La muñeca

"Soy el modelo Ak64 y he sido creada para dar placer. Después de la configuración puedes usarme a tu antojo y cambiar los ajustes de mi sistema según la ocasión", acaba de decir la autómata con la que por primera vez cumpliré mi más grande fantasía.

I

Siempre he querido poseer a una mujer hermosa que termina cansada su día y se dirige a casa. Me encanta cómo se les marca la ropa interior en sus enormes nalgas aprisionados entre faldas ejecutivas o uniformes médicos. Muchas veces seguí a alguna en hora pico, entre una multitud de transeúntes soñando con hacerla mía en un bosquecillo solitario o en una obra abandonada.

A pesar de mi obsesión, nunca me atreví a tocar a ninguna. Siempre pensé que cualquiera de esas mujeres lucharía por miedo a perder la vida y me lastimaría o me mandaría a la cárcel indefinidamente. Eso sería arruinarlo todo. Pero ahora encontré la manera de hacerlo legal, y nada podrá detenerme.

Hace poco, navegando en internet encontré unas reviews sobre muñecas sexuales hiperrealistas. Al averiguar un poco más, me di cuenta de que se trataba de una marca americana reconocida. Según dicen, son completamente seguras y cumplen cualquier tipo de fantasías. Además el envío es discreto y viene como un maniquí de reanimación hiperrealista. He esperado tres meses el día de hoy, que es cuando debe llegar el paquete.

II

Justo estoy frente a la caja embalada que acaban de dejar. Es increíble. Casi no pude firmar la entrega por la emoción. Tengo un cuter en la mano y me dispongo a abrir la caja. Tiene demasiados envoltorios. Ya empiezo a verla. Está separada por partes: la cabeza, el torso, la cadera, las piernas, los brazos... Llegó justo como la pedí. Tiene una peluca de cabello negro y largo, sus ojos son grises y su piel es blanca y suave, aunque el tacto es raro. Tiene senos firmes, o mejor desagradablemente firmes, y su culo grande tal vez es demasiado duro para mi gusto, pero me vale. Por lo demás, es delgada, de piernas largas y estilizadas y abdomen plano. Viene con una especie de vestido corto que p parece una bata quirúrgica mal cortada de color morado, la batería, el cargador, un mando que puedo conectar con mi teléfono para configurarla y manual de usuario de 50 páginas.

El manual me estorba, pero no quiero arruinarlo todo por mi impaciencia. Leeré el manual, buscaré la ropa y la probaré.

III

Ya está armada, y me encanta. "Soy el modelo Ak64 y he sido creada para dar placer. Después de la configuración puedes usarme a tu antojo y cambiar los ajustes de mi sistema según la ocasión", acaba de decir. No quiero ser escandaloso y quiero ver qué se siente cogerla de una forma normal. Tomo el mando y lo sincronizo con mi teléfono en modo vainilla.

La programo para que sea virgen, se moje rápido y actúe como una zorra. Enciendo, dejo mi teléfono de lado y me maravillo. No sé con qué tecnología está hecha. Viene hacia mí, me besa, desliza su mano hacia mi entrepierna y deja que que yo la toque. Una vez encendida, el tacto es mucho más suave y hasta emite un agradable calor.

Decido probarla de lleno y hacer que se ponga de rodillas. Abre la boca de manera deliciosa y sigue todas mis órdenes. No actúa como una puta, sino como una esclava. Pone una mano sobre la parte posterior de mi muslo para atraerme hacia ella mientras que con la otra se pellizca los pequeños pezones hasta endurecerlos por completo.Yo hago lo que me indica, le muevo el cabello un poco hacia un lado con suavidad y empiezo a meter mi miembro tímidamente en su boca y a sacarlo con relativa delicadeza, pero luego pienso "es un robot, puedo hacer lo que yo quiera", y yo quiero coger su boca con rabia, así que la tomó por la cabeza con fuerza y le penetro la boca sin piedad. Ella saliva y aguanta.

Es realmente delicioso. No importa cómo la trate, ella seguirá ahí. Luego de cansarme de coger su boca decido probar otra parte. La tomó del brazo con dureza y hago que se ponga en 4. Sus nalgas se ven increíbles y ella está goteando. La penetro de una sola estocada y es el cielo. No aguanto. La tomó del cabello y para mi sorpresa, está completamente sujeta la peluca. Mejor. La agarro de los hombros para controlar el movimiento. Es delicioso. Está apretada, pero al mismo tiempo es natural, cálido y húmedo... No me da tiempo de pensar. Casi automáticamente le sacó mi miembro y se lo meto con su culo. Creo adivinar señales de dolor. Qué naturalidad... Ella se retuerce, pero no me importa.

Al principio me abro espacio suavemente, pero pronto empiezo a aumentar la velocidad y la tomó del cuello, por ambos lados, mientras alzo su cara. Ella entierra sus manos en la cama y mantiene el equilibrio. Me gustaría tener un espejo para ver sus tetas juntas bamboleándose. Me excito aún más al pensar cómo se vería de frente. La ahorco mientras veo mi miembro hundirse entre sus nalgas y su espalda curvada con esfuerzo y siento su respiración dificultosa. Me encanta, pero no aguanto más. Me vacío y poco a poco me salgo. La veo en cuatro un momento y hago que se acueste de lado. La apago y ya . Mañana mismo, con o sin permiso del trabajo, me iré a una cabaña con mi nueva adquisición.

IV

En la mañana me despierto. Está en la misma posición en la que la dejé. Se ve deliciosa. Me provoca ensartarla por todas partes, pero debo preparar todo para el viaje. Necesito ropa para ella, pasar por mi trabajo y algo de comida para llevar.

Paso por el trabajo. No hay problemas. Me dan el permiso no pago, pero me voy contento. Paso por una tienda de segunda, compro un uniforme quirúrgico y un sostén de deportes. Paso por una tienda de ropa interior y compro la tanga más pequeña que encuentro. No doy vueltas. Estoy apurado. Llegando a casa pasó por una panadería y compro jugos y bebidas. Busco el número de unas cabañas a las que fui hace meses con los del trabajo para un curso. Lo consigo y llamo. Sí tienen una habitación para hoy. Me dan el almuerzo y me reciben a las 12. Tengo que desarmar la muñeca, hacer un pequeño equipaje y salir. El problema es la caja. No importa,iré en taxi. Llamo a la línea más cercana y pido que manden una camioneta. Llega. Subo la caja y nos vamos. Al llegar bajo y un empleado me ayuda a bajar la caja y a llevarla con una carretilla a la entrada de mi cabaña. Está lejos, pues así la pedí. Le doy una propina al empleado y me dirijo a pagar porque no quiero ninguna distracción. Ya todo está listo.

V

Visto la muñeca con toda calma. Comienzo con el sostén y la franelas y termino con el hilo y el pantalón. Le quedan algo ajustados, pero así la ropa se ve mejor. El hilo le queda pequeño y se le hunde por todas partes, pero se ve realmente hermoso en su cuerpo torneado. Los pantalones apenas le quedaron. Faltan los zapatos, pero no importa, puedo imaginármelos, como el resto de la situación.

Me siento junto a ella para configurarla. Más que petrificada parece dormida. Intento configurar el mando a versión rape, pero la aplicación me envía un mensaje que parece una advertencia de seguridad. Lo cierro de forma automática, como generalmente sucede con los mensajes de advertencia del sistema de mi pc o del navegador. Estoy impaciente por comenzar.

La configuro para que tenga orgasmos cada cinco minutos y para que esté a la defensiva, los ajustes del día anterior los dejé intactos. Quiero que se sienta vulnerada y que su cuerpo la traicione al sentir placer. Antes de encenderla, salgo para que realmente se sorprenda al verme.

Me voy a la sala. Cierto la puerta de la cabaña con llave y aseguró las ventanas. Estoy fuera de mí. Me siento demasiado excitado y nervioso. No lo puedo creer. Miles de pensamientos pasan por mi cabeza en los escasos segundos que estoy aquí. Camino de un lado a otro. Le doy a encender y a zancadas me dirijo a la habitación.

VI

Abro la puerta y ella, sentada en la cama, voltea de repente con los ojos abiertos como platos. Me pregunta qué hace aquí y quién soy yo. No le respondo y me le acerco. Ella da un paso atrás con una expresión de miedo que me excita más aún. Doy un paso y la abrazo con fuerza. Ella intenta soltarse pero sus brazos quedan aprisionados entre los míos. Aprovecho para apretar y palmear sus nalgas y para tocar su ropa interior por debajo de su ropa.

Sus forcejeos hacen que la suelte y me sorprendo cuando la veo ir hacia mi teléfono. Pero no me importa. Esta es mi oportunidad y no la voy a dejar ir.

Aprovecho que se volteó para quitarle el teléfono de las manos, lanzarlo no sé a dónde y abordarla por detrás. La tomó por la cintura con un brazo y me dejó caer sobre la cama para inmovilizarla. Me calienta como se mueve bajo mi cuerpo. Aprovecho para posicionar mi pene sobre sus nalgas. Estoy a punto de reventar. Comienzo a tocarle las tetas bajo su ajustado uniforme y de repente paso mis manos hacia la pretina de su pantalón. Creo que comprende mis intenciones, porque sus forcejeos ahora se concentran en mantener su ropa en su lugar gritándome que pare.

Estoy comenzando a cansarme, así que enredó mi mano en su cabello, me levanto y hago que se pare frente a mí y me mire. Le retuerzo un pezón muy henchido bajo el uniforme y le digo que se calle porque no me importa lo que piense, igual voy a metérselo por todas partes. Le doy una bofetada lo más fuerte que puedo y la pongo de nuevo sobre la cama acostándome sobre ella. No ha dejado de lloriquear, pero me excito más y logró bajarle los pantalones hasta los muslos. Queda el hilo, que bajo usando mis pulgares como ganchos. Es delicioso sentir como va partiendo sus nalgas según baja. Se lo dejo en la parte más baja de su trasero y me dispongo a penetrarla.

Meto una mano entre su cuerpo y el mío para sentir su humedad. Está empapada. Meto dos dedos para romper su himen mientras ella gime, los saco y me doy cuenta de que ya es hora. Ella sabe qué viene y ruega. Parece que rezara porque habla muy rápido mientras llora. Igual la penetro sin esfuerzo apoyándome con una mano en su cuello, de modo que su cara quedé enterrada entre las sábanas y con la otra sobre la cama. Me encanta cómo se ven sus nalgas atravesadas por mi miembro. Siento que me voy a correr y se la sacó para evitarlo.

Quiero ver sus tetas, pero si se sigue resistiendo no voy a poder, así que la tomó de un brazo, la volteó y empiezo a asfixiarla con una almohada. Al principio se resiste con fuerza, pero luego de dos minutos empieza a perder ímpetu y luego se centra sólo en quitar la almohada de su cara. Entonces tomo el borde de su uniforme y lo subo para ver sus pechos. Se ven grandes bajo el sostén de ejercicio. También lo subo, y sus tetas caen a los lados. Se ven encantadoras y decido cogerla viendo cómo rebotan.

Subo sus piernas y busco su ano. La penetro mientras aprieto su cuello. Eventualmente muerdo sus pezones para que se refuerza bajo mi peso. Veo que se pone pone muy roja debido a la asfixia. Llevo mi mano libre hacia su vulva, tomó algunos de sus fluidos y los uso para masturbarla con mi pulgar pasándolo por su clítoris suavemente. Comienzo con las zonas cercanas, luego pasó al centro y un rato después bajo hasta una parte intermedia entre el clítoris y sus labios menores. Veo su cara y ya no parece tan renuente. Está gimiendo de placer. Sigo así hasta que acaba mientras algunas lágrimas salen de sus ojos grises.

Verla así es demasiado para mí. Termino en su culo metiendo mi miembro tan profundamente que puedo acariciar sus nalgas con mis testículos. Salgo de ella. Algunas gotas de semen caen. La miro. Es hermosa. Con ella en mi poder, no necesito a más nadie. La dejo llorando en la cama. Realmente parece afectada. Mientras me visto, trato de no sentirme culpable pensando que es una muñeca.

Busco mi teléfono. Siento rabia al notar que está roto después de haberlo tirado. Espero poder encontrar otro pronto para poder apagarla, pero mientras tanto, tendré que amarrarla y amordazarla para que no se le ocurra intentar escapar. Estos días libres intentaré cumplir unas cuantas veces más mi fantasía.

FIN

¡Hola!:

Mi nombre es A* y este es mi primer relato. Espero que hayas disfrutado tanto leyéndolo como yo escribiéndolo. Si tienes un comentario, queja o sugerencia, ¡házmelo llegar! Estaré atenta a mi correo.

Saludos,

A