La musa (2)

...

La noche, teniendo en cuenta mis expectativas de encontrarla, fue un desastre pues por más que la busqué no la vi y gracias a esta actitud mía me di cuenta de que me estaba obsesionando demasiado por una persona de la que no conocía ni el nombre, tenía asumido que me gustó, era guapa, simpática y me llenaba de sensaciones que poca gente es capaz de transmitirme, pero tampoco debía aferrarme a ella porque seguro que acabaría haciéndome daño a mi misma.

Al día siguiente y con mi cabeza más tranquila, decidí dedicarme la mañana y la tarde para relajarme, yo y mis habituales ganas de estar sola. Me preparé algo rápido para comer y me tiré en el sofá con la tele apagada, Janis Joplin en mi mp3 y un porrito para desconectar del todo, una tarde aburrida para cualquier otra persona, un cielo para mí.

Más tarde decidí volver al parque para probar suerte, quizá saliese algo de mi. Llegué a mi rinconcito de nuevo pero esta vez apagué el móvil, abrí el cuaderno e intenté empezar a escribir.

Pasaron un par de horas, eran las 6 de la tarde y con unas cuantas hojas rellenas de letras en mi cuaderno me levanté para volver a mi apartamento. Paré para beber agua en la fuente cuando noté que una mano dio 3 toquecitos sobre mi hombro, yo con la boca mojada por el agua me di la vuelta para ver quien era:

¡Hola! ¿Qué tal estás?- dijo la dueña de aquella maravillosa sonrisa .*

  • Em… bien, bien, ¿y tu?- dije un poco lenta, no me esperaba encontrarme con ella- ¿estás mejor?

  • Si, claro y todo gracias a ti, bueno y ¿qué haces por aquí? Siempre te encuentro por este lugar jajaja.- en el momento que oí su risa juraría que los pajaritos comenzaron a cantar, pero ¿qué pensaba yo? Me prometí no obsesionarme y parecía una niña frente a su ídolo.

* Te lo dije, siempre que quieras verme ven aquí jaja es como una segunda casa para mi.

  • Pues si soy sincera vine aquí con la intención de encontrarte de nuevo- no podía haber dicho lo que creía haber escuchado, aunque si no lo hubiera dicho no hubiera tenido esa sonrisa tonta en mi cara - quería invitarte a tomar algo por lo de ayer y como no tenía nada mejor que hacer me vine para acá por si te veía…- dijo sonriéndome.

* Pues valla, yo que venía a relajarme jaja

  • Pero que si no puedes no pasa nada, entiendo que tengas otras cosas que hacer.- noté cierto aire triste en esa frase.

Que no mujer, que si, que vamos a tomar algo, hoy no tengo planes-* levantó su mirada y me sonrió de nuevo. Pues entonces vamos, conozco una cafetería bastante tranquila y apartada donde se está muy a gusto y he traído coche.*

Sin esperar un minuto más nos fuimos a recoger su coche que estaba a la salida del parque. El camino a la cafetería se hizo corto, no dejábamos de hablar de nuestras carreras, ella estaba estudiando para enfermería en una ciudad que había cerca de aquí, por lo que iba y venía todos los días ya que todavía vivía con sus padres. Yo le conté que vivía en esta ciudad pero que mi familia estaba bastante lejos y que estudiaba filosofía, cosa que le sorprendió mucho.

Cuando llegamos al local lo reconocí en seguida, ya había estado allí 3 o 4 veces, entramos y nos sentamos en una mesa al fondo, donde nadie nos molestase. Nada más sentarme recordé que ella era una persona sin nombre, otra vez estábamos hablando pero ni si quiera sabía como me llamaba.

A los 10 minutos se nos acercó el camarero interrumpiendo la conversación, le dijimos lo que queríamos y continuamos hablando:

* ¿qué hay en ese cuaderno?- me preguntó curiosa colocando un mechón de su pelo liso y claro detrás de su oreja.

** ¿en este? Nada, garabatos y poco más, cosas sin importancia.

  • ¿puedo ver tus "garabatos"? si usted me lo permite jajaja- me tenía embobada, pero recordé que en ese cuaderno estaba el dibujo que hice de ella la tarde anterior. * Este no, si quieres nos vemos otro día y te enseño otros cuadernos que tengo guardados.

  • Bueno, vale, pero tiene que ser pronto ¿eh? Me muero de ganas por ver tus dibujos.-* eso me sonó a que tenía otra cita con ella.

El camarero se acercó de nuevo para darnos lo que le pedimos pero nosotras no nos dimos ni cuenta, ella porque estaba totalmente concentrada en la conversación y yo porque estaba totalmente concentrada en ella, en sus ojos oscuros, su pelo, en sus labios rojos y de grosor medio, en su piel clara que parecía ser suave, en los gestos de sus manos, en su escote…:

Ahora te toca hablarme de ti, que llevo al menos… 20 minutos hablándote de mi- ¿20 minutos? Juraría que fueron 10 segundos - venga que tengo curiosidad por saber más cosas sobre ti jaja * Pues… no se… pregúntame que quieres saber y yo te lo contesto.

  • ¿tienes novio?- mis ojos se abrieron como dos platos, otra vez me sorprendió que fuera tan directa La verdad es que los novios no me van muy bien, siempre he sido un desastre con los chicos, además…- ¿debería haberle que soy lesbiana?

¿además?- se acercó a mi muy intrigada. - Nada, nada, y ¿tú tienes novio? Porque me has contado muchas cosas pero eso no.- no se por qué le pregunté semejante tontería, una chica como ella seguro que tenía locos a todos los chicos de su universidad . * A mi no me va muy bien tampoco con los hombres jajaja digamos que hace bastante que no tengo novio jajaja

  • ¡no me lo puedo creer! ¿en qué piensan los hombres de tu universidad para no acercarse a ti? Jajaja es imposible que una chica como tu no tenga novio- dije impresionada. Jajaja que exagerada, la verdad es que ahora mismo no me interesa tener novio…- dijo mirándome fijamente a los ojos, supe que intentaba decirme algo con aquella mirada pero no sabía exactamente que era. Eso ya es otra cosa jajaja.- la verdad es que me alegraba de que no tuviera novio.- ¿alguna otra pregunta, señorita?
  • Si, creo que es la pregunta más importante que he hecho jamás…- me empecé ha poner nerviosa, ¿qué pregunta sería? - ¿de verdad crees que serás capaz de contestarla?
  • Lo intentaré jajaja.

  • Bueno pues allá va*

  • cogió mi mano - ¿cómo te llamas? Jajaja es que no se tu nombre, llevamos una tarde entera hablando y no se tu nombre, a cualquiera a quien se le cuente… jajaja- di un suspiro bastante aliviada * Jajaja ¿mi nombre? Es un secreto- le dije al oído.

¿y qué tengo que hacer para que me lo digas?-* me susurró ella también en el oído, pero con una voz medio ronca que me excitó bastante. Pues tienes que ganártelo.- no terminé la frase cuando sentí sus suaves labios sobre mi mejilla, apenas duró dos o tres segundos pero eso fue suficiente para que mi celebro terminara de saturarse. Creo que ya si me lo puedes decir ¿no?- dijo con una sonrisa de medio lado que le daba ese aire de picardía que me encendía. Ok… me llamo… Erika ¿y tu nombre?-* por fin iba a saber el nombre de mi musa. Creo que ahora tienes que ganártelo tu…- dijo señalando su mejilla y yo sin pensarlo dos veces le di un fugaz beso - yo me llamo Silvia. * Vaya, por fin se tu nombre jajaja

  • Jajaja-* reímos ambas.

Seguimos así toda la tarde, me preguntaba todo tipo de cosas, algunas más triviales,

como el tipo de música que prefería, y otras más personales, como a qué edad perdí mi virginidad. Definitivamente me tenía cautivada, su manera de decir las cosas sin ningún miedo, su alegría, todo en ella era perfecto.

Sin darnos cuenta pasaron 3 horas:

* oye, son las 9:25 ¿vas a salir esta noche?- la verdad es que o tenía ganas de salir, me gustaría quedarme con ella.

Pues no lo se, la verdad es que estoy muy a gusto contigo- ella cogió mi mano, me encantaba sentirla- me parece raro que no me hayan… ¡joder se me había olvidado que mi móvil está apagado! * Jajajaja- ella se reía sin parar mientras yo saqué el móvil corriendo y lo encendí, a los 2 minutos comenzaron a llegarme mensajes sin parar .- de verdad que eres una chica muy ocupada jajaja y muy graciosa jajaja * Más bien soy un desastre jajaja ¿y tu que vas a hacer esta noche?

  • Mis amigos me dijeron que saldríamos a las 11, pero me apetece más una peli, unas palomitas y una noche tranquila…- esa mirada tan dulce me estaba poniendo mala, necesitaba tomar el aire - tengo una idea...- dijo acercándose un poco más a mi, ahora si tenía miedo - ¿por qué no nos quedamos en mi casa viendo una peli tu y yo?- estaba acariciando mi mano otra vez y yo me estaba muriendo de ganas de besarla. Me parece buena idea, aunque si quieres podemos quedarnos en mi casa, me parece que estaremos más relajadas.- ¿qué había dicho mi boca? Joder, iba a meter la tentación en casa, a la mierda la promesa que me hice.

* Me gusta más tu idea, porque en mi casa están mis padres…- dijo ella con una voz suave y muy sexy

* ¿tienes que llegarte a tu casa?

* No, si quieres nos podemos quedar aquí un ratito más y luego irnos a tu casa. - sonreía de oreja a oreja, pero mi sonrisa seguro que también era enorme.

Estuvimos en la cafetería media hora más, aunque en esa media hora nuestra actitud era un poco diferente, había más contacto físico entre nosotras, salimos de la cafetería como si fuéramos amigas de toda la vida o algo más que amigas.

Nos montamos en el coche y sin darnos cuenta nos quedamos fijamente mirándonos, cada vez estábamos más cerca la una de la otra, su dulce aroma se introducía dentro de mi, nublando mi conciencia, yo me moría de ganas de besarla por fin, de poder acariciarla, y cuando estaba apunto de rozar sus labios me di cuenta de que no podía hacerlo, que la conocía de hace dos días, todo iba muy rápido y no quería volver a sufrir:

* em… Silvia, antes de ir a mi casa, creo que deberíamos pasarnos por el video club para alquilar una peli y comprar palomitas y cosas así ¿no?- dije intentando escapar de aquella situación que llevaba toda la tarde esperando.

** Vale, ¿qué tipo de película vamos a ver? A mi me encantan las de terror, me apetece ver una de terror asiático tipo La Maldición, aunque luego me asusto fácilmente jajaja.

  • Jajaja pues conozco una de ese estilo que poca gente conoce, si quieres la podemos ver.

  • Me encantaría, pero tienes que estar cerca de mi para que no pase mucho miedo ¿vale?- todo volvió a la normalidad .*

Arrancó el coche y fuimos directas al video club, le dije por donde tenía que ir para llegar a mi apartamento, cerca de el había un video club con la mayor sección de cine de terror y comedia que jamás he visto.

Mientras yo buscaba la película que le prometí, ella fue comprando las palomitas, chucherías y demás cosas, cuando terminó vino a donde estaba yo:

* ¿qué te parece si en vez de ver una película, vemos dos?- dijo con una gran sonrisa, no podía decirle que no, deseaba estar con ella.

* ¿tus padres no te dirán nada? Yo vivo sola, pero no se, si les molesta

  • Tranquila, les avisaré para que no se preocupen.

  • Ok, pues entonces te toca a ti escoger la segunda.

Tenía muy buen gusto escogiendo películas, escogió todo un clásico, nos íbamos a llevar muy bien. Acto seguido fuimos al mostrador para pagar y nos fuimos a mi casa.

Subimos las escaleras corriendo, como si fuéramos niñas, para ver quien llegaba antes al tercer piso, pero cuando llegamos al rellano del segundo ella se tropezó y calló al suelo muerta de la risa, yo me agaché poniéndome a su altura:

¿estás bien, patosa? Jajaja-* le tendí mi mano y se puso de rodillas frente a mí riéndose todavía. Creo que estoy mejor que nunca…- otra vez estábamos demasiado cerca, yo me encontraba mirando sus labios fijamente y vi como se mordía su labio inferior. La carrera aun no ha terminado

Entonces se levantó y siguió corriendo rápidamente, yo no pude alcanzarla y ella llegó primero al tercer piso:

está bien, tu has ganado.-* dije abriendo la puerta del apartamento, mierda, todavía olía a porro, ella que no era tonta se dio cuenta y me miró sonriendo. ¿es verdad que huele a lo que yo creo?- ¿qué iba a pensar ahora de mi? Si…- dije en voz bajita. ** ¿sabes que hace mucho que no me fumo uno? Jajaja

  • Pues si quieres te invito.

  • No, esta noche quiero aprovecharla - no estaba segura, pero eso parecía una indirecta y yo no necesitaba muchas como esa para ponerme a tono. Bueno pues nada, tu como si estuvieras en tu casa ¿eh?

Ella se tumbó en el sillón grande mientras yo ponía la primera película, después me acomodé en uno de los sillones chicos, cosa que a ella no le pareció buena idea:

Erika, no me dejes sola, por favor…-* me dijo, casi rogándome que me fuera con ella. Vale, pero tienes que hacerme un hueco jajaja.*

Sin perder ni un solo segundo me hizo un hueco, me senté y ella se acercó a mí, nos echamos una manta por encima y comenzamos a comer palomitas.

La película me encantaba, pero estando ella a mi lado no podía concentrarme, de vez en cuando la miraba y observaba lo linda que se veía casi a oscuras. Cuando la historia comenzó a ponerse interesante ella apretó su cuerpo contra mí, estaba agarrada a mi brazo y yo sonreía de verla tan asustada:

¿de qué te ríes?-* dijo con carita de pena. No, de nada jajaja

  • ¿te parece gracioso que esté totalmente asustada?- recompuso su postura y me dio un golpecito en el hombro haciendo como que estaba enfadada. Si jajaja me encanta verte asustada- intentaba picarla, comprometerla. * ¿con que esas tenemos, eh? Ahora te vas a enterar jajaja.

Se sentó sobre mí con sus piernas abiertas y comenzamos a forcejear entre carcajadas y jugueteos. La tiré sobre el sillón y quedé sobre ella, las risas se habían acabado, tenía cogidas sus muñecas para que no se moviera.

Noté como se empezaba a agitar nuestra respiración, ya no podía evitarlo, cada vez estaba más cerca de ella hasta que no aguanté más y la besé como quise besarla toda la tarde.

Ella respondió a mi beso de forma instantánea, noté como un pequeño gemido se escapó de su garganta provocando en mi cuerpo un inmenso placer. Solté una de sus manos para acariciar su cuello, mi otra mano entrelazó los dedos con los suyos, mientras que ella recorría mi cintura y mi espalda con la mano que le quedaba libre.

Después de estar así un rato separamos nuestras bocas y nos miramos sonriendo:

* creo que nos estamos perdiendo la peli…- dijo acariciando mi mejilla.

** Es verdad, pero llevaba toda la tarde queriendo besarte

  • Y yo a ti, pero como vi que no te lanzabas pues…- no acercamos para volver a besarnos, de manera más suave y tranquila.- vamos a terminar de ver la peli y ya veremos que pasa luego ¿no?
  • Me parece bien jaja.*

Me quité de encima de ella y me volví a poner en mi sitio, pero ella me hizo subir las piernas al sillón para que quedara tumbada, tumbándose ella sobre mí y tapándonos con la manta para que no nos diera frío.

La película iba por la mitad, estaba muy interesante, pero me interesaba más ver como ella, la musa desconocida que ayer estaba llorando, hoy estaba sobre mí y tranquila, cosa que me hacía muy feliz, mientras, yo acariciaba su pelo, tan suave y cuidado.

Noté como su mano lentamente se colaba bajo mi camiseta, acariciando la piel de mi vientre que se erizaba con cada roce de su mano, mi respiración se estaba empezando a alterar. Ella, aunque no miraba a mis ojos, sabía como me estaba poniendo, yo sin poder controlar mi cuerpo me dejé llevar por aquellas suaves caricias que me estaban volviendo loca.

De mi boca se escapó un suspiro cuando la noté subiendo lentamente por mi costado, marcando cada poro de piel, subiendo lentamente por mi costillar para quedarse cerca de mi pecho. El hecho de que no llegase me excitó aun más. Sin esperarlo se colocó totalmente sobre mí y mirando fijamente mis ojos comenzó a levantar mi camiseta:

* Perdóname, pero ahora que se que me correspondes solo quiero hacer lo que llevo queriendo hacer desde ayer, desde que volví a verte después de aquella noche en el Valkiria…- dijo dando pequeños pero húmedos besos en mi cuello.

* Se que es pronto para decirte esto, pero te quiero, me vuelves loca…- mi cuerpo se abandonó al placer que me daban sus caricias.

Sonrió sintiéndose ganadora, tomé su cara entre mis manos y la acerqué suavemente para besarla, gozando de esos labios que me hacían alcanzar el éxtasis solo de probarlos. Su lengua se abrió paso entre mis labios para llegar a la mía que estaba esperando recibirla, ambas se enredaron y mezclaron su dulce saliva con la mía.

Subí mis manos lentamente por sus muslos para llegar a su precioso trasero, mientras sus besos iban bajando por mi mandíbula para llegar a mi cuello, yo solo pude apretarlo y suspirar, estaba totalmente fuera de este mundo.

Deseaba besarla y hacerla disfrutar pero era ella la que dominaba la situación estando sobre mí, deshaciéndome con cada bocado y beso que daba en mi cuello. Noté como se dirigía hacía el lóbulo de mi oreja haciendo que echase la cabeza para atrás mientras soltaba un leve gemido, sus manos colocaron mis brazos hacía arriba acariciándolos hasta llegar a mis senos, los que apretó cuidadosamente, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.

Mis dedos hacían presión en su espalda, sus manos se deshicieron de mi camiseta, el primer contacto de sus labios con mi pecho hizo que me estremeciese, mi corazón que estaba ya acelerado latía tan fuerte que estaba apunto de estallar, la humedad en el centro de mi ser, sentía como palpitaba mientras mordía, lamía y succionaba mis pezones.

No aguantaba más, me sentía apunto de correrme cuando sentí como su lengua bajaba por mi barriga mientras que sus manos desabrochaban el pantalón, el mismo que me sobraba desde hace un rato, metió su mano dentro de mi pantalón y comenzó a masajear mi vagina sobre mis braguitas mojadas.

Subió de nuevo hasta mi cara para darme suaves y cariñosos besos mientras yo bajo su cuerpo me estremecía y gemía como nunca lo hice, cogí su cara y la acerqué hasta quedar a pocos milímetros de su boca.

Noté como su mano se metió entonces bajo mis braguitas, entrando en contacto directo con mi vulva, con mi palpitante e hinchado clítoris que reclamaba sus caricias. Su boca por fin se volvió a unir con la mía acallando mis gemidos, mis suspiros, mi alterada respiración.

Mis manos acariciando mis caderas subieron a su espalda de nuevo para desabrochar el sujetador liberando sus encantadores pechos. Introdució dos dedos dentro de mi, sin olvidarse de mi clítoris, al que acariciaba con el pulgar.

El ritmo con el que entraban y salían sus dedos de mí estaba a punto de llevarme al orgasmo. Poco a poco aumentó la intensidad y noté como mi cuerpo comenzó a arquearse mientras todos los músculos de mi cuerpo se tensaban y destensaban rápidamente en intensas contracciones. Mis manos y mis uñas se hincaban en la tela del sillón, solamente un gran y largo gemido pudo escapar de mí, sin duda era el mejor orgasmo que jamás tuve con nadie.

Tras esta gran explosión de placer me quedé casi inconsciente, sentía como suavemente sacaba sus dedos de mí, llevándoselos a la boca para después darme pequeños besitos en la clavícula, en el cuello, el la mejilla para finalmente llegar a mis labios, los cuales la estaban esperando para agradecerle lo que acababa de hacer:

Ha sido increíble…- dije mientras le daba la vuelta para que quedara ella debajo de mi - eres fantástica…- la besaba con suavidad, mis manos comenzaban a acariciar sus hombros. - Me encantas…- dijo entre gemidos - quiero sentirte en mí…-* mordí suavemente su cuello escuchando un gran suspiro que nació en su pecho.

No pude decirle nada más, cuando su dulce olor entró en mi cabeza de nuevo me sentí incapaz de responder ante mis deseos, solo quería hacerla disfrutar como ella me hizo disfrutar a mí, saborear su cuerpo y disfrutar de el.

Le quité del todo la camiseta y el sujetador que ya estaba desabrochado, empecé por subir hasta su oreja y lamer su lóbulo para después morderlo con suavidad liberando otro suspiro de su interior.

Con mis manos en su cuello bajé hasta sus hombros para besarlos y lamerlos. Noté su respiración agitada, vi como sus pechos coronados por esos duros pezones subían y bajaban así que acerqué mis manos y los acaricié casi sin tocarlos, casi sin rozarlos.

Este gesto erizó su piel y sus pezones, su mirada brillante, por la pasión en la que estaba sumida, se clavaba en mis ojos rogándome que besase y lamiese sus pechos. Sin esperarlo un segundo más me acerqué a ellos y comencé a comérmelos sin piedad, como si de una interminable golosina se tratase.

Notaba como sus pezones, ya duros, se endurecían más dentro de mi boca, su pecho subía y bajaba ya que su respiración estaba muy agitada, sus suspiros se convirtieron en gemidos que iban aumentando de intensidad a medida que descendía por su vientre con húmedos besos y lamidas.

Desabroché el botón de su pantalón, se lo quité junto a su tanguita negro. Seguí bajando por su vientre y sus caderas se elevaban indicándome donde quería que llegase. Besé su monte de Venus cuando escuché otro placentero gemido salir de ella.

Abrí sus piernas, lentamente me fui acercando a su vagina, respirando su aroma, bese sus inglés quedando justamente al lado de sus labios mayores, sus caderas se movían de manera muy sensual mientras ella, tenía la cabeza hacía atrás, gemía y se estremecía con las primeras y suaves caricias de mi lengua en su vagina.

Vi su inflamado clítoris y comencé a lamerlo lentamente para aumentar el ritmo con la velocidad de sus movimientos, bajé un poco más para penetrarla con mi lengua, lamía su néctar, ella gritaba y gemía con mucha intensidad, sus paredes vaginales comenzaban a tensarse.

Metí dos dedos dentro de ella mientras lamía y chupaba su clítoris. Mis penetraciones eran cada vez más rápidas y más intensas, sus manos estaban en apretando la tela del sillón y su espalda totalmente arqueada cuando unos escandalosos gemidos e intensas contracciones se liberaron de todo el placer que contenía su cuerpo.

Bajé el ritmo y la intensidad de mis dedos, los saqué y lamí su vulva para limpiar los restos del dulce flujo que la recubría. Su respiración se tranquilizó y su cuerpo se destensó.

Besé suavemente sus hombros mientras acariciaba su cuello sintiendo aun los acelerados latidos de su corazón. Subí hasta su boca para besarla:

* Te quiero… es una pregunta muy común, pero ¿dónde estuviste todo este tiempo? Jaja.- me preguntaba entre besos y sonrisas, iluminado la habitación oscura que solo alumbra la pantalla del televisor con las letras blancas de los créditos.

* Perdida, menos mal que te encontré jajaja bueno, que te rescaté jajaja.

  • Jajaja- me besó con suavidad, con amor.

** Te amo, Silvia

  • Y yo a ti Erika.

  • Bueno, ¿ponemos la otra peli? Ya que esta nos la hemos perdido jajaja

  • ¡De acuerdo! Pero no tardes mucho en volver al sillón ¿eh? Jajaja*

Puse la película y volví al sillón donde me esperaba mi sonriente y amada musa, volví a echar la manta por encima y al cabo de un rato nos quedamos dormidas ambas.