La Muñequita Diabolica y el Escritor Maldito Cap.1

La aventura cibernetica entre nuestros personajes continua mientras que tambien se revelan breves detalles de sus vidas reales, ambos buscan mas del otro y aun no saben en lo que se estan metiendo...

LA MUÑEQUITA DIABÓLICA Y EL ESCRITOR MALDITO

CAPÍTULO I

NOTA PREVIA: Esta novela erótica está escrita a cuatro manos eróticas, dos corazones fogosos y dos sexos. Los autores somos Annie y Homoseparatus. Nos conocimos en Internet, mejor dicho ella me conoció a mí y estoy encantado de haberla conocido. Nos entendimos muy bien desde el principio y nuestra sintonía, nuestro feeling es inmejorable. La historia está estructurada en varias capas o dimensiones. La primera es realista, aprovechamos nuestra correspondencia y nuestras vidas reales para formar la base de la historia. Es cierto que nos damos libertad para introducir cualquier parte de ficción que consideremos oportuna, pero la base es real. La segunda dimensión es la historia, totalmente ficticia de Annie y Johnny, mi personaje. Aún no ha comenzado pero lo hará en el momento oportuno. La tercera dimensión tiene un poco de thriller, de suspense y casi prefiero no hablar de ella. Mi agradecimiento, cariño y algo más para Annie que se ha prestado a este experimento literario y erótico.

CAPÍTULO I

LA MUÑEQUITA DIABÓLICA

Aquel había sido un día asquerosamente caluroso, el sol quemaba la piel y solo el viento, que no había dejado de soplar, aportaba algo de consuelo a mi cuerpo. Tal vez lo única agradable, para mi gusto, de un clima semejante era la ropa que se podía usar y que yo me había encargado de sacarlo el máximo provecho posible. Mi vestido blanco se pegaba a mi cuerpo como si fuera una segunda piel y debajo solo llevaba unas bragas y un sujetador a juego. En cuanto entre en casa mi hermano va a sufrir un infarto, pensé.

-Hola, ¿qué tal te ha ido el día?-saludé con malicia, mientras percibía su nerviosismo al tiempo que dejaba mi bolso sobre el sofá.

-Bien…hermanita…-tardó en responder sin quitarme los ojos de encima- ¿Y cómo te fue hoy a ti? - Hablaba aún nervioso, mientras yo movía las caderas en dirección a la cocina, buscando un vaso de agua.

-Nada mal, hoy he tenido una exposición de caso, nada del otro mundo, pero como siempre mis compañeras la han cagado… todo iba bien hasta que llegamos a la sesión de preguntas y respuestas…pobrecitas, casi me dan lástima, iban bien preparadas, pero al final los nervios las han cogido - Mientras tanto, dejaba mi trasero en pompa, para servirme el agua.

-¡Venga ya! No seas tan mala –alcanzó a responderme. Yo no sabía si lo decía por mis comentarios tan ácidos o por mis tentativas hacia él- ¿Malvada yo Gabe?Te garantizo que aún no te das una idea –finalicé guiñándole un ojo y dirigiéndome a mi habitación, le dejé solo con su mal disimulada erección.

Una vez en mi cuarto me saqué los tacones y me tumbé en el sofá. Al abrir el ordenador me topé con una grata sorpresa, era la respuesta del perverso escritor. Solo le había tomado un día. Eso era una novedad, no obstante la respuesta fue de lo más sorpresivo…

UN ANUNCIO FRANCAMENTE DIVERTIDO

RESPUESTA

Hola Ana Laura, muñequita, imagino que esto es una broma o algo por el estilo para que vea algún video o algún anuncio. Es cierto que yo he puesto anuncios en Internet y creo que divertidos, no en vano soy humorista, pero no creo que me escribas por ello, así que si me dices lo que quieres estaré encantado de relacionarme con esa preciosa muñequita. Soy César, de Manzanares, Ciudad Real, divorciado y solo en la vida y con muchos deseos de que aparezca una muñequita y me arregle la vida. Un beso.

Era más que evidente que desconfiaba de mi, pero aun así la curiosidad le había podido lo suficiente como para responderme, no obstante era sarcástico y acido, con un toque dulce hacia el final. Me había llamado "muñequita". Eso, sin duda alguna, era una verdad a medias. Mi apariencia y mi edad encajaban a la perfección,  pero mis gustos y personalidad eran otra historia. Pues bien, si le gustaban los mensajes agridulces que así sea.

UN ANUNCIO FRANCAMENTE DIVERTIDO

RESPUESTA

Te garantizo que no soy una broma ni una treta para que veas un video,  simplemente una chica con gustos alternos que tuvo la suerte de  encontrar tu anuncio en la web. Como ya sabes mi nombre es Ana Laura, pero prefiero me llames Ana,  sobre lo que quiero, ni yo misma estoy segura o tal vez lo estoy pero aun  no se reconocerlo. Considero que un buen inicio seria simplemente conocernos, pero por  supuesto buscar un modo divertido y sensual de hacerlo. Espero ansiosa una grata e ingeniosa respuesta de tu parte.

PD: Gracias por llamarme muñequita pero dada mi forma de ser creo  que yo más bien seria una bruja o una muñeca maldita

Lo mejor era ser honesta en la medida de lo razonable y siempre sembrando dudas; insinuar lo obvio y dejarlo difuso, además era la primera vez que uno de mis contactos por el ciber espacio estaba tan cerca de mí, hasta ahora todas mis sesiones de sexo casual habían sido con extraños que primero conocí al menos de vista; como sería mi escritor maldito era una duda excitante, tal vez joven, maduro, inexperto, dominante, tendría fetiches o gustos extraños, de que cosas sería capaz con alguien como yo; me relamía los labios solo de pensar en las posibilidades. Extrañamente no me pidió nada a cambio, no exigió fotos, ni datos, nada; una novedad más a mi lista.

CAPÍTULO I

EL ESCRITOR MALDITO

En la selva virtual todo son chascos, perfiles falsos, ilusiones que se deshinchan como globos al primer pinchazo. ¿Cuánto me durará Muñequita diabólica? Camino por el apartamento como un león enjaulado, como un prisionero en su celda. No soporto este calor. Regreso a la ducha, me desnudo, estoy varios minutos bajo el chorro del agua fría. Salgo y decido no secarme, mientras el agua está pegada a mi piel me siento fresco, aunque sea solo por unos minutos. Camino descalzo y desnudo hacia el salón, voy dejando un reguero de agua a mi paso. Enciendo el ordenador una vez más y se me ocurre que si tuviera alguna foto de Muñequita, una de esas fotos más o menos íntimas y eróticas podría jugar el viejo juego de la fantasía erótica, de la masturbación mental. Decido que no tengo nada que perder.

Releo el correo antes de mandarlo. Es un juego divertido, lo reconozco. Muñequita parece una jovencita  libre como un pájaro, sin inhibiciones, con la que se puede hablar de todo. Nos podremos divertir intercambiando fotos eróticas, dejando volar la imaginación. Es todo lo contrario de esas beatonas de las páginas de contactos que se parecen mucho a las chicas que en mi juventud nos calentaban con sus insinuaciones y luego salían corriendo. ¿Cómo las llamábamos? “Calienta-pollas” creo. Muñequita es algo fresco y novedoso. Espero que me dure, no como esos juegos estúpidos de las páginas de contactos. Dos o tres correos juguetones y luego si te he visto no me acuerdo. Ni una sola cita. ¿Será porque ya no soy joven, porque mi cuerpo ya no es el que era? No lo sé. No acabo de entender ese maldito juego de la oca en el que siempre tengo que volver a empezar desde la casilla tres.

¿Me enviará alguna foto íntima, que me permita fantasear sobre ella, regodearme en delirantes escenas de sexo entre nosotros? Creo que si y espero no equivocarme. No me ha dicho de dónde es, ni donde está, pero tengo la sensación, me da en la nariz que es del otro lado del charco, tal vez mexicana. Me encantan las mujeres mexicanas, incluso llegué a soñar con esa famosa actriz, ¿cómo se llama?, Salma, eso es Salma Hayek, si estoy escribiendo bien el apellido. ¡Qué mujer! Aún recuerdo a las famosas actrices mexicanas del cine clásico, Dolores del Rio, Lupe Velez, Katy Jurado, Silvia Pinal. La increíble María-Felix. ¡Mon Dieu! Recuerdo que estuve loco por aquella mujer tan sensual. Aún recuerdo algunos escenas de las películas que Silvia Pinal hizo con Buñuel, aquellas piernas largas, aquel quitarse las medidas, aquel...¡Uff! Si Muñequita diabólica fuera una nueva Silvia Pinal o María Felix, o... Incluso puede que las supere. Incluso puede que no se parezca a ninguna de ellas, que sea aún más sensual. ¡Ufff! Aunque sea solo un juego erótico mental, espero que quiera jugara conmigo. Cuando de adolescentes, casi niños, jugábamos a ver si conseguíamos verles las braguitas a las niñas, levantando sus faldas o mirando desde abajo cuando pasaban por un puente, o escondiéndonos en las escaleras cuando subían las mujeres que nos gustaban, o mirando las bragas en los tendederos, imaginando cuál era de quién. Es un juego delicioso, en el fondo soy un niño juguetón y Muñequita diabólica puede ser mi compañera de juegos ideal. Una pena que esté tan lejos, una verdadera pena. Me voy al servicio, lleno la bañera de agua y me arrojo a ella como si pudiera salvarme del enorme calentón que estoy sufriendo. Fantaseo con esta jovencita que ya se ha colado de rondón en mi vida. Se me hinchan los testículos, como me sucede cada vez que me excito mucho, regodeándome cona mis fantasías eróticas. Decido aprovechar para hacerme alguna que otra foto íntima con el móvil. Si ella me manda algunas de su cuerpo sensual, como espero, tendré que corresponder. Quid  pro quo, Anita, muñequita diabólica, quid pro quo, como decía Hannibal Lecter en el Silencio de los corderos a Jodie Foster, otro de mis mitos eróticos. Me gustaría comerme alguna parte preciosa del cuerpo de Muñequita, metafóricamente hablando, claro, no soy un canibal como Hanibal, y me ha salido un pareado, sin haberlo buscado y es que Muñequita me está volviendo loco.

Salgo chorreando del baño y riego todo el apartamento hasta encontrar el móvil. ¡Cómo me gustaría regar a Muñequita, como si fuera una flor y yo su jardinero favorito! Solo pensar en ello me pongo cachondo. El miembro se estira y corro a la bañera para hacerme unas buenas fotos de los testículos y el pene erecto. Quid pro quo, Anita, tu sexo por el mío, tus pechos por mi torso de toro. Este va a ser un juego muy divertido. Pienso en una máscara roja que tengo por ahí. Luego, cuando salga, después de masturbarme pensando en Muñequita, me haré unas fotos frente al espejo, con la máscara, el toro de la muerte roja, parodiando el relato de Allan Poe. ¿Cómo se titulaba su relato? La máscara de la muerte roja, creo recordar. ¡Cómo me gustaría darte una deliciosa muerte orgásmica, deliciosa muñequita! Aunque tal vez ella esté más preparada para que me la de a mí. Las jovencitas modernas son más libres, más promiscuas. ¡Que viva la promiscuidad!

Estoy tan excitado que no me cuesta eyacular, el agua se tiñe de esperma que se coagula y se pega a las piernas. Es una guarrería, pero me encantan estas guerrerías, luego tendré que restregarme bien con la esponja o la piedra pomez, pero merece la pena permanecer así, tumbado en el agua refrescante, pensando en Anita, la muñequita diabólica, y en que ahora mismito podría estar sobre mi, sus deliciosos pechos cayendo hacia mi boca y entonces yo me aferraría a sus pezones y...

No me falles, muñequita, no me falles, hace años que no juego a estos juegos tan deliciosamente creativos, desde que era adolescente y me inventaba casi todo para que la masturbación fuera algo novedoso cada día. ¡Si ella supiera que era habitual el masturbarme hasta media docena de veces al día! ¿Se masturbará ella? No creo que lo necesite. ¿Me hablará de sus intimidades, responderá a todas mis preguntas? Seguro que sí, parece una mujer única. No me decepciones, Anita, muñequita diabólica, quid pro quo, recuerda, dulce encanto, quid pro quo. Y me quedo adormecido en la bañera, imaginando mi mano entre sus muslos, y noto rebullir a Sigfridito. No sé por qué lo llamo así. Me gusta Wagner y el Ocaso de los dioses y Sigfrido y su espada Nothung, y cómo sería follar con Brunhilde, la walkiria, la diosa. Acaricia a Sigfridito. Así le llamaré para ella, tal vez me invente un nuevo vocabulario erótico para ella. Tal vez...la ensoñación se prolonga y se prolonga, y casi sin darme cuenta Sigfridito está preparado de nuevo. ¡Cómo te gustaría entrar en la cueva de fuego de Anita, la Muñequita diabólica, a que sí, bandido! Tal vez, tal vez ocurra un milagro. Y mientras ocurre y no me dejo llevar a lomos de la dulce fantasía y Sigfridito se transforma en Nothung, la temible espada que penetra en la cueva de Venus de Brunhilde, porque Anita se ha transformado en Walkiria y galopa sobre mí. ¡Ufff! Este orgasmo va a ser realmente feroz.

UN ANUNCIO FRANCAMENTE DIVERTIDO

RESPUESTA

Hola Ana, muñequita diabólica, brujita perversa y sensual. Nada me gustaría más que conocerte y se me ocurren muchas formas divertidas y sensuales de hacerlo, no en vano Johnny, el gigoló, el personaje de mi novela erótica, se inventa juegos perversos y sensuales. Pero antes debería saber dónde te encuentras, dulce muñequita diabólica, no es lo mismo tener que entrar a una película por la pantalla que cruzar un océano en un barquito de papel que vivir en la misma ciudad.

No esperes más ansiosa, muñequita maldita y sensual, porque te voy a proponer algo que te erizará el vello púbico, con perdón. Estaba fantaseando con la siguiente perversión:

Cita en un parque. Me siento en un banco y te mando un whasaps, ya estoy aquí, tu me respondes, cierra los ojos. Los cierro. Llegas por detrás, de puntillas, silenciosa como una muñequita perversa, me pones una venda en los ojos. Me susurras a la oreja: déjate llevar sin rechistar. Me tomas de la mano y me llevas a tu guarida infernal y sensual, donde las demonias como tú secuestran a los principitos ingenuos como yo.

Allí jugamos a un juego perverso. Yo toco tu cabello y digo: Ana, Anita, muñequita diabólica, seguro que eres rubia, todas las muñequitas diabólicas son rubias. Y tu me dices, te equivocas, soy morena, me debes una prenda. Y me la quitas con esas perversidad sensual que eriza mi vello y otras cosas de las que no hablo porque soy un principitio ingenuo.

Y así jugamos, sin prisas. Acaricio tus pechos y te digo: tus pezones tienen rubeola, de color púrpura, están erectos y miden cinco centímetros. Y tu me dices: me los he pintado de "rouge" para ti, mi principito diabólico y perverso. Y el derecho mide cinco centímetros más que el izquierdo. ¿Cuánto mide el izquierdo? Y lo toco con la yema de mis dedos y calculo y calculo y me pasaría la vida calculando. Y al final me equivoco, claro, y tú me quitas otra prenda, y el vello se me pone como la piel de un puercoespín, y algo se me hincha y se me hincha, como si afluyera mucha sangre.

Y así seguimos y seguimos. Yo no puedo porque me tengo que ir al servicio, a ver si descarga el almacén.

Y si este juego no te pone inventaremos juegos perversos y sensuales, y la muñequita diabólica, y la brujita perversa y sensual me secuestrará en su mansión infernal y allí me torturará con su boca y con su piel y hará entrar a Sigfridito en la cueva de la dragona, y no lo dejará salir y Sigfridito gritará, socorro, socorrito, que me quemo, que me ahogo, pero lo dice con la boquita pequeña y unos labios húmedos le oprimen y le oprimen y le oprimen....

Lo siento, Anita, preciosa, que no aguanto más. Solo tengo una curiosidad. ¿Eres fuego de vida o dragona perversa del universo virtual? Un beso en esos labios que tú ya sabes. Y no me mandes ninguna foto que quiero que me vendes y jugar con esos pezones. Seguro que no adivino la longitud del izquierdo y tú me quitas una prenda y el vello se me eriza, y otras cosas se me erizan... Nada que me voy a mi cubil a descargar. Pensaré en ti, Ana, Anita, muñequita diabólica. Si tú supieras cómo me estás poniendo saldrían corriendo hacia mi apartamento, antes de que me corra los cien lisos. Un beso.