La niña de la librería

Él es casado, yo tengo novio... pero es un lanzado...

Estaba siendo un día agotador, de hecho, aquella semana estaba siendo rompedora, mucho trabajo, la campaña no acababa nunca, y encima, el jefe estaba especialmente insoportable en esos días. Además, no terminaba de acostumbrarse a vivir lejos de su casa, su familia, y su novio estaban solo para los fines de semana, y eso, no terminaba de llevarlo muy bien.

Cuando casi acababa la jornada, llego él, un conocido de la zona, alguna vez había estado por la tienda, y se le veía con confianza, entraba y salía sin pedir permiso, conocía al dueño, a la familia del dueño, a mis compañeras, e incluso, alguna vez habían hablado, … parecía buen tío… No era nada del otro mundo, mas o menos alto, mas o menos gordo, pelito muy corto, y una barba anacrónica,…, pero tenía un verbo fácil, era dicharachero, y le gusta hablar. Recuerdo que, alguna vez, incluso, llegamos a hablar de sexo,.. ¡Que locura!, casi no lo conocía, y habíamos compartido confidencias íntimas.

Aquel día, no le preste mayor atención, estaba preocupada por terminar el trabajo, ya casi era la hora de cerrar, y quería recoger pronto, me apetecía llegar a casa, descansar, relajarme, una buena ducha,… y por que no, a lo mejor, me haría una buena paja…, eso siempre relaja, y, aunque no lo había dicho, (y no lo parezca), bajo la pinta de mujer seria y recatada, soy una mujer ardiente, con hambre de sexo casi a diario, y, como les comenté, mi novio esta lejos,… además, tampoco es demasiado fogoso, la verdad.

Él entraba y salía, me hacía alguna broma, a mí, y a mis compañeras; intentaba resolver algún asunto del fax, que nos estaba dando problemas, y en ese ir y venir, nuestros cuerpos llegaron a rozarse, pero sin ninguna intención (creo). En uno de estos paseos, yo estaba agachada colocando unas cosas en el estante inferior, cuando pasó, se pegó bastante a mí, lo sentí mas cerca que nunca,… me quedé pensando unos segundos, fue casualidad? Fue sin intención? … seguro que no,… me había puesto un rabo en toda regla,… el tipo, había aprovechado para colocarme su paquete en mi culito,… tendría que plantarle cara, decirle que era un cerdo, un descarado, o darle un bofetón,… tío capullo,… sin embargo, no se que me pasó, pero no lo hice, es mas, creo que me gustó el rollo, no se, pensar que me podía haber visto mi compañera, hizo que un hormigueo creciera en mi barriga,… que coño me pasa??

Le miré, seguía a lo suyo, como si no pasara nada, y pensé que todo había sido fruto de mi mente calenturienta, que había sido todo un error,… joder, como estoy últimamente,

Estaba tratando de calmarme, cuando vuelve a pasar a mi lado, y hace lo mismo, se vuelve a pegar a mi, como una lapa, y otra vez vuelvo a sentir su paquete en mi culo, pero ahora, lo deja, 5, o 10 segundos,… estaba buscando fuerzas para separarlo, para decirle que me dejara en paz,… pero no las encontré, mi culo, estaba a gusto contra su sexo. El maldito, al ver que yo no reaccionaba, le dijo algo a mi compañera, era evidente que quería que mirara, y ella, lo hizo,… por la posición de la estantería, no podía ver que me estaba tocando el culo con su paquete, pero, si se movía, lo vería clarito, y yo, en vez de salir reptando, o corriendo, me quede quieta,… mi corazón empezó a agitarse a tope, sentía que me latía a mil por hora,… podía ser descubierta, y eso, me excitaba,… y a él también, porque enseguida empecé a notar a través de su pantalón como su polla se iba poniendo dura,… instintivamente, sin darme cuenta, y sin saber lo que hacia, di una apretón hacia atrás con mi culo, buscando su polla por última vez, ya que tenía que levantarme.

Me levanté turbada, mareada, con el corazón a tope, le miré a los ojos, me sonrió, y sin ningún disimulo, me miró las tetas,… esa cara que ponía,… era evidente que era cara de deseo,… pero me gustaba, me hacia sentirme bien. Como era de esperar; él no paró ahí, ya, sin cortarse un fleco, miraba a mi compañera, y cuando esta miraba hacia otro lado, pasó su mano por mi cuello, y me tocó ligeramente desde la oreja, hasta la nuca. Un escalofrío recorrió mi espalda, y creo que el lo notó. Luego, fue mi espalda la que recibió la caricia de su mano, parándose en mi nuca, donde volvió a jugar como si tocara el piano,… No sé si eran sus caricias, o la tienda, que aún estaba abierta, o la posibilidad de que mi compañera nos descubriera, lo cierto, es que estaba empezando a notar como me subían los calores. Sus toqueteos, eran cada vez mas descarados, sus manos, pasaban por mi cuerpo con total descaro, eso si, procurando no ser descubiertos, pero con grandes posibilidades de serlo. Ahora me cogía la cintura, me tocaba el culo, me acariciaba de pasada mis tetas,… y yo estaba entregada, no se que me pasaba, la verdad, no conocía esta faceta mía de exhibicionista,… pero me gustaba, lo que a él le daba alas.

En un momento dado, tuve que entrar al almacén, y me siguió. Nada mas entrar, me abrazó por detrás, por primera vez de forma total, sentía sus manos aferrarse a mi, casi me deja sin respirar, me volteó, y me besó en la boca. Yo traté de zafarme, diciéndole que estaba loco, que estaba mi compañera fuera, pero en verdad, lo necesitaba, y lo deseaba, tanto que, con un poco que insistió, terminé por abrir mi boca, y entonces, mi lengua y la suya, se entrelazaron en una pelea brutal. El beso me estaba desarmando, y por si fuera poco, metió sus manos por debajo de mi blusa y empezó a masajearme los pechos, primero despacio, rozando casi con los dedos, pero luego, amasó fuerte, como se amasa el pan, apretándolos bien, y pellizcando los pezones, por supuesto, ya bien duros

Oímos la voz de mi amiga, y nos separamos como dos resortes, aturdidos, desorientados, decía que saldría un momento, pero bajaría la reja, y que no nos despistáramos no fuera a entrar alguien, y le prometimos que saldríamos del almacén, y la esperaríamos fuera, en la tienda; y así lo hicimos, posicionados detrás del estante final, desde donde podríamos ver la entrada, mientras que solo se podía ver desde fuera nuestras caras. La amiga tardó mas en salir, que él en volver al ataque, esta vez sin beso en la boca, pero sobándome a gusto todo mi cuerpo, ahora me acariciaba el culo, la espalda metiendo la mano por debajo de la blusa, los laterales de mi cuerpo,… me estaba poniendo malísima, y solo me dejaba llevar hasta que, sin darme cuenta, me estaba quitando el sujetador, es más, lo tenía quitado… sobre la blusa, ya sentía la dureza de mis pezones mientras el me acariciaba,… y decidí pasar a la acción, miré a la puerta, por si pasaba alguien (la verdad, me hubiera dado igual), le miré a los ojos, y mi mano fue a parar directamente a su pantalón, concretamente, al bulto que su polla hacía en él… sentir la dureza de su miembro fue bestial, y creo que solo con tocarla, empecé a mojarme, mientras el seguía fajándose con mis tetas, yo apretaba su polla, la sentía palpitar, la notaba bien, no era muy grande, pero estaba muy dura, me moría de ganas de comérmela, me hubiese gustado chuparla toda allí mismo, metérmela en la boca hasta que se corriera dentro de mí, para tragarme todo su jugo. Pero él estaba pensando en otra cosa, y era evidente quien llevaba las riendas, por lo menos, de momento.

Con su mano derecha, me agarró la cadera, me tocó el muslo, luego el culo, y luego, desde el culo, llegó hasta mi coño, que ya debía estar empapado, de forma magistral, bajó la cremallera, y con un estilo envidiable, metió su mano dentro de mi pantalón, y empezó a jugar con mi monte de Venus, acariciando mis pelos mas guardados, me moría,… necesitaba que bajara la mano, mi coño estaba esperándola, pero se hacía de rogar… yo miraba a la puerta, por si venía alguien, pero, la verdad, no veía nada, mi mente estaba en otra parte, tanto, que no me enteré que me desabrochaba el pantalón, y me lo bajaba, solo pude decir, ¿Qué haces, loco?, pero con un "Shhhh" me ordenó callar, me dijo, vigila la puerta, me besó en los labios, y se puso de rodillas, me abrió los pies un poco, mientras con sus manos me apartaba las braguitas; a la distancia que estaba, debía llegarle el olor de hembra en celo que mi coño desprendía, y por si no le llegaba, acercó su nariz y respiró profundamente, pensé que desfallecía, y casi lo hago cuando, abriendo los labios vaginales, busco mi clítoris con su lengua, dulcemente, despacito, bordeaba mi clítoris, le daba pequeños latigazos, ni que decir tiene que ya estaba a tope, lo tenía duro como una pequeña pollita, mientras mi coño no dejaba de lubricarse con una cantidad increíble de líquidos, que él no dudo en tragar cuando, bajando su lengua, la metió en mi rajita, metiéndola como si tratara de penetrarme, como si de una follada se tratase, primero despacio, luego fuerte,… me estaba follando con su lengua, y uno de sus dedos me masajeaba mi botoncito, me iba a correr, me estaba corriendo, y el lo estaba notando, lo estaba tragando, estaba lavándose la cara, y parecía gustarle,

Me dio una tregua de diez o quince segundos, para que cogiera aire, y volvió a atacarme, esta vez, metiendo uno de sus dedos dentro de mi coño, y cerrándolo como un garfio hacia arriba, mientras su lengua, volvía a martirizarme el clítoris, otra vez, empecé a perder el conocimiento, casi me caigo, mis pies parecían no responder cuando, después de lubricarlo con mis jugos vaginales, me introdujo uno de sus dedos en el culo, vaya paja que me estaban haciendo,… y en mi puesto de trabajo, volvía a correrme, me corría por segunda vez, en apenas diez minutos, era increíble. Intentó limpiarme bien la zona, pero no le dio tiempo a acabar, ya que regresaba mi compañera, por lo que, como pude, salté hasta el baño, mientras él intentaba recomponerse y ponerse en pie; cuando llegó, debió notar algo raro, porque preguntó si estábamos bien, yo le respondí si, estoy en el baño, ¿Ya se fue Paco? A lo que él contestó, no aún estoy, pero ya iba saliendo, se despidió de mi compañera, y a mi me gritó, un beso, guapa! Mientras yo trataba de arreglarme la ropa y la cara, para que se notara lo mínimo que me acababan de comer el coño. Cuando salí del baño, no estaba, y quedé un poco contrariada, no entendía esa huida.

Terminamos de recoger, cerramos completamente, y me despedí de mi compañera, intenté caminar hasta el coche, todavía mis piernas no habían recuperado su fuerza completa, y cuando llegué al aparcamiento, lo vi, llevaba una botella de vino en la mano, se acercó, me beso en la boca y me dijo, ¿tienes planes para esta noche? Obviamente, le dije que si,… la pasaré contigo….

CONTINUARÁ