La niñata no se corría 7 (el cornudo)

Fátima aprende a llevar su nueva vida

Después de la aventura en el parque, la cosa iba bien. Demasiado bien y ella cada vez era más descarada. Como no tenía intención de tener problemas en el trabajo le pedí una mañana que entrase al despacho:

  • No cierres la puerta. Ella se acercó a la mesa.

  • Toma. Le entregué sus dos juegos de bolas chinas. A diario trae puestas el que quieras, ya no hace falta que entres todos los días. Tienes que tener más cuidado que nadie te descubra en el trabajo.

  • Si señor, lo siento, pero es que estoy entusiasmada.

En ese momento recordé que una compañera con mi mismo nivel de jefatura pero de otro ámbito me había pedido comentarme unas cosas que nos incumbía a ambos ámbitos. Raquel se llamaba, una chica de 40, una MILF en toda regla, super mona, tetas operadas, cuerpo de gimnasio, mujer de un directivo de una gran empresa y con una hija. A veces había tonteado con ella, se dejaba ronronear y sospechaba que estaba poco atendida en casa.

  • Puta métete debajo de la mesa y haz lo que sabes. Fatima me miró sorprendida, le acababa de decir que tuviese cuidado y le estaba pidiendo que con la puerta abierta se metiese bajo mi escritorio. (era de los que están tapados por delante y no se ven desde en frente.

  • Si amo. Dijo mientras miraba si venía alguien y se metió.

Acto seguido hice una llamada interna al despacho de Raquel y le dije: si quieres hablamos de eso. Al minuto Raquel estaba en mi despacho sentada en frente de mi, iba con un vestido espectacular y un escote agraciado pero con estilo.

  • Buenos días, ¿no sabías cómo quedarte a solas conmigo? Le dije.

  • No empieces, que es para cuadrar cosas de trabajo.

La reunión duró un par de minutos, eran unos temas sin mucha importancia ya que lo que ella quería hacer es lo que mándaba el sentido común, pero necesitba comentármelo para que no me sintiese puenteado.

  • Todas tus propuestas son buenas, no tengo nada que añadir, excepto que cada día estas más guapa.

  • Ten cuidado, podría denunciarte por acoso.

  • No soy tu jefe, no es acoso. Acoso es venir aqui con ese escote e inlcinarte en mi mesa.

  • Que zalamero eres. Pero tienes razón en algo, no eres mi jefe, y no eres de acosar a tus sobordinadas.

  • La verdad es que no, me parece indigno. Aunque la becaria está debajo de la mesa haciéndome una mamada, pero es por que ella ha querido ser mi zorra. No es nada laboral.

  • Jajajajaja, si no fuese porque es una chica musulmana, religiosa y con muy buena presencia me lo creería.

  • Hagamos una cosa Raquel, le dije mientras me mordía el labio inferior. Si vienes a este lado y es cierto lo que digo, la sustituyes y si no lo es te debo una cena donde quieras. ¿ hay trato?

  • Jajajaja no sabes como pedirme una cena. Soy una mujer casada.

  • Que se muere por que la tiendan. Acepta el reto, lo mismo no pierdo la cena.

Raquel sonrio con picaresca, se levantó inclinándose más aun para que me fijase bien en su escote y me dijo: Tal vez algún día, guapito. Y me tiró un beso y se fue. Mientras salía le pedí que cerrase la puerta, ella cerró con cara de asombro, supongo que dudó sobre si estaba o no Datima debajo de la mesa.

Durante todo ese tiempo fatima había hecho su cometido, aunque con ciertos parones, sospecho que por miedo a ser descubierta, y sin mucha efusividad.

  • Sal de debajo Zorra inútil. ¿ esas son formas de comerme la polla?

  • Es que me has pedido discreción y se iba a dar cuenta. Es más si se lo has dicho.

  • Clock, le di un coscorrón, no quería que sonase un bofetón. La puse en el otro lado de la mesa, el más cercano a la puerta, eché el pestillo y le dije: espero que hayas elegido bien donde llevar las bolas hoy. Le subí la ropa y le saque las bolas, por suerte para ella, de su culo y empecé a follarmelo. Ella se quejaba en silencio y yo le aplastaba la cabeza contra la mesa. Entre la mamada, Raquel y eso dure unos minutos. Le llene el culo de Lefa y le volví a meter las bolas chinas.

  • Lleva esa lefa con orgullo. Ahora voy a salir, espera que te diga que puedes salir del despacho que no quiero que te vean. Y asñi lo hice.

La sesión de mamada con Raquel mirando iluminó mi cerebro perverso. Y me vino a la cabeza un plan. Llegando la hora de cierre, le dije a los últimos que cerraba yo, que no se preocupasen que necesitaba terminar unas cosas. Al encargado de atender cara al público también le dije que se fuese, por lo que quedamos solo fatima y yo. Cuando me vio salir al mostrador sonrió. Pensaba que querría follarmela.

  • Cierro ya la puerta? estamos solos.

  • No. Pasé detras del mostrador donde estaba ella y le cogi de la cabeza metiéndola debajo. No tuve que decir nada más, ya sabíaque quería o eso pensaba ella.

  • Chupa, que te va a encantar dije riéndome, ella aun no lo captó. pasados unos minutos, pasó lo que yo tanto esperaba.

  • Hola, le puede decir a Fatima que la estoy esperando?

  • Hombre, Ahmed eras no? Si, si ella está dentro organizando unas cosas, ¿que tal todo?

Ahí pasó lo inesperado, al igual que con raquel se cortó y fue una mamada tímida. empezó a mamárla como nunca. Ahmed me contó los 4 chascarrilos absurdos de cuando hablas con un desconocido. Estaba poniendome tan cachondo la situación que en una que pude le embestí metiéndole la polla hasta la agrganta. Aun no se como aguantó sin apenas hacer ruido, pero yo estaba cachondísimo de ver al cornudo contando tonterias mientras su novia deboraba mi polla. Ya hasta se me notaba que me iba a correr y le dije:

  • Ahmed perdona pero es que necesito ir al baño, ¿sales y esperas a Fatima en la puerta que voy a cerrar?

  • Si, si ya veo que no aguantas, perdón por la chapa que te he metido. Hasta luego.

No habia salido cuando active la reja de cierre automática y le llené de boca de corrida.

  • Traga todo Zorra, asi es como has de comerme la polla siempre.

  • Sí, amo.

  • Te ha puesto cachondísima la situación.

  • No lo esperaba, pero se nota que es un esperto, como ha planeado todo. Bufff que cachonda escuchando al cornudo hablando y yo ahí comiéndole la polla.

  • Ya puedes salir, dale su beso.

  • Sí, sonrió. Fatima se puso bien la ropa y salió por la puerta. Desde la ventana se colocó de tal forma que él estuviese de espaldas a la ventana y le comió la boca mirándome.

Esa tarde noche, recordándolo me dio por escribirle: que pasa Zorra.

  • Aquí en casa de una amiga.

  • Cuéntame de ella.

  • Es musulmana como yo, tiene 18 años, tiene novio y quiere casarse, pero se que con otros anteriores ya ha hecho mamadas e incluso dejó que le follasen el culo para seguir siendo virgen.

  • Mandame una foto. Me llegó una foto de las dos. Sinceramente no era un bellezón, pero me dabaigual. Necesitaba una perra para mi zorra.

  • pidele ir al baño.

  • Ya estoy.

  • hazme video llamada y masturbate para mi.

  • Así amo? me hizo la video llamada y empezó a meterse dos dedos y a contar como le había comido la boca al cornudo... Cuando vi que estaba chorreando la paré.

  • Sal del baño sin lavarte las manos, cuando llegues donde tu amiga le pasas los dedos por los labios y le dices que bien.

  • Fatima, se calló. No quería responderme pero se quedó muy cortada.

  • No me hagas repetirlo. después de eso, actúa pensando en que me gustaría, pero nada de liaros ni nada no tienes permiso.

  • Amo, creo que me echará de casa.

  • Tú hazlo. Mañana me lo cuentas. deja el móvil y obedece.

Continuará.