de su bofetada se mezcló con un "puta!" que me dolió en lo más profundo, pero ni aún así puede dejar de pensar en lo que deseaba, volvió a acariciarme, aún estaba más mojada, otro bofetón, esta vez tirando de mi cabello y diciéndome al oído lo zorra que era mientras introducía dos dedos y los movía despacio, eso me hizo soltar un gemido de placer, un segundo más y me habría corrido ahí mismo, pero su pellizco en mis pezones y el hecho de que parara bruscamente de moverlos, me hizo soltar un suspiro de fastidio, cuánto iba a durar esa tortura? Ya había perdido la noción del tiempo, de cuantas horas llevaba al borde de un orgasmo, no podían seguir haciéndome eso, pero vaya si podían, mi Amo se retiró a su sillón y le entregó la fusta que había usado yo anteriormente a nuestro amigo, se acercó a mí y me pidió disculpas antes de atizarme un buen golpe en el muslo, se notaba que él tenía experiencia en eso, había sido firme sin pasarse en dureza.

Me cogió de la nuca, me colocó a cuatro patas sobre la cama con la cabeza apoyada sobre la sábana, que olía a sexo y al sudor de mi Amo y nuestra amiga, y sujetándome fuertemente, alzo mi trasero hasta dejarlo totalmente en pompa mientras comenzaba a darme suaves golpes, regulares, sin pausa, acercándose cada vez más hacia el centro, retrocediendo y subiendo, parando tan solo para comprobar que la humedad iba en aumento a cada serie de fustazos.

Ya todo me daba igual, agarraba fuertemente la almohada con las manos y me mordía los nudillos con esa mezcla de dolor y placer que me tenía avergonzada pero que no podía hacer nada para evitarla, tenía razón mi Amo, sólo una zorra podía continuar aguantando lo que aguantaba yo sin rechistar.

Sudaba copiosamente, y mi sudor se mezclaba con la humedad de las sábanas, mi Amo entonces le dijo que parara "espera, está sucia, deberías hacer algo", eso me humilló hasta el infinito, si estaba de esa forma era por su culpa, como podía decir algo así de mí? Me llevaron hasta el cuarto de baño y me obligaron a darme una ducha, sólo con el collar y mi amo pasando la esponja por todo mi cuerpo mientras sujetaba la cadena, en más de una ocasión acercó el chorro del agua a mi entrepierna pero sólo unas décimas de segundo, sabía como me ponía eso pero no quería que acabara yo sola. Después me secaron entre los dos y volvimos hacia la cama, fue mi Amo el que me tumbó sobre mi espalda, y abriéndome las piernas de par en par se sentó junto a su amigo, se sirvieron una copa y me ordenó que me masturbara para ellos, aquello tampoco me era familiar, pero yo sólo pensaba en mi propio placer y me daba igual tener público, así que comencé a acariciarme, pude ver que no estaban pendientes de mí al completo, comentaban algo que no podía escuchar por el volumen de su voz, miraban, sí, pero no parecían tener mucho interés en lo que estaba haciendo, eso no influyó para que cada vez estuviera más y más caliente, cuando mi Amo se dio cuenta de ello, se levantó y me ordenó que parara, correrme no debía ser una de mis tareas, pero su voz junto a mi oreja, su mano intentando parar la mía, su bofetada, no pude evitarlo, solté un sonoro gemido mientras me sacudía totalmente llevada por un magnífico orgasmo.

Nuestro amigo dejó su copa de golpe sobre la mesa exclamando "se ha corrido??? ¿¿¿Esta zorra se ha corrido sin tu permiso??? Qué clase de esclava tienes???... Ya hablaremos", a la vez que salía de dos zancadas de la habitación.

Yo aún intentaba recobrar la respiración, me incorporé levemente mientras mi Amo me miraba inquisitivo, murmuré que lo sentía, le sonreí, pero su expresión no era precisamente cariñosa, sin mediar palabra se quitó el cinturón y en rápido movimiento me dio la vuelta dejándome con las rodillas en el suelo y el pecho apoyado sobre la cama mientras comenzaba a atizarme con él. Al haber acabado de correrme, pude sentir mucho más el dolor de la piel contra mi espalda y mi trasero, por la fuerza con la que me atizaba supe que estaba realmente rabioso, de pronto paró, supuse que se había dado cuenta de que rozaba el límite de mi aguante y que estaba haciéndome daño realmente, pero volví a equivocarme, su mano se apoyó firmemente en mi nuca y escuché el sonido de una cremallera bajándose, bueno, no estaba tan mal, iba a ser follada por fin, me recupero rápido, seguro que un segundo orgasmo no me vendría mal, pensé mientras sonreía, cuando de pronto noté la punta de su polla en mi culo, de nuevo había pecado de ingenua, "esto te va a doler, pero no me importa, puta", ni siquiera tuvo la delicadeza de humedecerme antes, se valió de los restos que quedaban para clavármela sin previo aviso, despacio pero sin tregua, la metió hasta el fondo mientras yo ahogaba un grito de dolor que él tapaba con su mano apoyada en mi boca, empezó a retirarse despacio sin llegar a salirse y volvió a empujar, esta vez con más fuerza, y así siguió, empujando, haciéndome sentir que me estaba desgarrando por dentro, las lágrimas que me corrían por la cara y que él tenía que notar en su mano no le hicieron aflojar, al contrario, seguía con su ritmo frenético, estaba como poseído, yo sólo deseaba que se corriera para terminar lo antes posible con eso, cuando de pronto su otra mano se deslizó por mi cadera y comenzó a acariciarme, el placer que me hizo sentir, no sé si por la sorpresa o porque tenía que ser así, se mezcló con el dolor al que me iba acostumbrando poco a poco, las piernas me dolían al soportar su peso sobre mí, estaba totalmente descontrolado, empujando y acariciándome a la vez, seguía haciéndolo como si sintiera rabia pero ya me daba lo mismo y además supe que la rabia había dejado espacio para el placer cuando me susurró que no tardaría en correrse… "córrete conmigo mi amor, vamos, vamos" mientras seguía y seguía y cuando noté que él se corría, me dejé llevar, le agarré la mano que acariciaba mi coño para que no dejara de tocarme debido a la pérdida de control y al cabo de unos segundos caía exhausto sobre mi espalda.

No tardó mucho en volver del baño, pero fue lo suficiente para que me quedara medio dormida, aún así, me cogió en brazos y me llevó hasta la bañera, el contacto con el agua caliente me hizo dar un respingo, todo mi cuerpo estaba molido, en especial la vía que acababa de abrir mi Amo, acercó una silla y se sentó con expresión seria pero cariñosa mientras comenzaba a pasar la esponja muy despacio por mi espalda, mi pecho, me lavó el pelo, me hizo poner de pie como si fuera una niña pequeña y no utilizó la esponja en esa zona, se puso gel en las manos y muy delicadamente las pasó por toda la zona que tenía tan dolorida, aún así no podía dejar de aguantar la respiración cada vez que se acercaba, él lo notó y por primera vez desde hacía un buen rato, habló "shhhh, tranquila, de momento estás a salvo", no sabía bien si tranquilizarme pero menos daba una piedra.

Después de secarme y cepillarme el cabello salimos de la habitación, me hizo esperar unos minutos mientras cambiaba las sábanas colocando unas limpias, blancas, muy estiradas, me tumbó sobre ellas desnuda y se sentó a mi lado, sacó un bote de crema hidratante y comenzó a ponérmela con una suavidad que me hizo olvidar el dolor que había sentido y que ya comenzaba a disminuir.

Cuando estuve bien suave, limpia y relajada, por fin se tumbó a mi lado, me abrazó por la espalda y me besó suavemente en la nuca, antes de sumirme en un profundo sueño pude escucharle "-Descansa mi amor, lo vas a necesitar"