La Noble Rehén (I)

Adalgisa una noble que es tratada como una rea.

Una noche calurosa en la arcoba de una joven noble estaba sin poder dormir, y como no tenía nada mejor que hacer, creyendo que todo el mundo dormía al igual que en las anteriores noches enciende varias velas a su alrededor, coge una caja escondida de su vestidor, en esa caja estaba varios secretos suyos que le ayudaba a llegar al placer máximo, con todo ello preparado se recostó en su cama cómoda con las piernas bien abiertas, se empezó a tocar poco a poco, empezando por los pechos primero, luego hacia su zona privada, cogió un objeto alargado, se lo metió dentro poco a poco.

Mientras ella hacía eso, había otra persona espiando por los pasadizos secretos del palacio, iba todas las noches a ver a la joven, era privilegiado al contemplar estos hechos, esto por fin le permitía convertirla en suya, pero para ello había necesitado tiempo para que funcionara su plan, sale del pasadizo, hace señas a la guardia, junto a una autoridad religiosa, para que inrrumpa en la arcoba de nuestra joven noble. Entran sin el personaje misterioso, ella se sorprende pero antes de que pueda hacer algo los guardias la sujetan de los brazos y piernas, dejando en una posición indecorosa.

  • Por el nombre de nuestro Supremo Creador, Adalgisa se te detiene por los actos impuros cometidos y que se te ha pillado en el acto. Por ello se te llevará así hasta su majestad con la prueba del delito insertado, allí se te juzgará. - indica el sumo sacerdote

  • No podéis hacer eso, dejadme vestir.

  • Amordazadla, no la debéis escuchar, viene del maligno.

Sin poder hacer nada, recogen la caja y la llevan entre 4 guardias, van despacio procurando que el objeto que tiene dentro de su zona privada no se caiga, el Sumo Sacerdote, cierra la comitiva, ve todo el sexo de la noble, nunca pensaba que pudiera dar esa situación, de muchachas de clase media o campesina si había visto y disfrutado, pero de una noble no, y gracias a este aviso podría disfrutar. En el carro, la dejan sobre la paja, con el movimiento el objeto se sale, pero el sumo sacerdote con la orden dada sabe que debe estimularla y hacer que ese objeto entrara un poco más, la noble hacia gestos de negación y rechazo, pero su cuerpo la traiciona con los toquiteos de los guardias por su cuerpo y su sexo, esto permite al Sumo Sacerdote introducir de nuevo el objeto, llegan a su destino.

Esta vez la noble en vez de ir vestida y en su carroza como hace 2 lunas es llevada en volandas ante la vista de otros guardias, la llevan a la sala de audiencia, allí le espera el Rey, quien estaba reunido con su consejero.

  • ¿Quién osa inrrumpir en esta reunión privada? ¿Los juicios sabéis que es por la mañana y ante el pueblo? Llevadla al calabozo

  • Su Majestad, esto requiere su atención ya que tiene ante usted no a una vulgar prisionera, sino una noble que se le ha pillado en el acto más impuro que puede cometer una mujer, vedlo por vos mismo en qué estado la hemos encontrado.

El monarca se acerca, la reconoce.

  • Esto es indignante, pero si es Adalgisa, desatadla, no me creo lo que decís. Al menos quitad la mordaza.

  • Su Majestad, está poseída por el maligno, la pillamos introduciendo este objeto, estamos convencidos que es la herramienta que usa el maligno para pervertirla, se oía tras la puerta que estaba copulando con el maligno, y estaba disfrutando, mirad estos instrumentos que tenía en la caja.

  • Quiero oír que tiene que decir en su favor.  - dice el monarca y es obedecido de inmediato.

  • Su Majestad, no estaba haciendo lo que se me acusa, irrumpieron en mis aposentos, no me permitieron vestir, y durante el trayecto los guardias estuvieron propasandose, y él me introdujo el objeto.

  • Mi Señor, permitidme decir que miente, soy el capitán de la guardia, la encontramos totalmente desnuda con ese objeto introducido alrededor de unas velas, durante el camino se puso en una posición obscena, mostrando su zona privada, incitando con palabras engañosas a mis hombres a que la tocasen, ante tales hechos la tuvimos que almodazar. Esto es únicamente acto del maligno, mi mujer, ama de casa no hace tales actos, y su zona privada está cubierto por mata de pelo, únicamente está sin pelo las puberes, las rameras y las poseidas por el maligno, y ella ya no es una puber.

  • Cierto, la voy a interrogar yo personalmente, llevadla a la sala especial, mañana la interrogarré, y se le hará la exploración debida para encontrar los signos del maligno, dadle algo de beber, no quiero que se me desmaye.

Los guardias la llevan a la mazmorra, allí la tumban en una tabla con los brazos en cruz, y piernas abiertas, dejando dentro de ella ese objeto. Mientras tanto en la sala de audiencia el Rey habla con el Sumo Sacerdote.

  • ¿Cómo ha ido?

  • Fácil, debería haber visto su cara al ser sorprendida, y luego durante el viaje para que la encontraras en este estado la he tenido que estimular, y se ha lubricado, mañana con el sanador de nuestra parte la podrá tener por fin, él dirá lo que queramos.

  • Me alegra oír, me ha costado saber si punto débil, pero menos mal que sabes cómo hacer que su doncella contara esto.

  • No fue tarea fácil, y considero que lo mejor es que mañana vaya a delatar a su querida señora.

  • Bien, os podéis retirar, mañana será un día largo.

El monarca se dirije a sus aposentos, no ve el momento de tocar ese cuerpo que tanto a anhelado, pero que negaba a todo pretendiente que propusiera matrimonio, pero él había visto que tenía potenciar para ser su mujer y a la vez cumplir con sus deseos más oscuros sin necesidad de recurrir a doncellas o rameras, ella misma había caído en la trampa, y gracias a los pasadizos había podido disfrutar de todo lo que ella es capaz de autosatisfacer, ahora aprendería a agradarle a él.