La nevada

Patrulla sorprendida por nieve y viento, sus 2 integrantes sobreviven y ... -sin fotos-

En pleno septiembre nos agarró una nevazón al cabo Pérez y a mi en pleno descampado.

Ambos somos de la misma edad, digamos ositos de 25 años, de piel blanca, pelo negro, 1,80 m, casi 80 kg.

Proveníamos de la zona cálida del país. Si bien nos avisaron por radio de la inminencia de la precipitación el viento nos inmovilizó prácticamente.

Desde la pirca Pérez se comunicó con el comando que nos ubicó en la

zona y le advirtió que a 1500 m al NNO de nuestra pirca hay una cabaña de troncos abandonada.

-Alléguense a como sea a la cabaña, habrá nieve y viento fuerte por 48 horas.-

Le metimos pata hacia la dirección indicada, luchando contra el viento y la nieve.

A duras penas llegamos.

-Núñez prenda un fuego o nos cagamos de frió, yo tapiaré las ventanas y la puerta.-

Con nieve derretida, la calentamos y tomamos unos mates, suerte que a la gente del norte nunca nos falta en la mochila la pava, el mate y la yerba. Comimos un chocolate de la ración de emergencia que gracias al cielo no habíamos consumido al pedo.

-Pocos troncos se ven a mano, la nieve hace que todo se vea blanco, pone lo que hay y tratemos de conciliar el sueño. La manta que traemos a gatas nos salvará de congelarnos.-

-Comprendido mi cabo, se viene oscuro y no es cuestión de gastar las pilas.-

-Mire Núñez aquí se olvidaron estas lonas y hay algo de paja seca, hagamos un colchón para evitar perder calor al piso frío.-

-Para conservar el calor vamos a dormir juntos Núñez, no se le vaya a parar la pija conmigo porque lo largo afuera a que se congele.-

Me acosté juntito al cabo el calor de su cuerpo me devolvió a la vida, a la vida también se vino mi pija, al cabo lo tenia pegadito a mi y sentí que también estaba al palo.

No se si porque me gusto o por no pasar frío me le pegue mi culo a Pérez, el me abrazo y nos dormimos.

Cuando se acabo el tronco, ya no se veía un cuerno y si no hubiera sido por la paja seca y la lona, con la manta reglamentaria nos habríamos congelado.

Al amanecer nos despertó la radio.

-Aquí comando, respondan.-

-Aquí patrulla quinta, adelante.-

-Vean si cazan algo, busquen leña, e informen.-

-Comprendido, al trabajo vamos.-

Salimos, nevaba, aflojo un poco el viento, teníamos dos máuser, munición suficiente y el de Núñez mira telescópica.

A lo lejos divisamos un guanaco, al que Núñez le acertó un tiro en la cabeza. Quedo seco en el sitio sin saber el animal de donde le vino la muerte instantánea.

-Vaya Núñez tráigalo, yo buscare leña, de hambre no moriremos.-

Cuando regresé con el animal al hombro ya el cabo había acopiado bastante leña que llevamos al hogar de la cabaña, en tanto carneamos a la presa hicimos un buen fuego y asamos el alimento proteico.

El anterior ocupante había olvidado también algo de sal gruesa con lo que la comida nos satisfizo plenamente.

-

Patrulla quinta a comando.-

-Aquí comando, informen.-

-Tenemos víveres, un guanaco, sal y no nos falta yerba mate ni chocolate, podemos resistir 48 hs.-

-Apenas reparemos el moto trineo les avisamos, el repuesto llegara en 24 a 36 horas. Coraje. Comando fuera.-

Juntamos toda la leña que encontramos en las inmediaciones, pero al entrar, cuando comenzó a oscurecer la ropa con nieve estaba empapada, la pusimos a secar al lado del fuego, donde medio en bolas también nosotros nos acurrucamos, el uno junto al otro.

-Afuera no notamos que se mojaba, aquí el calor derritió el hielo y nosotros o mojados o en pelotas Núñez.-

-Y usted bien que me dio calor a puro tronco cabo.-

-Lo lamento Núñez, no me gustan los hombres pero al arrimarlo se me paro por puro accidente

.-

Observé que esta vuelta también por "accidente" al cabo se le vino tiesa.

Pensé, esta noche el desgraciado me coge.

Y a mi si me gusta una buena verga, la probé en la ciudad cuando me levante un travestí que con la calentura del momento me cogió cuando le di pie en un cambio de roles que hicimos,

Pero no es igual, un hombre afeitado con tetas, que un macho peludo.

De todos modos no me preocupa que me encule, me preocupa no morir de frío nomás.

El pantalón y la chaqueta estaban húmedos aun así que en calzoncillos nos metimos bajo las mantas, la lona y la ropa arriba.

Me puse de espaldas a Núñez que me arrimó de nuevo el mástil.

Que se va a hacer en tanto me dé calor, me dije, el sin inmutarse me lo apretó bien entre las nalgas, yo desinhibido le arrimé mas aun mi trasero a su duro, pero caliente miembro.

-Si, creo que te gusta la pija caliente Pérez, si quieres te la meto.-

-Si Núñez, creo que si, pero si quiere meterme pija en el hoyo, humedézcame el ano con saliva así me entra mejor.-

Me acomodé para que me diera un poco de humedad, el seco se resiste sin lubricación.

-Lo tengo limpio Núñez puedes mamarlo tranquilo.-

Me dio unos buenos lametazos, me lo ensalivó bien, el lame culo me dejo listo para recibir los 18 o 19 cm de Núñez.

-¿Ya te cogieron antes Pérez?.-

-Menos pregunta Dios y perdona, a mi ya me perdonó .-

-Tienes lindo culito Pérez, levanta un poquito la gamba que así te entra mejor.-

-Mete nomás Núñez que no sos el primero, me gusta la pija en el culo, mas cuando esta caliente como la tuya ahora.-

Cuando me cogió un buen rato me dice el Núñez.

-Hagamos un 69 y nos bebemos la leche caletita ¿sí?.-

Y como pudimos avivamos el fuego, sobre la lona en bolas nos mamamos las vergas hasta que nuestra leche nos satisfizo.

Ya descargados Núñez me dijo que a el también le gusta el sexo con machos, que en su adolescencia hacia el amor homosexual con su primo hermano, pues cuando venían vistas dormían juntos en una habitación a los fondos de la casa.

Y también por no pasar frío dormían pegaditos como nosotros ahora y el primo era, es como yo receptor, y Núñez dador.

Nos dormimos abrazados el uno al otro, a la mañana nos despertó la radio.

-Atento quinta, atento quinta.-

-Aquí quinta, adelante.-

-Aguanten hoy, mañana al medio día estará allí el moto trineo. Adelante.-

-Comprendido, tenemos carne y leña. Mañana los esperamos. Adelante.-

-Reciban una felicitación del Comandante, les darán 72 hs franco al regreso. Comando fuera.-

-Salvados Núñez, pone mas leña, que ahora no hay que ahorrar. Tomemos unos mates y prepárate que calentitos te daré lo que te gusta.

Como se imaginaran, las 72 horas ¡las pasamos de bien!.

Después nos salió el pase a otro destino, menos inhóspito, pero lo perdí de vista al "accidentado" dador.