La nalgona de Rut
Esta es una historia de como violé a una vieja amiga de mi infancia.
"Oh no, ahí viene otra vez"... Fue lo primero que pensé cuando vi bambolear ese trasero tan gigantesco pasar a mi lado por tercera o cuarta vez. Mis ganas eran incontrolables, ver madurar a una mujer que conoces de toda la vida trae demasiadas emociones a tu cuerpo. Las pajas incontables que le he dedicado, las centenas de fotos que hay en mi teléfono, tantas han sido las veces que me he planeado follar ese culo mientras le restriego mis huevo y verla llorar, hacerla sufrir...
Pero empecemos por el principio. Me presento, digamos que mi nombre es Kevin, vivo en una pequeña comarca en España, tengo 23 años y este es mi primer relato por aquí, soy un hombre alto, con un gran carisma y a mi parecer atractivo. Esta historia se centrará en ella... la reina de mis ilusiones, su nombre es Rut. Vive en una ciudad aún más pequeña que la mía a escasos 5 minutos.
Rut es una mujer de aproximadamente 1.65, con 23 años asistía regularmente al gym, de piel morena más no negra, algo así como una latina, tiene unos senos pequeños, una cintura exquisita, y unas caderas que son grandes (y como veremos más adelante, no solo el mío), sus nalgas son proporcionales a sus caderas, eso sí MUY redondas y firmes, con unos muslos riquísmos, más de una vez se le ha roto el pantalón en público, es en extremo bella del rostro y tiene unos labios muy carnosos.
La conozco desde niños, nuestros padres son muy amigos y a pesar de vivir en distintas ciudades asistimos juntos al colegio y teníamos al mismo grupo de amigos. Estuve enamorado de ella, cuando aún seguía teniendo el cuerpo de una niña pero conforme pasaron los años, sus caderas se ensancharon y le creció un par de nalgotas al que todo hombre le parecía imposible resistirse a ver. Enserio amigos lectores, tengo una inmensa obsesión por ese trasero.
Cuando cumplí 18 creí que sería mi oportunidad para ser su novio, sin embargo no soportaba los celos que me provocaba al ser ella quien se les insinuaba a otros hombres y sin más dejé la relación. Me dirán estúpido, pero a pesar de haberla violado pienso cuidar mi salud emocional. Después de todos estos embrollos de un amor veraniego, nos separamos y me marché a la capital para estudiar la universidad.
El tiempo pareció haber sanado todos los dolores del amor pasado, así que conforme pasaba el tiempo nos volvimos a hacer cercanos, aunque ya sin intenciones a tener una relación. Lo que si aumentó fue el gran erotismo que me provocaba, y fue aquí cuando me di cuenta de lo fácil que sería aprovecharme de ella en el próximo verano que regresara a casa por las vacaciones.
Situémonos en marzo del 2020, yo tenía 21 y ella ya había cumplido 22, a causa del confinamiento regresé a mi pueblo para pasar ahí la educación a distancia. El COVID-19 era un impedimento para verla a diario, pero la familia de Rut tenía serios problemas financieros, vendieron una pequeña propiedad pero no era suficiente, así que mis padres le ofrecieron trabajo y hospedaje en un local donde vendemos platillos típicos de la región. Y es aquí donde empieza la verdadera historia de cómo me pude desquitar con el orto de mis calenturas.
(Situados a"Oh no, ahí viene otra vez", eso pensé cuando volví a ver a Rut caminar tras dejar un pedido a domicilio, pero esta vez es diferente... Rut viene casi llorando y con un rostro muy asustado...
-Kevin, no sé qué hacer, un tipo rabo verde ordenó a domicilio y me hizo pasar a su casa, estando ahí me dio una nalgada y (con voz llorosa) trató de forzarme, pero iba con José (otro empleado del restaurante) y cuando lo vio me soltó.
No sabía que decir, Rut ya me había comentado que en la escuela le levantaban la falda o que los chicos siempre ponían de excusa que tenía bonita letra para que se agachara y verle el orto. Así que le di el día y me quedé a cubrirle el puesto.
Traté de ocultar mi terrible erección, pero José burlonamente me dijo “¿aún te levanta el palo la culona verdad?”, intenté callarlo pero no le quise mentir, menuda hostia que le daría por hablar así de ella, sin embargo José también había intentado conquistarla y ambos sabíamos que el viejo que la intentó forzar estuvo más cerca que ambos juntos.
Invité a José a unos tragos que tenía por debajo del mostrador, y cerré temprano, la pandemia nos tenía muy apretados a todos pero gracias a que mi familia ahorra mucho podía seguir dándome unos lujos.
-Escuché que Rut dejará la escuela, su papá perdió su trabajo en la antigua fábrica de chocolates y el dinero de la casa no les durará mucho. Dijo José, mientras yo seguía pensando en los tantos besos que alguna vez le di y que me arrepentía por dejarla.
José me miró, y me dijo, hoy Rut traía una tanga blanca, se la vi cuando se agachó por unos sartenes, sus jeans no dejan nada a la imaginación. Empezó a reírse, le dije que me estaba volviendo loco por follarla, “Ya no aguanto José, con cada paso que da su culo se mueve tanto que no dudo en que medio pueblo daría lo que fuera por nalguearla”.
Pues follatela, exclamó riéndose José, y si lo haces, me mandas fotos. Acto seguido se levantó y lo despedí del local.
Al día siguiente, noté que Rut no llegó a su hora habitual, así que le mandé un mensaje de texto y le pregunté a qué se debía su retraso, las horas pasaron y aún no recibía respuesta de ella, por lo que decidí ir a verla en el departamento que mis padres le prestaban.
Toqué a su puerta, y ahí estaba, traía unas mallas negras muy apretadas, se notaba que tenía unos cacheteros pero el color no se distinguía, traía una camisa de tirantes y de inmediato se puso su cubre bocas, ahhhh como deseaba ser ese cubre bocas y tocar sus labios, morderlos...
“¿Qué sucede Rut?” Le pregunté intentado cubrir mi excitación cada vez más creciente, “no me siento bien, pasa, tengo que contarte algo”. Rut siempre fue una chica muy insegura, sus papás vivían peleados y por su cuerpo más de uno había intentado aprovecharse de ella, realmente la veían (y me incluyo) como una simple cosa para satisfacer lo que la verga pida.
“Lo de ayer, me hizo recordar a cuando me intentaron violar en aquel campamento”, y como olvidarlo, hace unos 6 años fuimos a un campamento supuestamente muy religioso, donde uno de los hijos de los organizadores había intentado abusar de ella, sin embargo, nadie le creyó y la tacharon de loca.
Seguía tentado a agarrarla de las manos, quitarle los leggings y violarla por todos lados, llenar sus orificios de semen, tomarle fotos y hacerla sentir inútil, por otro lado sentía dolor de verla. Ella me dice, “creo que volveré a mi ciudad, ¿me podrías dar algo de sueldo extra para ir?”
Yo entonces aproveché, mira Rut, entiendo que tengas estos sentimientos pero el negocio no anda del todo bien, tú misma lo sabes...
Ella solo pudo entristecerse, “pero, ¿porque no trabajas esta semana y de las ganancias te doy algo para que vayas a ver a tu familia?”
Se entusiasmó mucho, pues ya era miércoles y los domingos no abriremos porque mis padres son muy conservadores y religiosos. Así que me subí al carro con Rut y manejé hasta el restaurante.
Ese día fue un día lleno de erecciones, pues iba en leggings al trabajo, creo que jamás la vi tanto tiempo así de entallada. Fue cuando se me ocurrió una magnífica idea, le hablé a José y le dije que Rut se iba a ausentar el sábado y la siguiente semana, y que yo la llevaría a su pueblo (qué no está lejos, pero por el COVID estaban cerradas las rutas entre ciudades del colectivo).
El viernes transcurrió normal y por la noche, al hacer corte le hablé a Rut y le dije que si se podía quedar hasta el final. Aceptó, y al despedir a todos los demás trabajadores le dije “ten Rut (le di su sueldo y el de una semana más) para que vayas a ver a tu familia, además, agarra desde mañana para que pases el domingo en casa”.
Ella estaba súper feliz, tanto que me dio un beso en el cachete y se despidió.
Sabía que Rut iba a tomar un taxi para ir a su pueblo, y al conocerla sabía que no le iba a avisar a sus padres para que fuera una sorpresa, así que me alisté y en una mochila tomé un poco de cinta para aislar, una cuerda, un consolador de mi hermana y una cámara desechable para tomar fotos y videos...
Conocía muy bien el departamento en el que Rut estaba, pues ahí pasaba mis fines con mis amigos antes de irme a la uni, sabia del portón trasero que daba paso a la cochera, así que el viernes por la noche bajo la excusa de quedarme haciendo cuentas, me puse un pasamontañas y caminé hasta el departamento...
Vi que la ventana del segundo piso (cuarto de Rut) estaba abierta, y vi mientras se levantaba la playera mostrando un sostén de encaje negro, me estaba muriendo por ver si también traería una tanga de encaje.
Me armé de valor y entré por detrás, la cochera tenía una maña así que después de abrirlo cuidadosamente entré a la cocina y me escondí. Esperé a ver si bajaba pero por el contrario vi como las luces se apagaban, por lo que decidí subir.
Subí las escaleras, volteé a la derecha y abrí la puerta de madera que separaba ese culazo de mi verga bien erecta.
Y la vi, una delgada sábana cubría la mitad del cuerpo de Rut, su cuerpo voluptuoso y sus curvas se veían magníficos, estaba volteada viendo hacia la pared, mi presencia aún no la incomodaba, pero no por mucho seguiría dormida.
Saqué una navaja suiza que me habían regalado en mi cumpleaños pasado, y le susurré, “Despierta, despierta”, Rut intentó gritar, estaba muy asustada... pero la agarre del cuello y le dije que se callara o la mataría ahí mismo. Ella se controló, entendía que no estaba jugando, le pregunté si tenía algo de valor, a lo que respondió que sólo el poco dinero que ganaba en propinas, me hice pasar por ladrón y le dije que necesitaba algo que me pagara las cuentas.
Tan impotente se sentía que me dijo “agarra mis ahorros, están debajo de closet”, así que le dije “levántate y búscalos tu”, ella se quitó la sábana y se intentó poner un short pero me negué rotundamente y le grité “¡Rápido Puta!”. Corriendo fue y se agachó como le ordené, la vista era magnífica, traía un cachetero azul no de encaje, pero sí muy sexy que se le metía entre las nalgas. Me puse detrás de ella y cuando se levantó aproveché para darle un arrimón. “Esto es todo lo que tengo”, me entregó $400 euros, no lo podía creer aparte de violarla le acababa de conseguir sacar dinero. Sin embargo, venía por otras intenciones, me puse a gritonearle: “¡400 euros, no eres más que una puta pobretona!” “¡Con esto no completo nada!”, acto seguido le di una cachetada con la que se tumbó al piso.
Estaba metido su cachetero entre sus nalgas, y se notaba que no traía sostén. Levanta su cabeza y empieza a llorar, empieza a llamarme maldito.
No aguanto la calentura, la tomo el cuello y le digo “puedo ajustarme a tu presupuesto, si te doy por el culo”, Rut empieza a negarse: “toma todo, llévate la tele, el frigo bar, todo, pero no me violes por favor”.
La ignoro completamente, y la cargo, ella me trata de pegar, patalea, así que yo me enojo y sentándome en la cama la pongo en mi regazo boca abajo... Zaz le di un primer azote en ese culito, sus carnes se movieron y ella soltó un chillido un tanto fuerte.
zazzazzaz, azote tras azote sólo provoqué que sus nalgas se pusieran rojas como el fuego vivo, lágrimas caían de sus mejillas, tras unas 5 nalgadas más la senté sobre mis piernas y le dije “dame un abrazo”, ella se negó “¿Qué piensas hacerme degenerado?”
“Parece que la zorra todavía no entiende, ¿Necesitas más palmadas para que entiendas?”, así que volví a
Ella en calzones, con una camisa muy holgada sin sostén, mi polla estaba sintiendo sus muslos y nuestras miradas se enlazaron, me apresuré a besarla, ella se opuso, me mordió, no quería quitarla de esa posición, así que la tomé del cabello y la seguí besando.
Luego, tomé la cinta que traía en la mochila y le puse un poco en su boca, con la cuerda la amarré de pies y manos, colocando a la puta sobre la cama. Yo bajé al primer piso por un poco de agua y a ver si tenía algún lubricante.
Como no encontré, le pregunté si tenía vaselina o algo similar, ella me responde que sí, y desatándola la mando buscar. Bajamos por las escaleras y su caminar se volvió menos coqueto, trataba de no mover el culo, así que le di una cachetada en esas nalgas y le grité “camina sexy, puta”.
En la cocina abrió una gaveta, estaba de pie frente a mí, no lo dudé y le bajé su calzón, ella se sorprendió e intentó pegarme con un cuchillo que encontró, pero la desarmé y le di otro golpe en la cara, ella se tiró al piso y con la tanga abajo le escupí en su orto...
Me bajé el pantalón y me masturbé un poco, ya convencido, se lo metí de un tirón, gritó, “AHHHHH, me duele, me duele”, y esa era mi intención, quería sexo duro. Su culito estaba tan apretado, batallaba para hacer el mete saca.
“Soy Virgen estúpido, ya déjame, no le diré a nadie” ella lloraba mientras yo cada vez más caliente sentía que ya me estaba viniendo. No aguanté mucho, me vine en su culito e inmediatamente saqué mi pito victorioso. El semen que había dejado se asomaba por la entrada de su hoyo, le tomé una foto y se la mostré.
Rut se llenó de ira, se me abalanzó, andaba tan caliente que le dije: “¿quieres pelear? Si gano te lo meto en tu vagina, si ganas me voy”, ingenuamente aceptó, se puso de pie y se volteó para secarse las lágrimas, graso error, la tomé del cabello y le quité la camisa, ahora estaba con la tanga a media rodilla y sin nada que cubriera sus senos de color oscuro.
La tomé del cuello y contra la pared la empecé a ahorcar, logró exclamar “me rindo”, y me empecé a burlar de ella, la tomé del brazo y la llevé arriba nuevamente.
La tiré contra la cama y antes de follarla, le di una mordida en sus nalgas, luego la puse boca arriba y me saqué el resto de mi ropa, ya ambos completamente desnudos empecé a besar sus tetas, mordía sus pezones mientras la respiración de Rut era agitada, gemía de dolor.
Masajeaba sus grandes nalgas, cada que podía mordía sus muslos. Rut ya estaba resignada a sufrir aquella violación.
Era frenético el momento, buscaba torturarla, lo suficiente para que se sintiera inútil, eso buscaba yo, sentirme poderoso aprovechándome de una joven indefensa, que descarado.
Recorrí su cuerpo de una mirada, tomé sus muslos y separé sus piernas. Rut me dijo, “por favor no, si quieres dame por el culo otra vez, pero por aquí no, soy Virgen”, vi su vagina, estaba sin depilar más no frondosa, me quería burlar de ella, hacerla sufrir así que le dije “¿o sea que nadie en todo el pueblo te ha follado? Estupendo, seré la envidia de todos”.
Amarré su cabeza a la cama, no vaya a ser que me intente golpear, seguido toqué su vagina y le empecé a escupir, froté y froté, empecé a dedearla, quería que se viniera para hacerla sentir culpable, rápidamente Rut empezó a saltar pequeños gemidos, la emoción de verla venirse era mucho, le dije “sigue masturbándote, quiero que te vengas”.
Ella bajó sus manos y llorando empezó a tocarse, en sus ojos veía su vergüenza, a gemir más y más alto, así que sin apartarle las manos metí mi verga caliente en su raja, en eso ella se vino y sentía sus líquidos en mi verga. La vi, toda lloriqueara, sus nalgas estaban rojas y su vagina parecía caos, tenía marcas de mis mordidas en todos sus pechos.
Aprovechando que se acababa de venir, metí mi pene de un solo golpe, ella gritó, empezó a salir sangre de su vagina, obviamente el himen acababa de romperse. Le dolía, lo veía en su rostro, era su primera vez y yo le estaba dando tan duro que la hice llorar.
Le levanté una pierna y le hice el mete saca un buen de rato, estrellaba mis huevos lo más cerca que se podía, acababa de venirme, pero la calentura del momento hizo que mis testículos trabajaran rápido.
Estaba cumpliendo el sueño de mi vida...
Mientras se lo metía le dije, ahora hazlo tú, quería que ella se moviera, le dije “eres mi juguete, muévete” y le pegué en los muslos que rebotaron a pesar de estar firmes.
Ella intentaba moverse pues seguía estando amarrada del cuello como una esclava. Llorando me dijo “¿porque me hiciste esto?” Así que me acerqué a su odio aún sin sacarle la verga, claro. Y le dije “porque me has tenido caliente desde el colegio, me encantaba levantarte la falda y darte nalgadas y arrimones en las colas de la cooperativa”.
La tomé del cabello y me acerqué a su boca, ya me iba a venir, le daba fuerte, y le volví a gritar “QUE TE MUEVAS”, sentía el esperma queriendo salir de mi cuerpo, y me vine, le llené la vagina de semen caliente y cuando ella lo sintió volvió a llorar.
Ya desesperado le dije “deja de llorar, que me dan más ganas de violarte”, estaba convencido que necesitaba una mamada de esa boca, pero antes la comencé a manosear violentamente.
La desaté del cuello y respiró profundamente. Le dije “Voltéate y ponte en 4”. Ella obedeció rápidamente. Tomé el cinturón que traía conmigo, y la empecé a azotar, cada que el cuero chocaba contra sus carnes gritaba del dolor, me gustaba.
Le pegaba en las piernas, en las nalgas y aún en lo que se asomara de su vagina. zazzazzaz Las nalgadas hicieron que excitado, volviera a meterle el pene en su hoyo.
Seguía estando muy apretado, Rut me dijo que fuera más despacio, pero ignorándola comencé a manosearle sus tetas que aunque chicas, sus pezones estaban duros. Puse una mano en su cadera y con la otra la jalé del cabello, veía sus ojos mientras le daba en 4.
“Ahhhhh, hijo de puta, ya acaba” gritó ella. Me saqué el pito y la aventé contra la cama.
"A ver, muestrame tu boca", le sacudí el pene en su cara, y con el le pegué en la boca y sus cachetes. Sollozando, lo miraba cuando le dije "abré la boca".
Estaba super caliente, sin que abriera la boca por completo, le metí el paquete hasta que sus labios tocaran mi pelvis. Quería que me mirara, que viera mis ojos mientras que su boca estaba llena de mi pito. Tomé el consolador que estaba cerca y tambien lo metí en su boca. La pobre no podía ni respirar, parecía tener ganas de vomitar. "Si vomitas me encargaré de verte cada mañana para que me des una mamada".
Le dolían los labios, lo veía en su mirada y en su respirar, le grité "Mirame, Mirame", ella me volteó a ver y con mas ganas empecé a frotar mi pene contra sus labios, quité el consolador y solo quedaba mi pene y su boca. Con mis manos movía su cabeza para que fuera ella la que provocara que me viniera.
Finalmente me vine, le grité "TRAGATE TODO", y cuando terminamos la obligué a limpiarme el pito con sus labios.
Le di un par de nalgadas más y la aventé contra la cama. Le dejé los 400 euros que había tomado y burlonamente le di otros 200 diciendole, "Ten, hiciste un buen trabajo, quizás consigas más dinero de puta". Me reí fuerte mientras la escuchaba llorar en voz alta. Agarré la camara que había puesto y me marché de su casa.
A la mañana siguiente, me hago el sorprendido cuando José me dice que Rut había sido violada, probablemente continué con esta historia, saludos :D