La mujer gorila
Como una mujer negra, de enormes carnes, hace pasar momentos inolvidables a un muchacho.
Junto con otro amigo, nos dedicábamos como hobby a vender computadoras, instalar redes etc. Y la verdad nos iba bastante bien y al poco tiempo teníamos un buen prestigio y nos llamaban de varias partes.
Fue así como un tío de mi amigo, nos solicitó una instalación de unas redes de su oficina y como el proyecto era bueno, lo tomamos.
Para trabajar sin molestar a nadie, teníamos que ir a su oficina después del horario de trabajo.
Llegamos al lugar y el tío de mi amigo, luego de darnos unas instrucciones, nos dejó solos para que trabajáramos, bueno no tan solos, con la mujer que hacia el aseo.
Y es acá donde comienza mi experiencia. Esta señora nos llamó mucho la atención, y no precisamente por ser un monumento de mujer o algo así, al contrario. Era de nacionalidad panameña, como supe después. Bromeando con mi amigo, el le puso "La mujer Gorila", y la verdad que el sobre nombre le venía muy bien, ya que su imagen era como la de una gorila.
Era una mujer de piel negra, no muy alta, de contextura muy gruesa, y un rostro un poco enojado o serio, pero eso si tenia unas tetas gigantes. Yo calculo que tendría unos 45 años.
Solos los tres, ella haciendo el aseo de la oficina y nosotros colocando canalas, cables etc.
Ese día con ella solo tuve una breve conversación, cuando quisimos prender un cigarro y no teníamos fuego. Yo le pregunté a ella, que estaba en otra oficina barriendo si tenía fuego y ella sacando de su delantal una cajetilla, de dentro saco un encendedor y me los prestó. Solo eso.
Mientras prendía mi cigarrillo, me fijé en su escote, y realmente sus tetas eran gigantes y el color de su piel me dejó muy cachondo. Claro que no le dije nada y devolviéndole su encendedor, me volví a mi trabajo. Ella habrá estado una hora aproximadamente y se despidió de nosotros y se marchó.
Esa tarde, bueno, ya de noche, terminamos con todo a lo que tendido de cables se refería, ya mañana solo tocaba hacer la configuración de los equipos, pero eso era relativamente rápido, ya que algo alcanzamos a avanzar.
Al otro día mi amigo estaba un poco complicado, ya que tenía una prueba y necesitaba estudiar. Como el trabajo no era mucho, le dije que no se preocupara, que yo terminaría la pega.
El me dio las gracias y cómo broma, al despedirse, me dijo " Cuidado con el gorila", sin sospechar que yo ya había tenido fantasías en mi mente con esa mujer.
Llegué a la oficina justo cuando el personal se estaba retirando. El tío de mi amigo, que a mi no me conocía, al parecer no le gustó mucho que me quedara yo, un completo desconocido en sus oficinas, a si que cuando se retiró, le dijo a la mujer del aseo, que por favor esperara que yo terminara y que después de eso, cerrara.
Ella hizo su trabajo y yo el mío. Me encontraba ya haciendo los últimos ajustes, cuando ella se acerca a mi oficina y nos ponemos a conversar. Me ofrece un cigarro y mientras yo trabajaba, ella sentada en el escritorio del frente me conversaba sobre su vida y me hacía preguntas.
La verdad era muy simpática y no era para nada tan seria como se veía, al contrario.
Termine con mi trabajo y empecé a navegar por internet para ver como había quedado. Ella se acerca a ver lo que yo estaba haciendo.
Ya eran cerca de las 20:30 hrs, afuera ya había oscurecido hace rato, le dije que ya estaba terminando y me dijo que no me preocupara, que ella no tenía nada que hacer.
Le pregunte si sabía navegar por internet, me dijo que no, que había escuchado muchas veces eso de "navegar", pero no sabia lo que era.
Le explique un poco de que se trataba y le hice que se sentara. Ella no quería, por que podía echar a perder algo.
Yo me reí y le dije que no tuviera cuidado.
Le puse un buscador y le explique que ahí ella podía encontrar lo que quisiera
Por ejemplo, le puse Panamá. Aparecieron reportajes fotos noticias y otras cosas de su ciudad.
Ella quedó muy sorprendida y contenta, y estuvimos como 20 minutos viendo muchas paginas de esta ciudad.
Mientras ella estaba sentada, y yo de pie, mientras ella miraba la pantalla, yo me fijaba en esas grandes tetas negras y cada vez que me agachaba a escribir algo, sentía su aroma a hembra y eso ya me tenía loco. Además me di cuenta que la negra hace rato que me estaba coqueteando.
En una de esas veces que me agache a escribir, ella hace mención casi en mi oído, lo rico que era mi perfume.
Ella me preguntó si se podían ver paginas para mayores. En un minuto le estaba mostrando lo que ella quería.
Muchas chicas desnudas aparecieron, pero como no soy tan tonto, también le mostré algunas de hombres desnudos.
Mira chico, apuesto que ese es el tipo de mujer que te gustan ¿no?, todas rubias y con grandes senos
Ja ja ja, no están mal, pero las prefiero mas morenas
Mmmm que bueno, asi como yo ja ja ja o no tanto.
Tu color de piel es muy bonito y muy interesante
Las negras somos mas sabrosas, chico.
Eso dicen, pero no me consta
¿A que tu nunca has estado con una negra?
No la verdad no.
Pero con esa facha, es cosa que te animes nada más y ya está.
Por que lo dices
Por que ........... te ¿confieso algo?..... yo soy muy directa,......tu me perdonaras, pero de tanto ver fotos de desnudo, me he puesto muy caliente y veo que tu también, a si que, ¿ me te parecería que nos quitáramos las ganas un ratico?
¿Lo dices en serio?
Si te hago esto, me creerías?
La negra me comienza a acariciar mi verga por sobre el pantalón. Yo solo la dejaba actuar sin atinar a nada. Ella comienza a bajarme el cierre, desabrochar mi pantalón y a bajármelos. Mi bulto se notaba perfectamente dentro de mis calzoncillos. Ella se relamía sus labios y bajándomelos lentamente apareció mi verga en toda su máxima expresión. La tomo con su gruesa mano negra, apretándomela fuertemente comenzó a tocármela. Luego la metió a su boca y comenzó a chupármela una y otra vez, haciéndola entrar casi en su totalidad, para luego volver a sacarla, pasándola por sus mejillas.
Me dijo que fuéramos a otra oficina, donde había un sofá cama, que usaba el tio de mi amigo, para alguna de sus aventuras.
Salimos de esa oficina. Mientras ella caminaba delante mío, podía ver como sus tremendas nalgas se movían de un lado a otro.
Entramos a otra oficina, donde se encontraba el mencionado sillón. La ayude a armarlo y quedó convertido en una cama de dos plazas, perfecto.
La negra mirándome me dijo:
- ¡Ahora vas a saber lo que es estar con una negra calentona!
Comenzó a sacarse su delantal, quedando solo en sostenes y calzones, ambos de un tamaño exageradamente grandes. Cuando se saco su sostén, dos gigantescos pedazos de carne y cuando digo gigantescos no exagero. Unas tetas negras gigantes que cayeron sin piedad por la fuerza de gravedad quedaron ante mis ojos, mientras yo también me desnudaba.
Luego de saco sus calzones. Quedó completamente desnuda ante mi. Su piel negra era increíble, me volvía loco solo pensar que en unos segundos mas tendría a mi merced, esas tetas y ese tremendo culo negro para hacerle todo lo que quisiera.
Se acostó en la cama, haciéndola crujir cuando lo hizo.
Me acosté a su lado y sin perder un segundo le tome solo una teta con mis dos manos y comencé a chupar sus negros pezones que ya estaban durisimos.
Era imposible abarcar una solo con una mano, nunca jama había ni he tenido unas tetas como esas.
Ella me preguntaba si me gustaban sus tetas y yo le dije que eran exquisitas. Me dijo que me subiera sobre ella y que le metiera la verga entre ella. Me monte en el pecho de la negra y ella aprisionó mi verga con sus gigantescas carne. Comencé a moverme, sintiendo el roce de mi verga con sus carnes. Ella acercaba su boca tratando de mamármela, pero no podía, ya que sus tetas se lo impedían, por lo que tubo que soltárselas para poder hacerlo.
Me la chupo un buen rato y luego yo le devolví el favor. Bajando hasta su entrepierna, le abro sus gordas piernas y comienzo a chuparle sus concha, grande y peluda, pero muy mojada. Abriendo su vagina, me encontré con un gran clítoris, como nunca antes había visto y metiéndolo a mi boca comencé a chupárselo.
La negra se quejaba de placer a con cada chupada que yo le brindaba. Apretándome aveces con sus piernas, dejándome casi sin escuchar debido a la presión que ejercían sus carnes en mis oídos.
Me salí de su gran concha y montándome sobre ella, con mis dedos le busque su mojada concha , se la abrí y se la metí sin compasión.
Ella disfrutaba pero yo me daba cuenta que mi humilde verga no entraba en su totalidad por las carnes de su vientre, sin embargo hice mi mejor esfuerzo. Mis manos agarraban esas gigantescas nalgas negras, apretándolas muy fuertemente. Quise meterle un dedo en su culo, pero no llegaban mis manos.
Me salí de ella, arrodillándome entre sus piernas, le abrí las patas hacia los lados dejando completamente expuesta su peluda concha. Con esa perfecta visión de su partes íntimas, comencé a masturbarla con mis dedos, mientras con mi otra mano, le abría las nalgas en busca de su culo. Ella me miraba y se agarraba las negras y gigantescas tetas, llevándoselas a la boca y chupando ella misma sus pezones.
Pude encontrar la entrada de su culo, y mojándome uno de mis dedos, comencé a metérselo. Ella me dijo que le encantaba lo que estaba haciendo. Mientras continuaba con una par de dedos en su concha, mi otro dedo fue abriéndose camino dentro de su culo, hasta que mi mano ya chocaba con sus carnes, impidiéndome seguir penetrándola.
Le hice ponerse en cuatro patas. La negra, se levantó y haciéndome caso, se acomodo dejándome sus grandes nalgas a mi disposición. No me aguanté y comencé a recorrer con mi lengua todo su gigantesco poto. Ella con sus manos se separándose los cachetes, me suplico que le diera un beso negro antes de metérsela por el hoyo. Se lo di. Ella gritaba de placer, echándose para adelante y yo sin piedad metiéndole mi lengua por donde quería ensartarla.
Luego de dejarla bien mojada, le pedí que se abriera las nalgas. Con una perfecta visión de donde quería entrar, le coloque la punta de mi verga y empecé a empujar. No me costó mucho metérsela completamente. Al poco rato ya estabamos en un mete y saca increíble, sintiendo como chocaban sus negras tetas en cada embestida.
Con una mano en cada una de sus tremendas nalgas comencé a bombearla mas y mas fuerte, haciéndola disfrutar a mas no poder. Me avisó que se corría y en ese preciso momento comencé a llenarle el culo con mi blanco y caliente semen. La negra apretaba su esfínter, haciéndome una presión espectacular en mi verga. La seguí penetrando hasta que mi verga perdió su dureza y salió flácida y mojada.
Nos fumamos el último cigarro, nos vestimos, ordenamos el sofá cama y nos fuimos cada uno a su casa.
Moraleja ....... ¡ me encantan las mujeres gordas!