La mutación de mi hijo 4
Desde que realice el primer entrenamiento anal con mí pequeño Jack, y me folló por el culo cómo si fuera una perra, subiéndose en mí grupa clavándome toda la polla con descaro y desparpajo impropio para un chico de su edad, no ha habido noche que no haya tenido que pajearme, para aliviar la excitación que me embarga desde entonces.
Desde que realice el primer entrenamiento anal con mí pequeño Jack, y me folló por el culo cómo si fuera una perra, subiéndose en mí grupa clavándome toda la polla con descaro y desparpajo impropio para un chico de su edad, no ha habido noche que no haya tenido que pajearme, para aliviar la excitación que me embarga desde entonces.
Aunque llevaba separada y sin estar con ningún hombre más de dos años, acabar follando con mi hijo era algo que no podía imaginar jamás sucedería. Pasadas solo dos semanas desde que concluyó el tratamiento-entrenamiento, para que mi hijo superara su gran sensibilidad y pudiera retener la eyaculación, me encontraba todo el día excitada y alterada, pensando en el tamaño de la polla de mí pequeño, era el doble que la de su padre.
Jack había sabido tocarme y ponerme loca de excitación, hasta el punto que me hizo tomar una decisión, que no imaginaba iba a tener las consecuencias que ha acabado teniendo.
Recuerdo que fue un sábado mientras estábamos comiendo, cuándo sin yo misma saber bien del todo, de donde me salió la voz me oí decir—Jack quería comentarte algo, he pensado que te parecería si no te importa dormir en mí alcoba alguna noche, me...er...siento muy sola desde que tu padre no está, solo será alguna noche que otra... ¿qué dices cariño?— al pronunciar la última palabra una descarga eléctrica me recorrió toda la espalda hasta llegar a mí excitado clítoris.
Los ojos de mí hijo se levantaron del plato y se posaron en mis pezones, que estaban tiesos por la excitación clavándose en la vaporosa tela que apenas los mal cubría, dejando patente que no llevaba sujetador.Tras devorar mis tetas me miro con deseo mal contenido, poniéndome más excitada al sentirme observada cómo él lo hizo, transmitiéndome que estaba leyendo mí sucia mente, dándose cuenta de lo mucho que me excitaba— en realidad estaba deseando que Jack me volviera a follar, y él supo darse cuenta de la mamá sucia y viciosa que soy— Eh...estás segura de eso mamá, no te vas a sentir incomoda de que duerma contigo, si es por no sentirte sola, puedo hacerte compañía hasta que te duermas—.
La respuesta de mi hijo me dejó por momentos en una situación difícil y nuevamente me oí decir para mí sorpresa— claro que mamá está segura, nada más comer voy hacer la siesta, si lo deseas puedes hacerla conmigo, así veras que confío en ti, además que ya eres todo un hombre Jack, y el único de esta casa.Mí coño nada más decirle esto a mí hijo, humedeció mis bragas, subí rápidamente a mí habitación para comprobar si me había meado encima, comprobando que tenía el coño chorreando jugos, impregnando toda la estancia de ese olor tan característico.
Me eche en la cama poniéndome de lado, con la espalda hacia el centro, vestida nada más que con las bragas tipo tanga, con una tela minúscula que dejaba escapar por los lados mí oscura pelambrera, que aparecía toda húmeda y brillante por los jugos que no paraba de soltar mí excitado coño.El sujetador era transparente prácticamente, mal cubriendo los pezones una fina blonda apuntillada, que los dejaba a la vista.
No habían pasado ni cinco minutos que escuche abrirse la puerta y me hice la dormida, mi hijo se echo a mí lado sintiendo cómo se quitó la camiseta y el bóxer, quedando todo desnudo.Solo la idea de que estaba acostado desnudo a mí lado me puso más cachonda por momentos; el olor a coño caliente en la alcoba era intenso.A los pocos minutos noté cómo se pegaba a mí espalda, dejándome sentir la dureza de todo el tronco encajándolo entre mis nalgas.
Su osadía me dejo paralizada, cómo podía ser tan descarado con su madre, con ese desparpajo. Mí coño lejos de obedecerme, se humedeció más al sentir cómo latía la polla, y cómo de forma casi imperceptible empujaba sus caderas para hacerme sentir lo dura que la tenía el muy golfo.Cuándo aun no había reaccionado por la sorpresa, mi hijo pasó uno de sus brazos entre la almohada y mí cuello, dejando la mano encima de las tetas, la otra la dejó caer—cómo por casualidad—sobre la tela que cubría mí raja.
Tras unos segundos —que me parecieron una eternidad poniéndome ansiosa— sus dedos fueron rozando y jugando perversamente con la tupida pelambrera que escapaba por ambos lados, tironeando los pelos húmedos, haciéndome sentir el golfo más guarra y sucia por estar así al lado de mí pequeño, a la vez haciendo que mordiera los labios y encajara la cara en la almohada, para disimular los sollozos y gemidos por lo caliente y excitada que me ponía sentirme tocada así, y evitar que viera mí cara roja hasta las orejas, por la excitación.
Jack no contento con eso me manoseo todo el coño, a su capricho descubriendo lo húmeda que tenia la tanga, notando lo caliente y excitada que yo estaba.Después de manosear el coño de arriba abajo por fuera, introdujo dos dedos entre la tela, acariciando mí abierta vulva constatando que chorreaba jugos cómo una fuente. Abriéndome los labios, fue hurgando bien dentro pero sin prisa ninguna recreándose en su obscena caricia, consiguiendo que chorreara más el coño produciendo un chapoteo lascivo al meterme los dedos sin piedad intensamente, sin darme cuenta me vi moviendo mí coño, para facilitar que mi hijo me tocara cómo el quisiera.
Cuándo ya me tenía al borde de un orgasmo detuvo sus dedos, dejándome toda cachonda y ansiosa, tironeo la tela de la braga hasta encajarla en mí húmeda raja con fuerza, haciendo que mí coño tuviera un aspecto muy morboso y guarro, con los dos labios muy separados y la tela rozándome el clítoris.Teniéndome así el muy descarado, me encajo su gruesa polla entre los muslos, empujando la amoratada cabeza hasta que apareció por entre mi húmeda pelambrera, iniciando un movimiento de adelante atrás, rozándome así todo el coño, dejándome sentir lo dura que la tenia, encajándola entre los abiertos labios, provocando que se la empapara de mis jugos.
Así con la tela presionando mí hinchado clítoris, y la polla deslizándose entre los labios abiertos de mí coño, mi hijo encajó su cara en mí melena negra, lamiéndome el cuello y la oreja, arrancándome gemidos y sollozos, que casi no conseguí disimular por la terrible excitación. Sin darme tiempo a reaccionar, sentí cómo me clavaba su grueso cipote parsimoniosamente, notando cómo mí coño lo atenazaba, presionando mis labios la morada y gruesa cabeza— mí hijo empezó un tortuoso y lento mete saca, metiendo solamente la cabeza de la polla—, sin poder evitarlo se me abrieron los muslos, facilitándole así que pudiera meter mejor la polla.
Al darse cuenta de ello, Jack se aprovecho metiéndome toda la polla, hasta que sus huevos peludos y llenos de leche rozaron mí húmeda pelambrera, iniciando un mete saca lento e intenso que me excito más, sin poder evitar que mí cuerpo le obedeciera, empujando las caderas para sentir mejor cómo me follaba, a la vez que atenazaba su gruesa polla con los músculos de mí vulva, para sentirla más.
Mi hijo al sentir cómo el coño le apretaba la polla, atrapó mí clítoris acariciándolo y estirándolo entre sus dedos. Al sentir sus caricias empapé su gruesa verga babeando jugos cómo una fuente de Venus, produciendo la polla al entrar un chapoteo muy lascivo que me dio mucho morbo y me excito cómo una perra en celo.
Jack mientras no había dejado de lamerme la oreja, teniendo su cara oculta en mí melena negra oliendo intensamente el cabello, hasta que no aguantando más su excitación, me susurro muy caliente y excitado, embistiéndome intensamente, e intentando «no despertarme» de mí siesta.
—Aaah mamá...tu coño es muy estrecho..., cómo...me... aprieta...la polla..., que rico...sí...oooh...cómo...te... chapotea...el...chocho...así..., toma...oh...que... buena...estás...mamá...cómo...te follooo...sííí..., tu...coño...caliente..., so...guarra..., toma...oh...mamá...que...bien... follasss...mmm—
Al sentir las cosas tan calientes y sucias que mi hijo me decía, me corrí cómo pocas veces lo he hecho. Mí coño empezó a babear jugos cómo un grifo mal cerrado empapando la polla, al notar lo bien que me la clavaba hasta el fondo, dándome un enorme placer, mí coño sin que pudiera controlarlo atenazó la polla de Jack de forma intensa, cómo intentando evitar que me la sacara, notando más su dureza y grosor, haciéndome sentir muy caliente y correrme a chorros, con gran placer cómo una viciosa.
Mi hijo al notar cómo mí coño le atenazó la polla, me la clavó más intensamente sintiendo sus huevos en mis labios de forma lasciva, soltándome grandes chorros de leche hirviente, mientras me susurraba palabras de forma morbosa, sobre cómo mí coño le apretaba la polla y le sacaba toda la leche.
—Aaah mamá...tu coño me aprieta...muy rico...la polla...sí tómala así hasta el fondo...oooh...me estás sacando toda la leche...toma toda mí polla...hasta el fondo...me corro en tu coño...toma mí leche...sssí
Me corrí con la cara clavada en la almohada, intentando que mi hijo no se diera cuenta del enorme placer que me había causado, el ser usada así por el, mientras yo permanecía «dormida» ajena a todo.Durante la tarde mí hijo actuó cómo si nada hubiera pasado en la siesta, encontrándolo muy relajado y de buen humor.
Lo único que noté es que no me quitaba los ojos de encima, sobre todo al ver que iba vestida igual que en la última sesión que tuvimos la semana pasada, con un babidoll azul eléctrico que dejaba a la vista mis oscuros pezones, y una minifalda que apenas cubría mis nalgas.Aun sentía dentro de mí coño la leche que mi hijo me había metido creyéndome dormida, excitándome de nuevo solo con recordarlo. Realmente estaba perdiendo la «objetividad científica» del entrenamiento para curar el exceso de sensibilidad, que padecía mí hijo.
Me estaba resultando difícil no pensar en cómo me había clavado de nuevo la polla, hacia menos de tres horas, y lo puta que me sentí, al dejarme usar así por mí hijo, y lo peor era que lo había disfrutado cómo nunca.Estaba dispuesta a acabar con aquella obsesiva atracción que sentía por mí hijo, y por lo bien que sabía tocarme y excitarme.Antes de poder decirle nada, mi hijo me recordó que teníamos pendiente un «último entrenamiento».
—Mamá vamos a realizar el entrenamiento que nos falta, creo es el último ¿no es así?—busque en su cara algún signo por haber abusado de mí hacia pocas horas. Jack estaba cómo la vez anterior, rojo purpura de vergüenza mientras me hacía la pregunta, sin nada que lo delatase, esa compostura tan madura me excito haciendo que mí sexo se humedeciera, dejando escapar algunas gotas de flujo—S...sí cariño lo haremos en mí alcoba, así estaremos más cómodos, dame cinco minutos y ya puedes subir, ¿ok nene?—sí m...mamá claro.
Antes de darme la vuelta observe cómo los ojos de mi hijo me devoraban las tetas, su pantalón al escuchar mí propuesta dejaba entrever un abultado paquete, que no consiguió esconder a mis ojos.Fui hacia mí alcoba sabiéndome mirada por mí hijo, balanceando mí culo de forma provocadora, si esa iba a ser la última vez que iba a disfrutar de mí pequeño, quería disfrutarlo cómo nunca lo había hecho antes.Nada más entrar Jack me encontró sentada al borde de la cama, parecía que «su bulto» había aumentado desde hacía cinco minutos atrás.
En seguida se percato que me había quitado la falda negra, llevaba una braga de tanga roja casi transparente, con una blonda negra en el borde. Los abultados labios mordían la tela de forma obscena, dejando escapar por los lados de la blonda, abundante bello que aparecía brillante por cómo tenia de húmedo el coño.Al percatarse de cómo se me salía la oscura pelambrera por el borde de la braga, sus ojos se le pusieron cómo platos, asustándome y excitándome a la vez, de excitar y gustarle tanto a mí hijo, tanto que apenas me salió la voz—J...Jack ven cariño quítate el pantalón y comencemos cuanto antes, así será mejor para los dos.
Intente utilizar un tono frío y profesional, aun cuando me estaba engañando a mí misma, sabiendo que quería provocar y excitar al máximo a mí pequeño.La voz de mi hijo me dejo entrever que no había conseguido engañarlo, a pesar de estar rojo hasta las orejas, su voz era segura y firme, transmitiéndome que iba hacer conmigo lo que quisiera, su mirada llena de vicio y lascivia me erizó toda la piel, produciéndome una descarga eléctrica, que recorrió toda la columna hasta mí coño—mamá ¡¡ ponte de rodillas!!—.
Sin que me dijera nada le baje el pantalón de deporte con verdadero deseo mal contenido, saltando su polla cómo si estuviera viva dándome en la cara, me sentía arder las mejillas y estaba hipnotizada mirando la amoratada cabeza, gruesa cómo nunca la había visto anteriormente, apuntándome amenazante.De nuevo mí hijo me sorprendió, frotándome la cabeza de la polla por las mejillas y los labios, dejándome sentir el grosor y la dureza, cómo si fuera una barra de carne.
Jack la acerco a la boca y cogiéndome de la larga melena la metió sin dudar un instante, mí coño al sentir la polla en la boca, se humedeció mojando el minúsculo tanga—mí pequeño metía a cada embestida más profundo su polla, haciendo que me esforzara por no atragantarme—viéndose sorprendido por cómo se la mamaba presionando toda la polla con mis labios, mientras acariciaba sus peludos huevos que parecían estar llenos de leche por su tamaño—. —Oooh mamá trágatela toda...mmm aaah que boca tienes tan rica, sí lamela toda de arriba abajo ¡¡PUTA!! , lame los huevos que se llenen bien de leche—Jack me agarró la cabeza y froto sus huevos contra mí boca, haciendo que se los lamiera a lametones excitándole más, haciendo que su polla se pusiera más dura y gruesa.
Lamer los huevos así de mí hijo, me puso muy caliente haciéndome babear de placer, notando lo llenos que estaban de leche a cada lametón, ensalivándolos cómo si fueran un exótico manjar. Al darse cuenta de lo excitada que me encontraba, me hizo sentar en el borde de la cama sin dejar de lamerle la polla y los huevos, haciendo que abriera los muslos al máximo, percatándose de cómo me chorreaba el chocho al tocar la tela empapada del tanga.
—Tienes el tanga empapado mamá, mira cómo tienes el chocho so cachonda—Jack me acaricio descaradamente todo el coño por encima de la tela, hasta que manoseo toda la pelambrera que estaba empapada, metiendo dos dedos entre la blonda, hurgándome el coño metió los dedos hasta el fondo, haciendo que mí coño babeara jugos chapoteando de forma morbosa, hasta que me hizo correrme de placer el ladrón.Me agarró del pelo metiéndome la polla hasta la garganta, follándome la boca con rápidas y profundas embestidas se corrió atragantándome por la cantidad de leche que le salió, evitando a duras penas desperdiciar algunas gotas de tan rica leche.
Sin darme tregua ni haber dejado de hablarme muy caliente y soez mientras me hacía correrme en su mano—mira cómo te chorrea el coño, cómo te chapotea GUARRA...te estás corriendo oh sí que bueno toma mis dedos así córrete PUTONA....oh qué coño tienes tan rico mamá—yo me queje con muy poca convicción por cómo me hablaba y me tocaba con ese desparpajo—OOOH ¡¡JACK!!...no me hables así soy tu madr...AAAH...ME CORROOO oh no me toque...es así...OOOH ME CORROOO...TUS DEDOS SSSÍ—me tumbó en la cama y apartando la tanga se dedico a lamerme el coño, cómo si le fuera la vida en ello.
Lamio todo el coño de arriba abajo cómo si lo pintara, abriéndome los abultados labios a lengüetazos, bebiéndose todos mis jugos cómo si fuera su bebida favorita, sin dejar de decirme lo sabroso y dulce que estaba mí coño, excitándome sus palabras morbosas y excitantes—oh mamá que coño tan dulce tienes, te lo voy a comer todo así, no paras de chorrear jugos, so cachonda, que jugo tan rico tienes putona caliente...mmm. Su lengua fue recorriendo cada pliegue de mí abierto y húmedo coño, como si lo esculpiera, produciéndome un placer cómo nunca había soñado sentir.
Me metió toda la lengua en el coño sin prisa ninguna, provocando que me pusiera loca de excitación le cogí la cabeza encajándome su boca en el chocho, sin dejar de sollozar y gemir por el placer que me estaba dando, mientras no paraba de frotarle mí coño contra su viciosa lengua para que no dejara de comérselo —Aaah...aaah oh mmm, dios oooh...mi coñooo sí oh que lengua tienes nene...aaah, aaah...si comete el coño de mamá cariño, oh ¡¡JACK!!...si mete tu sucia lengua así todaaa...oh, oh, oh nadie me ha...comido así el coñooo, me matas...mmm hijo...me corro en tu boca AAAH...sí toma mí coño LADRÓN....toma mis jugos nene vicioso, oh tu lengua me folla el coño sí me corrooo ¡¡JACK!!...toma mis jugos ooog, ooog que placer me das cariño...aaah.
Durante todos los años que estuve casada con el padre de mí hijo, jamás quiso practicar conmigo el sexo oral por lo que mí poca por no decir casi nula experiencia, se limitaba a mí vida de soltera. Sin intención de darme descanso alguno, Jack me hizo lamerle de nuevo la polla aunque no había perdido ni dureza ni grosor, el motivo era que quería que su mamá le lubricara bien la polla el muy golfo.
Dispuesta a no decepcionar a mí pequeño, ensalive toda la polla desde su amenazante cabeza, hasta los huevos que mostraban un grosor desmesurado para un chico de su edad, además de estar repletos de leche, por lo llenos que se mostraban.
Jack no pudo reprimir varios gemidos de placer y satisfacción, al ver cómo le lamia los huevos, con la cara de puta que yo sabía que tenía, pues lo estaba disfrutando tanto o más que él—Oh mamá...tu lengua sí que placer sabes darme...ufff—
Nada más decirme esto me cogió de los hombros y me hizo poner a cuatro patas, con una seguridad que me dejo sin aliento, por lo desenvuelto que se mostraba. A continuación escupió de forma ruidosa en mí ano, una buena cantidad de saliva haciéndome sentir que era su perra, por el modo cómo me trataba.
Antes de enfilarme su grueso cipote me arreó dos azotes sonoros en el culo, uno en cada nalga arrancándome un grito con cada uno, pero no de dolor no... de vicio y excitación por verme tratada así, cómo su puta domestica, y darme lo que yo necesitaba.
Con los azotes mí excitación se disparó, sobre todo al notar la gruesa cabeza de la polla de mí hijo abriéndome mí excitado ano, que debido a la follada de hacía pocos días no ofreció mucha resistencia.
Jack metió solo el cipote dejándome sentir su tremendo grosor y dureza, mí esfínter lo atenazó sin piedad ninguna, cómo si lo invitara a entrar más profundo, sentía todo su grosor de una forma increíble, cómo si mordiera la polla.
Jack al notar cómo le atenacé el cipote, me clavó más de media polla de la primera embestida, haciéndome sentir una mezcla de dolor y placer, ganando intensidad éste último, consiguiendo que empujara mí culo buscando que me hijo me clavara toda la polla a la vez que de mí garganta brotaba un sollozo mezcla de placer y suplica —AAAH...¡¡¡JACK!!!— por cómo sentía de profunda su polla y el deseo de que me la clavara toda, hasta sentir sus huevos chocar con mis nalgas.
Al oírme gemir así me agarró por las caderas firmemente y sin dudar un instante, me clavó toda la polla hasta los huevos de una sola embestida, hablándome de forma morbosa y caliente por la tremenda excitación que sentía, de dar por el culo a su madre—OOOH...¡¡¡MAMÁ!!! SÍ TOMA TODA LA POLLA—.
En ese instante inició un mete saca perverso, haciendo chocar sus huevos llenos de leche contra mí coño todo húmedo, produciendo un chapoteo obsceno y guarro. poniéndonos a los dos locos de lujuria.
La excitación me hizo mover mí culo para sentir más la polla de mí pequeño mientras no paraba de sollozar y gemir por lo bien que me estaba follando—Oooh Jack...Oooh Jack...Aaah tu pollaaa...—.Sorprendiéndome de nuevo mi hijo por su seguridad y aplomo, se subió literalmente encima de mí grupa, poniéndose a cuclillas sin apenas sacar un instante la polla de mí abierto culo, adoptando una postura muy obscena.
Jack se apoyo con ambas manos en mí espalda, clavándome la polla en su totalidad, haciendo que la sintiera mucho más, al metérmela así lentamente de arriba abajo de forma intensa, chocando sus hinchados huevos con los labios de mí coño en cada embestida.
Al sentirlo así cómo me culeaba muy fuerte, igual que un perro rabioso, clavándomela toda y hablándome de forma morbosa, sobre lo bien que me la estaba metiendo y lo rico que yo le apretaba la polla, me puso loca de excitación, chillando cómo si me matara
—Oooh...Oooh... ahora sí que entra toda la polla, asííí tómala toda dentro ¡¡PUTONA!! oh que bien te entra así mamá, que culo para mí polla, Aaah cómo me la aprietas viciosa, toma toda la pollaaa...¡¡GUARRA!!—AAAH...AAAH...OH ¡¡JACK!! ME LA ESTÁS CLAVANDO TODAAA...AH ¡¡¡CABRÓN!!! FOLLA EL CULO DE MAMÁ ASÍ...AH ¡¡¡QUE POLLA!!! NO PARES DE FOLLARME ASÍ DE FUERTE.
Mi hijo al sentir cómo le hablaba de excitada, acelero el mete saca arrastrándome en un orgasmo cómo nunca he tenido otro, llenando mí culo de leche corriéndonos ambos a la vez, y yo atenazándole la polla para ordeñarlo a fondo, y que le diera a su mamá toda la leche.
—Si mamá tómala todaaa así, oh que bien te follo el culo viciosa mmm, así toda dentro oh que culo tan estrecho tienes, cómo me la aprietas ¡¡GUARRA!! me vas a sacar todas la leche mamá sí me corrooo en tu culo oooh que bueno viciosa, sí tómala toda...aaah—OOOH JACK...así todaaa oh cómo siento tus huevos, folla el culo de mamá así ¡¡GOLFO!! cómo me follas...me corrooo nene sí así métela más ah que pollazos me das....me corrooo de gusto...lléname de leche el culooo ah me matas de placer...dámela toda así....oh cómo me quema....cuanta leche tienes hijo, si todaaa, así, oh que rica tu leche....oooh.
FIN
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