La niñera que calienta a todos 1

Marcos hania sido mi vecino por años hasta que se caso con Sonia y se mudaron de barrio. Pase casi 8 años sin saber de ellos hasta que un verano los encontre de vacaciones con sus dos hijos: Benjamin y Sol.

Me contaron que vivian no muy lejos de donde yo aun vivia y que al retomar sus trabajos no tendrian quien cuidara a los peques hasta la noche que ellos volvian de trabajar. Como Marcos me conoce de pequeña, me propuso ser la niñera de los niños y cuando dijo el sueldo que tendria acepte sin dudarlo y sin saber que podria ser de lo mas divertido que podria haber hecho ese verano.

Marcos y Sonia me abrieron las puertas de su casa con gran amabilidad:

• Vas a pasar muchas horas aca - Dijo Sonia - Trae tus cosas, bikini, toalla y te metes ala pile con los chicos, el calor esta terrible y no te la vas a pasar en el living.

Y asi fue, como Me pasaban a buscar 8 am por mi casa y me dejaban en la suya hasta casi antes de la cena. Los niños no tuvieron problema en adaptarse a mi presencia, Sol no me presto demasiada atencion solo que me obserbaba mucho el cuerpo. Si bien habia una marcada diferencia de edad ella llegaria a tener la mia y mi cuerpo le anticipaba un poco como podria ser el panorama. Como era verano no habia muchas reglas, habria dias en los que camila tendria escuela de verano asi que solo me tocaba llevarla a mi o a su abuelo, y con quien mas pasaria tiempo seria con el silencioso benjamin.

No hanlaba mucho con nadie, solo para pedir cosas pero no se si era porque yo era la adulta a cargo o que, pero no perdia la oportunidad de tenerme cerca. El primer dia, me dejan sus papàs y el estaba despierto, me acerco a saludarlo y estira los brazos para darme un abrazo, lo beso, me abraza y en lugar de despegar sus brazon los recorrio por mi espalda, brazos hasya llegar a mis tetas dejandolas ahi unos segundoz, sin dejar de mirar mi escote talle 115. En el momento no supe que hacer porque movio sus pulgares circularmente y con los nervios mis pezones de marcaron, los volvio a acariciar y salio a los saltos a ver tele. Ese dia yo vestia un short de tela muy liviana con ajuste en la cintura y una musculosa de breteles blanca pegada al cuerpo. Sonia, su mamà no tiene un busto muy marcado, lo que me hace pensar que mis tetas llamaron su atencion pero no le di vuelta al asunto.

Preparando el almuerzo escuchando musica en la cocina y bailando un poco veo por el reflejo del microondas a Benja mirandome fijo, sigo bailando y preparando su almuerzo y cuando vuelvo a ver el reflejo el niño no estaba asi que sacudi mas el culo al ritmo de la musica y senti una corriente que me invadio el cuerpo: Sin darme cuenta Beja estaba muy pegado a mi y sin darme cuenta golpee su cara con todo mi culo en 2 ocasiones. El se rio y dijo "OTRA VEZ", entre nerviosa y exaltada le dije que no y lo corri.

Almorzamos viendo la tele, se recosto en el sillon y me fui a sentar con el. Se acerco y puso su cabeza en un almohadon y sus pies en mis piernas. Me recoste, estire el brazo sobre el respaldo y despues de un rato sentia como su piecito rozaba mi teta izquierda sin pudor alguno. La verdad no me molesto en lo mas minimo asi que lo deje. Se quedo dormido y me fui a su cama a ver television para no despertarlo. Las secuencias de hoy me habian dejado algo estimulada asi que sin dudar me empece a tocar las tetas, y eso me calento. Baje la mano por mi concha, me acaricie hasta mojarme y me frote hasta acabar.

Me quede medio dormida hasta que sono el telefono de la casa, Era Sonia que no fuera a buscar a Sol porque se iria con una compañera y su mamà a merendar y luego ellos la llevarian.

Voy a prepararle la merienda a Benja para cuando se despierte, y vuelvo a bailar en la cocina. Entregada a mis movimientos escucho aplausos, giro y era un señor mayor:

-Perdon por el susto, soy Ricardo. El papà de Sonia, abuelo de los chicos. Vivo al lado.

-Cami, la niñera.

-Sonia me dijo que ibas a estar, queria venir a presentarme y decirte que apartir de las 16hs ya voy a estar en casa si se te ofrece algo.

-Gracias.

-Hasta mañana.

El corazon me latia a mil, no de verguenza sino por la mirada lasciva de este viejo que en un punto... me calento.