La mujer del profesor

Como tuve la fortuna de espiar a la mujer desnuda del profesor de informática mientras dormía.

Voy a contar una historia que me pasó hace un año y que es cien por cien real, de lo más morboso y erótico que me ha pasado hasta ahora.

Andaba buscando en internet anuncios de informáticos para poder dar clases de photoshop, ya que quería aprender a manejarlo.

Antes de nada decir que soy hombre y tengo 38 años.

Contacté pues, con una persona aquí en mi ciudad, Zaragoza y nos pusimos de acuerdo en acudir yo a su domicilio todos los martes de 16 a 18 horas.

El primer día nos conocimos personalmente y vi que él tenía unos 30 años y estaba casado.

La habitación donde tenía el ordenador estaba al fondo de un pasillo, a la derecha, era un cuarto pequeño.

A los 5 minutos de empezar la clase llegó a casa su mujer, era muy guapa, vestía falda corta ceñida y blusa ajustada, tenía unos pechos bastantes grandes.

Nosotros estábamos con la clase a lo nuestro, al poco se asomó al cuarto y le dijo a él que se echaba la siesta ya que había venido de trabajar.

Observé que el dormitorio de ellos daba justo enfrente del cuarto donde estábamos, enfrente justo, puerta con puerta.

Pensaba que iba a cerrar la puerta cuando se echara la siesta pero no oí ruido alguno.

Cuando mi profe se ausentó unos segundos para ir al baño me giré y vi que había dejado la puerta del dormitorio entreabierta, como cuatro dedos y no se desprendía del cuarto una oscuridad total, sino algo más tenue.

Al poco vino de nuevo su marido y seguimos con la clase. Yo estaba deseando que tuviera que ausentarse o salir por algún motivo pero no ocurrió nada así que me quedé con las ganas de echar un vistazo a su dormitorio.

Nos despedimos y quedamos para el día siguiente pero yo ya estaba deseando volver, me había encendido la posibilidad de ver a su mujer desnuda en la cama.

Pero mira por donde la siguiente clase me iba deparar una alegría insospechada.

El día antes de quedar me avisó por móvil que la clase igual habría que suspenderla ya que iba a tardar en salir del trabajo y tendría que quedarse un poco más, y no llegaría a casa hasta las cuatro y media o cinco.

Le dije que no se preocupara, que a mí me daba igual que solo pudiera estar él presente una hora y que podía ir haciendo unos ejercicios en su casa mientras no llegara, para lo cual me podría abrir la puerta su mujer ya que llega sobre las cuatro.

Aceptó y me dijo que ya le diría a su mujer que estuviera atenta para cuando yo llegara.

Yo tenía la ... a punto de reventar pensando en la situación.

Al día siguiente me presenté sobre las cuatro y llamé varias veces pero no abría nadie. Al poco llegó ella, visiblemente acalorada pues se había entretenido más de la cuenta al salir de trabajar y sabía que yo podía estar esperando. Le dije que no se preocupara, que no pasaba nada y subimos juntos en el ascensor. Allí la miré disimuladamente y efectivamente, tenía un cuerpo de escándalo. Vaqueros ajustados, y una camiseta de tirantes con chaqueta por encima que se quitó antes de entrar en casa, era junio y hacía ya bastante calor.

Fuimos al cuarto, me encendió el ordenador y le dije que fuera a su marcha que yo me quedaba haciendo unos ejercicios hasta que llegara su marido. Le pareció bien. Al poco oí el ruido de la ducha en el cuarto de baño, me asomé un poco pero la puerta estaba cerrada.

A los diez minutos o así se asomó al cuarto y me dijo que se echaba un poco pero que su marido no creía que tardara mucho, le dije que no se preocupara, que tenía ejercicios por delante. Eran las cuatro y veinte.

Di un poco de tiempo para que se durmiera y a los diez minutos me levanté y fui directo hacia su dormitorio.

Tal como pensé la anterior vez, no había bajado la persiana del todo y había una media claridad más que aceptable. Asomé la cara en el hueco con bastante temor por si volvía el marido y ¡bingo! El espectáculo fue de impresión.

Estaba medio de lado, dándome un poco la espalda pero no del todo. Llevaba un tanguita negro de tira muy fina y un top rojo muy corto. Tenía un culo impresionante. Debía llevar todo muy depilado porque no vi ni asomo de pelo alguno. Le hice una foto con el móvil que todavía conservo. Temeroso de que apareciera el marido en cualquier momento no me atreví a más, volví al cuarto y cuando más tarde vino el marido, se disculpó, seguimos con la clase y al llegar a casa me hice un pajote tremendo con la foto del móvil.

Las dos siguientes clases no tuve opción a nada pues ni el marido se ausentó ni nada fuera de lo normal ocurrió. Lo que si recordaba es que en una ocasión en que subimos la voz más de lo normal y yo me disculpé no fuera a despertarse su esposa, él me dijo que no me preocupara, que dormía como un lirón y con un sueño muy pesado. Aquello me lo grabé a fuego.

Ya, en la siguiente sesión me volvió a llamar diciéndome que llegaría tarde de nuevo y si no me importaba hacer como la otra vez, que fuera yo haciendo ejercicios hasta que llegara. Acepté por supuesto sin dudar y todo fue como la anterior vez, su mujer me hizo de anfitriona, se duchó y se metió a dormir.

Esta vez me dije que tenía que atreverme a algo más. Al asomarme a la puerta me quedé de piedra: ¡se había echado totalmente desnuda!

Estaba boca arriba con un brazo detrás de su cabeza. Los pechos bastante grandes, sea brían ligeramente y los pezones se adivinaban rosaditos y grandes. El ... lo llevaba totalmente depilado menos una hilera muy delgada en medio, yo llevaba la ... a reventar.

Pero no podía acercarme porque estaba boca arriba y podría verme si abría los ojos.

Esperé un poco a ver si había cambio de posición y en efecto, al poco se puso de lado en una posición muy parecida a la otra vez.

Así que fui a por todas, entré muy despacio y me coloqué muy cerca del borde de su cama, el corazón me iba a mil por hora. Estaba a medio metro y tenía el culo con su ... sobresaliendo y podía verle su teta izquierda medio aplastada contra la cama.

Empecé a masturbarme como un poseso y como estaba tan excitado me corrí muy rápido en un clínex que llevaba para la ocasión, ella no se enteró de nada.

Volví sobre mis pasos y le hice un par de fotos más, salí y volví al ordenador.

He de decir que ya no tuve muchas más opciones, las clases duraron dos días más y luego ellos se iban de vacaciones así que lo que me quedó fue esa espléndida paja con ella desnuda en la cama y las fotos que conservo. No obstante ha sido lo más erótico que me ha pasado nunca y he querido compartirlo con vosotros ya que sigo los relatos desde hace tiempo y algunas historias son bastante morbosas, desconozco si algunas o la mayoría son reales o ficticias, esta os puedo asegurar que es real y tuve la suerte de vivirla.

Espero que os haya gustado mi experiencia.

Un saludo